El recuento que mantiene en vilo la hegemon¨ªa de la izquierda en Santa Marta
Una disputa por 282 votos separa al oficialista Jorge Agudelo del opositor Carlos Pinedo. En un centro de convenciones plagado de polic¨ªas y abogados escrutan m¨¢s de 230.000 tarjetones para definir al ganador
Santa Marta, la ciudad m¨¢s antigua de Colombia, es la ¨²nica capital del pa¨ªs sin alcalde electo. Fundada a orillas del mar Caribe por Rodrigo de Bastidas en 1525, su casi medio mill¨®n de habitantes est¨¢ bajo la incertidumbre de qui¨¦n ser¨¢ su gobernante a partir del pr¨®ximo a?o. En el conteo informativo de votos del 29 de octubre se registr¨® una ¨ªnfima diferencia de 282 votos entre dos candidatos, el cl¨ªmax de una novela que empez¨® semanas atr¨¢s, involucr¨® a figuras nacionales y amenaza la hegemon¨ªa de la izquierda en uno de sus principales fortines. La respuesta sobre cu¨¢ndo acabar¨¢ el suspenso var¨ªa dependiendo de a qui¨¦n se le pregunte: para unos es cuesti¨®n de horas y para otros tardar¨¢ meses. Ambos bandos coinciden, eso s¨ª, en que el ganador no se librar¨¢ de las acusaciones de fraude de sus detractores.
Los protagonistas de la trama son Jorge Agudelo, de 43 a?os y con 85.504 votos, y Carlos Pinedo, de 49 y con 85.222. El ambiente que reina entre los simpatizantes de los dos samarios ¡ªel gentilicio de los nacidos en Santa Marta¡ª es tenso. Veinticuatro horas despu¨¦s del cierre de las urnas, una discusi¨®n termin¨® a golpes en el centro de convenciones del Hotel Estelar, donde funcionarios de la Registradur¨ªa Nacional, jueces y notarios llevan a cabo el escrutinio de m¨¢s de 230.000 votos depositados en 1.164 mesas de votaci¨®n. En medio de una tensa atm¨®sfera con decenas de militares, polic¨ªas y abogados de las dos campa?as, EL PA?S convers¨® con Agudelo y Pinedo.
¡°El cambio profundo¡±
Hasta hace poco, ser alcalde no era una posibilidad para Jorge Agudelo. Su preocupaci¨®n era otra: sobrevivir. A finales de julio un grupo de delincuentes no solo le rob¨® dinero, sino que le cosi¨® ocho pu?aladas en el est¨®mago. Pens¨® que iba a morir. En la terraza de la piscina del Estelar le da la espalda a su numeroso equipo de comunicaciones y levanta su camisa para exhibir las cicatrices, a¨²n rojas y con relieve, mientras sonr¨ªe. Dice que desde entonces solo le preocupa ¡°lo importante¡±.
Se acercaba al alta m¨¦dica, en septiembre, cuando se incorpor¨® a la campa?a de Rafael Mart¨ªnez, candidato a la Gobernaci¨®n de Magdalena de la hegem¨®nica Fuerza Ciudadana. Agudelo fue su secretario de Hacienda en la Alcald¨ªa de Santa Marta entre 2018 y 2019, repitiendo un cargo que hab¨ªa ocupado previamente en el cuatrienio de Carlos Caicedo, el jefe pol¨ªtico y l¨ªder de Fuerza Ciudadana, entre 2012 y 2015. Como hace cuatro a?os, la colectividad buscaba ganar la Gobernaci¨®n, en cabeza de Caicedo hasta su dimisi¨®n en octubre, y la Alcald¨ªa, hoy en manos de Virna Johnson. Y para ello Agudelo, a quien sus partidarios llaman desde ya ¡°alcalde electo¡±, termin¨® siendo m¨¢s protagonista de lo pensado.
