Mejor en Argentina y M¨¦xico, peor en el Caribe: ?c¨®mo est¨¢ el acceso a anticonceptivos en su pa¨ªs?
El Atlas Latinoamericano de Anticoncepci¨®n eval¨²a el acceso, las pol¨ªticas p¨²blicas y la financiaci¨®n de la contracepci¨®n en el tiempo. De los 33 pa¨ªses examinados, solo 17 aprueban
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Am¨¦rica Latina est¨¢ lejos de ser un continente en el que la maternidad es exclusivamente deseada. Aqu¨ª se gestan uno de cada cinco embarazos adolescentes del mundo y cerca de 18 millones de j¨®venes y mujeres no tienen la opci¨®n de planificar como les gustar¨ªa. La religi¨®n, las normativas o las tradiciones del continente siguen vinculando los derechos sexuales y reproductivos de la mitad de la poblaci¨®n a la moral y no a la libertad y la autonom¨ªa. Y a pesar de que los logros de los movimientos feministas est¨¢n marcando una ruta cada vez m¨¢s progresista en la regi¨®n, el reto a veces es no retroceder.
Los pasos hacia adelante se van dando de manera muy heterog¨¦nea en el continente. Si bien hace apenas un mes que la Suprema Corte despenaliz¨® el aborto en M¨¦xico a nivel federal, a¨²n hay cinco pa¨ªses -El Salvador, Hait¨ª, Honduras, Rep¨²blica Dominicana y Nicaragua- en los que interrumpir un embarazo (voluntaria o involuntariamente) sigue siendo un delito, penado con hasta 12 a?os de c¨¢rcel. A consecuencia de las prohibiciones, en Am¨¦rica Latina se estima que se practican cerca de 670.000 interrupciones del embarazo inseguras al a?o.
Pero la legislaci¨®n es apenas una de las variables que entorpecen el camino desde que una mujer toma la decisi¨®n de planificar hasta que logra sostener el m¨¦todo satisfactoriamente en el tiempo. El acceso, el precio, la sostenibilidad del producto, la imposici¨®n familiar o la falta de educaci¨®n sexual son algunas de las variables estudiadas en profundidad por el Foro Parlamentario Europeo para los Derechos Sexuales y Reproductivos (EPF) en conjunto con otras organizaciones como el Fondo de Poblaci¨®n de Naciones Unidas (Unfpa), la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA), Organon y FOS Feminista, entre otros.
Fruto de esas investigaciones surge el Atlas Latinoamericano de Anticoncepci¨®n, presentado ante gobiernos, especialistas y l¨ªderes empresariales de Am¨¦rica Latina el mes pasado en Panam¨¢. Esta herramienta es un ranking que pone a prueba 33 pa¨ªses de la regi¨®n. Desde el estatus de contracepci¨®n de emergencia ¡ªcomo la pastilla del d¨ªa despu¨¦s¡ª hasta los marcos de educaci¨®n sexual, el atlas es un punto de partida hacia un objetivo com¨²n: que la maternidad sea solo deseada y segura. As¨ª lo cree Marina Davidashvili, directora de pol¨ªticas e investigaci¨®n de EPF: ¡°Preparamos esta herramienta para los pol¨ªticos. Pudimos sistematizar los esfuerzos que han hecho y ver qu¨¦ hay que priorizar, es una base de datos que esperemos que de lugar a acciones¡±.
Las conclusiones son tan diferentes como lo son los 33 pa¨ªses examinados. De ellos, apenas 17 aprueban. La regi¨®n Caribe la que menos puntuaci¨®n obtiene. M¨¦xico (91,4%) y Argentina (83,2%) son los primeros en la lista, dada la apuesta por la educaci¨®n sexual de calidad, las l¨ªneas presupuestarias que financian la anticoncepci¨®n gratuita y la firma de tratados para seguir las gu¨ªas internacionales en esta materia. Le siguen Chile y Honduras (78,3%), Costa Rica (77,7%), Rep¨²blica Dominicana (76,1%), Colombia (72,1%) y Paraguay (70,7%). Mientras que, a la cola de esta lista est¨¢n St Vincent y the Grenadines (14%), Granadas (24%), St Lucia (28%), Dominica (26,9%) y Belice (29,1%).
Ante la sorpresa de que Honduras sea el cuarto pa¨ªs mejor valorado en la regi¨®n seg¨²n este estudio, Davidashvili reconoce que se asombr¨® pero que ¡°a veces las pol¨ªticas est¨¢n mejor en el papel que en la implementaci¨®n¡±. De acuerdo al estudio, Honduras recoge en su legislaci¨®n la posibilidad de las mujeres de elegir cu¨¢ntos hijos tener, tiene regulada la objeci¨®n de conciencia, cuenta con censos y encuestas sobre salud sexual bastante actualizadas y recibe donaciones para financiar la planificaci¨®n. ¡°Esto es mucho m¨¢s de lo que hacen pa¨ªses vecinos como Nicaragua. Sin embargo, la tasa de prevalencia de anticonceptivos es baja, lo que quiere decir que la pol¨ªtica no est¨¢ bien implementada¡±. En el caso de las peque?as islas del Caribe de las Antillas Menores, por el contrario, la legislaci¨®n ¡°ni siquiera est¨¢¡±: ¡°No existe una l¨ªnea presupuestaria ni tienen una p¨¢gina web con informaci¨®n ni tienen un compromiso internacional¡±.
