Helena Uran Bidegain: ¡°La desclasificaci¨®n de documentos sobre el Palacio de Justicia nos puede ayudar a todos¡±
La hija del magistrado Carlos Horacio Uran, asesinado extrajudicialmente por agentes del Estado, le pide al presidente Gustavo Petro que solicite al Gobierno de Estados Unidos que libere los archivos clasificados sobre lo ocurrido el 6 y 7 de noviembre de 1985 en Bogot¨¢
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
Carlos Horacio Uran se desempe?aba como magistrado auxiliar del Consejo de Estado cuando guerrilleros del M-19 tomaron el Palacio de Justicia, el edificio en el que operan las altas cortes colombianas, en el centro de Bogot¨¢. La reacci¨®n de las autoridades fue la fuerza. Militares, acompa?ados de tanques de guerra, ingresaron e intentaron retomar el control. Los hechos ocurrieron el 6 y 7 de noviembre de 1985. Tiempo despu¨¦s se conoci¨® que las fuerzas del Estado desconocieron los derechos humanos de los rehenes, torturaron a varios y a otros m¨¢s los asesinaron. Entre esos, al magistrado Uran.
Su hija, Helena Uran Bidegain (Lovaina, B¨¦lgica, 48 a?os), ten¨ªa 10 a?os. A medida que crec¨ªa en el exilio, en cinco pa¨ªses diferentes, se fue enterando de muchas inconsistencias acerca del deceso de su padre. La billetera del magistrado fue encontrada, 22 a?os m¨¢s tarde, perforada por una bala y su nombre aparec¨ªa en un documento redactado por el Ej¨¦rcito, titulado ¡°guerrilleros dados de baja en combate¡±. La prueba reina sali¨® a la luz en 2007, cuando un equipo de Noticias Uno public¨® un video de la toma en el que se ve a Uran salir con vida del Palacio de Justicia. En diciembre de 2014, la Corte Interamericana de Derechos Humanos conden¨® al Estado colombiano por su muerte, tras concluir que fue torturado y ejecutado extrajudicialmente.
Helena acaba de publicar la tercera edici¨®n de su libro Mi vida y el Palacio, en el que cuenta c¨®mo ese episodio impact¨® su vida, la de su madre y sus hermanas. Incluye cap¨ªtulos in¨¦ditos sobre los hallazgos de su investigaci¨®n en los archivos desclasificados de la inteligencia estadounidense y el rol de la Casa Blanca en los acontecimientos de aquellos dos d¨ªas de noviembre de 1985. EL PA?S convers¨® con ella.
Pregunta. El Gobierno de Estados Unidos cuenta con informaci¨®n clasificada sobre la toma y retoma del Palacio de Justicia. Usted pidi¨® al presidente Gustavo Petro que lleve a cabo gestiones y logre que se desclasifique. ?Qu¨¦ podr¨ªa encontrarse en esos documentos?
Respuesta. Hay unos archivos ya desclasificados parcialmente en Estados Unidos. Al leerlos se pueden sacar muchas conclusiones, pero tienen tachones. Lo ideal ser¨ªa poderlos leer libremente. Otra inmensa porci¨®n de archivos est¨¢ totalmente clasificada. En ese contexto, le ped¨ª al presidente que pida a su hom¨®logo Joe Biden que los desclasifique. Si Estados Unidos abre estos archivos, se van a encontrar muchas verdades. Nos permitir¨¢ dar otro paso para lograr consensos acerca de qu¨¦ fue lo que sucedi¨®.
P. ?A qu¨¦ se refiere?
R. Respecto a los falsos positivos o al genocidio de Uni¨®n Patri¨®tica, entre otros sucesos horribles que han ocurrido en el pa¨ªs, hay consensos. Nadie se atreve a decir que no sucedieron. Ya lograron pasar esa primera etapa de negaci¨®n. Frente al caso del Palacio de Justicia sigue existiendo una polarizaci¨®n muy grande. La discusi¨®n, sobre todo, gira alrededor de qui¨¦n tuvo la culpa. Para superarla es importante la solicitud que le hago al presidente. Si ¨¦l no la considera pertinente, buscar¨¦ por otros medios. La desclasificaci¨®n de documentos nos puede ayudar a todos, no solo a las v¨ªctimas.

P. Es dif¨ªcil dimensionar qu¨¦ se puede encontrar en esos documentos. Entre los que est¨¢n parcialmente desclasificados, ?qu¨¦ nuevos hechos han salido a la luz?
R. Algunos de esos hechos est¨¢n incluidos en uno de los nuevos cap¨ªtulos de mi libro. Pude acceder a esa informaci¨®n a trav¨¦s del National Security Archive [oeneg¨¦ dedicada a revelar informaci¨®n de los servicios de inteligencia estadounidense]. Me enfoqu¨¦ en los d¨ªas 6 y 7 de noviembre de 1985. Hay informaci¨®n contundente de un avi¨®n que lleg¨® al pa¨ªs casi al mediod¨ªa del 6 de noviembre desde la Escuela de Las Am¨¦ricas, en Panam¨¢. No se especifica qu¨¦ tra¨ªa, ni para qu¨¦ lo enviaron. Horas despu¨¦s fue la explosi¨®n m¨¢s grande en el ba?o del Palacio, que cost¨® la vida de varios rehenes. Siempre existi¨® el rumor de que en Colombia no hab¨ªa artefactos necesarios para ejecutar una explosi¨®n de ese tama?o. Los documentos desclasificados tambi¨¦n indican que llegaron a territorio nacional expertos en comunicaciones y explosivos, as¨ª como trajes de asbesto.
