Las cartas de los ni?os a los comparecientes en la JEP: ¡°?Por qu¨¦ mat¨® mi mam¨¢?¡±
Mientras sus padres participan en audiencias de la justicia transicional como v¨ªctimas, los menores exorcizan sus dolores. Algunos comparecientes les han respondido, pidi¨¦ndoles perd¨®n
Se?or compareciente: ?por qu¨¦ la mat¨®? ?por qu¨¦ le hizo da?o a mi mam¨¢? ?d¨®nde la mat¨®? ?d¨®nde la sepult¨®? ?por qu¨¦ me hizo sufrir tanto?
Estas son las palabras de la carta que le escribi¨® una ni?a a la persona que, seg¨²n ha se?alado la Jurisdicci¨®n Especial para la Paz (JEP), el tribunal de justicia transicional acordado entre el Estado colombiano y las extintas FARC en 2016, asesin¨® a su madre. A diferencia de muc...
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Se?or compareciente: ?por qu¨¦ la mat¨®? ?por qu¨¦ le hizo da?o a mi mam¨¢? ?d¨®nde la mat¨®? ?d¨®nde la sepult¨®? ?por qu¨¦ me hizo sufrir tanto?
Estas son las palabras de la carta que le escribi¨® una ni?a a la persona que, seg¨²n ha se?alado la Jurisdicci¨®n Especial para la Paz (JEP), el tribunal de justicia transicional acordado entre el Estado colombiano y las extintas FARC en 2016, asesin¨® a su madre. A diferencia de muchas preguntas que se hacen las v¨ªctimas de miles de delitos cometidos en el marco del conflicto colombiano, estas tuvieron respuesta en otra misiva.
Querido ni?o: El d¨ªa de hoy arranco esta carta pidi¨¦ndote perd¨®n ya que mi intenci¨®n en ese momento no fue hacerte da?o. Desafortunadamente tom¨¦ decisiones de las cuales me arrepiento y que tal vez sea suficiente para calmar tu dolor.
?Por qu¨¦ la mat¨®? No sab¨ªa que hab¨ªa personas que la amaban tanto y que la iban a extra?ar.
?Por qu¨¦ le hizo da?o a mi mam¨¢? No sab¨ªa que era buena y ten¨ªa personas como t¨² que la amaban y la esperaban en casa.
?D¨®nde la mat¨®? Fue lejos de casa para evitar que la escucharas.
?D¨®nde la sepult¨®? Cerca al r¨ªo para que el cuerpo estuviera en un lugar bonito.
?Por qu¨¦ me hizo sufrir tanto? Porque soy un ego¨ªsta que no pens¨® en el da?o que te causar¨ªa, me dej¨¦ llevar por el poder.
Perd¨®name.
As¨ª se cierra uno de los 93 intercambios de cartas que, desde 2022, han iniciado ni?os, ni?as y adolescentes con victimarios procesados por la JEP. Mientras sus padres o cuidadores acuden a alguna audiencia de esa jurisdicci¨®n, que pueden tomar jornadas enteras, funcionarios de esa justicia desarrollan actividades que buscan integrar a los menores en los procesos de restauraci¨®n, una de las grandes metas de todo el andamiaje acordado en La Habana para superar las heridas de 60 a?os de guerra. Las cartas son uno de esos mecanismos.
Creciendo entre el conflicto
¡°Los ni?os y ni?as a menudo son marginados en las conversaciones sobre el conflicto¡±, explica a este diario Ariel S¨¢nchez Meertens, jefe de la oficina Asesora de Justicia Restaurativa de la JEP. En su experiencia, a los menores se les oculta la verdad, se piensa que no entienden lo que ocurre. Sin embargo, son v¨ªctimas. ¡°Todos han estado involucrados de alguna manera con la violencia que ha afectado a Colombia¡±, dice Eliana Antonio Rosero, jefa del Departamento de Enfoques Diferenciales de la JEP.
Esa justicia ha buscado cambiar una din¨¢mica que excluye a los ni?os. Los ha incentivado a escribir sus miedos y dudas, mediante cartas que luego env¨ªan a personas que comparecen en ese tribunal. Aunque respondan, nunca se conocen en persona ni se revelan sus identidades. La meta no es encarar: es tramitar. ¡°Este c¨ªrculo de di¨¢logo especial persigue la reparaci¨®n y la prevenci¨®n de futuros conflictos¡±, explica Eliana Antonio. Comienza con la expresi¨®n del dolor del ni?o, avanza hacia el reconocimiento del da?o y busca llegar a un perd¨®n. Quienes responden a estas cartas no siempre son directamente los exguerrilleros, exmilitares o exparamilitares responsables del delito que afect¨® al ni?o que escribe, pues la meta es sensibilizar a v¨ªctimas y victimarios.
Querido escritor
No puedo devolver el pasado y revivir a esta persona. No puedo con palabras expresar el sentimiento de arrepentimiento ni tampoco con acciones buenas hacer que las familias sigan su vida sin tener que recordar a su ser querido. Pero si quiero decirte que ante Dios todo poderoso he pedido perd¨®n y que cada d¨ªa que me levanto es pensando en esa persona y sus familias, cada instante de mis pensamientos y acciones son en camino a resarcir el da?o cometido.
