Un Petro m¨¢s maduro se juega su futuro en Venezuela
Por la paz de Colombia, el comercio, la seguridad fronteriza y los migrantes, Petro quiere marcar su propia ruta ante la crisis venezolana. Nada ha puesto m¨¢s en juego su credibilidad y capacidad de actuar con responsabilidad pol¨ªtica que lo ocurrido en el pa¨ªs vecino
Nada ha puesto m¨¢s en juego la credibilidad, madurez y capacidad de actuar con responsabilidad pol¨ªtica del presidente Gustavo Petro que el manejo de la crisis democr¨¢tica que atraviesa Venezuela, profundizada por el fraude de las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024 por Nicol¨¢s Maduro, quien para frenar a la oposici¨®n se ha despojado de cualquier careta democr¨¢tica.
Radicalizado, Maduro militariz¨® el pa¨ªs, cerr¨® cualquier espacio a la oposici¨®n y contra viento y marea se posesion¨® en Caracas, con m¨ªnimo reconocimiento internacional, el pasado 10 de enero. El extremo de la paranoia represiva del r¨¦gimen fue la detenci¨®n arbitraria, por unas pocas horas, de Mar¨ªa Corina Machado, s¨ªmbolo de la resistencia al r¨¦gimen. El mandatario parece obsesionado en cerrar la puerta de la libertad y anclar su pa¨ªs al caos.
En tiempos de grandes guerras y ca¨ªda de tiranos, como en Siria, Venezuela ha atra¨ªdo la mirada del mundo, precisamente cuando el p¨¦ndulo de la extrema derecha se mueve con fuerza y el electo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, patea la mesa con sus amenazas de uso de la fuerza militar para quedarse con Groenlandia, propiedad de Dinamarca, o retomar el control del Canal de Panam¨¢, desconociendo los acuerdos Torrijos-Carter, del 7 de septiembre de 1977.
En medio del caos y el dise?o de un nuevo orden internacional, los mas radicales opositores venezolanos han presionado un pronunciamiento de Trump o Marco Rubio, el designado secretario de Estado, que desaf¨ªe el poder de Maduro y anuncie una ruta de recuperaci¨®n de la democracia, que vaya m¨¢s all¨¢ del bloqueo econ¨®mico y las sanciones al equipo cercano a Maduro, quiz¨¢ esperando el uso de la fuerza.
Trump se posesionar¨¢ el pr¨®ximo 20 de enero. Habr¨¢ que esperar a ver qu¨¦ papel jugar¨¢ Venezuela en su agenda internacional, de por s¨ª ya bastante congestionada con las conflagraciones existente en otros continentes y la disputa con Putin y Xi Jinping, cuyo poder en Venezuela tambi¨¦n es may¨²sculo.
Es obvio que cualquier salida no pac¨ªfica de la crisis del vecino pa¨ªs tendr¨¢ un alto impacto en Colombia, que ha sido la principal receptora de la di¨¢spora venezolana en el continente. Ambas naciones mantienen una frontera viva de 2.200 kil¨®metros, con una amplia historia com¨²n e identidad cultural compartida, llena de oportunidades de integraci¨®n comercial y generaci¨®n de empleo.
Contrario a todos los pron¨®sticos, el presidente Petro ha sido menos amigo de Maduro de lo que el dictador esperaba y m¨¢s cercano de la postura de Brasil y M¨¦xico. Es imposible pensar que Petro se alinee en ese tema con Trump, la derecha colombiana o con la oposici¨®n del otro lado de la frontera. As¨ª lo demostr¨® al no reconocer el supuesto triunfo de Maduro, exigir la publicaci¨®n de las actas de las elecciones presidenciales, no asistir a la posesi¨®n del 10 de enero, y coaligarse con sus pares con mayor poder regional en busca de una ruta conjunta que permita una salida negociada a la crisis, definida por los propios venezolanos, que incluya a Maduro, las Fuerzas Militares y la oposici¨®n, con el apoyo de la comunidad internacional.
