Marelbys Meza, la ni?era que hizo temblar al Gobierno de Colombia: ¡°Los verdaderos responsables no han sido condenados¡±
En una entrevista en exclusiva con EL PA?S, la trabajadora de Laura Sarabia sometida a un pol¨ªgrafo como sospechosa de un robo asegura que posee secretos y revelaciones de gente muy poderosa
La cita discurre en un lugar secreto, a finales de mayo. Marelbys Meza llega con casco y un chaleco antibalas, escoltada por tres agentes armados. Desde que en marzo de 2023 denunciara que fue sometida a un pol¨ªgrafo en un s¨®tano de la Casa de Nari?o, la residencia presidencial, Meza se convirti¨® en testigo protegido. Gustavo Petro destituy¨® por este caso, dos meses despu¨¦s, a su n¨²mero 2, Laura Sarabia, y al estratega pol¨ªtico que consigui¨® que llegase al poder, Armando Benedetti, que en ese momento ejerc¨ªa de embajador en Venezuela -los dos volvieron m¨¢s tarde a ostentar cargos de confianza del presidente-. Las revelaciones de Marelbys produjeron la mayor crisis de credibilidad del Gobierno de Petro, sobre el que de repente se vertieron sospechas de corrupci¨®n y financiaci¨®n ilegal.
¡°Se acab¨® mi vida, me la destrozaron¡±, cuenta en una habitaci¨®n con una mesa desnuda y dos sillas de oficina. Meza, desde 2022, era la ni?era del hijo reci¨¦n nacido de Sarabia, Alejandro. Una noche de finales de enero de 2023, de la casa de la persona de m¨¢s confianza de Petro desapareci¨® un malet¨ªn con una gran suma de dinero. La cantidad exacta nunca ha sido revelada: se habla de 4.000 a 30.000 d¨®lares. La principal sospechosa, para la due?a de la casa, fue Marelbys. As¨ª tambi¨¦n lo creyeron los polic¨ªas encargados de la seguridad de Sarabia, que al d¨ªa siguiente la llevaron a unas dependencias gubernamentales para someterla a un detector de mentiras.
Meza dej¨® de trabajar para Sarabia de inmediato, y a partir de ese momento los polic¨ªas la siguieron, interceptaron su tel¨¦fono e investigaron a sus familiares m¨¢s cercanos. A su hermano, un taxista, lo interrogaron para que revelara d¨®nde hab¨ªan escondido el dinero. La ni?era siempre se ha declarado inocente, pero al hablar deja caer que a la casa de Sarabia y al apartamento de Bogot¨¢ desde el que se dirig¨ªa la campa?a de Petro -antes que empleada de Sarabia lo era de Benedetti- llegaban maletines ¡°sospechosos¡± que pasaban de mano en mano. Por declaraciones como esa, la Fiscal¨ªa que investiga el caso consider¨® que la vida de Meza corr¨ªa peligro. ¡°S¨¦ mucho, lo vi todo, fui testigo de todo lo que pasaba¡±, dice la ni?era en una entrevista que se llev¨® a cabo el 25 de mayo de este a?o.
El esc¨¢ndalo conmocion¨® Colombia durante semanas. La presi¨®n sobre el Gobierno fue m¨¢xima. Petro exigi¨® que se llevase a cabo una investigaci¨®n para depurar responsabilidades, una que discurr¨ªa en paralelo a la de la Fiscal¨ªa General de la Naci¨®n. Uno de los sospechosos de haber interrogado a Meza era el coronel ?scar D¨¢vila, uno de los encargados de la seguridad en Casa de Nari?o, que fue llamado a testificar ante las autoridades. D¨¢vila contact¨® a un abogado para que le defendiera, Miguel ?ngel del R¨ªo, pero nunca lleg¨® a prestar testimonio: el 11 de junio, en el interior de su coche, se suicid¨® usando su arma reglamentaria.
Por ahora, dos polic¨ªas han sido condenados a 10 a?os de prisi¨®n por haber pinchado (chuzado) el tel¨¦fono de Meza de manera ilegal. Alfonso Quinchanegua y Dana Canizales hicieron pasar a la empleada por la cocinera de uno de los cabecillas del Clan del Golfo para que un juzgado lo autorizase. ¡°Ellos son lo de menos¡±, explica Meza. ¡°Los verdaderos responsables no han sido condenados, son gente poderosa a la que temo, no podr¨¦ volver a dormir tranquila¡±, a?ade.
El abogado de Meza es Iv¨¢n Cancino, un penalista muy conocido que se encarga pro bono de casos medi¨¢ticos como este. Cancino, al conocer a Meza, entendi¨® a lo que se refer¨ªa Petro cuando en su campa?a electoral hablaba de ¡°los nadie¡±, las personas que no han sido tenidas en cuenta a lo largo de la historia del pa¨ªs, a las que Petro pretende reivindicar en su mandato. Como era una ¡°nadie¡±, era invisible, nadie notaba que estaba en la habitaci¨®n. De esa forma escuch¨® los secretos y las intimidades de los pol¨ªticos que ahora gobiernan este pa¨ªs. Cancino asegura que Meza escribi¨® muchas de esas revelaciones en una libreta que todav¨ªa conserva.
