Las intervenciones de Petro a las EPS, el principio del fin del sistema de salud conocido
El presidente emprende su reforma sanitaria de facto, sin consensos pol¨ªticos ni ciudadanos y con poco tiempo de planeaci¨®n
El presidente Gustavo Petro ha decidido implementar su reforma a la salud de facto tras la rotunda derrota que sufri¨® este mi¨¦rcoles en el Congreso. La intervenci¨®n a las dos EPS m¨¢s grandes del pa¨ªs es el principio del fin del sistema de salud colombiano actual, que funciona desde 1993 como un modelo de aseguramiento en el que el Estado le gira los recursos a unas empresas promotoras para que ellas gestionen y administren los se...
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El presidente Gustavo Petro ha decidido implementar su reforma a la salud de facto tras la rotunda derrota que sufri¨® este mi¨¦rcoles en el Congreso. La intervenci¨®n a las dos EPS m¨¢s grandes del pa¨ªs es el principio del fin del sistema de salud colombiano actual, que funciona desde 1993 como un modelo de aseguramiento en el que el Estado le gira los recursos a unas empresas promotoras para que ellas gestionen y administren los servicios de salud de los ciudadanos en cl¨ªnicas y hospitales. Desde que lleg¨® al poder, Petro ha insistido en la urgencia de cambiar ese modelo ¡°mercantil¡± que, seg¨²n ¨¦l, ha generado cientos de miles de muertes de ciudadanos pobres y al tiempo ha enriquecido a las empresas privadas. Para lograrlo, propuso una reforma que buscaba, entre otras cosas, mejorar la atenci¨®n primaria, eliminar la intermediaci¨®n financiera de las EPS y girar los recursos del Estado directamente a las cl¨ªnicas y hospitales. El proyecto no logr¨® el consenso entre los partidos pol¨ªticos tradicionales y naufrag¨® en el Senado despu¨¦s de 15 meses de debates legislativos.
El hundimiento de la reforma, sin embargo, no detuvo a Petro en su intenci¨®n de iniciar los cambios a la salud prometidos en campa?a. Al contrario, los aceler¨®. El problema es que se est¨¢n haciendo sin consenso pol¨ªtico ni ciudadano y sin planeaci¨®n estrat¨¦gica. La reforma, al menos, planteaba dos a?os de transici¨®n para que las EPS dejaran de ser intermediarias de forma ordenada y serena. Ahora, el proceso se est¨¢ haciendo a la carrera, con la cabeza caliente y de un momento para otro. Petro lo reconoci¨® en un discurso: ¡°Lo que pudo ser una concertaci¨®n tranquila ahora es de golpe¡±. El martes pasado, un d¨ªa antes de que los senadores votaran el proyecto de ley, y cuando parec¨ªa que ya era imposible salvarlo, Petro intervino Sanitas, la segunda promotora de salud m¨¢s grande de Colombia, con cerca de seis millones de afiliados. El mundo pol¨ªtico interpret¨® la decisi¨®n como una retaliaci¨®n del Gobierno contra la empresa que se opuso con m¨¢s fuerza a la reforma y la que financi¨® las campa?as al Congreso de los partidos que votaron en contra de la iniciativa. Al d¨ªa siguiente, mientras la reforma se hund¨ªa en la Comisi¨®n S¨¦ptima del Senado, Petro intervino la Nueva EPS, la m¨¢s grande del pa¨ªs, con m¨¢s de 11 millones de afiliados. El jueves en la tarde, la EPS Compensar, con m¨¢s de 2,2 millones de afiliados, envi¨® una carta a la Superintendencia de Salud en la que solicitaba una liquidaci¨®n voluntaria, argumentando una profunda crisis financiera. El ente de control debe decidir si acepta o no la petici¨®n de Compensar. Aceptar tiene el agravante de que sus pacientes deber¨ªan trasladarse a otra EPS.
¡°Estas intervenciones cambian el sistema de salud tal como lo conocemos. Creo que la transformaci¨®n es irreversible¡±, dice Tatiana Andia, soci¨®loga de la salud y profesora de la Universidad de los Andes, en di¨¢logo con EL PA?S. La experta en sistemas de salud explica por tel¨¦fono que estas modificaciones implican la puesta en marcha de un nuevo sistema de salud en la medida en que todas las decisiones cotidianas de manejo de las EPS intervenidas no las va a tomar un privado, sino un interventor, un funcionario p¨²blico¡±, dice Andia. Y a?ade: ¡°Al final est¨¢ a cargo del Gobierno, es un cambio fundamental¡±. La investigadora explica que el interventor tiene ahora el poder absoluto en el manejo de cada EPS, con toda la responsabilidad que eso implica. ¡±Al darse por terminadas todas las instancias de gobierno corporativo, el interventor queda con el manejo de la chequera billonaria de estas EPS¡±, dice. Uno de los retos ser¨¢n los mecanismos de transparencia y seguimiento en el manejo de los recursos para evitar descalabros por corrupci¨®n, como ha pasado antes. El presidente Petro asegur¨® en X que las EPS intervenidas tendr¨¢n una junta directiva compuesta por cl¨ªnicas y proveedores a los que debe dinero la EPS, adem¨¢s de representantes de los pacientes.
