Un mundo imposible
Ya es imposible detener el incremento de los niveles del mar en el planeta. Vamos hacia la destrucci¨®n y todos somos culpables.
Usted y yo vivimos en un mundo que se est¨¢ haciendo imposible, por no decir que ya lo es. Leer las noticias que llegan desde todos los rincones del planeta anunciando situaciones extremas consecuencia de la emergencia clim¨¢tica resulta angustiante: incendios forestales en Canad¨¢, temperaturas de m¨¢s de 40¡ã cent¨ªgrados en Europa, sequ¨ªa en el sur de Am¨¦rica y hasta las fuertes lluvias que se sienten en algunos lugares de Colom...
Usted y yo vivimos en un mundo que se est¨¢ haciendo imposible, por no decir que ya lo es. Leer las noticias que llegan desde todos los rincones del planeta anunciando situaciones extremas consecuencia de la emergencia clim¨¢tica resulta angustiante: incendios forestales en Canad¨¢, temperaturas de m¨¢s de 40¡ã cent¨ªgrados en Europa, sequ¨ªa en el sur de Am¨¦rica y hasta las fuertes lluvias que se sienten en algunos lugares de Colombia nos anticipan el futuro cercano. Un porvenir donde escasear¨¢n los alimentos, el agua y hasta los lugares para vivir.
Las altas temperaturas en el sur de Europa, en pa¨ªses como Espa?a, Grecia o Italia, parecen el augurio de un proceso de desertificaci¨®n que en un siglo podr¨ªa terminar dejando esos lugares casi inhabitables. Los climas extremos que pueden anticiparse, no solo con alt¨ªsimas, sino tambi¨¦n con muy bajas temperaturas, plantea retos gigantescos para esos pa¨ªses y sus habitantes. Aunque los m¨¢s pesimistas ya hablan de la posibilidad de que en esos lugares se viva la tragedia del desplazamiento clim¨¢tico, es decir, cientos de miles de personas que abandonar¨¢n esas regiones buscando sitios donde la situaci¨®n clim¨¢tica no haga tan dif¨ªcil llevar una vida normal.
Los glaciares en los picos m¨¢s elevados de las monta?as del planeta poco a poco se est¨¢n quedando sin hielo. Esas que cre¨ªamos inagotables fuentes de agua ir¨¢n desapareciendo en cuesti¨®n de unas pocas d¨¦cadas y tanto en los Andes como en los Alpes muy pronto se espera que las cimas queden expuestas al sol con impactos tan delicados como la ruptura de las rocas superficiales, antes protegidas por el hielo, y los consiguientes derrumbes y deslizamientos.
Un art¨ªculo reciente del diario The Guardian anticip¨® que, as¨ª logr¨¢semos detener hoy mismo todas las emisiones de gases a efecto invernadero, ya es imposible detener el incremento de los niveles del mar en el planeta. En el escenario m¨¢s conservador, las zonas costeras del mundo (aunque hay lugares que se ver¨¢n m¨¢s afectados que otros) ver¨¢n como el nivel del mar sube 50 cent¨ªmetros de aqu¨ª a fin de siglo. En el peor de los escenarios estar¨ªamos hablando de 2 metros de incremento, es decir, la desaparici¨®n de ciudades enteras.
Las lluvias que podr¨¢n hacerse m¨¢s intensas y sobre todo m¨¢s abundantes ser¨¢n la causa de nuevas emergencias por deslizamientos de tierra, avalanchas e inundaciones. Pa¨ªses tropicales como el nuestro ser¨ªan particularmente afectados por esta situaci¨®n, hecho que debe obligarnos a revisar qu¨¦ tanto se ha avanzado en la ruta de la prevenci¨®n de emergencias evacuando comunidades o poblaciones enteras que podr¨ªan estar bajo riesgo. ?Se ha hecho bien esa tarea?
Todav¨ªa hay quienes se r¨ªen de quienes repetimos sin cesar que vamos camino a un mundo que dejar¨¢ de ser nuestro hogar para convertirse en nuestro suplicio. Todav¨ªa hay quienes piensan que todo lo que est¨¢ pasando es normal y que en poco tiempo cada cosa regresar¨¢ a su cauce regular. Todav¨ªa hay quienes opinan que nada debe cambiar porque dar un timonazo a la senda de desarrollo del planeta es destruir a la humanidad.
A ellos les digo: con cambio o sin cambio igual vamos hacia la destrucci¨®n. Ya sea la de la econom¨ªa, ya sea la del planeta entero. Todos somos culpables de haber creado para nosotros mismos un mundo imposible.
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