P. ?Dicen algo de los momentos posteriores a la toma y retoma?
R. Uno de los archivos muestra c¨®mo la inteligencia estadounidense ve¨ªa el desarrollo pol¨ªtico del pa¨ªs de ah¨ª en adelante. Dice que exist¨ªa la posibilidad de que llegara un gobierno de extrema derecha y aumentara el militarismo. Una especie de diagn¨®stico, como si estuviera premeditado todo. Recordemos que los magistrados de la Corte Suprema eran muy afines a principios y valores democr¨¢ticos, humanos y sociales. En Colombia, en vez de ver esas caracter¨ªsticas como una virtud, se las percibe como una amenaza y no se puede descartar la posibilidad de que se intent¨® acabar con ellos. Las cortes que han venido despu¨¦s han estado doblegadas y politizadas.
P. El libro comienza con unas preguntas que su hijo le hizo sobre qui¨¦n era su abuelo, por qu¨¦ ustedes viv¨ªan en Alemania; por qu¨¦ el resto de la familia estaba regada en distintos pa¨ªses. En el ¨²ltimo cap¨ªtulo, parte de la ¨²ltima edici¨®n, ¨¦l tambi¨¦n juega un papel importante. ?Por qu¨¦?
R. Nosotros nos hab¨ªamos mudado nuevamente y est¨¢bamos viviendo en Estados Unidos. Yo iba de camino a recogerlo al colegio y me lleg¨® un mensaje de mis abogados, avis¨¢ndome de la admisi¨®n de una acci¨®n judicial que hab¨ªamos presentado all¨¢ en contra de Alfonso Plazas Vega, uno de los militares que dirigi¨® la retoma del Palacio de Justicia. Me gener¨® estr¨¦s tener que digerir la noticia mientras manejaba y eso llev¨® a que me demorara en recoger a mi hijo. Cuando llegu¨¦, le cont¨¦ el motivo de mi tardanza, a lo que ¨¦l me pidi¨® que le permitiera leer los archivos que me hab¨ªan enviado los abogados. Siempre le ha interesado lo que ocurri¨®. Cuando termin¨®, me dijo: ¡°Ahora va a venir una amenaza de muerte¡±. Todav¨ªa me cuesta contar eso. A m¨ª me toc¨® vivir momentos as¨ª, y ahora a ¨¦l.
P. Como si se entrelazaran sus historias.
R. Si. F¨ªjese que cuando sali¨® la primera edici¨®n del libro, mi hijo ten¨ªa diez a?os, la misma edad que ten¨ªa yo cuando mataron a mi pap¨¢.
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P. ?Ve otras coincidencias entre lo que usted vivi¨® y lo que vive ¨¦l, m¨¢s de tres d¨¦cadas despu¨¦s?
R. Antes de la toma del Palacio, mi familia regres¨® a Colombia. En Europa tuve la oportunidad de saber lo que era una sociedad democr¨¢tica y venir al pa¨ªs me dio dur¨ªsimo. Pese a que era una ni?a y no ten¨ªa mayores elementos para entender lo que pasaba, la sociedad colombiana no me parec¨ªa particularmente amigable. Y despu¨¦s matan a mi pap¨¢. Yo le recrimin¨¦ mucho por no habernos quedado en B¨¦lgica. Mi hijo naci¨® en Colombia, pero cuando era beb¨¦ nos fuimos a Alemania. Justo en ese tiempo empezaron a seguirme. Luego estuvimos en Estados Unidos, y solo volvimos hace diez meses. Creo que est¨¢ acopl¨¢ndose. Para m¨ª era importante que ¨¦l viniera, conociera y supiera de d¨®nde venimos.
P. ??l es consciente de lo que le pas¨® a la familia y, especialmente, a su abuelo?
R. Hace poco, en el colegio, les dejaron una tarea que consist¨ªa en escribir una carta dirigida a ¡°los valientes h¨¦roes¡±. Me lo coment¨® algo contrariado, pero me pidi¨® que no dijera nada porque ¨¦l se iba a encargar de expresar su insatisfacci¨®n a la profesora. Luego me cont¨® que le dijo a su profesora que se sent¨ªa inc¨®modo con la tarea porque ¡°los valientes h¨¦roes¡± hab¨ªan matado a su abuelo. Tiene una conciencia clara sobre lo que pas¨®.
P. A su pap¨¢ lo asesinan las fuerzas del Estado en unos hechos que tambi¨¦n involucran al M-19, la extinta guerrilla a la que perteneci¨® el presidente Gustavo Petro. Hoy usted asesora a su Administraci¨®n en temas de no repetici¨®n. ?Qu¨¦ mensaje cree que se transmiti¨® con su nombramiento?
R. Me han dicho de todo, hasta que tengo s¨ªndrome de Estocolmo ¡ªse r¨ªe¡ª. Se puede interpretar como una expresi¨®n de reconciliaci¨®n. El se?or presidente lleva 30 a?os cumpliendo y respetando las reglas democr¨¢ticas. Si bien estuvo en la orilla del perpetrador, tambi¨¦n estuvo en la del perseguido, y eso le permite entender lo que significa ser v¨ªctima del Estado. Eso no quiere decir que justifique el rol que tuvo la guerrilla. Se lo he dicho a ¨¦l y a muchos otros que militaron all¨ª.
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