La sequ¨ªa enfrenta a Colombia al riesgo de apagones y cortes de agua
El pa¨ªs le ha apostado por d¨¦cadas a construir embalses para almacenar agua, ya sea para producir energ¨ªa o para alimentar a las ciudades en los meses secos. Ese sistema se halla cada vez m¨¢s expuesto a las lluvias reducidas y a la escasa de inversi¨®n durante a?os
Colombia, como el resto de Sudam¨¦rica, ha sufrido un 2024 inusualmente seco. Aunque las lluvias escasas y demoradas que han ca¨ªdo las ¨²ltimas semanas han apagado los incendios, no han ahuyentado dos fantasmas gemelos: los racionamientos de agua en ciudades como Bogot¨¢ y los de energ¨ªa en todo el pa¨ªs. Se trata de una palabra de ingrata recordaci¨®n desde el famoso apag¨®n al que estuvo sometido en los noventa un pa¨ªs que produce la mayor parte de su energ¨ªa de centrales hidroel¨¦ctricas. En los dos casos la oferta, de agua o de energ¨ªa, depende en el 70% de que haya lluvias suficientes para que se llenen diversos embalses.
Los expertos se?alan que los riesgos de que los racionamientos se hagan realidad se incrementar¨¢n a inicios de 2025, cuando se inicie una nueva temporada seca, y crecer¨¢n en el tiempo. Adem¨¢s, es probable que surjan con fuerza otros problemas, desde las dificultades para los agricultores hasta las interrupciones en el transporte fluvial, fundamental en zonas como la Amazon¨ªa o la Costa Pac¨ªfica.
EL PA?S reconstruye la dif¨ªcil situaci¨®n del sistema el¨¦ctrico y del agua de la capital.
El suministro el¨¦ctrico de Colombia se torna oscuro
El fantasma del apag¨®n se asoma en Colombia, cada vez con m¨¢s puntualidad, en temporada de sequ¨ªa, con veranos m¨¢s intensos y de extensi¨®n impredecible. A su vez, las tuercas de la red hidroel¨¦ctrica, fuente del 68,32% de la generaci¨®n el¨¦ctrica, chirr¨ªan. Los medios siguen en tiempo real el aminorado nivel de los embalses. Y a la espera de las lluvias, los recuerdos de los cortes de luz de principios de los 90 regresan a la cabeza de muchos. Septiembre, no sobra recordar, registr¨® el nivel m¨¢s bajo de almacenamiento en las represas, con un 49,75%.
En caso de continuar as¨ª, sin un plan de ahorro de energ¨ªa, y si el verano rutinario de enero embiste con fuerza, se prev¨¦ un dif¨ªcil primer trimestre de 2025. El pron¨®stico es reservado y el tiempo apremia. Es la opini¨®n del exministro de Minas y Energ¨ªa Germ¨¢n Arce: ¡°Tenemos que quitar la presi¨®n de consumo. Ni la oferta ni la demanda son est¨¢ticas. Igual que en la crisis actual en los embalses en Bogot¨¢. Si el agua no llega, nosotros podemos compensar con una campa?a de ahorro¡±. Por lo pronto, agrega, el Gobierno ha tardado en reaccionar ante la presencia de un problema notable que deja al pa¨ªs en una situaci¨®n fr¨¢gil.
M¨¢s a¨²n cuando el sector, aseguran varios analistas, atraviesa una coyuntura comercial aletargada y con serios atrasos en infraestructura. Hoy parece que el sistema puede dar poco m¨¢s de s¨ª, y se multiplican las voces que claman por potenciar cuanto antes la oferta. No cabe duda de que el 2024 es un a?o de ruptura. ?C¨®mo ser¨¢ el pr¨®ximo fen¨®meno de El Ni?o? El gran temor a corto plazo, seg¨²n los expertos, se centra en la capacidad para atender los picos de la demanda que llega cada d¨ªa hacia las 7 de la noche. El momento en que las familias colombianas se re¨²nen para ver los noticieros, cocinar, o terminar las tareas frente al computador.
La demanda de potencia el¨¦ctrica entre 2024 y 2038 repuntar¨¢ un promedio anual de 2,83%, seg¨²n las proyecciones de la Unidad de Planeaci¨®n Minero Energ¨¦tica. Los expertos advierten de que la oferta no dar¨¢ abasto para cubrir un crecimiento a esa velocidad.
