Sin digitalizaci¨®n no hay sostenibilidad
Es clave que toda empresa, Gobierno o laboratorio de investigaci¨®n se plantee desde el inicio, al embarcarse en el apasionante mundo de la inteligencia artificial, algunas preguntas clave que reflejen los criterios ¨¦ticos y eviten efectos secundarios no deseados
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Existe un consenso global acerca de que la sostenibilidad es el camino id¨®neo para que el sector privado contribuya activamente a la lucha contra el cambio clim¨¢tico y a la construcci¨®n de econom¨ªas m¨¢s justas e inclusivas. Esto implica, principalmente, que las empresas, adem¨¢s de buscar la rentabilidad financiera, deben medir su impacto con criterios ESG ¨Cmedioambiente (Environment), sociedad (Social) y gobernanza (Governance), por sus siglas en ingl¨¦s. Este planteamiento, especialmente en boga en Europa, va por el buen camino, pero padece de una cierta cojera. Necesitamos un marco de referencia m¨¢s amplio y acorde con las grandes transformaciones que vive la humanidad. Y esto pasa inevitablemente por integrar el componente digital a los planteamientos de sostenibilidad.
Recientemente The Economist y McKinsey Quarterly dedicaron art¨ªculos cr¨ªticos al enfoque ESG. Seg¨²n ellos, ESG tiene demasiados objetivos, algo que impide mostrar clara e intuitivamente el equilibro de las ventajas y desventajas para las econom¨ªas y las sociedades. Adem¨¢s, exponen, no hay una medici¨®n s¨®lida y existen muchos ¨ªndices con poca coherencia entre ellos. Y, por si fuera poco, se podr¨ªan haber sobrevendido sus resultados, en particular su rentabilidad financiera. Todo esto desemboca en que el enfoque ESG podr¨ªa ser una distracci¨®n para el negocio central de las empresas.
Hay que reconocer que estas cr¨ªticas tienen cierto fundamento. En cuanto a la medici¨®n y heterogeneidad de objetivos los an¨¢lisis acad¨¦micos (como por ejemplo el de Berg, K?lbel y Rigobon de MIT) e las pr¨¢cticas de las principales agencias de rating muestran que sus calificaciones apenas coinciden en la mitad de indicadores, por lo que se est¨¢ midiendo bajo el t¨ªtulo ¡®ESG¡¯ cosas muy distintas. A ello se une que, m¨¢s all¨¢ de algunos estudios panor¨¢micos, an¨¢lisis financieros recientes concluyen que la rentabilidad de carteras centradas en empresas l¨ªderes en ESG no es mejor que el resto (aunque tampoco necesariamente peor).
Ante esta situaci¨®n, The Economist sugiere centrarse exclusivamente en la dimensi¨®n de sostenibilidad medioambiental ¨Cy casi traducir la E en ¡®emisiones¡¯- y abandonar el resto de las acciones. Nosotros, en cambio, sostenemos que la respuesta debe ser mejorar el enfoque ESG y, aprovechando su empuje pol¨ªtico in¨¦dito, invertir en mejores mediciones, algo que pasa por a?adir una letra al tr¨ªo: la ¡®D¡¯ de digital. Hoy en d¨ªa es impensable enfrentar transformaciones profundas sin incluir el componente digital.
En primer lugar, se deber¨ªa intentar exportar al resto de dimensiones lo que ha hecho que la ¡®E¡¯ funcione, y que explica que incluso los m¨¢s esc¨¦pticos lo apoyen. La dimensi¨®n medioambiental se fundamenta en que las empresas quieren convencer a los analistas para que los inversores inviertan en ellas. A su vez, los inversores buscan valor econ¨®mico a largo plazo (sostenible), y los consumidores tienen una conciencia ambiental cada vez m¨¢s sofisticada. Queda claro que, sin planeta, no hay beneficios econ¨®micos. La conciencia sobre la ¡®E¡¯ fue impulsada por la publicaci¨®n del libro de Al Gore ¡°An Inconvenient Truth¡±, que ha logrado incorporar, tras m¨¢s de 15 a?os, eso s¨ª, este pensamiento de responsabilidad hacia el planeta en las empresas. Para la ¡®S¡¯ o la ¡®G¡¯ a¨²n no existe la misma conciencia en los interesados para que pueda pasar algo parecido.
