El sapo concho, el t¨ªmido protagonista del nuevo disco de Bad Bunny y un s¨ªmbolo de resistencia en Puerto Rico
El h¨¢bitat de esta especie end¨¦mica est¨¢ amenazado por el cambio clim¨¢tico y por algunos problemas que denuncia el ¨¢lbum ¡®DeB? TiRAR M¨¢S FOToS¡¯, como la gentrificaci¨®n y turistificaci¨®n
EL PA?S ofrece en abierto la secci¨®n Am¨¦rica Futura por su aporte informativo diario y global sobre desarrollo sostenible. Si quieres apoyar nuestro periodismo, suscr¨ªbete aqu¨ª.
Le pusieron el reflector y su vida ¨ªntima sali¨® a la luz. Seg¨²n los especialistas, este animal suele pasar la mayor parte del tiempo escondido y solo sale cuando llueve para reproducirse en alguna charca del bosque seco de Puerto Rico. Sin embargo, las ¨²ltimas semanas, millones de personas lo han visto en la intimidad de su hogar, bailando mientras limpia y escucha m¨²sica, haciendo yoga, ech¨¢ndose unos pasos de salsa, cuidando sus plantas mientras suena un perre¨ªto o comi¨¦ndose un quesito con Bad Bunny. Es Concho o el sapo concho, un anfibio end¨¦mico de la isla caribe?a, que se encuentra en peligro de extinci¨®n, pero que, gracias al nuevo disco del cantante boricua, DeB? TiRAR M¨¢S FOToS, se ha convertido en un s¨ªmbolo de resistencia y de concientizaci¨®n contra la gentrificaci¨®n, la turistificaci¨®n y el cambio clim¨¢tico. Esta es su historia.
La primera descripci¨®n del sapo concho, Peltophryne lemur, data de 1868 por el paleont¨®logo estadounidense Edward Drinker Cope. Antes, tambi¨¦n se encontraba en Virgen Gorda, la tercera isla m¨¢s grande de las Islas V¨ªrgenes Brit¨¢nicas, a m¨¢s de 200 kil¨®metros de distancia de Puerto Rico, donde se crey¨® extinto por un periodo de 43 a?os, entre 1931 a 1974, seg¨²n explica Rafael Joglar, profesor e investigador en el Departamento de Biolog¨ªa de la Universidad de Puerto Rico, mediante una videollamada.
Esta especie, seg¨²n el especialista, es redescubierta al principio de los 80 en la isla y, a partir de ese momento, comienza su proceso de recuperaci¨®n y protecci¨®n. Joglar describe al sapo concho como peque?ito ¡ªpuede llegar a medir entre 5 y 12 cent¨ªmetros¡ª, berrugoso, con crestas grandes encima de los ojos y con hocico puntiagudo y curvil¨ªneo hacia arriba. Los tonos de su piel pueden ir desde el caf¨¦ hasta el amarillo verd¨¢ceo, como es representado en el cortometraje DeB? TiRAR M¨¢S FOToS de Bad Bunny para promocionar su ¨¢lbum hom¨®nimo y en peque?as c¨¢psulas de video en animaci¨®n en stop motion, una t¨¦cnica que usa fotos para crear la ilusi¨®n de movimiento y que estuvo a cargo de Acho Studio.
A la especie de Concho, el amigo del cantante boricua, se lo encuentra principalmente en la regi¨®n k¨¢rstica de Puerto Rico, compuesta de cuevas, arroyos subterr¨¢neos y sumideros, en una zona caliza que cubre aproximadamente el 27,5% de la superficie de la isla. Esta se divide en las ¨¢reas calizas del norte, sur y dispersa, seg¨²n da a conocer Sondra Vega, bi¨®loga y profesora de la Universidad de Puerto Rico a trav¨¦s de una videollamada.
La poblaci¨®n natural m¨¢s numerosa se encuentra en el bosque de Gu¨¢nica ¡ªun ecosistema entre ¨¢rido y semi¨¢rido¡ª, en el suroeste de la isla, que es una reserva de la biosfera. No se sabe con exactitud cu¨¢ntos individuos de la especie existen, sin embargo se estima, seg¨²n Vega, que pueden ser entre 500 y unos 3.000 en estado salvaje.