Mientras tanto, la factura de la luz en ciudades caribe?as como Cartagena ha tenido incrementos de hasta el 400% en julio. Una realidad precedida por las deudas de los consumidores, que contaron con una suerte de pr¨®rroga temporal en el pago de los recibos como alivio estatal durante la crisis sanitaria. La situaci¨®n hizo crujir los pilares financieros del sistema y la sombra de la banca rota acecha a m¨¢s de una distribuidora.
Los d¨¦ficits financieros a¨²n se apilan en los despachos contables de compa?¨ªas p¨²blicas y privadas. El negocio, despu¨¦s de la pandemia, no resulta sostenible para la mayor¨ªa. Y las estrecheces y disfunciones han desembocado en acusaciones cruzadas y algo de desconfianza entre los actores de la cadena. A saber, empresas generadoras, transmisoras, distribuidoras y comercializadoras agobiadas por los se?alamientos de inoperancia y constantes espasmos en los costos del recibo de luz.
Los gremios le han formulado algunas soluciones al Gobierno. La primera de ellas: acelerar de una vez por todas el nombramiento de los miembros de la Comisi¨®n de Regulaci¨®n de Energ¨ªa y Gas, que durante dos a?os ha navegado con un cu¨®rum incompleto o representantes interinos. La Asociaci¨®n Nacional de Empresas Generadoras (ANDEG) ha sido reiterativa en que el Ministerio de Minas y Energ¨ªa debe celebrar cuanto antes una subasta, un mecanismo al que el Ejecutivo puede recurrir para atraer inversi¨®n.
Pero el presidente, Gustavo Petro, ha respondido a menudo con ataques contra la gesti¨®n del mercado. Durante el congreso anual de la Asociaci¨®n Colombiana de Generadores de Energ¨ªa El¨¦ctrica (ACOLGEN), hace dos semanas, repas¨® sus tesis sobre la transici¨®n energ¨¦tica. El modelo neoliberal est¨¢ ligado, reiter¨®, a la crisis clim¨¢tica y con ello a la extinci¨®n de la humanidad. Por eso descree de la capacidad de las empresas a la hora de solucionar un l¨ªo may¨²sculo que se refleja en la deficiente prestaci¨®n de un servicio p¨²blico fundamental. ¡°El mercado privado est¨¢ en crisis y eso es lo que tenemos que reconocer¡±, sentenci¨® el mandatario de izquierdas.
Son palabras que ya no retumban igual que hace dos a?os, cuando inici¨® su mandato. De cualquier forma, el problema lo abruma. Natalia Guti¨¦rrez, presidenta de ACOLGEN, precisa que el desbalance energ¨¦tico no es una disyuntiva reciente. Se?ala que muchos factores han empeorado en los ¨²ltimos Gobiernos: ¡°Hace m¨¢s de tres a?os estamos levantando la alarma de que el espacio entre oferta y demanda se est¨¢ achicando. Cuando lleg¨® la ministra Irene V¨¦lez [la primera encargada de la cartera con Petro] lo primero que hicimos fue decirle que est¨¢bamos atrasados en energ¨ªa que no ha entrado y que nos pone frente a un gran reto para enfrentar todos los veranos el¨¦ctricos de aqu¨ª en adelante¡±.
El Ministerio de Minas y Energ¨ªas recalc¨® el pasado 13 de septiembre que la suficiencia energ¨¦tica no est¨¢ amenazada y ha enfatizado que el pa¨ªs tiene con qu¨¦ cubrir la demanda ¡°incluso en los escenarios de hidrolog¨ªa m¨¢s cr¨ªticos¡±. La demanda, como ha quedado demostrado por las proyecciones, a¨²n tiene mucho margen para crecer.
Colombia ten¨ªa en 2023 un consumo de energ¨ªa de 12 gigavatios por hora per c¨¢pita, menos de la mitad del promedio de 30 gigavatios de los pa¨ªses desarrollados. Y, aunque el servicio cubre casi al 97% de los habitantes (una de las tasas m¨¢s altas de la OCDE) y muestra un avance importante desde el 67% de los a?os 90, los residentes de amplias zonas de departamentos como Choc¨®, La Guajira, Vichada o Vaup¨¦s, a¨²n se hallan desprovistos de cobertura, o est¨¢n sujetos a un p¨¦simo servicio con apagones recurrentes.