A pesar de la enorme controversia interna que gener¨® la presencia del embajador de Colombia, Milton Rengifo, en la posesi¨®n de Maduro, hay que mirar m¨¢s all¨¢ de la coyuntura y tratar de entender los objetivos estrat¨¦gicos de la diplomacia colombiana, definidos el d¨ªa antes de las elecciones del pasado 28 de julio. Se trata, en esencia, de mantener abierta la puerta del di¨¢logo diplom¨¢tico con Maduro, sostener la posta de la soluci¨®n pac¨ªfica de las controversias y defender los intereses vitales de Colombia, que por compartir una frontera com¨²n tan extensa, son diversos y complejos. Uno de ellos es la paz, los otros, el comercio y la seguridad fronteriza, hoy en poder del crimen organizado y las guerrillas.
As¨ª lo explic¨® el embajador Rengifo en di¨¢logo, desde Caracas, con Noticias Caracol: ¡°Con Venezuela estamos en un proceso de recuperaci¨®n de confianza, de recuperar relaciones. Aqu¨ª en Venezuela viven dos millones de colombianos que necesitan atenci¨®n. Porque, adem¨¢s, Venezuela tambi¨¦n nos ayuda en dos procesos de paz. Tambi¨¦n por la relaci¨®n comercial se han generado varias din¨¢micas de tipo empresarial muy importantes, especialmente en la frontera. Estamos hablando de m¨¢s de mil millones de d¨®lares de intercambio comercial, y eso ha generado empleo y se ha visto beneficiada la frontera. Necesitamos recuperar la frontera, que se abandon¨® y hoy est¨¢ en manos del multicr¨ªmen¡±.
Hay un tema adicional en el manejo de la crisis: la aguda crisis fiscal que incapacita a Colombia para asumir el impacto social y econ¨®mico que tendr¨ªa una nueva di¨¢spora venezolana. No hay recursos disponibles, en medio de una grave crisis fiscal interna, para asumir la responsabilidad de una nueva oleada de migraci¨®n, que podr¨ªa sumar varios millones de personas, la mayor¨ªa en gravedad situaci¨®n de vulnerabilidad, colapsando el sistema de salud y educaci¨®n, y demandando vivienda y seguridad. As¨ª las cosas, Colombia aplica una pol¨ªtica de contenci¨®n.
A pesar de las fuertes criticas en su contra Petro no quiere repetir el camino andado, en este tema, por Colombia durante el cuatrienio pasado. Quiere marcar su propia ruta, avanzar con pies de plomo, sin plazos, conciertos ni desaf¨ªos inocuos, desoyendo los ataques de la oposici¨®n, obsesionado en cuestionar la l¨®gica del marketing pol¨ªtico y dispuesto a asumir los costos de sus decisiones en la pr¨®xima campa?a presidencial, en la que el term¨®metro pol¨ªtico subir¨¢ dependiendo del estado de la situaci¨®n venezolana, las relaciones de Petro con Maduro, el impacto en la seguridad fronteriza y los mercados. Todo ello ser¨¢ la columna vertebral en la construcci¨®n de una narrativa de venezolanizaci¨®n de Colombia.
Petro ya va de salida y quiz¨¢ no le importe pagar el precio personal de su estrategia, ni su obsesi¨®n con impedir que Colombia se convierta en aliado de quienes promueven una salida de fuerza y no pol¨ªtica a la crisis del pa¨ªs vecino. Pero a quien lo que suceda s¨ª afectar¨¢ es al canciller Luis Gilberto Murillo. Son muy fuertes los ataques que recibe a diario por su papel en este cap¨ªtulo de las relaciones binacionales.
En conclusi¨®n, el 2025 comienza con alta tensi¨®n pol¨ªtica en el vecindario, un mandatario con credencial espuria que se atornilla al poder despu¨¦s de un megafraude, una oposici¨®n que no logra romper el cerco autoritario, y un jefe de Estado, como Petro, que juega a impedir que el desastre venezolano no explote y desborde la capacidad de reacci¨®n de Colombia, sumida en una profunda crisis fiscal, con reformas sociales aplazadas, un Congreso en rebeld¨ªa y unas elecciones presidenciales en marcha. En las turbias aguas de la crisis de Venezuela, adem¨¢s, podr¨ªa naufragar el sue?o de la reelecci¨®n del cambio.
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