El aborto en Am¨¦rica Latina y el reto de que ninguna se quede atr¨¢s
Mientras la Marea Verde avanza en la regi¨®n, la interrupci¨®n voluntaria del embarazo sigue siendo una asignatura pendiente en la mayor¨ªa de pa¨ªses
¡°?Usted cree que eso es un derecho?¡±, pregunt¨® el agente de migraci¨®n de Panam¨¢ que revis¨® mi pasaporte. ¡°S¨ª, se?or. As¨ª lo creo¡±, respond¨ª. ¡°Yo tengo mis dudas¡±, dijo mientras tomaba mis huellas dactilares. Sell¨® mi documento y me dej¨® pasar con la mirada amenazante. As¨ª nos ha recibido Panam¨¢ a las personas que asistimos a la VII Conferencia por el derecho al aborto que organiza el Consorcio Latinoamericano contra el Aborto Inseguro (CLACAI). Un encuentro que ha agrupado a cientos de organizaciones, profesionales de la salud, abogadas, periodistas y activistas para dialogar, debatir y compartir la situaci¨®n del derecho de las mujeres a tener un aborto seguro, p¨²blico y gratuito en toda la regi¨®n.
Aunque los avances son notorios y muy importantes. Ah¨ª est¨¢n las legislaciones de Argentina, M¨¦xico o Colombia como ejemplo, las amenazas son constantes y los grupos antiderechos no descansan. Es importante no apartar la vista de otras realidades que nos devuelven a una regi¨®n todav¨ªa insegura, violenta y desigual para abortar en la mayor¨ªa de pa¨ªses. En palabras de la activista Morena Herrera, de El Salvador: ¡°Hay que empujar todas para que ninguna se quede atr¨¢s¡±. Es decir, lograr mejores condiciones en los lugares m¨¢s restrictivos, tomando como ejemplo a quienes han logrado la despenalizaci¨®n.
En Latinoam¨¦rica todav¨ªa existen pa¨ªses en los que una mujer no puede abortar aunque haya sido violada, corra peligro su vida o el feto tenga malformaciones. Estos son Honduras, Nicaragua, El Salvador, Rep¨²blica Dominicana, Hait¨ª, Surinam y Jamaica, de acuerdo a informaci¨®n del Centro para los Derechos Reproductivos.
Pero no es lo ¨²nico. Durante la Conferencia m¨¢s de 26 organizaciones presentaron el informe Leyes y Sombras. Regulaci¨®n del aborto en Latinoam¨¦rica, que revela que existe toda una gama de grises en muchos de los pa¨ªses que permiten abortar por determinadas causales que al final acaban poniendo obst¨¢culos para que esto suceda. Si algo hemos aprendido sobre las leyes en la regi¨®n es que hay una larga distancia entre su redacci¨®n y su aplicaci¨®n. Un impedimento para que las mujeres puedan acceder a sus derechos sexuales y reproductivos. Este es el caso de Guatemala, Per¨² o Costa Rica. Tambi¨¦n sucede en Venezuela, donde las legislaciones son m¨¢s restrictivas y solo despenalizan el aborto en caso de que la vida o la salud de la embarazada corran peligro. Paraguay es otro de los pa¨ªses seriamente afectados por estas restricciones y donde las mujeres son sometidas a embarazos forzados.
Tambi¨¦n sucede en Panam¨¢, el pa¨ªs de los rascacielos y el desarrollo econ¨®mico, que contin¨²a a la zaga en esa cuesti¨®n. En Panam¨¢ las mujeres tienen que pasar por una comisi¨®n multidisciplinaria para poder abortar. Solo les dar¨¦ un dato m¨¢s: Desde 2018 el Comit¨¦ de la ONU por los Derechos del Ni?o recomend¨® que Panam¨¢ despenalizara el aborto para proteger precisamente los derechos de las ni?as y las adolescentes. En 2021, el 14% de los nacimientos fueron de ni?as madres, seg¨²n la Asociaci¨®n Paname?a para el Planeamiento de la Familia (APLAFA). Tambi¨¦n en ese a?o se cometieron m¨¢s de 6.000 delitos sexuales, la mayor¨ªa contra ni?as y j¨®venes.
Otros pa¨ªses como Chile, Ecuador o Brasil incorporan en sus c¨®digos penales las variables de violaci¨®n o inviabilidad del feto. Sin embargo, el informe se?ala que ning¨²n pa¨ªs, ni siquiera los que tienen despenalizado el aborto hasta un n¨²mero determinado de semanas, reconocen de manera plena la voluntad de las mujeres tal y como recomienda la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), los movimientos de mujeres y feministas, al margen de los prejuicios de los grupos conservadores y religiosos. ¡°Vivimos en democracias demasiado fr¨¢giles, tomadas por la arbitrariedad y eso es un campo de cultivo para que los grupos ultras avancen para imponer una manera particular de ver este problema¡±, se?ala Susana Ch¨¢vez, directora de CLACAI.
Ante retos como estos, el avance de la telemedicina y de los grupos de acompa?amiento para abortar en casa con medicamentos se est¨¢ convirtiendo en la alternativa de miles de mujeres que viven lejos de un hospital o en lugares muy restrictivos. No es algo que digan solo las feministas, tambi¨¦n lo se?ala la OMS en sus ¡®Directrices para la atenci¨®n del aborto¡¯. ¡°El aborto m¨¦dico ha revolucionado el acceso a la atenci¨®n para el aborto de calidad en todo el mundo. Los medicamentos que se emplean para provocar el aborto pueden administrarse de forma segura y eficaz en un establecimiento de salud o autoadministrarse en otro lugar (por ejemplo, en el hogar) si se cuenta con una fuente de informaci¨®n precisa y con medicamentos de calidad garantizada¡±.
