Dos a?os despu¨¦s de la muerte de un l¨ªder campesino en un operativo antidrogas, la Polic¨ªa sigue negando su responsabilidad
La instituci¨®n no ha conciliado con la familia del l¨ªder social Alconides Vallejo
Elizabeth Vallejo contesta el tel¨¦fono y suspira hondo. Dice que con esta llamada se le revuelve todo. ¡°Es como si nos tocara regresar al momento de lo que nos pas¨® hace dos a?os. Todo vuelve a la mente¡±, cuenta mientras su voz se recompone. Por estos d¨ªas de junio, pero en 2022, Elizabeth estaba sentada en el comando de la polic¨ªa del Valle de Aburr¨¢ (Antioquia) escuchando las explicaciones de cinco uniformados de alto rango sobre la muerte, en medio de un operativo antinarc¨®ticos, de su hermano Alconides Vallejo ?lvarez, de 64 a?os. ¡°Me dijeron que reconoc¨ªan la falla y que (su muerte) hab¨ªa sido un da?o colateral¡±, recuerda.
El ¡°da?o colateral¡± ocurri¨® el 21 de mayo de 2022, cuando miembros de la Direcci¨®n Antinarc¨®ticos de la polic¨ªa emprendieron el operativo que llamaron ¡°M¨²cura¡±, para enfrentar a supuestos integrantes del Clan del Golfo en la vereda La Clarita de Vegach¨ª, un peque?o pueblo al suroeste antioque?o. Al d¨ªa siguiente, la Polic¨ªa entreg¨® un parte que se?alaba que hab¨ªa abatido a seis integrantes del grupo armado.
Dos d¨ªas despu¨¦s, el 24 de mayo, advirtieron que no fueron seis ¡°abatidos¡± sino cinco, adem¨¢s de un civil que, seg¨²n ellos, hab¨ªa sido herido en el fuego cruzado. El reporte era que los polic¨ªas hab¨ªan sido atacados por el grupo armado, lo que termin¨® en un ¡°enfrentamiento¡±. ¡°Fueron neutralizados alias Perea y alias Hugo, responsables de acciones contra la fuerza p¨²blica y la sociedad civil¡±, se lee en el escueto comunicado, que menciona a Alconides Vallejo como un habitante de la zona. Este diario busc¨® la versi¨®n de la Polic¨ªa Nacional y de su Direcci¨®n Antinarc¨®ticos para entender su versi¨®n, quienes confirmaron que, por tratarse de un caso en investigaci¨®n, no pueden entregar detalles del operativo o del proceso.
De acuerdo con la versi¨®n de la familia Vallejo, cuando los polic¨ªas llegaron por tierra y aire ¡ªcomo confirm¨® la instituci¨®n¡ª, Alconides estaba en una parcelaci¨®n de la vereda, a unos 350 metros de distancia de su casa. En la mano llevaba un zurriago, una especie de l¨¢tigo para contener el ganado. Su pareja, Amparo Monsalve, cont¨® a las autoridades que escuch¨® que los disparos se prolongaron por cerca de 15 minutos. Y que cuando el sonido de las balas ces¨®, not¨® que Alconides estaba herido. De acuerdo con su relato, los polic¨ªas le dijeron que se organizara para acompa?arlo a un centro de salud, pero el helic¨®ptero despeg¨® antes de poderlo hacer. Nunca lo volvi¨® a ver con vida.
Desde ese momento, su familia lo denunci¨® como desaparecido y emprendi¨® la b¨²squeda del rastro del helic¨®ptero. ¡°Publicamos por todas las redes sociales, empezamos a llamar amigos en muchas ciudades y un d¨ªa recibimos audios de personas que nos dijeron que, por esos d¨ªas, en Barrancabermeja aterrizaron unos helic¨®pteros de la Polic¨ªa y descargaron unos cuerpos¡±, dice Elizabeth. Hab¨ªan pasado ya tres d¨ªas: era 24 de mayo.
