Tejer a pesar de la guerra: Colombia consolida su liderazgo regional en la moda
Ante la inauguraci¨®n de Colombiamoda 2024, expertos hablan con EL PA?S sobre c¨®mo una apuesta de dise?o acertada, con el apoyo institucional en el momento perfecto, logr¨® posicionar la moda colombiana en el mercado internacional
Era 1999, y las secuelas del r¨¦gimen del terror que hab¨ªa dejado Pablo Escobar en Colombia perduraban casi seis a?os despu¨¦s de su muerte. La Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos presentaba su tercer informe sobre la grav¨ªsima situaci¨®n de los derechos humanos en el pa¨ªs: secuestros, masacres, desapariciones, entre otros cr¨ªmenes. Colombia era para entonces un pa¨ªs sumido en el ostracismo, una tierra del miedo. En medio de ese contexto, un evento cultural inesperado llam¨® la atenci¨®n de todo el pa¨ªs: una pasarela de moda.
Inexmoda, un instituto creado en Medell¨ªn en 1988 para promover la exportaci¨®n y la moda colombiana, quiso invitar a la pasarela Colombiamoda 2000 al afamado dise?ador ?scar de la Renta. No se trataba de traerlo con el fin de hacer negocios, para ese entonces los mercados latinoamericanos no contaban con grandes boutiques. La llegada del gran creador dominicano a Colombia obedec¨ªa a otra misi¨®n m¨¢s elevada: darle un espaldarazo de confianza, y de visibilizaci¨®n, a la moda colombiana y a su vocaci¨®n textilera. Era mostrar que Colombia era m¨¢s que el centro del crimen. Ante la inauguraci¨®n de Colombiamoda 2024, este martes, varios expertos hablan con EL PA?S sobre c¨®mo una apuesta acertada desde ese a?o, con el apoyo institucional en el momento perfecto, fue la que logr¨® posicionar la moda colombiana en el mercado internacional¡ªa pesar del conflicto armado.
¡°La moda en Colombia tambi¨¦n ha sido un veh¨ªculo para so?ar¡±, asegura Juli¨¢n Posada, consultor de moda, columnista, y quien fue testigo en primera persona de estos eventos. ¡°Desde Inexmoda, liderada en ese entonces por Roque Ospina y Alicia Mej¨ªa, hab¨ªa una convicci¨®n muy clara: no desconocemos la violencia que nos afecta profundamente, pero tenemos que seguir so?ando y resistiendo. En Colombia ha habido un ejercicio alrededor de la creaci¨®n de moda, y en torno a ella de construcci¨®n de ciudadan¨ªa, un ejercicio pol¨ªtico que se ha parado en un pilar muy claro: se?ores, ustedes pueden matarnos, pero nosotros vamos a seguir so?ando¡±
William Cruz Bermeo, historiador y acad¨¦mico de la Universidad Pontificia Bolivariana, concuerda con el lugar simb¨®lico que ten¨ªa la moda durante uno de los a?os m¨¢s violentos del pa¨ªs: ¡°Desde el punto de vista social se ha presentado como una manifestaci¨®n de resiliencia frente a las circunstancias. Ha sido tambi¨¦n una especie de espejo, una forma de representaci¨®n, de manifestaci¨®n pol¨ªtica de las ideas, comparable con cualquier otra estructura pl¨¢stica, como el arte o la literatura, que permite hablar de las cosas que nos pasan¡±. En ese mismo 1999, en novelas masivas y exitosas como Betty, la fea, la figura del dise?ador y la creaci¨®n de colecciones de moda hac¨ªan parte ya de un imaginario colectivo como pa¨ªs.
En colecciones y marejadas de ropa tambi¨¦n se ha narrado a un pa¨ªs en todas sus vicisitudes, como lo hizo, por ejemplo, la colecci¨®n de 2018 de la marca Alado en donde se puso sobre la pasarela, en palabras de la periodista Roc¨ªo Arias Hoffman, ¡°una colecci¨®n para comprender el profundo impacto que causa ser obligado a abandonar la tierra propia y quedarse literalmente con lo que se puede cargar sobre la espalda: un colch¨®n, algunos bultos, sombreros, algunos recuerdos familiares. Los desplazados de Alado nos comparten sin victimismo un drama que, en manos de los dise?adores colombianos, honra a quienes hacen de su dignidad una portentosa indumentaria¡±.
Justamente, ese lugar central que ha ocupado la moda para Colombia, -esa posibilidad de diseminar su historia convulsa tambi¨¦n en clave de ser un pa¨ªs creativo, con historias que velan a¨²n por ser narradas, ser creador de siluetas, fundador de marcas internacionales, exportador de estilos que han bautizado un halo latino ante el mundo, como ocurri¨® con el Caribbean Chic, le ha permitido al pa¨ªs ganar un lugar prioritario en la regi¨®n.
?C¨®mo cosi¨® Colombia su prominencia en la moda?
