Julissa Mantilla: ¡°La salud sexual de las mujeres se suele vincular m¨¢s a la moral que a los derechos humanos¡±
La presidenta de la CIDH critica que la respuesta a los feminicidios sea punitiva y no preventiva e incide en la responsabilidad de los hombres de ¡°construir nuevas masculinidades¡±
EL PA?S ofrece en abierto la secci¨®n Am¨¦rica Futura por su aporte informativo diario y global sobre desarrollo sostenible. Si quieres apoyar nuestro periodismo, suscr¨ªbete aqu¨ª.
Julissa Mantilla Falc¨®n guarda en su memoria tanto el conglomerado de leyes, convenciones y acuerdos internacionales para la protecci¨®n de la mujer, como los nombres y los apellidos de muchas supervivientes de violencia machista, de encarceladas por abortos espont¨¢neos o de ni?as que se quitaron la vida tras repetidos abusos sexuales. Para la presidenta de la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y Relatora sobre Derechos de las Mujeres, hablar de derechos sexuales y reproductivos es un tab¨² solo cuando se refiere a los de las mujeres: ¡°La salud sexual de las mujeres se suele vincular m¨¢s a la moral que a los derechos humanos¡±.
Mantilla no esconde su ¡°extrema preocupaci¨®n¡± ante la situaci¨®n de El Salvador y la penalizaci¨®n absoluta del aborto. En el pa¨ªs de 6,5 millones de habitantes, las mujeres acusadas de interrumpir el embarazo -voluntaria o espont¨¢neamente- pueden recibir condenas de hasta 50 a?os de c¨¢rcel. Y quienes las ayudan, incluido el personal m¨¦dico, se enfrentan a penas de hasta 12. ¡°Lo que est¨¢n generando pa¨ªses como este es la muerte de miles de mujeres y miles de abortos clandestinos. O que las mujeres y las ni?as asuman una maternidad impuesta. Es de una gravedad enorme¡±, explica en videollamada Mantilla en una entrevista previa al D¨ªa Internacional de la Eliminaci¨®n de la Violencia contra la Mujer.
Obcecada en que los Estados cumplan los est¨¢ndares internacionales a los que se comprometieron, la comisionada critica que no haya medidas eficaces para prevenir los asesinatos de mujeres por su g¨¦nero, que fueron m¨¢s de 4.000 en toda Am¨¦rica Latina y el Caribe en 2020: ¡°Los feminicidios son muertes evitables, en los que las medidas de protecci¨®n fueron inefectivas. Hay que hacer la ¡®ruta de la muerte¡¯, desde la denuncia de la mujer hasta el asesinato. Ah¨ª pasaron meses o a?os en los que busc¨® ayuda y esta no funcion¨®¡±.
Pregunta. ?Es un tab¨² hablar de derechos sexuales y reproductivos en el continente?
Respuesta. M¨¢s que un tab¨², yo creo que hay un desconocimiento de, en primer lugar, que los derechos sexuales y reproductivos forman parte de los derechos humanos. Y ya son reconocidos por est¨¢ndares interamericanos que corresponden al derecho a la autonom¨ªa y el libre desarrollo de la personalidad. El segundo elemento es que se siguen asociando solo a las mujeres. Pareciera que hay una resistencia absoluta a hablar del tema y ah¨ª s¨ª podr¨ªa decir que hay un tab¨². La salud sexual de las mujeres se suele vincular m¨¢s a la moral que a los derechos humanos.
P. ?Es la nueva ola de gobiernos progresistas esperanzadora?
R. S¨ª, aunque yo creo que aqu¨ª hay que mirar un panorama general. Est¨¢n llegando m¨¢s Gobiernos, digamos, progresistas, pero sigue habiendo casos como el de El Salvador, que es una extrema preocupaci¨®n para la Comisi¨®n Interamericana, ya que tiene una penalizaci¨®n absoluta del aborto, y esto afecta no solo a las mujeres que deciden abortar, sino incluso aquellas que tienen abortos por causas naturales. En 2019, hab¨ªa por lo menos 20 mujeres condenadas a penas de 30 a 35 a?os por abortos que incluso correspond¨ªan a emergencias obst¨¦tricas. De ellas, se han liberado cinco o seis. M¨¢s all¨¢ de que lleguen o no Gobiernos progresistas, hay un principio en derecho internacional, que es la continuidad del Estado. Tiene que haber una responsabilidad de Estado que permanezca, vengan unos u otros.
P. ?Por qu¨¦ son tan politizados los derechos de la mujer?
R. El problema es que no se entiende que no se trata de ideolog¨ªa. Es una discriminaci¨®n que empieza desde la infancia. Las que abandonan la escuela son las ni?as, ya sea por las labores de cuidado, por la maternidad adolescente... Por eso, las mujeres est¨¢n siempre en los trabajos peor pagados y con mayor informalidad. Cuando una mujer en estas condiciones ingresa a una relaci¨®n de pareja y se genera una violencia machista, es muy dif¨ªcil, por no decir imposible, que pueda denunciar, que se pueda salir de ah¨ª. Nosotros en la Comisi¨®n consideramos que la violencia contra la mujer no se limita a la violencia f¨ªsica. Para esto hay que entender fundamentalmente que no es un problema de las mujeres o las ni?as, es una violaci¨®n de derechos humanos que se est¨¢ dando en toda la sociedad.
