Petro nombra a su n¨²mero 2, Laura Sarabia, canciller de Colombia
La persona de m¨¢s confianza del presidente ser¨¢ la encargada de las relaciones internacionales en la nueva era de Trump
Gustavo Petro ha encomendado este lunes una nueva misi¨®n a su persona de m¨¢s confianza, Laura Sarabia Torres. La que ejerce de n¨²mero 2 de facto, las manos por las que pasa todo lo que ocurre en el Gobierno, el ¨²ltimo filtro para acceder al presidente, ser¨¢ a partir de hoy la canciller, un puesto de m¨¢xima importancia para Colombia, seg¨²n confirmaron fuentes de la Casa de Nari?o a EL PA?S. Sarabia ser¨¢ reemplazada como directora del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre) por el vicecanciller Jorge Rojas. Del canciller saliente, Luis Gilberto Murillo, se sabe que se ha reunido con su equipo para preparar su salida del cargo, mientras su nombre toma fuerza como futuro candidato presidencial.
Aunque hasta ahora Sarabia dirig¨ªa el Dapre, la oficina encargada de todo lo relativo a la Presidencia de la Rep¨²blica, en la pr¨¢ctica Sarabia no solo ha sido eso, sino mucho m¨¢s: la sombra de Petro, quien maneja la agenda, los contactos y la atenci¨®n del presidente. Su n¨²mero de tel¨¦fono solo lo tiene la gente con m¨¢s poder en el pa¨ªs. Su despacho y el del presidente estaban a tres metros de distancia.
Su nombramiento la aleja del d¨ªa a d¨ªa del presidente, pero la coloca en uno de los puestos m¨¢s relevantes del Gobierno en un momento clave para la diplomacia colombiana. Sarabia tendr¨¢ que estrechar relaciones con Donald Trump, que hoy mismo jura el cargo. Sarabia visit¨® Washington la semana pasada, en lo que fue su primer acercamiento a la Casa Blanca como m¨¢xima responsable de las relaciones internacionales de Petro. Sarabia, de corte m¨¢s conservador que la media del petrismo, tiene una visi¨®n del mundo muy parecida a la de Murillo. Es decir, se van a privilegiar las relaciones con Estados Unidos por encima de las amistades con los nuevos pa¨ªses emergentes, a los que Petro a veces se ha acercado.
La nueva canciller se ha mostrado muy cr¨ªtica con el chavismo. Trat¨® de convencer a Petro de que no enviase al embajador en Caracas a la autoproclamaci¨®n de Nicol¨¢s Maduro el d¨ªa 10. El presidente no cedi¨®. Sarabia es de la idea de no reconocer la victoria de Maduro mientas el chavismo no muestre las actas que seg¨²n ellos les otorga la victoria. Y, como eso no va a ocurrir, ese asunto va a quedar, por el momento, en punto muerto. De todos modos, ni ella ni Petro quieren cortar relaciones con Venezuela. El peor de los escenarios ser¨ªa entrar en conflicto con Maduro y echar por tierra todo lo construido con el pa¨ªs vecino en estos dos a?os. Sarabia no quiere que se cierre la frontera ni el cierre de los consulados y las embajadas, y mucho menos que el comercio binacional se vea perjudicado.
Sarabia se gan¨® la confianza de Petro en la campa?a de 2022. Ella era entonces la asesora de Armando Benedetti, el jefe de campa?a. Cuando la izquierda venci¨® en las elecciones, Petro nombr¨® a Benedetti embajador en Caracas para alejarlo de la Casa de Nari?o. El presidente tem¨ªa que los casos judiciales que ten¨ªa abiertos acabaran afect¨¢ndole al Gobierno. A Sarabia, en cambio, la nombr¨® jefa de Gabinete. Benedetti se tom¨® muy mal que lo apartaran y emprendi¨® una guerra contra Sarabia, al punto de revelar que ella hab¨ªa perdido un malet¨ªn y que la guardia presidencial hab¨ªa sometido a la ni?era, la principal sospechosa, a una prueba de pol¨ªgrafo ilegal. Un coronel que hab¨ªa participado en la investigaci¨®n a la ni?era acab¨® suicid¨¢ndose. Petro vivi¨® d¨ªas de angustia por este esc¨¢ndalo y destituy¨® a Sarabia y a Benedetti.
Sin embargo, meses despu¨¦s los recuper¨® a los dos. Petro, despistado y un poco desordenado, no pod¨ªa vivir sin Sarabia, una mujer organizada y muy puntillosa. La nombr¨® directora del DPS, la rama del gobierno encargada de las ayudas sociales, y m¨¢s tarde del Dapre, desde donde manejaba todo lo relativo a la presidencia. Petro y Sarabia eran inseparables, todo el d¨ªa juntos. Benedetti estuvo un tiempo en Roma como embajador ante la FAO y ahora es asesor directo de Petro. Aunque la relaci¨®n entre Benedetti y Sarabia es muy mala, han tenido que convivir algo m¨¢s de un mes dentro del c¨ªrculo de Petro.
Como a Petro, sus familiares son quienes m¨¢s problemas le han causado. El hecho de que su hermano Andr¨¦s se dedique a temas de consultor¨ªa ha levantado la sospecha de que ha hecho negocios relacionados con el Gobierno. Eso provoc¨® un gran esc¨¢ndalo que ha ido atenu¨¢ndose con el tiempo. Por el momento le investiga la fiscal¨ªa por enriquecimiento il¨ªcito, pero no ha sido condenado por ello. Sarabia lo ha sufrido, pero ha dado la cara por su hermano y asegura que esas acusaciones son infundadas. Petro, al que no se le conoce ning¨²n caso de corrupci¨®n en toda su carrera, le ha cre¨ªdo a ella y conf¨ªa plenamente en su honestidad.
El sustituto de Sarabia, Jorge Rojas, ha sido defensor de los derechos humanos por m¨¢s de 20 a?os. Fue la cabeza de CODHES, oeneg¨¦ especializada en desplazamiento forzado. Petro lo llev¨® al sector p¨²blico como su secretario privado y de integraci¨®n social de Bogot¨¢, y luego ha sido una de sus personas de confianza en la organizaci¨®n pol¨ªtica. Fue tambi¨¦n jefe de debate de su campa?a presidencial de 2018, precandidato a la alcald¨ªa de Bogot¨¢ de la Colombia Humana en 2019 y su embajador en Bruselas. Ahora ser¨¢ la sombra del presidente.