¡°Estamos hablando de una especie que gran parte de su vida est¨¢ metido en las grietas, en las cavidades o en agujeros que se forman dentro de esa roca caliza, que es parte de este tipo de ecosistema¡±, explica la bi¨®loga.
A pesar de esta presentaci¨®n y protagonismo reciente en la esfera p¨²blica y cultural, Joglar considera que casi nadie en Puerto Rico ha visto realmente al sapo concho. Esto debido a que es una especie rara que permanece oculta de forma habitual, ya que solo sale de su resguardo para reproducirse cuando hay eventos atmosf¨¦ricos dram¨¢ticos, como huracanes o tormentas fuertes, que producen lluvia y charcas, depresiones en el terreno que se llenan con agua de lluvia, donde este anfibio pone sus huevos, forma larvas que se convierten en renacuajos y se desarrollan en el agua despu¨¦s de cierto tiempo.
La lucha por su h¨¢bitat
El problema es que en Puerto Rico el sapo concho tiene que luchar por su h¨¢bitat, como los locales de la isla frente a fen¨®menos como la gentrificaci¨®n y la turistificaci¨®n que busca desplazarlos de sus hogares, pero no contra estadounidenses o europeos, sino contra el Rhinella marina o sapo de ca?a, una especie invasora en la isla que fue tra¨ªda el siglo pasado, a principios de la d¨¦cada de 1920, para controlar al gusano blanco que atacaba la ca?a de az¨²car.
¡°En ese momento se pensaba que era una buena idea. El sapo com¨²n se com¨ªa de todo menos el gusano blanco de la ca?a. Ahora tenemos un problema muy grande con esa especie, porque est¨¢ en competencia directa con el sapo nuestro, ya que usan los mismos sitios de reproducci¨®n¡±, afirma Joglar.
El sapo concho puede poner entre 6.000 y 7.000 huevos, mientras que el Rhinella marina puede depositar hasta 36.000. ¡°Esas charcas, cuando est¨¢n ambas especies, van a ser b¨¢sicamente dominadas por la especie invasora y apunta a una historia con un final triste en el que cada vez m¨¢s nuestra especie nativa sea desplazada casi completamente¡±, complementa el investigador.
Como si ser desplazado por una especie al menos tres veces m¨¢s grande no fuera suficiente, Concho debe enfrentar adicionalmente a los efectos del cambio clim¨¢tico. Este anfibio puede pasar varios a?os sin reproducirse. Depende de las condiciones atmosf¨¦ricas y climatol¨®gicas.
Con el incremento de las temperaturas en Puerto Rico, los anfibios se ven afectados ¡°muy seriamente¡±, ya que no tienen protecci¨®n en su piel, escamas como los peces o reptiles; o plumas y pelo como las aves y mam¨ªferos, respectivamente. Adem¨¢s que son animales ectot¨¦rmicos, lo que implica que no pueden regular fisiol¨®gicamente su temperatura, explica Joglar.
¡°Todo lo que est¨¢ ah¨ª en el ambiente, ya sea en el agua, en el aire o en la tierra, les penetra directamente. Son muy delicados ante el tema de la contaminaci¨®n. Los coqu¨ªes [otro anfibio de la isla], por ejemplo, van subiendo la monta?a buscando temperaturas m¨¢s frescas. El sapo concho, como es de costa, no puede hacer lo mismo¡±, contin¨²a el herpet¨®logo.
Otro factor, seg¨²n han ido documentando en el Proyecto Coqu¨ª ¡ªuna organizaci¨®n sin fines de lucro a cargo del bi¨®logo para preservar e investigar anfibios y reptiles¡ª, han sido los cambios ¡°muy marcados¡± en los patrones de precipitaci¨®n, con periodos muy secos y que han ido en incremento en los ¨²ltimos a?os en Puerto Rico.
