Dos a?os de tire y afloje entre el Gobierno Petro y las altas cortes
El presidente mantiene su discurso sobre la independencia judicial, pero algunas decisiones han provocado tensiones en su relaci¨®n con los magistrados
Una de las banderas que Gustavo Petro ha enarbolado desde que ocupaba una curul en la C¨¢mara de Representantes es la de la independencia de los poderes p¨²blicos en Colombia. Lo ratific¨® cinco d¨ªas despu¨¦s de asumir la presidencia en la Casa de Nari?o, cuando se reuni¨® con los presidentes de las altas cortes y reafirm¨® su compromiso de garantizar ¡°m¨¢xima independencia judicial¡±. Ese encuentro se repiti¨® el pasado 9 de julio, cuando refrend¨® ese discurso. Pero, tras dos a?os de Gobierno, la relaci¨®n entre el presidente de izquierdas y las altas cortes est¨¢ agrietada.
Tras algunos desencuentros, como cuando el presidente no lleg¨® a la ceremonia de posesi¨®n de dos magistrados, la distancia se agudiz¨® a inicios de 2024. La acci¨®n que gener¨® la fractura m¨¢s grande entre el Gobierno y las altas cortes fue el llamado que le hizo Petro a sus simpatizantes de movilizarse cuando la Corte Suprema de Justicia tardaba en elegir a una nueva fiscal general, un cambio que favorecer¨ªa el poder del Ejecutivo, pues hab¨ªa salido un fiscal convertido en su opositor pol¨ªtico, y el reemplazo ser¨ªa una de las tres penalistas postuladas por el presidente. Para Gloria Mar¨ªa Borrero, por una d¨¦cada directora de la Corporaci¨®n Excelencia en la Justicia, ese choque fue m¨¢s all¨¢ de las diferencias usuales. ¡°Es natural que existan ese tipo de tensiones, pero el llamado a la ciudadan¨ªa a salir a marchar al lado de la Corte Suprema fue una presi¨®n indebida y ah¨ª pas¨® la raya el presidente Petro¡±.
El 8 de febrero, cientos de personas se concentraron frente al Palacio de Justicia de Bogot¨¢, mientras los togados tomaban una decisi¨®n. Faltaban cinco d¨ªas para que saliera el fiscal general y la Corte llevaba dos meses debatiendo. El presidente hab¨ªa se?alado que esa tardanza era un ¡°incumplimiento del deber judicial¡±, aunque neg¨® que estuviera ejerciendo presi¨®n sobre los jueces. ¡°Es una obligaci¨®n de la Corte escoger dentro de esas personas. Eso no se llama presi¨®n, esa es la orden de la Constituci¨®n, la presi¨®n viene de esta¡±. Ese d¨ªa la Corte no eligi¨® fiscal, pero s¨ª mostr¨® su molestia con el mandatario. El magistrado Gerson Chaverra, presidente de la Corte, dijo al pa¨ªs que ¡°la democracia quedaba en vilo cuando cualquier sector o actor de un pa¨ªs pretende presionar pol¨ªtica, f¨ªsica o moralmente las decisiones de la justicia¡±.
Para Borrero, el mandatario ha transgredido la l¨ªnea de la independencia con el sistema judicial cuando ha cuestionado y criticado, en un tono desafiante, decisiones que afectan el rumbo de su Gobierno. Para la tambi¨¦n exministra de Justicia, ¡°el presidente no es una persona a la que le gusten los controles¡± como los que, argumenta, han realizado las cortes al emitir ¡°los llamados y las alertas necesarias¡±.
Ese contrapoder se ha sentido con fuerza en la Casa de Nari?o. La Corte Constitucional ha tomado varias decisiones contrarias al Gobierno, como la anulaci¨®n de apartes de su reforma tributaria. El tribunal tambi¨¦n devolvi¨® al Congreso el Plan Nacional de Desarrollo y dej¨® coja la llamada Ley de Paz Total, que le daba v¨ªa jur¨ªdica a la pol¨ªtica bandera de negociar con estructuras criminales, suspender ¨®rdenes de captura y excarcelar personas condenadas. Recientemente, la misma Corte dej¨® sin piso jur¨ªdico el Ministerio de Igualdad por vicios en su tr¨¢mite, aunque posterg¨® los efectos de su decisi¨®n hasta 2026.
Petro ha reaccionado, en ocasiones con fuertes cr¨ªticas, a esas decisiones. Cuando, en julio pasado, la Corte anul¨® el art¨ªculo del Plan de Desarrollo que permit¨ªa las compras expr¨¦s de tierras con el que el Ministerio de Agricultura pretend¨ªa acelerar la reforma agraria, afirm¨® que ¡°la Corte restringe seriamente el cumplimiento del Acuerdo de Paz¡±. Una reacci¨®n similar tuvo cuando el mismo tribunal tumb¨®, uno a uno, los decretos en los que el Gobierno declar¨® una emergencia social en La Guajira y tom¨® decisiones para enfrentarla.