P. La decisi¨®n del Tribunal Supremo de Estados Unidos de revocar el derecho federal al aborto provoc¨® que el pa¨ªs dejara de ser faro en este derecho a la salud reproductiva y sexual, mientras que pa¨ªses como Colombia, Argentina y M¨¦xico est¨¢n marcando el paso en la regi¨®n. ?Qu¨¦ tendencia cree que seguir¨¢ el resto de la regi¨®n?
R. Nos preocupa mucho este enorme retroceso en la autonom¨ªa de las mujeres. La Comisi¨®n plante¨® la discusi¨®n, no en el ¨¢mbito religioso, ni en el ¨¢mbito moral, sino en el ¨¢mbito de los est¨¢ndares interamericanos. Nuestra labor nos permite verificar por un lado las tendencias, pero adem¨¢s la realidad concreta de las mujeres y ni?as. Lo que est¨¢n generando pa¨ªses como El Salvador es la muerte de mujeres y miles de abortos clandestinos. O que las mujeres y las ni?as asuman una maternidad impuesta. Y es de una gravedad enorme.
P. En la regi¨®n, hay ocho pa¨ªses en los que m¨¢s del 20% de las mujeres f¨¦rtiles, activas sexualmente, reportan no querer m¨¢s hijos y, sin embargo, no usan ning¨²n m¨¦todo anticonceptivo, seg¨²n el Observatorio de Igualdad de G¨¦nero de Am¨¦rica Latina y el Caribe.
R. Las mujeres deben tener toda la autonom¨ªa, la informaci¨®n y la capacidad de decidir sobre m¨¦todos anticonceptivos. Pero tambi¨¦n debe haber informaci¨®n para los hombres. ?Cu¨¢les son los costos reales f¨ªsicos que puede tener una vasectom¨ªa, por ejemplo? Y, sin embargo, hay todav¨ªa estas ideas patriarcales y machistas en las cuales los hombres que se hacen una vasectom¨ªa pierden la virilidad y su condici¨®n de hombres. Por eso es tan importante la educaci¨®n sexual integral. La responsabilidad no la pueden cargar solo las mujeres. En los c¨®digos civiles antiguos, las mujeres ten¨ªan que pedir permiso a sus parejas para planificar. Aunque ya no est¨¦n vigentes, esta idea sigue en el imaginario. Eso, insisto, tambi¨¦n es violento.
Hay que implementar la despenalizaci¨®n del aborto terap¨¦utico. Hay que entenderla como una afectaci¨®n de la salud f¨ªsica y mental. Pensemos con mucha claridad en ni?as de diez o 12 a?os violadas y obligadas a pasar por un embarazo y un parto. Estamos ante tratos crueles, inhumanos o degradantes; de violencia y discriminaci¨®n.
P. Esa es la primera conversaci¨®n, la m¨¢s urgente, pero tambi¨¦n es v¨¢lido el aborto para la mujer que simplemente no quiera ser madre¡
R. Claro, el fin ¨²ltimo es la autonom¨ªa. Y en este punto tambi¨¦n es bien importante, como dec¨ªa antes, abandonar esta visi¨®n absolutamente punitiva, aumentando las penas totales en violaci¨®n sexual, pues las agresiones sexuales se van a seguir dando.
P. Este a?o se ha presentado un proyecto de un anticonceptivo para hombres, con una eficacia del 99% y sin efectos secundarios. A¨²n no se ha probado en humanos. Por el contrario, la primera pastilla anticonceptiva para mujeres se lanz¨® pese a sus innumerables efectos secundarios. ?Es la ciencia c¨®mplice del patriarcado?
R. Sin duda. La ciencia tambi¨¦n forma parte de la realidad que vivimos. Y un ejemplo claro fue lo que pas¨® con las vacunas del covid-19. Muchas mujeres empezaron a contar en redes sociales el impacto que ten¨ªa la inyecci¨®n en el cuerpo y en sus per¨ªodos menstruales, que se retrasaba, se suspend¨ªa o se extend¨ªan. Nadie prestaba atenci¨®n a eso. Recientemente, ONU Mujeres, as¨ª como algunas periodistas y cient¨ªficas, ya est¨¢n dando informaci¨®n sobre el impacto. Ahora. Hay toda una dimensi¨®n que la ciencia deja de lado.
No es casualidad que nos hayan tachado de locas o de hist¨¦ricas. Ni los chistes alrededor de la menstruaci¨®n o de la menopausia¡ La salud sexual y reproductiva y los procesos hormonales de las mujeres son utilizados en nuestra propia contra, mientras que todo lo que tiene que ver con el desarrollo biol¨®gico o el envejecimiento de los hombres no es visto de la misma manera. Las mujeres tienen que esconder sus canas, esconder la celulitis, los procesos hormonales¡ Si empezamos a hablar de pol¨ªticas de igualdad, tenemos que hablar de una transformaci¨®n social.
P. ?Qu¨¦ papel juega la religi¨®n en esa transformaci¨®n?
R. Desde la Comisi¨®n, somos totalmente respetuosos con la libertad religiosa. Pero tambi¨¦n hay que tener muy claro que las pol¨ªticas p¨²blicas son obligaciones de los Estados y estos Estados se deben a la sociedad en general. Independientemente de cualquier creencia. Lo que no puede pasar es que estas creencias se usen como una excusa para violentar derechos y negar autonom¨ªa. Ni de las mujeres ni de la poblaci¨®n LGTBIQ+.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.