Petro da otro paso para superar el prohibicionismo de la era Duque
El decreto derogado sobre el porte de drogas en espacios p¨²blicos reaviva el debate y coincide con el proyecto para regular el cannabis de uso adulto en el Congreso
El presidente Gustavo Petro ha dado otro paso m¨¢s para avanzar en el nuevo enfoque de la pol¨ªtica frente a las drogas y sepultar el prohibicionismo que caracteriz¨® el periodo de Iv¨¢n Duque. El tema todav¨ªa desata pasiones, divide a la sociedad y enfrenta resistencias, como lo ilustra la m¨¢s reciente controversia. El fin de semana, un puente festivo, se conoci¨® que el mandatario derog¨® un decreto sobre el control del porte de drogas en espacios p¨²blicos ...
Reg¨ªstrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PA?S, puedes utilizarla para identificarte
El presidente Gustavo Petro ha dado otro paso m¨¢s para avanzar en el nuevo enfoque de la pol¨ªtica frente a las drogas y sepultar el prohibicionismo que caracteriz¨® el periodo de Iv¨¢n Duque. El tema todav¨ªa desata pasiones, divide a la sociedad y enfrenta resistencias, como lo ilustra la m¨¢s reciente controversia. El fin de semana, un puente festivo, se conoci¨® que el mandatario derog¨® un decreto sobre el control del porte de drogas en espacios p¨²blicos que se remontaba a su antecesor ¨Dy que tambi¨¦n fue muy pol¨¦mico en su d¨ªa¨D. Esa noticia bast¨® para reavivar la discusi¨®n y contrastar visiones diametralmente opuestas, justo en momentos en que otro proyecto de ley para regular el cannabis de uso adulto se juega su suerte en el Congreso.
La medida evita criminalizar a los consumidores. El propio ministro de Justicia, N¨¦stor Osuna, tuvo que salir a aclarar que el decreto no elimina la prohibici¨®n del comercio de drogas, algo que ¡°sigue severamente prohibido por la ley colombiana¡±. Lo ¨²nico que hace, explic¨®, ¡°es derogar una sanci¨®n de multa que hab¨ªa puesto el Gobierno anterior para el porte de dosis personal¡±. La Corte Constitucional, en varias sentencias, ha dicho que el porte no se puede sancionar. ¡°No va a haber multas ni persecuci¨®n policial para el porte de dosis personal; a eso es a lo que se reduce el decreto que ha expedido el Gobierno, a ajustar las normas a lo que ha dicho la jurisprudencia desde hace unos cuantos a?os¡±, argument¨® el ministro.
Sus explicaciones, sin embargo, no aplacaron las cr¨ªticas tanto de Duque como de su mentor, el expresidente ?lvaro Uribe. ¡°Legalizar la droga, ?y entonces la juventud y la familia y el futuro de la Naci¨®n?¡±, se pregunt¨® Uribe en un mensaje de corte m¨¢s moralista que jur¨ªdico. Duque, por su parte, defendi¨® que ¡°el decreto derogado buscaba decomisar drogas en las calles, no criminalizar consumidores¡±. Tambi¨¦n fustig¨® la decisi¨®n como ¡°otra medida en favor del crimen y en detrimento de los ni?os, ni?as, la juventud y las familias colombianas¡±. El regreso de Colombia al enfoque prohibicionista lo marc¨® justamente el decreto de Duque para entregarle esas facultades a la polic¨ªa. La dosis personal ¨Do m¨ªnima¨D de droga esta despenalizada en Colombia.
La pol¨¦mica parece tener algo de tormenta en un vaso de agua, pues la mayor¨ªa de los observadores y juristas han coincidido con las explicaciones del ministro Osuna. El analista Jorge Restrepo califica de ¡°correcta y conveniente, pero insuficiente¡± la decisi¨®n del Gobierno, al que reclama no haber hecho pedagog¨ªa. ¡°Esos procedimientos de polic¨ªa generaban confrontaciones entre polic¨ªa y ciudadanos consumidores, incluso si no eran consumidores problem¨¢ticos o estuviesen generando problemas de convivencia por el consumo o el porte¡±, apunta, lo que afecta la confianza en la fuerza p¨²blica. El penalista Francisco Bernate, por su parte, sintetiza que el porte de estupefacientes, m¨¢s all¨¢ de la cantidad, nunca es considerado delito si es para el consumo, mientras que siempre es considerado delito si es para el tr¨¢fico. ¡°El decreto expedido por el Gobierno Nacional en nada cambia esta situaci¨®n¡±, concluye.