Por otro lado, en mitad del continente siguen sin existir legislaciones que permitan elegir cada cu¨¢nto y cu¨¢ntos hijos tiene una mujer y solo siete pa¨ªses toman medidas legales contra la objeci¨®n de conciencia. Edgar Narv¨¢ez, especialista de Salud Sexual y Reproductiva de Unfpa, asegura que ¡°no se puede lograr la Agenda 2030, si no se habla de anticoncepci¨®n¡±: ¡°Lo m¨¢s preocupante para m¨ª es que tenemos solo siete a?os y es poco tiempo para todos los retos que tenemos. La prioridad tiene que estar en las zonas rurales, ind¨ªgenas, afrodescendientes... Es una deuda con la regi¨®n. Los ciudadanos tienen que tener opciones¡±.
Las consecuencias de que el ¨²nico recurso de las mujeres sea el aborto inseguro o la maternidad forzada son terribles. Estas, aseguran los expertos, son el resultado de una ausencia del Estado en la educaci¨®n sexual y la prevenci¨®n del embarazo, y derivan en abandono escolar, alt¨ªsimas tasas de mortalidad materna, trabajos m¨¢s precarios y una dependencia econ¨®mica que, muchas veces, es la antesala a la violencia de g¨¦nero.
La prioridad m¨¢s generalizada en el continente es la informaci¨®n en l¨ªnea, ya que solo siete pa¨ªses tienen una web de f¨¢cil manejo. Para P¨ªo Iv¨¢n G¨®mez, Asesor M¨¦dico Senior de Fos Feminista, la educaci¨®n sexual es el primer ladrillo para construir una sociedad diferente: ¡°Hay mucha falta de informaci¨®n o informaci¨®n sesgada, y mucho personal m¨¦dico que se convierte en una barrera por sus creencias personales. Hay que empezar a quitar los sesgos de la industria de la salud. Existe y hay que transformarla¡±.
¡°Tiene que ver con desarrollo econ¨®mico¡±
Adem¨¢s de ser un asunto de derechos humanos y dignidad, este es un tema econ¨®mico. ?C¨®mo podr¨ªa cambiar la econom¨ªa mundial si la maternidad solo fuera deseada? ?Qu¨¦ pasar¨ªa si el mill¨®n de ni?as obligadas a ser madres en la regi¨®n nunca lo hubieran sido siendo menores de edad? Las investigaciones sugieren que si estas mujeres participaran en la econom¨ªa por igual que los hombres, se podr¨ªan agregar 28.000 millones adicionales al producto interno bruto global.
Los estudios de Claudia Goldin, recientemente galardonada con el Premio Nobel de Econom¨ªa, muestran adem¨¢s c¨®mo la brecha de g¨¦nero es una de las consecuencias m¨¢s graves de la falta de planificaci¨®n. ¡°Los hombres est¨¢n desproporcionadamente disponibles para hacer largas jornadas en el trabajo, mientras que las mujeres est¨¢n desproporcionadamente disponibles para dedicarse a tareas del hogar¡±, afirm¨® en una entrevista con EL PA?S en 2019. Es m¨¢s, defendi¨® que ¡°no se detectan diferencias apreciables de salario cuando las mujeres no tienen ni?os o no asumen responsabilidades en el hogar¡±.
El problema es que los recursos para la anticoncepci¨®n compiten con otras prioridades. ¡°Y muchas veces terminan perdiendo¡±, a?ade Narv¨¢ez. Por ello, las alternativas econ¨®micas para financiar la salud de las mujeres permiten dos cosas fundamentales: que sean pol¨ªticas duraderas y que no tiemblen con cada cambio de Gobierno. Para Rafael Chaves, representante Organ¨®n, este es un mundo ¡°lleno de oportunidades sin apenas explorar¡±: ¡°La historia del financiamiento en la rama de la salud nace despu¨¦s del ¨¦xito de esta herramienta, sobre todo en ¨¢mbito ambiental. Pero en el sector de salud, tiene apenas tres a?os de historia y un futuro muy prometedor¡±.
Las dos grandes formas de hacer tangible estas alternativas son los instrumentos de deuda (a largo plazo y con bajas tasas de inter¨¦s) y los fondos de capital mixtos, que traen a la mesa inversionistas de otros grupos buscando rendimientos financieros bajos pero sostenibles. ¡°La responsabilidad de la planificaci¨®n es un binomio: es de la mujer y del hombre. Y tambi¨¦n es un tema que trasciende lo social: tiene que ver con el desarrollo econ¨®mico de la regi¨®n. Nos tenemos que implicar todos¡±.