Es importante sacar al aborto de las estigmatizaci¨®n y hablar de ¨¦l desde otras perspectivas como la salud p¨²blica, la autonom¨ªa y los derechos humanos. El mismo d¨ªa que se cumpl¨ªa un a?o de la anulaci¨®n de la sentencia en Estados Unidos Roe vs Wade que garantizaba el derecho al aborto desde 1973, cientos de mujeres se reun¨ªan en Centroam¨¦rica para seguir con esa misma lucha. En palabras de la activista salvadore?a Morena Herrera: ¡°Estamos en escenarios dif¨ªciles en varios pa¨ªses, sin embargo, veo una fuerza que avanza, generando informaci¨®n, evidencia cient¨ªfica y confirmaci¨®n de que trabajar y luchar por la justicia reproductiva es la mejor posibilidad del bienestar para todas las personas¡±.
Me quedo con otra frase de ella: ¡°No todo pasa por las leyes. La despenalizaci¨®n de las conciencias, la informaci¨®n y el acceso a las redes de acompa?amiento tambi¨¦n salva la vida de las mujeres¡±.
?Nuestros recomendados de la semana:
Honduras identifica a las 46 reclusas asesinadas tras un mot¨ªn en una c¨¢rcel de mujeres: ¡°Es como una pel¨ªcula de terror¡±. Las autoridades han revelado que varias mujeres integrantes de una pandilla entraron con armas a las celdas y ¡°selectivamente fueron asesinando¡± y prendieron fuego a los cad¨¢veres
Leyes que protegen a las mujeres para combatir el hambre en el mundo. Unos 200 parlamentarios de 64 pa¨ªses se dieron cita en Chile para impulsar legislaci¨®n y pol¨ªticas p¨²blicas en sus Parlamentos nacionales ante la crisis alimentaria y el avance de la ¡°comida chatarra¡± que se propaga por el planeta y que afecta sobre todo a las mujeres
Un ej¨¦rcito de 800 mujeres para proteger los p¨¢ramos y cuidar el agua en Ecuador. En la provincia de Cotopaxi, en la Sierra centro de Ecuador, una organizaci¨®n de campesinas enfrenta el machismo en sus hogares y lucha por proteger las fuentes de agua
Las mujeres de Mozambique se plantan ante la violencia de g¨¦nero. Solo el 2,8% de las mozambique?as tienen acceso a la educaci¨®n secundaria en el pa¨ªs africano. La falta de formaci¨®n y la dependencia econ¨®mica son causas de que las v¨ªctimas de malos tratos queden atrapadas
¡®Se?ores con bigote me ense?an a hacer patatas fritas¡¯ por Mar¨ªa Nicolau. En ese momento me qued¨¦ paralizada. Hoy le preguntar¨ªa, antes de levantarme e irme, si quiere una bolsita, para llevarse con ¨¦l su falta de respeto
Najat Kaanache: ¡°?Por qu¨¦ la historia la tienen que contar siempre los cocineros blancos?¡±. La chef vasco-marroqu¨ª se asocia con el Grupo Lezama para abrir en Sevilla su primer restaurante en Espa?a, Ziryab, que reivindica los or¨ªgenes andalus¨ªs de nuestra cocina
?Y para terminar un cuento: ¡®Felicidad Clandestina¡¯, de Clarice Lispector
Por ?rika Rosete
Cuando Clarice Lispector aprendi¨® a leer y a escribir, comenz¨® tambi¨¦n a inventar peque?as historias interminables. Fue antes de que cumpliera los siete a?os y ya ten¨ªa detr¨¢s una historia de exilio y de lucha a trav¨¦s de su familia, huida de Ucrania hacia el otro lado del mundo, a Brasil, tan solo un a?o despu¨¦s de que ella naciera. Siempre tuvo claro que quer¨ªa escribir y ese sue?o nacido en la infancia se fue nutriendo con sus viajes, sus lecturas y sus propias experiencias vitales. Por eso no ser¨ªa raro que el cuento Felicidad clandestina enmarcara gran parte de lo que ella era y sent¨ªa durante ese cap¨ªtulo de su vida: un amor infinito por los libros.
La protagonista de Felicidad clandestina tiene una compa?era en el colegio cuyo padre es el due?o de una librer¨ªa. La describe f¨ªsicamente como alguien ¡°aventajada¡± a los ojos de los dem¨¢s, pero poco interesada por ese tesoro al que puede tener acceso sin l¨ªmites. ¡°Pero qu¨¦ talento ten¨ªa para la crueldad¡±, cuenta, al inicio del relato, donde se va revelando que aquella chica se ha dado cuenta de las ganas que tiene la narradora de adquirir cierto libro para poder leerlo. La cita en su casa d¨ªa tras d¨ªa prometi¨¦ndole el objeto preciado sin que finalmente logre llegar a sus manos. Este relato, como la mayor parte de la obra de Lispector, describe emociones tan ¨ªntimas y tan comunes que se vuelven ventanas por donde vigilar la propia nostalgia. Es dif¨ªcil no encontrarse sumergido en ciertos recuerdos personales cuando se lee algo que disecciona tanto las emociones humanas. Despu¨¦s de un interesante camino, finalmente la protagonista obtiene lo que m¨¢s ha esperado y reflexiona: ¡°S¨¦ que sosten¨ªa el grueso libro con las dos manos, apret¨¢ndolo contra el pecho. Poco importa tambi¨¦n cu¨¢nto tard¨¦ en llegar a casa. Ten¨ªa el pecho caliente, el coraz¨®n pensativo¡±.
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