Ese liderazgo del que goza el pa¨ªs en materia de moda y confecci¨®n, est¨¢ lejos de ser una autonarrativa celebratoria. La evidencia est¨¢ por todos lados. La dise?adora cale?a, Johanna Ortiz, de las primeras latinas en vender en la plataforma de lujo global Moda Operandi, acaba de anunciar la apertura de su boutique en Madison Avenue, en Nueva York. Manuela ?lvarez, bogotana y unas de las l¨ªderes de la vanguardia en materia de dise?o, habl¨® recientemente ante la ONU como emblema de su modelo de sostenibilidad y de trabajo con comunidades artesanales. Mar¨ªa Elena Villamil, cale?a, recibi¨® el a?o pasado, entre miles de candidatos, el reconocimiento del Pitch, del Latin American Fashion Summit (LAFS), uno de los eventos m¨¢s determinantes de la moda regional en su contacto con retailers internacionales. Agust¨ªn Nicol¨¢s Rivero, con su marca A New Cross gan¨® en 2021 el concurso Fashion Trust Arabia. La lista es de no acabar. Los reconocimientos para los dise?adores colombianos vienen desde muchos lugares, pero sobre todo desde el mercado internacional que hace m¨¢s o menos una d¨¦cada lo viene posicionando como uno de sus favoritos.
¡°Yo si le atribuyo a Colombia ser un parteaguas de la moda de la regi¨®n. Ah¨ª se cosi¨® un factor muy importante con tres dise?adores: Esteban Cort¨¢zar, Silvia Tcherassi y Johanna Ortiz, cuando se internacionalizaron haciendo algo muy ¨²nico, mirando el legado de su propia cultura. Gracias a ellos, muchos compradores y retailers empezaron a poner su mirada en Latinoam¨¦rica. Cuando Lauren Santodomingo le abri¨® las puertas de Moda Operandi a Johanna Ortiz con sus vestidos de boleros y su Tulum Top, no me dec¨ªan cu¨¦ntame de Colombia, me dec¨ªan veo que algo muy interesante est¨¢ pasando en Latinoam¨¦rica¡±, explica la mexicana Samantha Tams, cofundadora del LAFS, una de las plataformas esenciales para internacionalizaci¨®n de la moda latina.
Tams ve esta relevancia del dise?o colombiano, no solo como un fruto del gran talento de sus dise?adores, se lo atribuye tambi¨¦n a una estrategia de pa¨ªs: ¡°Lo que siempre le he alabado a Colombia, es que sus organizaciones gubernamentales han sabido capitalizar el talento de su industria creativa. Hay un apoyo con organizaciones de trayectoria muy seria como Inexmoda, que tiene 30 a?os, la C¨¢mara de Comercio de Bogot¨¢, Procolombia, que destinan fondos del Gobierno para impulsar la moda de una manera organizada y con estrategia para que aprovechen las oportunidades en mercados m¨¢s amplios¡±.
La madurez institucional, tambi¨¦n ha sido acompa?ada por una longeva tradici¨®n de formaci¨®n y educaci¨®n en moda. ¡°S¨ª, Colombia tiene una tradici¨®n del sector textil y confecci¨®n y a pesar de los vaivenes sociales y sin importar la corriente ideol¨®gica de los gobiernos, este sector se ha cuidado para que pueda seguir siendo pr¨®spero. Pero luego est¨¢ la educaci¨®n en moda que ha sido fundamental. Somos uno de los pa¨ªses de la regi¨®n con las escuelas m¨¢s longevas en formaci¨®n en torno al sector. M¨¢s de 60 a?os tiene la escuela m¨¢s antigua y ni hablar de la cantidad de programas en todos los niveles que podemos encontrar, haciendo que nuestros dise?adores, costureros, productores y dem¨¢s profesiones asociadas a la moda tengan un nivel de formaci¨®n que nos permite tener un sector medianamente engranado que se manifiesta robusto y apetecido¡±, explica por su parte Carolina Agudelo, acad¨¦mica y experta en cultura material quien pone sobre la mesa otro elemento fundamental para que la moda colombiana ganara una impronta propia: su trabajo estrecho con la artesan¨ªa.
La temprana apuesta por mirar hacia adentro
El pasado 18 de junio, la dise?adora Johanna Ortiz anunciaba la apertura de su primera tienda propia en 799 Madison Avenue, Nueva York. Sus colecciones inspiradas en los r¨ªos de su Cali, en el Pac¨ªfico, los prints de palmeras y los juego con fibras naturales y mochilas dejaban en evidencia que el resort, los aires latinos y lo artesanal se toman con contundencia el mundo de la moda global. Pero aunque para las generaciones m¨¢s recientes, esta dise?adora haya dado el gran vuelco de tuerca en materia de moda colombiana, los expertos la ven, en realidad, como la materializadora excelsa de una revoluci¨®n profunda que por d¨¦cadas se ha gestado al interior de la moda en Colombia: una indagaci¨®n por sus propias referencias, por sus acervos.
