El apoyo de la izquierda a Petro se llena de fisuras
La decisi¨®n de mantener a Armando Benedetti en el coraz¨®n del Ejecutivo tensa una cuerda que el presidente llev¨® al l¨ªmite en el Consejo de Ministros televisado. Las fisuras se notan en cuatro renuncias de primer nivel e in¨¦ditas cr¨ªticas entre las bases
Lo impensable empieza a ocurrir. Sectores de la izquierda colombiana que celebr¨® a rabiar la victoria de Gustavo Petro en las elecciones de 2022, que reivindicaron ese triunfo como un logro sin antecedentes, que lo han defendido de todos los cuestionamientos, cr¨ªticas y esc¨¢ndalos, empiezan a marcar distancia del pol¨ªtico con el que llegaron al poder. La renuncia de cuatro miembros de su Gabinete en cinco d¨ªas, todos viejos aliados suyos y grandes defensores de la necesidad de un viraje en la sociedad, son solo el m¨¢s notorio de una grieta que no hace sino crecer y amenaza con debilitar a¨²n m¨¢s la gobernabilidad de un Gobierno en plena crisis.
El presidente tom¨® la decisi¨®n in¨¦dita de televisar un Consejo de Ministros el martes pasado, y en ¨¦l se?al¨® a su Gabinete de ser poco decidido y responsable de la falta de logros de su Gobierno. Era, seg¨²n varias fuentes, un intento de frenar un bloque de funcionarios que se opon¨ªa a su decisi¨®n de tener como jefe de su Despacho a un pol¨ªtico tradicional se?alado de machismo y de corrupci¨®n, Armando Benedetti. Pero varios criticaron a Benedetti antes las c¨¢maras, la crisis estall¨® en p¨²blico, y Petro no ha dado su brazo a torcer ¡ª ni siquiera luego de que, el jueves siguiente, la Corte Suprema llamara a Benedetti a juicio en un caso por corrupci¨®n. Por todo ello, el presidente enfrenta una rebeli¨®n cada vez m¨¢s sonora.
Primero renunci¨® Jorge Rojas, fugaz director de la presidencia y quien ha acompa?ado con Petro en cargos de poder p¨²blico desde que fue su secretario privado y de integraci¨®n social durante su cuatrienio como alcalde de Bogot¨¢ (20212-2015). Aunque dijo que est¨¢ totalmente comprometido con el proyecto de cambio, el presidente ha dicho que al impulsar las cr¨ªticas a Benedetti por su nuevo cargo, ¡°por poco acaba el gobierno¡±. Luego se fue el ahora exministro de las Culturas, Juan David Correa, quien en entrevista con Mar¨ªa Jimena Duz¨¢n se?al¨® que ¡°no pod¨ªa tener de jefe a un maltratador de mujeres¡±.
Hasta all¨ª, la crisis evidente parec¨ªa estar controlada. Pero este domingo estall¨® con la renuncia de Gloria In¨¦s Ram¨ªrez a la cartera de Trabajo y la de Susana Muhamad a la de Ambiente. Las dos eran de la entra?a del proyecto pol¨ªtico en el Gobierno y de hecho eran dos de los tres ministros ¡ª el restante es Iv¨¢n Vel¨¢squez, en Defensa¡ª que se manten¨ªan en su cargo desde el primer d¨ªa de la Administraci¨®n. Sus dimisiones, voluntarias, remarcan las fisuras en el apoyo que le ha dado la izquierda a Petro, uno de los suyos, pero quien tambi¨¦n fue elegido con el apoyo de algunos pol¨ªticos tradicionales como Benedetti, y llam¨® ¡°sectarios¡± a los cr¨ªticos.
La primera es una sindicalista comunista, que por d¨¦cadas ha buscado unificar una izquierda tradicionalmente dividida. La segunda es una fiel compa?era pol¨ªtica del presidente hasta el punto de haber sido la directora de su partido, Colombia Humana. ¡°Fue duro, chocante, ver a Armando Benedetti exactamente al lado del presidente, me parece que es un s¨ªmbolo de empoderamiento pol¨ªtico muy grande¡±, fue como explic¨® su salida. Por su parte, la sindicalista que obtuvo la mayor reforma del Gobierno, un nuevo r¨¦gimen pensional, no se?al¨® al jefe de Despacho de forma expl¨ªcita. Pero, en su carta de renuncia, argumenta que ¡°la pol¨ªtica debe transitar sin sectarismos y ambig¨¹edades¡± y se?ala que ¡°la violencia contra la mujer es incompatible con los mandatos del Gobierno del Cambio¡±.
