El ¡®d¨¦j¨¤ vu¡¯ de la pol¨ªtica colombiana
El protagonismo de N¨¦stor Humberto Mart¨ªnez, el papel de denuncia de Gustavo Petro o el debate sobre la financiaci¨®n de las campa?as presidenciales por Odebrecht son una prueba de que el pasado reciente sigue vivo
En la ¨²ltima semana, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, volvi¨® a actuar como el aguerrido congresista opositor que fue por a?os; el exfiscal N¨¦stor Humberto Mart¨ªnez acapar¨® titulares y protagoniz¨® un choque con Petro; y regresaron al centro de la agenda debates usuales hace una d¨¦cada, como el del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos o el de las relaciones entre los paramilitares y sectores del establecimiento. Aunque en un pa¨ªs de guerras recicladas y justicia inc...
En la ¨²ltima semana, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, volvi¨® a actuar como el aguerrido congresista opositor que fue por a?os; el exfiscal N¨¦stor Humberto Mart¨ªnez acapar¨® titulares y protagoniz¨® un choque con Petro; y regresaron al centro de la agenda debates usuales hace una d¨¦cada, como el del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos o el de las relaciones entre los paramilitares y sectores del establecimiento. Aunque en un pa¨ªs de guerras recicladas y justicia incompleta es usual que hechos del pasado sigan vivos -con alrededor de 200.000 v¨ªctimas de desaparici¨®n forzada, el pasado est¨¢ dolorosamente siempre en presente- , no lo es que en plena campa?a para las elecciones locales, la agenda pol¨ªtica gire alrededor de esc¨¢ndalos y dilemas pasados.
El caso Odebrecht, que estall¨® a fines de 2016, ha avanzado lentamente a lo largo de m¨¢s de seis a?os. A diferencia de otros pa¨ªses de la regi¨®n como Per¨² o Panam¨¢, las investigaciones no han afectado a ning¨²n presidente, aunque recientemente la Fiscal¨ªa imput¨® cargos a ?scar Iv¨¢n Zuluaga, quien estuvo cerca de ser elegido en 2014 por el uribismo, por la presunta financiaci¨®n ilegal de esa campa?a. Pero uno de los hombres m¨¢s ricos y poderosos del pa¨ªs, el magnate Luis Carlos Sarmiento Angulo, s¨ª result¨® afectado, y fue ello lo que revivi¨® el esc¨¢ndalo. La firma de un acuerdo entre su conglomerado, Grupo Aval, y autoridades estadounidenses dieron pie a que Petro, quien como senador particip¨® de debates contra Aval por su alianza con Odebrecht en el pa¨ªs, retomara sus cr¨ªticas.
Fue el presidente quien a, su vez, volvi¨® a llevar a Mart¨ªnez a la agenda. Prestigioso abogado y uno de los consultores jur¨ªdicos de cabecera de Sarmiento, fue superministro del Gobierno de Juan Manuel Santos y luego fiscal general gracias al impulso de ese mismo mandatario. Encabezaba la entidad que investiga los delitos y acusa a las personas cuando se revel¨® el caso Odebrecht, y entre los m¨¢s afectados estaban Sarmiento y Santos. Todo eso, m¨¢s las grabaciones de 2015 que mostraban que Mart¨ªnez sab¨ªa de denuncias por presuntas coimas desde antes, fue munici¨®n para Petro, viejo rival pol¨ªtico de Mart¨ªnez.
¡°Un Fiscal General de la Naci¨®n fu¨¦ el abogado de la red previamente y recibi¨® una comisi¨®n de ¨¦xito por una decisi¨®n oficial que se logr¨® a trav¨¦s de un soborno a funcionario p¨²blico de varios millones de d¨®lares tal como lo denunci¨¦ en mi debate en el senado de la Rep¨²blica. Esa relaci¨®n incestuosa entre el Fiscal General N¨¦stor Humberto Mart¨ªnez y el grupo Aval impidi¨® una juicio transparente en el caso y el descubrimiento de los sobornados que hoy por hoy son altos dirigentes pol¨ªticos¡±, dijo el presidente a trav¨¦s de su medio favorito de comunicaci¨®n, Twitter o X.
Mart¨ªnez le exigi¨® rectificar y as¨ª la agenda pol¨ªtica fue regresando a un v¨¦rtice m¨¢s propio de 2017 o 2018 que de 2023. Y no solo por el caso Odebrecht.
Esta misma semana, el exjefe paramilitar Carlos Mario Jim¨¦nez, alias Macaco, extraditado a Estados Unidos en 2008, habl¨® del pasado. En un evento convocado por la Canciller¨ªa -que ha dedicado buena parte de sus esfuerzos a impulsar la pol¨ªtica de paz total e intervenir en asuntos de justicia transicional-, afirm¨® que el ej¨¦rcito criminal al que perteneci¨® impuls¨® la reelecci¨®n del expresidente ?lvaro Uribe, incluso amenazando magistrados de la c¨²pula judicial, y que el exfiscal Mart¨ªnez hab¨ªa buscado evitar que Petro llegara al poder. No dio pruebas, pero ayud¨® a que la mirada se fijara en el pasado.
Algo similar ocurri¨® con otro sonado anuncio del presidente. En un encuentro con caficultores en uno de los municipios que son epicentro de la producci¨®n cafetera actual, Pitalito en el sur del Huila, Petro anunci¨® que en ese mismo momento se iniciaba la renegociaci¨®n del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. El acuerdo, que gener¨® mucho debate cuando fue negociado y suscrito a la vuelta del siglo, ha estado desde entonces por fuera de las grandes discusiones. Aunque como candidato presidencial Petro mencion¨® el TLC, no fue un asunto central ni siguiera en su propuesta econ¨®mica, m¨¢s centrada en la transici¨®n energ¨¦tica, el cambio de esquema tributario o la reindustrializaci¨®n en general. De hecho, el ministro de Comercio explic¨® horas despu¨¦s que, tras un a?o de Gobierno, no se ha iniciado el proceso de renegociaci¨®n con Estados Unidos.
Como fuera, refuerza el deja vu. Lo refuerza tambi¨¦n que algunos grupos armados disidentes se sigan presentando como ¡°las FARC¡±, como si esa guerrilla no hubiera pactado un acuerdo con el Estado en 2016, y la gran mayor¨ªa de sus miembros no se hubiera reincorporado, con enormes dificultades, a la sociedad. Con una violencia creciente que incluye incluso un plan pistola de una la disidencia que se autodenomina ¡°Estado Mayor Central¡±, como si fueran las mismas FARC, el mensaje a la sociedad es que Colombia est¨¢ anclada en el pasado.
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