Horas despu¨¦s, el Hospital General Regional del Magdalena Medio, a 234 kil¨®metros de Vegach¨ª, les confirm¨® que Alconides hab¨ªa ingresado al centro m¨¦dico y que hab¨ªa fallecido por la gravedad de sus heridas. La necropsia, conocida por este diario, se?ala que Alconides Vallejo ?lvarez muri¨® producto de cinco disparos: en el t¨®rax, la espalda, el brazo derecho y el gl¨²teo izquierdo. De acuerdo con los peritos, el l¨ªder social recibi¨® primeros auxilios, pero no alcanz¨® a llegar con vida hasta un centro m¨¦dico.
La p¨¦rdida para su familia fue enorme. Pero lo que no sab¨ªan todav¨ªa era que tambi¨¦n lo ser¨ªa el camino judicial que estaba por venir.
Sin conciliaci¨®n
EL PA?S conoci¨® detalles de los procesos que llevan dos a?os andando a paso lento en la justicia. La Fiscal¨ªa no ha llegado siquiera a pedir los testimonios de sus familiares. Ante eso, la familia y su abogado, Anatoly Roma?a, han avanzado en otro camino, en pos de que el Estado los resarza por sus perjuicios mediante una demanda administrativa. En ese proceso paralelo, sin embargo, se han topado con lo que entienden como contradicciones e indolencia del Estado.
Una denuncia por intimidaci¨®n
A las oficinas de la Defensoría, Procuraduría y Fiscalía de Medellín llegó un oficio, el 10 de agosto de 2022, en el que se advierte que el abogado de las víctimas, Anatoly Romaña, denunció irregularidades en una diligencia que ordenó para ese entonces la fiscalía 63 especializada en crimen organizado de Medellín, la misma que ordenó el allanamiento que causó la muerte de Alconides Vallejo y cinco miembros del Clan del Golfo. Romaña contó a este periódico que ese día llegaron a su oficina dos hombres, identificados como investigadores judiciales, a entrevistar a familiares de Alconides.
Según su relato, como el fiscal había ordenado estas entrevistas, las agendó en su oficina. “Un investigador llegó acompañado de otro señor, quien se identificó como investigador de apoyo para el caso. Eso no me generó ninguna sospecha, pero en medio de la entrevista que le estaban haciendo a la señora Amparo Monsalve (viuda de Alconides), ella los identificó. Me dijo que ellos eran los policías que estuvieron en el procedimiento en la vereda”, señala.
De acuerdo con su denuncia, en poder de las autoridades, los uniformados reconocieron que habían estado en el operativo 'Múcura' y que no veían problema en ser quienes realizaban la entrevista. Romaña cuenta que los increpó por encargarse de una diligencia judicial de las víctimas sobre un procedimiento en el que participaron; entonces interrumpió la diligencia y los sacó de su oficina.
“Es alarmante que un fiscal mande a la oficina de un abogado a dos agentes de la policía que están siendo investigados por homicidio”, dice su denuncia de entonces. Considera que se trató de una intimidación, por lo que solicitó a las autoridades que investigaran al fiscal que ordenó la diligencia. Ninguna autoridad judicial, hasta ahora, le ha proporcionado la seguridad que pidió para él y sus clientas. Este diario consultó a la Fiscalía por este caso, pero hasta la publicación de este artículo no habían emitido una respuesta.
Para interponer la denuncia, debieron primero intentar una conciliaci¨®n, mediada por la Procuradur¨ªa. En la ¨²ltima y fallida audiencia, el 29 enero de este a?o, los delegados de la polic¨ªa aseguraron que no se ha demostrado la responsabilidad de la instituci¨®n en la muerte de Alconides. ¡°No se evidencia ninguna prueba que permita demostrar que los hechos puedan ser de responsabilidad ¨²nica y exclusiva de la instituci¨®n¡±, se lee en los argumentos del acta.
En el acta tambi¨¦n qued¨® consignado que ning¨²n representante del Ministerio de Defensa se hizo presente en las audiencias conciliatorias. Tampoco justificaron su ausencia, por lo que la Procuradur¨ªa les dio tres d¨ªas h¨¢biles para que se presentaran y entregaran su posici¨®n en la investigaci¨®n. Este diario busc¨® la versi¨®n del Ministerio, pero hasta la publicaci¨®n de este art¨ªculo, no hab¨ªan enviado una respuesta.
