Las escuelas de Venezuela que se surten del agua de lluvia
El arquitecto Laurencio S¨¢nchez dise?¨® Lata de Agua, un sistema que capta y filtra la lluvia para el uso en escuelas como una alternativa donde el recurso escasea
EL PA?S ofrece en abierto la secci¨®n Am¨¦rica Futura por su aporte informativo diario y global sobre desarrollo sostenible. Si quieres apoyar nuestro periodismo, suscr¨ªbete aqu¨ª.
Por a?os, una garrafa de agua ha sido parte de los ¨²tiles escolares de los alumnos de muchas escuelas en Petare, en el estado Miranda (Venezuela). En los colegios Pedro Camejo y Ferm¨ªn Toro del sector Barrio Nuevo, cada ma?ana se chequeaba que cada ni?o trajera su reserva de agua para admitirlo durante unas horas. La maestra Iris Rivas recuerda ese tiempo con frustraci¨®n. Los casi mil alumnos recib¨ªan solo medio turno de clases, porque no hab¨ªa agua corriente, un servicio b¨¢sico y un derecho humano, como tambi¨¦n lo es la educaci¨®n, que no est¨¢ asegurado en muchos pa¨ªses de Latinoam¨¦rica. ¡°Los ni?os ten¨ªan que venir con sus botellitas de agua y en sus casas tampoco ten¨ªan y sal¨ªan a las 9 de la ma?ana porque no pod¨ªamos tenerlos m¨¢s tiempo. La escuela era un lugar gris¡±, dice la docente de 44 a?os.
Ahora la escuela puede recolectar hasta 250.000 litros para cubrir sus necesidades durante al menos seis meses, el per¨ªodo que en promedio dura la temporada lluviosa en el tr¨®pico. La soluci¨®n estaba encima de sus cabezas. Con un sistema de captaci¨®n del agua de lluvia que cae en el techo del edificio de la instituci¨®n, los dos centros educativos, un ambulatorio y dos comedores enclavados en lo alto del laberinto de barrios de Petare, pueden funcionar a tiempo completo con condiciones sanitarias aceptables.
En Venezuela 75% de la poblaci¨®n no recibe agua de forma regular, seg¨²n el Observatorio de Servicios P¨²blicos. Abrir el grifo y que salga agua es un lujo para pocos, tanto en barrios pobres como en sectores de clase media, incluso alta. En estas comunidades de Petare pasaron cinco a?os totalmente secos. Por eso, recoger agua de lluvia es una pr¨¢ctica com¨²n con la que los venezolanos solventan las deficiencias de acueductos envejecidos a los que los gobiernos no les hacen mantenimiento ni ampliaci¨®n. Pero en las dos escuelas, la recolecci¨®n del recurso se tecnific¨® a trav¨¦s del proyecto de innovaci¨®n social llamado Lata de Agua, que alude a una exclamaci¨®n popular en Venezuela que expresa que ha ca¨ªdo mucha lluvia.
¡°La lluvia es una fuente de agua abundante, segura, sostenible y de calidad para usos sanitarios y de consumo humano¡±, destaca el fundador y director de este emprendimiento, Laurencio S¨¢nchez. ¡°Es una forma de aprovechar recursos y obtener independencia h¨ªdrica. Las comunidades se vuelven resilientes, apuestan por la autogesti¨®n y logran romper paradigmas. Disminuyen los conflictos sociales por el agua y se minimiza el impacto del cambio clim¨¢tico¡±, agrega el arquitecto.
Las hermanas Sally y Jazm¨ªn Carvallo abrieron camino para este proyecto en Barrio Nuevo, que ten¨ªa m¨¢s obst¨¢culos que el dif¨ªcil acceso al agua. La polarizaci¨®n pol¨ªtica que ha vivido Venezuela los ¨²ltimas dos d¨¦cadas con el chavismo convirti¨® las instituciones educativas adscritas a la administraci¨®n nacional en centros de disputa y de control del partido de Gobierno. Con conciliaci¨®n y di¨¢logo, las vecinas, cuyos nietos estudiaron en esas escuelas, lograron implementar el sistema, con financiamiento de la Embajada de Francia. Tambi¨¦n se pudieron hacer otras mejoras en el edificio como abrir el ambulatorio, con un servicio de odontolog¨ªa, que atiende a familias no solo de Barrio Nuevo, sino de otros sectores m¨¢s lejanos como San Blas y Guaicoco.
El sistema de Lata de Agua cuenta con unos filtros hechos con malla y piedras, a la manera de las nasas de pesca, que recogen el sucio que pueda arrastrar el agua del techo. Las primeras aguas de lluvia se descartan y el resto pasa por otros filtros de arena y se bombea a tanques de almacenamiento y permiten obtener un agua para limpiar y bajar las pocetas. Con un filtro extra pueden usarse para el consumo humano.
Los promotores de la idea han analizado el agua con el Departamento de Ingenier¨ªa Sanitaria de la Universidad Central de Venezuela, para garantizar su calidad. Adem¨¢s se dise?aron lo que llaman un ¡°lavamanos covid¡±, que consisten en una larga batea hecha con concreto y residuos pl¨¢sticos con capacidad para que varios ni?os se laven las manos con un solo tubo con orificios para distintos chorros que acciona una maestra. Adem¨¢s de la infraestructura, el programa incluye la formaci¨®n de los alumnos bajo el lema ¡°Llueve y aprendo¡±.
Los ¨²ltimos meses la lluvia ha sido inclemente con Venezuela, donde m¨¢s de 60.000 personas han resultado afectadas por inundaciones y deslaves. Pero S¨¢nchez recuerda que los desastres tienen que ver con la relaci¨®n de la poblaci¨®n con el espacio que ocupan, no con los fen¨®menos naturales en s¨ª mismos. ¡°La gente debe aprender que hay proteger los acu¨ªferos y las cuencas para revitalizar las ciudades¡±, comenta. ¡°Esta ecot¨¦cnica para la captaci¨®n de agua no pretende sustituir el sistema de acueductos, pero si se masifica puede tener un gran impacto. En Australia 15% de los hogares se surten de agua de lluvia por ley¡±, argumenta.
El movimiento de cosechadores de agua est¨¢ creciendo en Venezuela, donde otras dos organizaciones ¡ªFundaci¨®n Tierra Viva y el Instituto Venezolano de Estudios Sociales y Pol¨ªticos, con apoyo de la Uni¨®n Europea¡ª instalar¨¢n 42 sistemas en distintos municipios del pa¨ªs, asociados a escuelas, centros comunitarios y de salud. En la regi¨®n tambi¨¦n crece, especialmente en Centroam¨¦rica, con pa¨ªses muy afectados por la sequ¨ªa. Inspirado en el saber popular es, asegura S¨¢nchez, una t¨¦cnica que tiene posibilidades en el medio urbano y tambi¨¦n en el rural.