Para Carlos Augusto Chac¨®n, director ejecutivo del Instituto de Ciencia Pol¨ªtica, con esas respuestas a las decisiones judiciales, el presidente ¡°busca deslegitimar a las cortes ante la opini¨®n p¨²blica y hacerlas responsables de los fallos de su Gobierno¡±. El acad¨¦mico vincula esa ret¨®rica con la debatida propuesta de modificar la Constituci¨®n. Aunque inici¨® con la idea de convocar una asamblea y termin¨® con la defensa del desarrollo permanente ¡°poder constituyente¡±, para Chac¨®n en todo caso pretende cambiar la esencia de las instituciones. ¡°Para cumplir legitimar el relato de la necesidad de cambiar la constituci¨®n, Petro ha hecho uso de recursos que atacan la legitimidad del poder judicial¡±.
De hecho, el magistrado Jos¨¦ Fernando Reyes, de la Corte Constitucional, ha cuestionado directamente la idea de tocar la Constituci¨®n. En la conmemoraci¨®n de los 33 a?os de la Constituci¨®n, el pasado 4 de julio, el presidente de la Corte dijo que el pa¨ªs no debe hablar de ¡°nuevos proyectos constitucionales si no hemos sido capaces de desarrollar y hacer cumplir el pacto que forjamos en 1991¡å. Horas despu¨¦s, Petro se?al¨® que Reyes estaba equivocado, e insisti¨® en su propuesta. Para el jurista Jaime Arrubla, quien fue secretario jur¨ªdico de la Presidencia y magistrado de la Corte Suprema, en el tono Petro ¡°parece m¨¢s senador que presidente¡±. Seg¨²n ¨¦l, mantiene el ¡°tono pendenciero de la oposici¨®n y se va lanza en ristre contra las decisiones, pero despu¨¦s se arrepiente y busca un acercamiento con las cortes¡±. En ¨²ltima instancia, ve m¨¢s un discurso funcional al presidente que una relaci¨®n rota o una amenaza real.
Sin embargo, en ocasiones el presidente s¨ª ha desafiado decisiones judiciales. El caso m¨¢s claro es el reciente reintegro de Andr¨¦s Hern¨¢ndez como c¨®nsul en M¨¦xico. En marzo pasado, el Consejo de Estado hab¨ªa anulado esa misma designaci¨®n, al advertir que al momento del nombramiento hab¨ªa personas de carrera diplom¨¢tica que pod¨ªan haber participado en esa plaza. Hern¨¢ndez permaneci¨® en el cargo hasta junio y, tras el fallo, sali¨® apenas por dos semanas. Para la jurista Borrero, esa postura es ¡°un irrespeto a una decisi¨®n judicial¡±. A la vez, reconoce el acierto de Petro al aumentar los recursos con que cuenta la Rama Judicial para asegurar que se creen 2.400 cargos permanentes que estaban en mora hace dos Gobiernos.
La distensi¨®n con la Fiscal¨ªa
En medio de estas grietas, el cambio de fiscal ha reducido las tensiones. El a?o y medio de cohabitaci¨®n de Petro en la Casa de Nari?o y Francisco Barbosa en la Fiscal¨ªa estuvo marcado por las peleas pol¨ªticas que comenzaron apenas a cuatro meses de iniciado el Gobierno. El primer desencuentro se dio cuando el presidente habl¨® de la excarcelaci¨®n de j¨®venes que pertenecieron a la Primera L¨ªnea en el estallido social. El fiscal respondi¨® que se trataba de una decisi¨®n que compet¨ªa al sistema judicial y no al Ejecutivo. Los desencuentros se mantuvieron con las decisiones del Gobierno sobre la paz total y la ley de sometimiento a la justicia.
El fiscal lleg¨® a decir que el presidente hac¨ªa propuestas ¡°para legalizar toda la cadena del narcotr¨¢fico en Colombia¡± y que ¡°Pablo Escobar estar¨ªa feliz con la (propuesta) de ley de sometimiento¡± del Gobierno. En mayo de 2023, el choque m¨¢s fuerte lleg¨® cuando el presidente afirm¨® que era el jefe del fiscal. ¡°Soy el jefe del Estado, por tanto, el jefe de ¨¦l (Barbosa)¡±, afirm¨® Petro, algo que ¨¦l mismo corrigi¨® m¨¢s adelante. Pero la relaci¨®n estaba en un punto de no retorno, desde que Barbosa llam¨® a Petro ¡°dictador¡± y ¡°tuitero de oposici¨®n¡±.
La ruptura entre la Presidencia y la Fiscal¨ªa General solo cambi¨® en marzo, cuando Luz Adriana Camargo asumi¨® la jefatura de la Fiscal¨ªa. Para la polit¨®loga y analista Elizabeth Ungar, Camargo ha demostrado tener las credenciales y no ser de bolsillo del presidente. ¡°Por lo menos, tiene m¨¢s independencia que el fiscal Barbosa¡±, concluye. El jurista Arrubla reconoce que la llegada de Camargo a la Fiscal¨ªa produjo tranquilidad. ¡°Para el presidente tener una fiscal cercana, como Camargo, es mejor que tener un fiscal lejano y hostil, como Barbosa, que se iba al otro lado al agredir al presidente, algo que tampoco le corresponde a un fiscal¡±.
Aunque as¨ª ha mejorado la relaci¨®n con la Fiscal¨ªa, no ha pasado lo mismo con las cortes. En la Constitucional, el pr¨®ximo a?o saldr¨¢n cuatro de sus nueve magistrados que ya terminan su per¨ªodo. Los candidatos a reemplazarlos los presentar¨¢n el presidente, la Corte Suprema y el Consejo de Estado. Las negociaciones, en ese frente, ser¨¢n prioridad en la agenda.
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