En segundo lugar, proponemos a?adir al enfoque la #D de digitalizaci¨®n: ESDG: Environment, Social, Digital and Governance. Mientras se adaptan a las nuevas demandas y exigencias del mercado y de los consumidores a la econom¨ªa digitalizada, las empresas ya se est¨¢n transformando. Debemos asegurarnos de que esta transformaci¨®n promueva el uso ¨¦tico de los datos y la inteligencia artificial (IA). Por ejemplo, la probabilidad de obtener un cr¨¦dito para un emprendimiento, las ofertas laborales que recibimos o las ofertas de comercio electr¨®nico, entre otros, vienen determinadas por datos y algoritmos que predicen aut¨®nomamente nuestra situaci¨®n socioecon¨®mica, el ¨¦xito de nuestro proyecto empresarial, nuestra productividad futura o nuestras necesidades de consumo. Por ello, es clave que toda empresa, Gobierno o laboratorio de investigaci¨®n se plantee desde el inicio, al embarcarse en el apasionante mundo de la inteligencia artificial, algunas preguntas clave que reflejen los criterios ¨¦ticos y eviten efectos secundarios no deseados. En ¨¢mbitos profesionales y publicado por la AECA (Asociaci¨®n Espa?ola de Contabilidad y Administraci¨®n de Empresas), se est¨¢ proponiendo algo similar a a?adir la ¡®D¡¯ de Digital al informe no financiero.
El marco ESDG es ideal para avanzar hacia una econom¨ªa digital sostenible, al permitir conservar la multidimensionalidad y explicitar las interrelaciones entre econom¨ªa, medioambiente, sociedad, pol¨ªtica y digitalizaci¨®n. En particular, la agenda de transformaci¨®n digital debe tener en cuenta su impacto en sostenibilidad medioambiental, no solo por su intensivo uso de energ¨ªa y materias primas, sino tambi¨¦n porque puede ser un agente proactivo para innovar en pol¨ªticas de medioambiente. Adem¨¢s, las din¨¢micas sociales y pol¨ªticas hoy est¨¢n impactadas por el uso de tecnolog¨ªa (con la difusi¨®n de informaci¨®n y debates por redes alternativas a los medios de comunicaci¨®n tradicionales). Y cada vez hay m¨¢s ejemplos de tecnolog¨ªa como herramienta central de lucha contra la corrupci¨®n. La ¡®D¡¯ puede acelerar conseguir avances en la ¡®E¡¯ y la ¡®S¡¯ (el uso de la IA para un mundo m¨¢s verde y social - green and social by AI), pero al mismo tiempo hay que velar para que no tenga impactos negativos en ellos (la implementaci¨®n de la IA tiene que ser sostenible y ¨¦tica - green and ethics in AI).
En este contexto, UNESCO y Telef¨®nica unieron fuerzas para impulsar el desarrollo de sistemas de inteligencia artificial ¨¦ticos y responsables para las pol¨ªticas p¨²blicas y los servicios privados. Lanzaremos pr¨®ximamente un consejo empresarial con empresas l¨ªderes en servicios financieros y seguros, de intermediaci¨®n laboral, de formaci¨®n y de comercio electr¨®nico en Iberoam¨¦rica. Estos trabajar¨¢n en paralelo al consejo de pa¨ªses de CAF y UNESCO de pa¨ªses que est¨¢n impulsado la recomendaci¨®n de UNESCO sobre Inteligencia Artificial y ¨¦tica. As¨ª, lanzaremos un documento de casos pr¨¢cticos de uso ¨¦tico de la IA y colaboraremos en la formaci¨®n de capacidades dentro de las empresas y de los Gobiernos para el desarrollo de una IA ¨¦tica, y en particular para la implementaci¨®n de la recomendaci¨®n de UNESCO.
En tercer y ¨²ltimo lugar, se debe invertir tiempo y recursos en mejorar las mediciones, en homogeneizar las dimensiones y las estad¨ªsticas empleadas, y en enfoques aceptados globalmente o, como m¨ªnimo, regionalmente. Y generar conocimiento sobre su impacto financiero y social a corto plazo (en las que parecen centrarse la cr¨ªtica), pero tambi¨¦n en el largo plazo. Las nuevas regulaciones como la CSRD en Europa y la nueva de la SEC en EE UU son un paso en esta direcci¨®n, aunque queda mucho por hacer.
En definitiva, en l¨ªneas generales el enfoque ESG ha sido positivo para el planeta. Creemos que no deber¨ªamos solo enfocarnos en la ¡®E¡¯, sino mantener las otras dimensiones y sumar el componente digital. Vivimos en econom¨ªas y sociedades digitalizadas, por lo que la D es simplemente un reflejo de la actualidad. En conclusi¨®n, gracias ESG. ?Bienvenida y larga vida al enfoque ESDG!
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