¡°La moda y lo artesanal crearon en Colombia un engranaje temprano y adelantado a su tiempo. Los documentos m¨¢s antiguos nos muestran que este di¨¢logo se est¨¢ construyendo desde 1974¡å, asegura el historiador William Cruz Bermeo. Uno de los momentos c¨²lmen de este entramado se da en 2004, cuando Medell¨ªn y Mil¨¢n fueron declaradas ciudades hermanas y en la semana de la moda de Mil¨¢n se llev¨® a cabo la pasarela Identidad Colombia, que le mostr¨® al mundo lo que pasaba cuando artesanos y dise?adores se un¨ªan.
¡°Hubo una muy provechosa coincidencia de tres mujeres poderosas, Cecilia Duque, en Artesan¨ªas de Colombia; Lina Moreno de Uribe, primera dama y esposa del entonces presidente ?lvaro Uribe y Alicia Mej¨ªa, en Inexmoda, que decidieron juntarse para trabajar en crear puentes entre los dise?adores y todo ese legado artesanal que ten¨ªa el pa¨ªs para exponerlo ante el mundo¡±, recuenta el consultor Juli¨¢n Posada quien asegura que estos v¨ªnculos tempranos entre estos dos mundos, mucho antes de que fueran siquiera narrados como objetivos de sostenibilidad de las Naciones Unidas, permiti¨® enriquecer profundamente el discurso de la moda nacional.
¡°Colombia al ser un pa¨ªs rural tiene en sus oficios, haceres y saberes artesanales concentrada la cultura material identitaria que nutre no solo la moda, tambi¨¦n el dise?o, la arquitectura, la gastronom¨ªa y la agricultura¡±, explica por su parte Carolina Agudelo. ¡°La pasarela Identidad Colombia, que cumple 20 a?os, posicion¨® el discurso de la identidad, del valor de lo propio y de la artesan¨ªa al servicio del vestir. Desde esto, son muchos los relatos, las alianzas y las iniciativas que han hilado estos di¨¢logos que dispone a Colombia como uno de los pa¨ªses latinoamericanos con una de las trayectorias m¨¢s interesantes en cuanto a la artesan¨ªa y la moda¡±.
La dise?adora Manuela ?lvarez, invitada recientemente por el United Nations Conscious Fashion and Lifestyle Network, plataforma de la ONU para fomentar la colaboraci¨®n y el compromiso de la industria de la moda con los ODS, asegura que su marca que tiene 11 a?os, lleva 9 apostando por trabajar con las comunidades artesanales. ¡°Yo encontr¨¦ mi voz como dise?adora colombiana en la exploraci¨®n del tema artesanal y social. Desde muy temprano, tras participar en la iniciativa Maestros Ancestrales de la Revista Fucsia, la marca MAZ se vuelca a trabajar con comunidades vulnerables, mujeres, reinsertados, y nos concentramos en cumplir con el objetivo de impacto social ¨¦tico y cultural¡±, explica ?lvarez quien a?ade que hoy el 90% de sus bases textiles son hechas por manos artesanas, en telares verticales o horizontales o tejidos como el crochet, dos agujas y m¨¢quina manual.
Pero ?lvarez no ve esta apuesta como una iniciativa exclusiva suya, la ve m¨¢s bien como un ejercicio que define a dise?adores de su generaci¨®n como A New Cross o Laura Laurens que se han acompa?ado en tejer una vanguardia que es disidente de ese tropicalismo que pareci¨® devorarse todo y que m¨¢s bien, entre las monta?as y las capas sobre capas, descubri¨® la riqueza de las t¨¦cnicas que hab¨ªan habitado siempre el pa¨ªs.
Sin embargo, y a pesar de este arraigado v¨ªnculo entre artesan¨ªa y moda, los expertos abogan por tener m¨¢s presente a los artesanos y las artesanas en estos ejercicios, por hacer trabajos verdaderamente sostenibles en el tiempo, por hacer m¨¢s inmersiones en territorio, por seguir construyendo desde el cuidado proyectos colectivos que lleven a la preservaci¨®n de estos oficios y saberes, a ver al dise?ador m¨¢s bien como aprendiz, un par, un mediador y a seguir buscando que la educaci¨®n en oficios sea eje del desarrollo de ciertas regiones. Como lo concluye el joven artista visual y periodista de moda Christian Baena: ¡°Lo importante es que las marcas de moda colombiana sigan entendiendo lo que representan culturalmente, esa carga social y psicol¨®gica que se construye en la ropa, que vean c¨®mo las puestas en escena, las historias que se retratan en las revistas y las colecciones son prendas vivas y m¨¢s que prendas, son seres con la historia de un pa¨ªs que duele, pero sigue sonriendo, que sigue intentado cruzar la orilla¡±.
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