Desde esta semana el Estado es el responsable de garantizar el servicio a la salud de casi la mitad de la poblaci¨®n Colombiana. Adem¨¢s de la intervenci¨®n de Sanitas y de la nueva EPS, el Gobierno ya controla otras cuatro Entidades Promotoras de Salud: Famisanar, con 3 millones de afiliados, Emsanar, con 1.7 millones de afiliados, Asmet Salud EPS, con 1.6 millones de afiliados y Savia Salud, con 1.6 millones. En total, la suma de todas las EPS intervenidas da m¨¢s de 24,5 millones de personas. El promedio anual de lo que hoy recibe una EPS por afiliado del r¨¦gimen contributivo es de $1,444,086 y de $1,256,076, por afiliado del R¨¦gimen Subsidiado. En total, las EPS controladas por el Gobierno manejar¨¢n m¨¢s de 30 billones de pesos. Adicionalmente, la Superintendencia de salud tiene otras EPS en proceso de liquidaci¨®n. La m¨¢s grande es Medim¨¢s EPS, pero tambi¨¦n est¨¢n al borde de desaparecer Ecoopsos, Convida EPS y Comparta EPS, entre otras.
Claudia Vaca, del Centro de Pensamiento Medicamentos, Informaci¨®n y Poder de la Universidad Nacional, afirma que las ¨²ltimas intervenciones s¨ª fueron una fuerte respuesta de Petro a la ca¨ªda de la reforma. ¡°Es un mecanismo muy riesgoso. Porque hasta ahora el Gobierno ha demostrado que no tiene la capacidad de gesti¨®n para administrar el sistema¡±. Vaca reconoce que las intervenciones son mecanismos legales, que se pueden utilizar, pero, insiste en que hacerlas en caliente, lo complica todo. ¡°Transformar la cultura institucional y tom¨¢rsela por asalto para garantizar que funcione lo que no funcionaba antes sin planeaci¨®n es dif¨ªcil y poco probable¡±. La experiencia previa le da la raz¨®n. Del total de EPS que han sido intervenidas en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, la mayor¨ªa ha quebrado y cerrado, generando una carga adicional de pacientes para otras EPS. Tatiana Andia complementa esa idea: ¡°casi siempre terminan en casos de corrupci¨®n y liquidaci¨®n¡±, dice. Ante la pregunta de porque son distintas las intervenciones de Petro a las de otros Gobiernos (Con Duque se intervinieron 13 EPS y con Juan Manuel Santos 18) And¨ªa responde que antes no se hab¨ªan intervenido EPS con tantos afiliados, que siempre se hab¨ªa hecho el proceso cuando estaban ya a punto de la liquidaci¨®n y nunca en el marco de una reforma tan profunda.
Las dos expertas coinciden en que uno de los problemas m¨¢s graves de lo que ocurri¨® esta semana fue que la discusi¨®n sobre qu¨¦ hacer con un sistema que viene en crisis desde hace tiempo se sac¨® del Congreso. ¡°Estamos en el peor escenario posible, lo hab¨ªamos llamado el infierno, el lodazal, una especie de lucha libre entre el Gobierno, la oposici¨®n y las EPS, que ya se qued¨® por fuera de las v¨ªas institucionales. Es la peor manera de discutir un asunto tan serio¡±, se lamenta Vaca. La investigadora afirma que ¡°haber sacado el debate del escenario de la deliberaci¨®n y haber roto los canales de di¨¢logo lleva irremediablemente a los escenarios de facto, que est¨¢ usando Petro. El Congreso, insiste, es el lugar adecuado para tramitar las profundas transformaciones sociales que necesita el pa¨ªs. Y propone un gran acuerdo entre distintos para construir una reforma concisa, concreta, no tan ambiciosa, que recoja los consensos de todos los sectores: ¡°A¨²n estamos con la posibilidad de hacer algo. Hoy en d¨ªa hay un 30% de la poblaci¨®n rural sin acceso a salud y sin infraestructura y sin garant¨ªas de servicio reales. No puede ser que no nos pongamos de acuerdo en reducir esa inequidad¡±.
Andia explica que las ¨²ltimas intervenciones a las EPS pueden tener consecuencias pol¨ªticas complejas para el presidente Petro. ¡°Esto se los va a tragar. Es echarse encima la responsabilidad de administrar un n¨²mero gigante de afiliados de un momento a otro¡±. Adem¨¢s, dice, ya no tendr¨¢n en las EPS el gran enemigo para echarles la culpa por el mal servicio, por el poco acceso, por la p¨¦rdida del dinero. ¡°Pol¨ªticamente hablando les puede salir costoso¡±. Claudia Vaca va m¨¢s all¨¢. ¡°Tomar las decisiones pasionales le va a terminar pasando factura. Adem¨¢s del riesgo de mala atenci¨®n a los pacientes, me preocupa que la agenda reformista necesaria pierda el apoyo de sectores que al principio la respaldaban¡±. Andia y Vaca est¨¢n de acuerdo en que las preocupaciones de la gente relacionadas con la salud pueden disminuir el apoyo de sectores importantes de la sociedad. ¡°Esto puede agudizar m¨¢s el problema. Todas las reformas pueden irse por la borda. Un coletazo no planeado de las intervenciones a las EPS ser¨ªa la derechizaci¨®n del pa¨ªs¡±.
Por ahora, la ¨²nica opci¨®n para que la jugada de Petro funcione es que el manejo de las EPS durante el a?o que la interventor¨ªa propone administrarlas sea adecuado. ¡°Para eso, lo primero, es hacer un plan de choque de dinero, invertir muchos recursos para lograr salvarlas de la quiebra¡±. En pocas palabras, hacer lo que las EPS llevan pidiendo desde hace meses, pero hacerlo ahora mientras las administra el Estado.
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