¡°El tercer problema que tiene y es muy particular de esta especie, es que, como vive en charcas cerca de la costa en el sur de Puerto Rico, las marejadas tambi¨¦n, debido a la erosi¨®n, han ido reduciendo el tama?o de la costa. Las charcas que utilizaba el sapo concho para reproducirse ahora est¨¢n siendo afectadas por el agua salada y eso da?a su h¨¢bitat para su desarrollo y procreaci¨®n¡±, incide Joglar.
Pero no solo es el calentamiento global que est¨¢ desplazando a esta especie, que se ha visto que en cautiverio puede alcanzar a vivir entre cuatro a seis a?os. Vega tambi¨¦n hace hincapi¨¦ en la amenaza de la expansi¨®n urbana que conlleva la destrucci¨®n y modificaci¨®n de su h¨¢bitat, sobre todo dentro de los bosques costeros. Es parte del reto dar a conocer c¨®mo esta visi¨®n de desarrollo econ¨®mico, basado en la edificaci¨®n intrusiva de centros tur¨ªsticos, afecta al patrimonio natural de la isla.
Asimismo, Vega considera que Concho es v¨ªctima de ¡°robo de identidad¡± y para los bi¨®logos que trabajan con esta especie que pertenece a la familia de los buf¨®nidos, la familia m¨¢s numerosa de anfibios ¡ªque cuenta con 80 g¨¦neros y 750 especies¡ª, ha costado mucho aclarar su diferencia frente al sapo invasor de Surinam y el otro emblema cultural de Puerto Rico, que es el coqu¨ª, una rana de otra especie que se reproduce todo el a?o por desarrollo directo. Es decir, no requiere de ir al agua para reproducirse.
si, el coqu¨ª es emblem¨¢tico de Puerto Rico y est¨¢ en peligro de extinci¨®n, pero el protagonista de mi album no es un coqu¨ª, ES EL SAPO CONCHO; una especie tambi¨¦n nativa de Puerto Rico y en peligro de extinci¨®n.
— Benito Antonio (@sanbenito) January 17, 2025
???CONCHO!!! https://t.co/VjNRelrd4C
La figura del coqu¨ª es ¡°extremadamente importante¡±. Incluso existe el dicho que afirma ¡®Soy de aqu¨ª [Puerto Rico] como el coqu¨ª¡¯. Su figura se remonta a la etapa precolombina, ya que se lo puede encontrar en pictograf¨ªas y en muchos hallazgos arqueol¨®gicos.
¡°Que Bad Bunny haya decidido incorporar al sapo concho nos ha dado la oportunidad, no solamente de educar sobre qui¨¦n es, sino tambi¨¦n sobre lo que lo amenaza, y a sentirnos comprometidos y orgullosos porque es parte de nuestro patrimonio natural y cultural¡±, elabora Vega.
Joglar enfatiza, ¡°maravillado¡± y a la vez ¡°agradecido¡±, que Bad Bunny haya facilitado que en Puerto Rico se pueda, ¡°abierta y p¨²blicamente por primera vez¡±, hablar de la tem¨¢tica de especies en peligro, espec¨ªficamente sobre el sapo concho. ¡°Es importante que sepamos utilizar esta oportunidad que tenemos para debatir y desarrollar programas serios y masivos de educaci¨®n para cambiar la pol¨ªtica que tienen los gobiernos sobre el uso de combustibles f¨®siles y la amenaza del calentamiento global¡±, agrega.
Dentro de los esfuerzos de conservaci¨®n, seg¨²n Vega, esta especie viene reproduci¨¦ndose en cautiverio desde hace d¨¦cadas, siendo liberada y reinsertada en su ecosistema, pero con dif¨ªcil seguimiento por sus condiciones de vida, por lo que a¨²n queda mucho trabajo y preguntas pendientes. Mientras, a pesar de todas las vicisitudes que lo afectan como especie, como un s¨ªmbolo y personaje popular de lucha en contra del desplazamiento de los pueblos locales, a favor de la preservaci¨®n de las tradiciones, el sapo concho, como en el corto DeB? TiRAR M¨¢S FOToS, dice: ¡°Seguimos aqu¨ª¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.