Petro opta por un elocuente silencio frente a las elecciones venezolanas
El mandatario colombiano busc¨® mediar entre Nicol¨¢s Maduro y la oposici¨®n para lograr garant¨ªas antes de las votaciones. Es una de las voces internacionales con m¨¢s peso para ayudar a resolver una crisis en aumento
En sus dos a?os como presidente de Colombia, Gustavo Petro ha refrendado una forma de Gobierno que pasa por sus pronunciamientos permanentes. Discursos, intervenciones y, sobre todo, mensajes en redes sociales, privilegiando X. En las ¨²ltimas 24 horas, sin embargo, ese canal de comunicaci¨®n favorito se ha llenado de silencio. Desde que cerraron las urnas en Venezuela, el presidente del pa¨ªs vecino, el que ha recibido a 2,8 millones de migrantes, ha callado. Mientras otros mandatarios de la regi¨®n han reaccionado al anuncio de la reelecci¨®n de Nicol¨¢s Maduro y a las denuncias de fraude de la oposici¨®n, ya sea apoyando a la oposici¨®n o al Gobierno, o pidiendo m¨¢s transparencia, Petro ha optado por el silencio.
En el transcurso del lunes, el presidente de izquierdas no dio discursos, no hizo apariciones p¨²blicas y tampoco us¨® su cuenta de X, una actividad cotidiana en el mandatario. All¨ª, tan solo comparti¨® un mensaje de su canciller, en el que llama a un ¡°conteo total de los votos, su verificaci¨®n y auditor¨ªa de car¨¢cter independiente¡±, y otro en el que el Ejecutivo celebra la apertura de la licitaci¨®n de una v¨ªa f¨¦rrea. Fijado en su cuenta de X est¨¢ su mensaje previo del viernes previo a las votaciones. ¡°Venezuela toma decisiones democr¨¢ticas. Cualquiera que sea su voluntad ser¨¢ respetada por mi gobierno¡±, dice, escuetamente.
Mientras Petro calla, los hechos se han sucedido con rapidez, llevando la crisis en Venezuela a una situaci¨®n cada vez m¨¢s dram¨¢tica. El domingo, las autoridades electorales tardaron varias horas en hablar. Finalmente, informaron que con el 80% de las mesas declaraban una victoria de Maduro con el 51,2% de los votos. Pero la oposici¨®n encabezada por Mar¨ªa Corina Machado se?alaba que ten¨ªa copia del 30% de las actas electorales, que reflejan la votaci¨®n, y que ellas mostraban que el ganador era su candidato, Edmundo Gonz¨¢lez Urrutia, con el 70% de la votaci¨®n. La p¨¢gina del Consejo Nacional Electoral se cay¨®, las actas oficiales no se conocieron, el oficialista fiscal venezolano se?al¨® a la oposici¨®n de un hackeo.
Estados Unidos, a trav¨¦s de su secretario de Estado Anthony Blinken, y Chile en voz de su presidente, entraron a cuestionar el resultado. ¡°Exigimos total transparencia de las actas y el proceso, y que veedores internacionales no comprometidos con el Gobierno den cuenta de la veracidad de los resultados. Desde Chile no reconoceremos ning¨²n resultado que no sea verificable¡±, dijo el presidente austral Gabriel Boric. Fue entonces que la Canciller¨ªa Colombiana pidi¨® el conteo total, pero en voz de su canciller. Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, presidente de M¨¦xico, en su ma?anera dijo que aceptar¨ªa el resultado cuando se conozca el 100% de los votos. M¨¢s adelante un grupo de pa¨ªses de la regi¨®n con gobiernos de derecha (Argentina, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Panam¨¢, Paraguay, Per¨², Rep¨²blica Dominicana y Uruguay) fue m¨¢s all¨¢, y en un comunicado conjunto exigieron la revisi¨®n completa de los resultados ¡°con la presencia de observadores electorales independientes¡±. Venezuela respondi¨® expulsando a sus embajadores y agradecido a los Gobiernos que han reconocido la reelecci¨®n, desde Cuba o Qatar hasta Espa?a o Nicaragua.
Para los expertos, el silencio puede tener varias explicaciones, pero en cualquier caso le implica un costo alto, tanto interno como hacia afuera.
Nastassja Rojas, acad¨¦mica venezolana y profesora de Relaciones Internacionales, explica que el tiempo transcurrido es demasiado si la intenci¨®n es lograr un ¨¦xito como mediador internacional. Eso, teniendo en cuenta todo lo que ha pasado, y que la reacci¨®n de la Canciller¨ªa no reemplaza a la de un presidente locuaz y que en sus dos a?os en el Gobierno se ha mostrado muy interesado en Venezuela. ¡°Todo lo que ha pasado lo hace diferente a otros silencios, como el que Petro tard¨® en romper frente a la inhabilitaci¨®n de Mar¨ªa Corina¡±, dice en referencia a uno de los episodios m¨¢s criticados de la campa?a electoral. ¡°Ya puede ser muy tarde para incidir¡±. Explica que el escenario se ha movido muy r¨¢pido. La internacionalista Sandra Borda coincide. ¡°La entrega de credenciales a Maduro, por ejemplo, o la reiteraci¨®n de Maria Corina de que hubo un fraude, crean hechos cumplidos. El Gobierno pate¨® la mesa, y eso hace m¨¢s dif¨ªcil que cualquier negociador tenga ¨¦xito.
Una posibilidad alternativa, rumoreada por muchos y confirmada por ninguno, es que Petro est¨¦ cocinando una posici¨®n conjunta con el brasile?o Luiz In¨¢cio Lula da Silva, y que la fuerza de los dos pa¨ªses ayude a mediar en la creciente crisis. Pero incluso esa alternativa ve una ventana de oportunidad que se va cerrando entre protestas masivas que chocan con uniformados venezolanos, cuando Machado y el vicepresidente chavista Jorge Rodr¨ªguez convocan a m¨¢s marchas sobre el mediod¨ªa de este martes, o cuando Nicol¨¢s Maduro se?ala a la oposici¨®n de ser fascista y quemar el material electoral y anuncia una alianza c¨ªvica-militar para defender al pa¨ªs de ¡°la ultraderecha¡±.
En el frente interno, Petro enfrenta la presi¨®n de que sus propias bases est¨¢n divididas. Algunos, como las congresistas Clara L¨®pez o Gloria Fl¨®rez, han salido a defender a Maduro y a reivindicar su reelecci¨®n, mientras otros, como el presidente de la C¨¢mara Jaime Ra¨²l Salamanca, han pedido un reconteo de votos con verificaci¨®n externa. Las encuestas en Colombia reflejan un rechazo masivo a Maduro ¡ª la sistem¨¢tica Invamer Poll muestra una desfavorabilidad de m¨¢s del 90% desde hace m¨¢s de una d¨¦cada¡ª y el silencio presidencial contrasta con las declaraciones nutridas de todos los l¨ªderes pol¨ªticos del pa¨ªs. El presidente colombiano tard¨® 66 d¨ªas en criticar la inhabilitaci¨®n de Machado, un evento de quiebre de las elecciones y de los acuerdos de garant¨ªas que hab¨ªa ayudado a construir. Tras las votaciones y con Venezuela en llamas, ya no se cuenta en d¨ªas, sino en horas.
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