La creaci¨®n como m¨ªstica
En nuestra b¨²squeda de significado y conexi¨®n, la creatividad puede ser el camino hacia un futuro m¨¢s enriquecedor y transformador
?Qu¨¦ significa, realmente, crear? ?La creatividad est¨¢ reservada para unos pocos privilegiados? ?Es posible educar para la creaci¨®n? Desde la infancia, somos seres reflexivos y exploradores, impulsados por la curiosidad de comprender el entorno y por una notable capacidad para imaginar realidades que dan origen a nuevos mundos. Meditemos sobre la creaci¨®n como fuerza impulsora de la humanidad y su rol en el desarrollo de una mentalidad orientada al futuro.
La creaci¨®n es un acto que se nutre de lo cotidiano, pero requiere una profunda conexi¨®n con la experiencia de lo trascendente, una vivencia casi m¨ªstica. Para los neoplat¨®nicos, la m¨ªstica representa la conexi¨®n del alma individual con el principio divino, invit¨¢ndonos a mirar m¨¢s all¨¢ de lo visible y a reconocer lo sagrado en nuestra existencia diaria. Por su parte, Henri Bergson nos recuerda que el acto m¨ªstico tiene el poder de romper los confines de una sociedad cerrada, permiti¨¦ndonos seguir el impulso creador que no solo nos trasciende, sino que tambi¨¦n nos constituye como personas.
A menudo usamos la palabra ¡°m¨ªstica¡± para describir la entrega total a una tarea. Hacer las cosas con m¨ªstica se traduce en darles un sentido de prop¨®sito. La educaci¨®n, en su esencia m¨¢s pura, exige esa m¨ªstica: reconocer que m¨¢s all¨¢ de aprender sobre lo conocido, lo esencial radica en aprender sobre lo que a¨²n no hemos logrado conocer, pero que podemos imaginar. Esa fuerza es la que da origen a la creaci¨®n y abre campo a lo emergente.
Dos libros que me cautivaron recientemente me invitan a reflexionar acerca de la necesidad de incorporar el mundo del arte al despertar creativo de la vida, desde el proceso educativo mismo: El camino del artista, de Julia Cameron; y Art Thinking, de Mar¨ªa Acaso y Clara Meg¨ªas. Estos sugieren la existencia de una fuerza m¨ªstica que habita en cada uno de nosotros, una chispa que nos conecta con la belleza y nos permite experimentar lo que conocemos como experiencia est¨¦tica. Este impulso es fundamental para la educaci¨®n del futuro, ya que en la profundidad de lo simple reside la revoluci¨®n m¨¢s poderosa de la humanidad: la creaci¨®n.
En su libro, Cameron cita a C. G. Jung para recordar que ¡°la creaci¨®n de algo nuevo no es un logro del intelecto, sino el instinto de juego que act¨²a a partir de una necesidad interior. La mente creativa juega con los objetos que ama¡±. Y en ese juego la esencia de la creaci¨®n nos impulsa a ir m¨¢s all¨¢ de los l¨ªmites establecidos, a desafiar lo convencional y a explorar nuevas posibilidades. En nuestra b¨²squeda de significado y conexi¨®n, la creatividad puede ser el camino hacia un futuro m¨¢s enriquecedor y transformador.
Educar en esta m¨ªstica de la creaci¨®n implica cultivar un enfoque que valore, adem¨¢s del pensamiento cr¨ªtico, el pensamiento divergente. Esto es, fomentar la fluidez de ideas, la flexibilidad mental, la originalidad y la capacidad de materializar y elaborar conceptos. Detr¨¢s del acto de crear, se encuentra ese momento m¨¢gico que denominamos ¡°iluminaci¨®n¡±, un encuentro con la idea que surge de lo trascendente para hacerse ordinaria, conectada con la vida material.
Esta experiencia, llena de belleza, requiere, desde el ¨¢mbito educativo, ambientes de aprendizaje que brinden seguridad para la expresi¨®n y la experimentaci¨®n; que integren el arte y la creatividad en diversas disciplinas, y que, adem¨¢s, devuelvan a la educaci¨®n el placer, el goce y el extra?amiento. Alentar proyectos interdisciplinares puede abrir nuevas v¨ªas para que los estudiantes conecten sus conocimientos y experiencias, promoviendo una comprensi¨®n m¨¢s profunda de su propio proceso creativo.
En resumen, educar en la m¨ªstica de la creaci¨®n implica cultivar un entorno que valore la curiosidad, la autenticidad y la conexi¨®n emocional para permitir que cada estudiante acceda a la fuerza creadora que reside en su interior. Al hacerlo, no solo transformamos su experiencia educativa, tambi¨¦n les ofrecemos las herramientas necesarias para convertirse en agentes de cambio, capaces de so?ar, cuestionar y crear un futuro lleno de posibilidades.
Todos, sin importar nuestras circunstancias, podemos acceder a esta experiencia transformadora. Desde el cultivo de la creatividad y la conexi¨®n con lo trascendente, tenemos la capacidad de despertar esa fuerza que reside en cada uno de nosotros, permitiendo que la belleza y la innovaci¨®n florezcan en nuestras vidas.
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