¡°Tenemos un problema estructural de oferta¡±, a?ade Germ¨¢n Arce, ¡°y no estamos tomando ninguna decisi¨®n para resolverla¡±. Natalia Guti¨¦rrez agrega que a la falta de energ¨ªa nueva se suma el hecho de que, en este momento, no se ha consolidado la anunciada llegada del fen¨®meno de La Ni?a con sus lluvias: ¡°No se est¨¢n llenando los embalses a la velocidad que est¨¢bamos esperando. El Gobierno tuvo que activar el estatuto de desabastecimiento e intervenir el mercado para que los precios suban y se puedan prender las centrales t¨¦rmicas¡±.
Las centrales termoel¨¦ctricas, que participan con el 24,18% de la generaci¨®n, han sido el respaldo fundamental de la red. Tienen el problema, sin embargo, de que son operadas con carb¨®n y gas natural. Dos hidrocarburos pol¨¦micos para las miras ecol¨®gicas del Gobierno. Basta repasar los titubeos oficiales para determinar el futuro de los contratos para extracci¨®n y exploraci¨®n. ¡°Se nos est¨¢ acabando el gas y necesitamos prender las plantas¡±, remata Arce, ¡°tampoco ha llovido lo suficiente para acumular el agua necesaria de cara al siguiente verano, en enero. Y, si a eso le sumamos el hecho de que hemos sido incapaces, desde hace varios a?os, de poner suficiente energ¨ªa para atender el crecimiento de la demanda, tenemos la reuni¨®n de todos los problemas al mismo tiempo¡±.
Bogot¨¢ se seca
El regreso del tradicional clima lluvioso de Bogot¨¢ con la llegada de octubre no debe llamar a enga?os. El d¨¦ficit h¨ªdrico de la capital de Colombia mantiene activadas todas las alarmas. Esa blanca estrella que alumbra en Los Andes, como reza su himno, bebe del agua de la distante Amazon¨ªa ¨Cque tambi¨¦n sufre los estragos de la sequ¨ªa¨C. Los llamados ¡°r¨ªos voladores¡± se alimentan del vapor de los ¨¢rboles de la selva amaz¨®nica y viajan hasta la cordillera de Los Andes, empujados por los vientos alisios.
La oferta de agua en las ciudades andinas depende en gran medida del llamado pulm¨®n del mundo. Bogot¨¢ se surte de los embalses que la rodean. Ante la disminuci¨®n de las lluvias, se encuentran en niveles tan bajos que han hecho inevitable un racionamiento. En particular en el p¨¢ramo de Chingaza, que es la mayor despensa de agua de capital.
El fen¨®meno El Ni?o, reforzado por el cambio clim¨¢tico, se dej¨® sentir en la primera mitad del a?o con d¨ªas secos y altas temperaturas, por lo que los p¨¢ramos no retuvieron tanta agua como de costumbre. Su contracara, La Ni?a, no se tradujo en los prometidos aguaceros. Las lluvias esperadas para julio, agosto y septiembre, no llegaron.
La indescifrable sequ¨ªa que ha sacudido al sexto pa¨ªs m¨¢s rico del mundo en agua dulce y el primero en precipitaci¨®n anual ha recordado que Colombia es vulnerable a los eventos clim¨¢ticos extremos, subraya el exministro de Ambiente Manuel Rodr¨ªguez Becerra, un reconocido experto que ha hecho parte de la Junta Directiva de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogot¨¢. ¡°El agua de Bogot¨¢ depende de los p¨¢ramos, y los p¨¢ramos est¨¢n siendo crecientemente afectados por el calentamiento global¡±, apunta. ¡°Ahora es menos predecible lo que va a suceder con el clima¡±, se lamenta el tambi¨¦n profesor de la Universidad de Los Andes. Cuando se dise?¨® el sistema de embalses que surten a la capital, una urbe de ocho millones de habitantes a 2.600 metros sobre el nivel del mar, eran impensables tiempos de sequ¨ªa tan dr¨¢sticos.
¡°Nuestra infraestructura ha permitido proyectar que los embalses se llenen y se desocupen de manera sincr¨®nica cada a?o. Pero si no llueve, como ocurri¨® en 1995 cuando se registr¨® el hist¨®rico de m¨¢xima sequ¨ªa en Chingaza, el agua no alcanzar¨¢ para el a?o siguiente y entonces surgir¨¢n problemas de abastecimiento¡±, explicaba el mes pasado en una columna Natasha Avenda?o, la gerente del Acueducto de Bogot¨¢. ¡°La mala noticia es que este 2024 va igual o peor que 1995, evidenciando en agosto el mes con menos lluvias de los ¨²ltimos 55 a?os y de seguir con este r¨¦gimen de m¨ªnima afluencia de lluvias, este a?o puede convertirse en el m¨¢s seco hist¨®ricamente registrado¡±, advert¨ªa entonces.