M¨¢s all¨¢ de la controversia en torno al decreto, y de los tecnicismos jur¨ªdicos, es un reflejo de las diferencias de fondo entre el conservador Duque y el progresista Petro en un asunto de ondas implicaciones para la sociedad colombiana. Petro plantea con insistencia que la llamada guerra contra las drogas ha sido un fracaso y se debe replantear, en diversos frentes. Antes ya hab¨ªa sepultado, entre otras, las fumigaciones a¨¦reas con glifosato ¨Cun herbicida potencialmente cancer¨ªgeno¨C, que Duque se propuso retomar.
Durante su periodo, Duque argument¨® con insistencia que Colombia necesitaba todas las herramientas para combatir el narcotr¨¢fico, incluido el glifosato, pero las avionetas cargadas con el herbicida nunca llegaron a despegar. Tambi¨¦n favoreci¨® la erradicaci¨®n forzosa en detrimento de la sustituci¨®n voluntaria pactada con las comunidades de campesinos. Su antecesor, Juan Manuel Santos, ya hab¨ªa abogado por cambiar el enfoque en la lucha global contra el tr¨¢fico de drogas ¨Dcomo la hace ahora Petro¨D, y pidi¨® abordar el problema como un asunto de derechos humanos y salud p¨²blica.
Este debate adquiere mayor relevancia en Colombia precisamente por ser el principal productor mundial de hoja de coca, la materia prima para la coca¨ªna. Las hect¨¢reas sembradas pasaron de 204.000 a 230.000 al cierre de 2022 y las toneladas de droga que se pueden producir llegaron hasta 1.738, las mayores cifras jam¨¢s registradas. En el a?o y medio que lleva en el poder, Petro ha pedido con insistencia dejar de criminalizar a los eslabones m¨¢s d¨¦biles de la cadena, como los consumidores y los cultivadores de coca, para concentrar los esfuerzos en golpear a las grandes organizaciones criminales que se lucran del narcotr¨¢fico.
La nueva pol¨ªtica nacional de drogas, que le tom¨® al Gobierno m¨¢s de un a?o construir, est¨¢ basada en la protecci¨®n de los derechos humanos y la conservaci¨®n del medio ambiente. El esfuerzo se concentra en asfixiar a las mafias asociadas al narcotr¨¢fico y al tiempo darle ox¨ªgeno a los campesinos, con la llegada del Estado Social de Derecho a los lugares del territorio donde nunca hab¨ªa llegado. Al presentarla en septiembre, el ministro Osuna explic¨® que se propone priorizar y enfocar estrat¨¦gicamente el esfuerzo penal y punitivo ¡°en aquello que realmente le hace da?o a la sociedad colombiana, en las mafias del narcotr¨¢fico, las grandes cantidades de dinero que hay detr¨¢s de esas econom¨ªas ilegales porque producen violencia, desplazamiento y conflicto armado¡±.
La pol¨¦mica coincide con una nueva oportunidad de regular en el Congreso el consumo adulto de cannabis, que ya est¨¢ legalizado en pa¨ªses como Estados Unidos y es menos adictivo y da?ino que sustancias legales como el tabaco y el alcohol. El proyecto de los congresistas Mar¨ªa Jos¨¦ Pizarro y Juan Carlos Losada se someter¨¢ este martes al cuarto de ocho debates. ¡°Un mercado legal permitir¨¢ recaudar impuestos para, entre otras, financiar campa?as de prevenci¨®n del consumo¡±, ha defendido la senadora Pizarro en un intento por desmentir los mitos. ¡°La idea no es estimular el consumo de marihuana, por lo cual la publicidad deber¨ªa estar prohibida, sino permitir un suministro legal que le arrebate a las mafias este negocio lucrativo, reconozca la autonom¨ªa de los usuarios adultos y evite que estos terminen detenidos o acosados por la polic¨ªa y tengan que aprovisionarse en un mercado il¨ªcito, como lo hacen hoy, con riesgos para su salud y seguridad¡±, argument¨® en su columna de El Espectador el constitucionalista Rodrigo Uprimny. Colombia redobla sus esfuerzos por reenfocar de a poco, con evidencias y argumentos, su aproximaci¨®n a las drogas.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S sobre Colombia y aqu¨ª al canal en WhatsApp, y reciba todas las claves informativas de la actualidad del pa¨ªs.