Ram¨ªrez cita ¡°el mensaje pol¨ªtico y ¨¦tico del Dr. Carlos Gaviria Guti¨¦rrez¡±, en una suerte de mensaje en clave de la molestia de muchos de sus copartidarios con las decisiones del presidente. Gaviria fue el primer candidato presidencial de un proceso de unidad de la izquierda que, sin precedentes, logr¨® crear un ¨²nico partido de izquierda, el Polo Democr¨¢tico Alternativo. Apoyado por todos los movimientos y corrientes de la izquierda, el respetado abogado alcanz¨® un in¨¦dito segundo lugar en las presidenciales de 2006. La oposici¨®n frente al entonces archi popular presidente ?lvaro Uribe V¨¦lez, que hab¨ªa logrado cambiar la constituci¨®n para permitir su reelecci¨®n, no solo marc¨® el fin del sesquicentenario bipartidismo entre liberales y conservadores, sino que logr¨® que por primera vez hubiera 10 senadores de izquierda. Entre ellos se encontraban, justamente, Ram¨ªrez y Petro.
Hasta ahora, en la respuesta del presidente ha primado el silencio y el llamado a ser ¨¦l quien controla las salidas, al pedir una renuncia protocolaria general tras los anuncios de sus dos ministras. Ese silencio contrasta con las voces de molestia en la izquierda, que por primera vez se suman en sectores diferentes al del grupo que lidera el exsenador Jorge Robledo, cr¨ªtico de Petro incluso en tiempos del Polo. Un ejemplo es la actriz y escritora Margarita Rosa de Francisco, uno de sus apoyos visibles en las redes sociales. La protagonista de la exitosa Caf¨¦ ha dejado atr¨¢s su denodada defensa del Ejecutivo. ¡°Hemos quedado en la disyuntiva de celebrar los logros de este gobierno (a pesar de la innegable desarticulaci¨®n y desorganizaci¨®n) y la desconcertante deriva discursiva del ¡°jefe del Estado¡± durante esas cinco horas, con sus s¨ªmbolos fuertemente patriarcales¡± escribi¨® este domingo en su popular cuenta de X. ¡°Estoy en crisis, personas y robots de X. No me recupero.¡±
No es un caso aislado. Antonio Morales Rivera, un periodista de izquierda que ha sido permanente defensor de Petro, critic¨® su posici¨®n frente a Benedetti. ¡°La ministra Muhamad renuncia y Benedetti se queda en el gobierno. Es como despreciar un diamante y preferir una hojalata.¡±. Luego aclar¨® ¡°No hay ni un solo proyecto o realizaci¨®n del gobierno Petro que no me guste. Los defiendo hasta siempre. Lo que no me gusta es su comunicaci¨®n en directo o en diferido.¡±
Tambi¨¦n ocurre con personas m¨¢s de base de la izquierda, influencers o viejos activistas de alguna de las m¨²ltiples facciones que conforman ese sector pol¨ªtico. Un caso es el de la influenciadora Mar¨ªa Jose G¨®mez, conocida como Majo Doria. Este s¨¢bado, mostr¨® su desaz¨®n con la crisis en su cuenta de X: ¡°El desorden que vimos en televisi¨®n no es culpa de alguien que lleva una semana en un cargo, sino el resultado de decisiones err¨¢ticas, poco compromiso de funcionarios que llevan mucho tiempo en sus cargos y de una falta de rumbo que cada d¨ªa se hace m¨¢s evidente. Hoy, todos estamos pagando las consecuencias de un liderazgo que, en lugar de asumir responsabilidades, busca culpables y descalifica a quienes han dado todo por este movimiento¡±.
Incluso han surgido voces que apoyaban a Petro y ahora ponen en duda que el presidente represente a la izquierda. Felipe Mar¨ªn es un historiador y activista de una organizaci¨®n de izquierda, el Modep. Este s¨¢bado la Revista Hekatombe, tambi¨¦n militante, le public¨® una opini¨®n en la que se?ala que Petro no es de izquierda ¡°aunque vampirice electoral y medi¨¢ticamente, cada vez que puede y necesita, la memoria sentimental de ese espacio pol¨ªtico¡±. Decenas de militantes salieron a manifestarle su respaldo, entre ellos el secretario general del Partido Comunista y antiguo concejal de Bogot¨¢ por el Polo, Jaime Caycedo.
Muchos otros sectores, especialmente quienes est¨¢n en el Gobierno o en el Congreso, han cerrado filas con el presidente, Otros tienen cr¨ªticas m¨¢s matizadas y concretas, como las de los senadores Iv¨¢n Cepeda y Mar¨ªa Jos¨¦ Pizarro, muy cercanos al presidente. Esta semana, con Petro en Emiratos ?rabes y el Gobierno en la interinidad por las renuncias protocolarias, habr¨¢ m¨¢s espacio para que las distintas corrientes de la izquierda definan sus posiciones frente a un Ejecutivo que enfrenta su mayor crisis en dos a?os y medio de cuatrienio, y cuando las elecciones de 2026 despuntan en el horizonte.