Desde el primer momento, los bajos niveles del Sistema Chingaza han sido la principal preocupaci¨®n. El alcalde de Bogot¨¢, Carlos Fernando Gal¨¢n, puso en marcha un temido racionamiento de agua desde el 11 de abril, que se relaj¨® fugazmente pero en septiembre volvi¨® al esquema original de 24 horas sin servicio cada nueve d¨ªas, seg¨²n la zona de la ciudad ¨Ccomo funcion¨® entre abril y junio¨C. Es un esfuerzo de largo aliento. La Alcald¨ªa ha ido moviendo sus metas, pero ha advertido desde el principio que se necesita que Chingaza este en niveles del 75% a finales de este a?o para poder resistir el 2025. La idea era que alcanzara al menos el 70% para octubre, pero ahora mismo ni siquiera llega a la mitad ¨Ccomenz¨® este mes en el 43,97%¨C. ¡°No hay capacidad para garantizar que las reservas sean suficientes para sobrepasar la temporada seca¡±, que suele presentarse de enero a abril, ha dicho la ministra de Ambiente, Susana Muhamad.
Ante la cr¨ªtica coyuntura, la Alcald¨ªa estableci¨® una nueva referencia. ¡°El D¨ªa Cero se va a alcanzar cuando el nivel del Sistema Chingaza llegue al 36 % de llenado, si esto llega a ocurrir tendremos que tomar medidas m¨¢s restrictivas¡±, ha advertido Gal¨¢n en medio de sus constantes llamados a reducir la demanda ¨Cse aspiraba a bajar el consumo hasta 15 metros c¨²bicos por segundo, pero ese objetivo solo se ha alcanzado fugazmente en d¨ªas de puente festivo¨C. El lema de no desperdiciar una sola gota de agua se ha convertido en un mantra.
La crisis ha servido para que los bogotanos se familiaricen con sus fuentes de agua, que ya no se antojan inagotables como en otros tiempos. En condiciones normales, cerca del 70% del l¨ªquido que consumen proviene del Parque Natural Nacional Chingaza, un delicado ecosistema de bosques y p¨¢ramos. All¨ª se levant¨® a partir de 1969 ¨Ccuando Chingaza a¨²n no era declarado un parque natural¨C un sistema artificial de recolecci¨®n, el Sistema Chingaza, que tiene como grandes reservorios a los embalses de Chuza y San Rafael. Adem¨¢s de Chingaza, los embalses de Neusa, Sisga y Tomin¨¦ ¨Cel Sistema Tibitoc, que potabiliza el agua del r¨ªo Bogot¨¢¨C suelen aportar en torno al 25% mientras que otro p¨¢ramo cercano, el de Sumapaz, el m¨¢s grande del mundo, participa con el 5% restante.
¡°Los racionamientos y restricciones que definimos este a?o, no son medidas que resuelvan el problema de fondo. Es una medida necesaria de corto plazo que hay que tomar para garantizar que tengamos agua de aqu¨ª a abril¡±, reiter¨® esta semana el alcalde Gal¨¢n. ¡°Las soluciones de fondo tenemos que buscarlas y lograrlas¡±.
Bogot¨¢ se ha visto empujada a un escenario en el que le urge encontrar alternativas. El agua de Chingaza corresponde originalmente a la cuenca de la Orinoqu¨ªa. La posibilidad de construir Chingaza 2, un nuevo embalse, que se baraja desde hace a?os, se topa con la oposici¨®n de los pobladores de los llanos orientales, pues consideran que disminuir¨ªa los caudales de los r¨ªos de los cuales depende esa regi¨®n. La idea de hacer embalses en Sumapaz tambi¨¦n enfrenta la resistencia de esas comunidades.
Otra posibilidad son los acu¨ªferos de la Sabana de Bogot¨¢ y sus cerros circundantes, que pueden tener un alto potencial, a la espera de estudios detallados. Y la Alcald¨ªa tambi¨¦n se propone mejorar la infraestructura para incrementar la participaci¨®n de Tibitoc ¨Cen otras palabras, del r¨ªo Bogot¨¢¨C y as¨ª aliviar la presi¨®n sobre Chingaza. ¡°No podemos dejar ninguna alternativa por fuera¡±, valora el exministro de Ambiente Rodr¨ªguez Becerra.