Quiero no solo por el bien de esa familia sino tambi¨¦n volver a sentirme miembro de la sociedad de seguir hacia adelante, pero de la mano de las v¨ªctimas y del amor y cari?o a todo ser viviente. Espero que puedas y podamos vivir en paz.
Compareciente
Conversaciones emocionales, no judiciales
Las actividades para acercar a los ni?os que esperan durante las audiencias no se limitan a las cartas. Hay actividades para ni?os que a¨²n no saben escribir. ¡°A trav¨¦s de representaciones con t¨ªteres y obras de teatro, se les explican los complejos fen¨®menos de la guerra que suelen escuchar en la radio o la televisi¨®n. Por ejemplo, qu¨¦ son los falsos positivos¡±, explica Eliana Antonio, que aclara que los ni?os crean su propio guion. Otros participan en la elaboraci¨®n de ¡°libros de memoria¡±, donde escriben o pintan recuerdos de sus familiares, para no olvidaros; otros m¨¢s participan en la creaci¨®n ¡°mariposarios de la resiliencia¡±, escribiendo en las alas de las mariposas sus f¨®rmulas para construir la paz en Colombia.
De todas esas acciones, sin embargo, las cartas son las m¨¢s potentes, explica Harvey Suarez Morales, secretario ejecutivo de la JEP. Adem¨¢s, han generado un poderoso efecto en los comparecientes que las reciben. Subraya que al leer las misivas, muchos sienten que son palabras que podr¨ªan compartir sus propios hijos, en una l¨®gica m¨¢s de entender lo que pas¨® que de chocar en un juicio. Destaca que varios comparecientes, despu¨¦s de escribir una carta de respuesta, han regresado a sus hogares para encarar a sus propios hijos y decirles: ¡®s¨ª, fui responsable¡¯¡±.
Para los funcionarios encargados de estos proyectos, las actividades pedag¨®gicas ayudan a que, en unos a?os, los ni?os se enfrenten directamente a los comparecientes en una l¨®gica de restauraci¨®n, de romper los ciclos de violencia. Los procesos, dice Su¨¢rez, buscan que ¡°cuando llegue ese d¨ªa, no se genere da?o, se puedan reconocer y se inicie un proceso interesante¡±. El secretario resalta que la voz de los menores tambi¨¦n ha ayudado a que la JEP se aleje de una justicia ordinaria, m¨¢s castigadora que restaurativa. ¡°Saca a los magistrados de su lenguaje jur¨ªdico formal y los involucra en una conversaci¨®n emocional¡±, explica.
S¨¢nchez Meertens, experto en memoria y reconciliaci¨®n, resume lo que ocurre: ¡°Nada rompe las barreras como la comunicaci¨®n que se recoge en estas cartas¡±. A trav¨¦s de ellas, explica, la voz de los ni?os ingresa a los procesos sin que ellos se expongan a audiencias o testimonios largos y dolorosos, que pueden revictimizarlos. Y es que las cartas se leen antes de las audiencias de reconocimiento, en las que los comparecientes pueden aceptar su responsabilidad. ¡°Nadie queda igual despu¨¦s de ver estas cartas y t¨ªteres; ni los funcionarios de Medicina Legal, de la Unidad de B¨²squeda o de la Unidad de V¨ªctimas¡±, asegura.
El proceso es retador para los victimarios. Eliana Antonio cuenta que al principio se preguntan c¨®mo decirle a un ni?o que cometieron un delito y, con el tiempo, sus posturas se van suavizando. ¡°Se nota incluso en el cambio en su letra; se hace menos r¨ªgida¡±, asegura la experta en enfoques diferenciales. A ello ayuda que la JEP tiene un mandato de encontrar grandes patrones criminales, y enfocarse en los m¨¢ximos responsables de los casos m¨¢s graves de esos patrones, y no en investigar cada uno de los cientos de miles de delitos cometidos en seis d¨¦cadas de conflicto. Por eso, coinciden Su¨¢rez, S¨¢nchez y Antonio, quienes responden a los ni?os pueden no ser responsables a los que se refieren las cartas, lo que incluso facilita el proceso de cambio de v¨ªctimas y victimarios. Victimarios que responden as¨ª:
No s¨¦ c¨®mo llamarte, exc¨²same si redacto alguna palabra que pueda llegar a leerse como irrespetuosa. Solo quiero decirte algo, tu pregunta es dolorosa para m¨ª, y debo reconocer que nunca dimensionamos el da?o que generamos, solo puedo afirmar que las acciones de la guerra, en la cual participamos como militares, nos degrad¨® y nos apart¨® de los principios aprendidos en casa.
?Por qu¨¦ lo hicimos? No hay una respuesta concreta, solo debo decir que siento verg¨¹enza de haberlo hecho. ?En qu¨¦ nos convertimos? Es una pregunta que me hago todos los d¨ªas, porque al igual que t¨², tengo sue?os y metas, de las cuales me apart¨¦, para convertirme en algo que no soy.
Solo puedo decir que tengo la conciencia y la voluntad de construir un nuevo pa¨ªs y un presente diferente, al cual te invito, para que, de manera conjunta, a¨²n sin conocernos, podamos materializar.
Compareciente
*Por protecci¨®n, la identidad de los menores y de los comparecientes que escriben las cartas se mantiene en reserva
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