¡°No s¨¦ hasta qu¨¦ punto sabe el presidente, pero su gente s¨ª¡±, insiste ella. La semana pasada abandon¨® la custodia de la Unidad de Protecci¨®n, con cuyos responsables ha tenido m¨¢s de una discusi¨®n, y ahora se encuentra escondida por su cuenta. Como no ha podido trabajar en este tiempo, Meza se encuentra sin dinero y, cree, con pocas posibilidades de encontrar un empleo: ¡°?Qui¨¦n va a contratarme? Tendr¨¢n miedo¡±. Sus familiares y algunos amigos le echan una mano para que pueda sobrevivir, ahora que se encuentra sin la tutela del Estado. ?Le mereci¨® la pena contar lo ocurrido y meterse de lleno en este proceso judicial? ¡°No¡±, dice, mientras se ajusta el chaleco negro, escondido sobre un abrigo del mismo color.
El enredo en el que se vio envuelta Meza es digno de una ¨®pera. Ella trabaj¨® durante mucho tiempo para Benedetti, un senador muy conocido en el pa¨ªs. Pr¨¢cticamente crio a los dos hijos que tuvo el pol¨ªtico con Adelina Guerrero, su esposa. Meza tambi¨¦n fue entonces sospechosa del robo de una ropa cara y fue sometida a un pol¨ªgrafo que, aunque no tenga base cient¨ªfica, concluy¨® que era inocente. Benedetti, que antes hab¨ªa apoyado a ?lvaro Uribe y a Juan Manuel Santos -en ese orden-, tuvo una revelaci¨®n a finales de 2021: Petro pod¨ªa ser el siguiente presidente de Colombia. ?l, con sus contactos, su astucia, su experiencia, podr¨ªa ayudarle a lograrlo. Se lo propuso a Petro, y Petro dijo que s¨ª. Entonces arranc¨® una aventura que culmin¨® con la victoria del primer presidente de netamente de izquierdas de la historia de la naci¨®n, el 19 de junio de hace dos a?os.
La asistenta de Benedetti era Sarabia, de 28 a?os entonces. Trabajaba con ¨¦l desde hac¨ªa seis a?os, era su sombra. En campa?a tambi¨¦n fue la de Petro y se gan¨® el coraz¨®n del presidente. Benedetti esperaba ser ministro. Sin embargo, despu¨¦s de la victoria, Petro prefiri¨® enviarlo a Caracas para que se encargase de retomar las relaciones con el chavismo. Entre medias, Sarabia dio a luz y le pidi¨® a Adelina Guerrero que le recomendara a alguien de confianza para cuidar de su hijo mientras ella trabajaba en Casa de Nari?o. Guerrero ten¨ªa a la indicada: Marelbys Meza.
Benedetti no se tom¨® bien que le enviasen a Venezuela, le parec¨ªa una misi¨®n menor despu¨¦s de haber sido vital para que Petro conquistara el poder. En cambio, a Sarabia el presidente la nombr¨® jefa de Gabinete, a su lado, como n¨²mero 2 de facto. Por celos, por malentendidos, por el veneno que supone el poder, Benedetti y Sarabia se distanciaron, aunque eso ser¨ªa quedarse corto. A la luz p¨²blica salieron unos audios en los que ¨¦l la insultaba a su manera, con exabruptos caribe?os, que es de donde viene.
La ruptura entre antiguo jefe y empleada fue inevitable. Entonces Benedetti prepar¨® su jugada: se enter¨® de que Meza hab¨ªa sido sometida al pol¨ªgrafo y le brind¨® esa historia a Vicky D¨¢vila, la entonces directora de la revista Semana, con la que hab¨ªa coincidido Benedetti cuando era un periodista veintea?ero, en un canal de radio. Semana revel¨® lo ocurrido y el caso ech¨® a andar. Meza cont¨® ¡°el calvario¡± al que, seg¨²n ella, hab¨ªa sido sometida. El Gobierno se puso a temblar, este era el tipo de asuntos que Petro aseguraba que iba a desterrar de su lado, a diferencia de los gobiernos anteriores.
Sarabia siempre se ha declarado inocente, dice que ella no pidi¨® que le hicieran el pol¨ªgrafo a la empleada. Meza tiene una versi¨®n distinta: ¡°Creo que s¨ª sab¨ªa¡±. Ese embrollo, uno de los m¨¢s grandes que ha vivido Colombia en estos dos a?os de Presidencia de Petro, la ha metido en una espiral de la que no sabe c¨®mo salir. Su vida entera ha dado un vuelco. Se encuentra en tierra de nadie, desconectada de la realidad, por m¨¢s que consuma horas y horas de noticias en su celular. Apenas ha visto gente en m¨¢s de un a?o: ¡°Nadie puede vivir as¨ª, te vuelves loco¡±.
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