¡°El 29 de septiembre se comunican conmigo, a las dos de la tarde. Me plantean el tema. Ya ten¨ªa la informaci¨®n de que a nuestra compa?era Patricia Caicedo le hab¨ªan bloqueado la aspiraci¨®n a la Alcald¨ªa. No dud¨¦ en aceptar por la gran responsabilidad de salvar a Santa Marta de volver al atraso, a las mafias. Esa fue la decisi¨®n. No pens¨¦ que solo faltaban 30 d¨ªas para las elecciones. Tom¨¦ la decisi¨®n para defender el legado de Carlos Caicedo y el cambio en Santa Marta¡±, explica desde la cabecera de una mesa, en uno de los salones del hotel que su equipo adapt¨® para la conversaci¨®n. Afuera se mantiene el movimiento, decenas de abogados corren presurosos a impugnar mesas y contraargumentar a los juristas que sirven a la campa?a rival.
La aspirante elegida era Patricia Caicedo ¡ªhermana del jefe pol¨ªtico¡ª, pero el 28 de septiembre el Consejo Nacional Electoral (CNE) revoc¨® su candidatura al encontrarla inhabilitada por esa relaci¨®n familiar. Parec¨ªa un callej¨®n sin salida. Fuerza Ciudadana contempl¨® diferentes opciones, incluyendo promover el voto en blanco para evitar un triunfo de Pinedo. Estaba en riesgo la continuidad de un proyecto pol¨ªtico que se inici¨® en 2012, con el mandato de Carlos Caicedo, sigui¨® con Mart¨ªnez y se consolid¨® con Johnson. Es el basti¨®n pol¨ªtico m¨¢s viejo que tiene hoy la izquierda en Colombia.
En esa coyuntura apareci¨® el nombre de Agudelo como una opci¨®n. La inscripci¨®n de su candidatura estuvo llena de trabas y dificultades. Fuerza Ciudadana realizaba las gestiones para ello, pero el CNE no fallaba un recurso interpuesto en contra de la revocatoria de la aspiraci¨®n de Patricia Caicedo. No era claro cu¨¢l de los dos era candidato, o si ninguno. Aunque el CNE mantuvo su determinaci¨®n, una tutela, d¨ªas m¨¢s tarde, orden¨® la inscripci¨®n de Agudelo. Tras ese espaldarazo judicial, Carlos Caicedo renunci¨® a la Gobernaci¨®n para salir a hacer campa?a por Agudelo. Era todo o nada.
El camino, sin embargo, no estaba totalmente allanado. Varios conceptos jur¨ªdicos que descalificaban la tutela tomaron impulso cuando Alexander Vega, registrador nacional, asegur¨® que Agudelo no era candidato, aunque su rostro apareciera en el tarjet¨®n. Era 19 octubre. ¡°Las fuerzas tradicionales, la mafia tradicional, no actuaron directamente. Se unieron a entidades nacionales y a personajes como el registrador. Eso fue un factor determinante porque contribuy¨® a la confusi¨®n. ?l sali¨® la ¨²ltima semana a mentirle al pueblo de Santa Marta¡±, advierte Agudelo y pide a su asistente un vaso de agua al clima porque, dice, le duele la garganta.
Aunque luego la Registradur¨ªa rectific¨® en un comunicado lo dicho por Vega, explicando que acataba el fallo de tutela, Agudelo y su equipo atribuyen el estrecho resultado a ese momento cr¨ªtico. Afirman que el comunicado no recibi¨® suficiente difusi¨®n y que su campa?a tuvo que concentrarse ¡°en combatir la desinformaci¨®n¡±. Esfuerzos que no fueron suficientes para evitar un escrutinio sin controversias.
¡°Despu¨¦s de casi 200 a?os de historia en que ellos han gobernado, tratar de cambiar la realidad en una sola d¨¦cada es dif¨ªcil y, aun as¨ª, se ha generado progreso. Lo importante es que el pueblo conf¨ªa en nuestro proyecto, en Fuerza Ciudadana, en el legado de Carlos Caicedo y conf¨ªa en Jorge Agudelo para que lleve sus designios en este pr¨®ximo cuatrienio, que hemos llamado el del cambio profundo¡±, concluye. Su f¨®rmula, Rafael Mart¨ªnez, fue elegido gobernador con el 50,75% de los votos. ?l, en cambio, sigue a la espera.
