El racismo tambi¨¦n es ambiental

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En las Am¨¦ricas viven alrededor de 200 millones de personas afrodescendientes. Una poblaci¨®n que padece la discriminaci¨®n racial anclada en las estructuras sociales y que tiene sus ra¨ªces en las pr¨¢cticas hist¨®ricas de un pasado colonialista y esclavista. Un trato desigual que vulnera los derechos humanos.

Las hist¨®ricas formas de discriminaci¨®n se ven agravadas en el presente como consecuencia del impacto diferenciado que tiene los llamados desastres naturales en funci¨®n de la pertenencia a un determinado grupo ¨¦tnico-racial. El da?o a la salud que padecen aquellas comunidades que viven en lugares sometidos a una grave y persistente contaminaci¨®n ambiental ser¨ªa un ejemplo de ello. Vulnerabilidades a?adidas que producen emergencias sanitarias y crisis graves de tipo humanitario.

Las dificultades que tienen las comunidades afrodescendientes para acceder a los derechos humanos se han visto agravadas por el impacto del cambio clim¨¢tico y sus consecuentes desastres en las poblaciones afectadas. Hemos visto como empeora, de forma alarmante, su derecho a la salud y a los bienes b¨¢sicos como la alimentaci¨®n, el acceso al agua y a la vivienda. El impacto ambiental tiene una dimensi¨®n racial cuando fomenta el desplazamiento, las desigualdades y la pobreza entre determinados grupos sociales. La discriminaci¨®n racial en las pol¨ªticas ambientales lleva a un racismo ambiental que se a?ade al viejo racismo hist¨®rico y estructural.

Entre los factores que limitan los derechos de las personas afrodescendientes hay que destacar las actividades empresariales que llevan a la deforestaci¨®n de amplias zonas selv¨¢ticas y la explotaci¨®n desmedida de los recursos naturales. Hechos que afectan a los recursos tradicionales y a la soberan¨ªa alimentaria de dichas comunidades.

En el D¨ªa Internacional de las Personas Afrodescendientes es urgente que se visibilice el deber y la responsabilidad que tienen los Estados en la tarea de implementar pol¨ªticas ambientales con un enfoque ¨¦tnico-racial. Acciones que, sin olvidar las necesidades hist¨®ricas de las personas afrodescendientes, deben ir encaminadas a garantizar la seguridad alimentaria y el acceso a los recursos naturales.

Frente a los proyectos que las industrias extractivas llevan a cabo en territorios ancestrales, los Estados deben escuchar a las comunidades afrodescendientes y tribales, y garantizar el derecho a la consulta previa. Asegurar que se lleve a cabo un consentimiento libre e informado ante cualquier acci¨®n del Estado, como tambi¨¦n ante los acuerdos que se adopten con las industrias extractivas de recursos naturales.

Como establece la Resoluci¨®n 3/2021 de la Relator¨ªa Especial sobre los Derechos Econ¨®micos, Sociales, Culturales y Ambientales (REDESCA) de la CIDH, los Estados deben asegurar la disponibilidad de apoyos econ¨®micos y financieros ¡ªtales como subsidios, pr¨¦stamos y donaciones¡ª cuando las comunidades afrodescendientes rurales pierdan sus cultivos o viviendas por inundaciones o sequ¨ªas, as¨ª como brindar toda la asistencia t¨¦cnica y legal para acceder a tales derechos.

Erradicar la desigualdad racial es la mejor forma de conseguir la justicia clim¨¢tica.