Para Elizabeth Vallejo no deja de ser contradictorio que la Polic¨ªa, que alguna vez le reconoci¨® de frente y a los ojos que la muerte de su hermano hab¨ªa sido un ¡°error¡±, evada ahora su responsabilidad. La instituci¨®n alega, adem¨¢s, que la familia no ha probado el da?o que sufrieron los hijastros, hijos y nietos de crianza de Alconides con su muerte. Y dicen que actuaron cumpliendo una orden de allanamiento que hab¨ªa emitido el fiscal 63 especializado contra organizaciones criminales de Medell¨ªn. ¡°Los uniformados estaban en la obligaci¨®n de repeler el ataque criminal dirigido contra ellos¡±, dijeron, refiri¨¦ndose a la balacera.
El abogado Roma?a dice a este diario sobre el proceso que no hab¨ªa voluntad conciliatoria de la Polic¨ªa. ¡°No hay manera objetiva, m¨¢s all¨¢ de testimonios, de demostrarles el sufrimiento de una familia, como para que ellos aleguen que no hemos acreditado el da?o que vivieron ellos con la p¨¦rdida. Es un da?o inmaterial, el dolor no hay forma de medirlo¡±.
Tras la conciliaci¨®n fracasada, la familia demand¨® al Ministerio de Defensa y a la Polic¨ªa, por considerar que en el procedimiento se violaron fundamentos b¨¢sicos del Derecho Internacional Humanitario. La demanda se?ala que el operativo no aplic¨® los principios de distinci¨®n (separar a los combatientes de los civiles), precauci¨®n y proporcionalidad. ¡°Se debi¨® prever que all¨ª habitaban civiles y que adem¨¢s se ejerc¨ªa una actividad comercial, pues era la tienda de la vereda, por lo que era l¨®gica la presencia de civiles¡±, se lee en el documento.
De acuerdo con un comunicado de la Polic¨ªa de 2022, ¡°M¨²cura¡± se desarroll¨® en un territorio con fuerte presencia y control del Clan del Golfo. Por esas tierras, de hecho, se mov¨ªa con holgura Dairo Antonio ?suga (Otoniel), quien fue el m¨¢ximo cabecilla de esa organizaci¨®n criminal y hab¨ªa sido extraditado apenas un mes antes de este operativo, en febrero de 2022. Por entonces, la tensi¨®n era muy alta. La gente en el territorio tem¨ªa que el grupo ¡°cobrara venganza¡± por su m¨¢ximo jefe, mientras las autoridades buscaban aprovechar la ausencia de Otoniel para seguir golpeando a los criminales. ¡°M¨²cura¡± deb¨ªa ayudar a ello.
La muerte de Alconides es parte de un problema mucho m¨¢s grande. El Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) report¨® que, en Colombia, fueron asesinados 189 l¨ªderes y defensores de derechos humanos en 2022. Antioquia puso 20 de esos casos, incluyendo a Alconides. Al momento de su muerte, era el vicepresidente de la Junta de Acci¨®n Comunal de La Clarita, donde pas¨® sus 64 a?os de vida. Hab¨ªa sido concejal de Vegach¨ª y, seg¨²n Elizabeth, de sus 15 hermanos era el de las causas justas. ¡°?l dec¨ªa que al mundo hab¨ªa venido para servir, que el d¨ªa que le tocara irse, se ir¨ªa, pero dejando un legado a sus hijos y su comunidad de que tuvieron un l¨ªder que vali¨® la pena¡±.
M¨¢s all¨¢ de los procesos judiciales y de las m¨¢s de 500 p¨¢ginas del expediente por el homicidio de Alconides Vallejo, sus allegados reclaman al Estado un reconocimiento de perd¨®n p¨²blico por la muerte que resquebraj¨® a una familia. Elizabeth cuenta que cada 22 de mayo vuelve a reproducirse en su cabeza la pel¨ªcula que vivieron por esos d¨ªas. Explica que su familia ha intentado llevar el dolor de una forma distinta y por eso ninguno de sus hermanos volvi¨® a pisar esa finca desde entonces. Mientras habla, la voz se le vuelve bajita y aguda. Se queda un rato en silencio y susurra que lo que espera es que la justicia haga lo propio. ¡°Al menos que nos den la cara¡±.
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