¡°Aqu¨ª se gest¨® un fraude¡±
Carlos Pinedo est¨¢ en la entrada del centro de convenciones, un piso abajo del sal¨®n que re¨²ne a los asesores de Agudelo. Carga en todo momento dos celulares, en los que recibe constantemente llamadas. En el forro de uno de ellos se identifica una pegatina del Uni¨®n Magdalena, el tradicional equipo de f¨²tbol de la ciudad. Se le nota pendiente, algo intranquilo, y aun as¨ª intercambia saludos con personas que se le acercan. Solo lo siguen dos hombres. Uno es su jefe de prensa, quien asevera que la campa?a contraria tiene tres veces m¨¢s abogados, luchando a punta de incisos y sentencias, en el escrutinio.
Para su inscripci¨®n ante la Registradur¨ªa, el hoy segundo candidato m¨¢s votado recolect¨® firmas para su movimiento Santa Marta S¨ª Puede y cont¨® con el coaval del partido cristiano MIRA. Su principal carta de presentaci¨®n era su reciente periodo como concejal de la ciudad, cuando form¨® parte de la bancada del centroderechista Cambio Radical, y pesaba sobre sus hombros la investigaci¨®n por parapol¨ªtica que se adelant¨® contra su medio hermano, el excongresista Miguel Pinedo. Esa mezcla result¨® en una derrota milim¨¦trica.
Y es que esta campa?a fue anormal, as¨ª lo reconoce. Hubo un momento en que las encuestas lo situaban por detr¨¢s de Patricia Caicedo, pero luego aparec¨ªa en una s¨®lida primera posici¨®n cuando ella sali¨® de la carrera y todav¨ªa no se concretaba la aspiraci¨®n de Agudelo. El panorama pintaba favorable porque llegado el momento de votar, se enfrent¨® a un rival que no alcanz¨® a completar tres semanas de proselitismo. Dice, sin dudarlo, que lo est¨¢n robando.
¡°Nosotros desde el principio hemos manifestado que aqu¨ª se gest¨® un fraude electoral y para que brille la transparencia, para que brille la democracia, hemos pedido que se abran la totalidad de las mesas. Eso ha sido imposible a lo largo de los d¨ªas. Al abrir mesas se encuentran irregularidades, pero los jueces y las comisiones escrutadoras, en su gran mayor¨ªa, no lo conceden. De esa forma es muy complicado detectar el fraude que se cometi¨® el 29 de octubre¡±, argumenta y r¨ªe al recibir un piropo de un grupo de mujeres que abandona el edificio.
Agudelo acusa a Pinedo de estar aliado con ¡°la ¨¦lite que gobern¨® a Santa Marta por dos siglos¡± y ¨¦l no contraataca. Por lo menos no a Agudelo, pero s¨ª a Caicedo, el jefe de Fuerza Ciudadana, al que le reprocha su dimisi¨®n a la Gobernaci¨®n y ¡°el realismo m¨¢gico con el que profiere incriminaciones a sus opositores¡±. ¡°Yo no voy a ser irresponsable como ¨¦l, que sea la justicia la que, al final del d¨ªa, diga si es bandido y corrupto o, en realidad, una persona decente que puede seguir participando en pol¨ªtica. Lo que s¨ª he notado es que tendr¨ªan que revisarlo. Eso s¨ª lo voy a decir con toda tranquilidad: creo que el gobernador tiene problemas ps¨ªquicos¡±, sentencia. Limpia el sudor de su frente, se excusa porque tiene ¡°que atender otro compromiso¡± y se marcha.
Las ¨²ltimas tres elecciones para la Alcald¨ªa de Santa Marta fueron sencillas para Fuerza Ciudadana. En 2011, con Caicedo, gan¨® por 33.253 votos; en 2015, con Rafael Mart¨ªnez, por 50.779; y en 2019, con Virna Johnson, por 96.793. Pinedo es el primero que en una d¨¦cada amenaza su reinado. La colectividad de izquierda es todav¨ªa ama y se?ora de la ciudad, pero ahora solo por 282 votos.
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