Petro reactiva el viejo reclamo de las FARC de repatriar a Sim¨®n Trinidad, preso en Estados Unidos
El embajador de Colombia en Washington pide a Biden el indulto presidencial para el l¨ªder guerrillero antes de que asuma Trump
Superada la mitad de su cuatrienio, el Gobierno de Gustavo Petro ha reactivado por sorpresa el viejo reclamo de la extinta guerrilla de las FARC ¨Cy tambi¨¦n de Comunes, el partido pol¨ªtico surgido del acuerdo de paz¨C de la liberaci¨®n de Sim¨®n Trinidad, quien lleva 20 a?os preso en una c¨¢rcel de m¨¢xima seguridad en Estados Unidos, apenas una fracci¨®n de su condena a 60 a?os por secuestro. El embajador colombiano en Washington, Daniel Garc¨ªa-Pe?a, envi¨® el pasado 12 de noviembre una nota diplom¨¢tica a la Administraci¨®n de Joe Biden en la que le pide que, en el ocaso de su mandato, a punto de ceder el testigo a Donald Trump, le conceda el perd¨®n presidencial al septuagenario l¨ªder de una insurgencia ya desarmada.
¡°Sim¨®n Trinidad puede jugar un papel muy importante en el esclarecimiento de la verdad¡±, ha defendido el embajador Garc¨ªa-Pe?a este lunes en varias entrevistas al confirmar el pedido de clemencia, anticipado por Noticias Caracol. Dado que Ricardo Palmera, el nombre del excomandante, ha expresado su voluntad de comparecer ante la Jurisdicci¨®n Especial para la Paz, el sistema de justicia transicional que ya lo indult¨® por el delito de rebeli¨®n, ¡°ser¨ªa un gesto acorde con lo que ha sido el apoyo de Estados Unidos al acuerdo de paz¡± sellado en 2016, destac¨® en sus declaraciones.
Palmera tiene una historia excepcional para un l¨ªder guerrillero. Naci¨® en una familia acomodada en Valledupar, prest¨® servicio militar en la Escuela Naval, se gradu¨® como economista en Bogot¨¢ e hizo estudios de posgrado en Estados Unidos. Lleg¨® a ser gerente de un banco, pero los incesantes asesinatos de militantes del partido de izquierda Uni¨®n Patri¨®tica, al que se hab¨ªa afiliado, lo llevaron a abandonar a su familia e incorporarse a la guerrilla. Su vida es material de novela. Tanto as¨ª, que es, junto a Rodrigo Tovar, alias Jorge 40, su paisano convertido en temible paramilitar, el protagonista de L¨ªbranos del Bien, del escritor vallenato Alonso S¨¢nchez Baute, considerada una gran novela de la violencia entre vecinos.
Ya convertido en Sim¨®n Trinidad, su nombre de guerra, tuvo un papel destacado como negociador de las FARC en los fallidos di¨¢logos de El Cagu¨¢n, en el Gobierno de Andr¨¦s Pastrana (1998-2002). Despu¨¦s, ya en el Gobierno de ?lvaro Uribe (2002-2010), fue capturado en Ecuador, deportado a Colombia y extraditado a Estados Unidos en el a?o 2004. Una corte norteamericana lo conden¨® por su papel en el secuestro de tres contratistas estadounidenses, un caso muy sonado en el marco de los secuestros de pol¨ªticos y militares por parte de las FARC para intercambiarlos por guerrilleros presos, uno de los cr¨ªmenes m¨¢s repudiados por la sociedad. Thomas Howes, Keith Stansell y Marc Gonsalves, los contratistas, fueron rescatados por el Ej¨¦rcito en la cinematogr¨¢fica Operaci¨®n Jaque de 2008 despu¨¦s de pasar cinco a?os encadenados en las selvas de Colombia.
Durante los di¨¢logos de La Habana, ya en el mandato de Juan Manuel Santos (2010-2018), el predicamento de su compa?ero de armas en una c¨¢rcel de Colorado siempre estuvo en la mente de los delegados de la guerrilla. Para las FARC se volvi¨® un punto de honor la libertad de Trinidad, tanto que lo designaron negociador plenipotenciario en el proceso, y dejaron vac¨ªa la silla con su nombre en la instalaci¨®n de los di¨¢logos en Oslo, Noruega, rememora el propio Santos en su libro La batalla por la paz.
¡°Un dummy con su fotograf¨ªa de cuerpo entero acompa?¨® muchas de las declaraciones de sus negociadores en La Habana, para hacer patente su ausencia. Pero nosotros poco pod¨ªamos hacer. Trinidad hab¨ªa sido juzgado y condenado por un tribunal de Estados Unidos, y cualquier decisi¨®n sobre su situaci¨®n correspond¨ªa a las autoridades y el Departamento de Justicia de ese pa¨ªs¡±, escribe el expresidente y Nobel de Paz. ¡°Tal vez al final del proceso, una vez suscrito el acuerdo y cumplida la dejaci¨®n de las armas, se hubiera podido lograr alg¨²n avance hacia su liberaci¨®n, pero para entonces ya hab¨ªa cambiado el presidente en Estados Unidos, y lo que era una tarea muy dif¨ªcil frente a la Administraci¨®n Obama se torn¨® casi imposible ante el Gobierno Trump¡±, a?ade sobre el primer mandato del republicano, que ahora se prepara para regresar al poder.
La Administraci¨®n de Barack Obama respald¨® decididamente el acuerdo de paz con las otrora Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, e incluso tuvo un enviado especial en las negociaciones, Bernie Aronson, pero no accedi¨® en su d¨ªa a liberar a Trinidad. Biden, vicepresidente entonces, conoce bien al pa¨ªs sudamericano, al que le gusta referirse como ¡°la piedra angular¡± de la pol¨ªtica exterior de Washington en Latinoam¨¦rica. Pero el dem¨®crata ya es lo que en la jerga pol¨ªtica estadounidense se conoce como un ¡°pato cojo¡±, sin grandes motivaciones para ser receptivo al llamado de Petro.
El momento del pedido de clemencia para Ricardo Palmera, hoy de 74 a?os, tiene todo que ver con el cambio de Gobierno en Estados Unidos, subraya el analista Adam Isaacson, de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA). ¡°Lo veo muy improbable. Podemos debatir el papel que jugaba Sim¨®n Trinidad en el secuestro de los tres contratistas estadounidenses, pero una corte de Estados Unidos ya decidi¨® que ¨¦l jug¨® un papel importante en ese secuestro¡±, apunta. A pesar de que Biden ha incrementado el apoyo pol¨ªtico a la implementaci¨®n del acuerdo de paz, no est¨¢ nada claro qu¨¦ ofrece Colombia a cambio de liberar a Sim¨®n Trinidad, explica, y Estados Unidos necesita demostrar qu¨¦ recibe a cambio de tomar un paso tan riesgoso pol¨ªticamente. Con la llegada de Trump, es evidente que habr¨¢ un clima m¨¢s hostil hacia el acuerdo paz, como ya pas¨® en su primer periodo. El 20 de enero de 2025, la fecha de la toma de posesi¨®n, el eventual indulto pasar¨¢ de poco probable, a imposible. El tiempo apremia.