Los kichwa cambian el hacha por la escalada para cuidar ¡®el ¨¢rbol de la vida¡¯ de la Amazonia
Esta comunidad ind¨ªgena de Per¨² ha decidido hacer un uso sostenible del aguaje, una fruta amaz¨®nica que tiene generosas propiedades terap¨¦uticas y culinarias
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Apenas bajado de un alto y voluminoso aguaje (Mauritia flexuosa) de m¨¢s de 25 metros de altura, Segundo Chanchari, un ind¨ªgena de la etnia Kichwa de 38 a?os, dice que tiene 15 a?os escalando, a punta de sudor y m¨²sculo, y recuerda que, hasta hace pocos a?os, este ¨¢rbol m¨¢s bien se tumbaba. ¡°Con este equipo ahora lo hacemos m¨¢s r¨¢pido¡±, agrega en medio de la maleza.
?l mismo y otros hombres comienzan a arrancar r¨¢pidamente el fruto de los siete u ocho racimos que fueron tirados desde arriba de esta palmera amaz¨®nica de un color entre rojizo y guinda, y a la que en otros pa¨ªses de la zona se le conoce como morete, morichi o buriti. El calor del tr¨®pico ha descendido un poco, luego de sobrepasar los 30 grados, y la luz del cielo azulino permite avistar otros ejemplares de aguaje sumergidos en medio del bosque.
Salvando a las palmeras femeninas
Poco a poco se van juntando algunos frutos m¨¢s que se meten en sacos, mientras otros escaladores permanecen subidos en estas plantas, removiendo m¨¢s racimos y ech¨¢ndose bromas desde las alturas. ¡°Oe agarra bien ese racimo pe¡±, dice uno de ellos. En su aparente sencillez, esta jornada tiene un valor enorme: evita el agotamiento de esta especie, de la cual se consumen unas 9200 toneladas al a?o en Iquitos, la ciudad m¨¢s grande de la Amazon¨ªa peruana.
Como dice Chanchari, antes se proced¨ªa a derribar los aguajes, hacha en mano, y eso produc¨ªa un efecto pernicioso. Dado que la palmera hembra ¡ªel aguaje tiene ejemplares macho y hembra¡ª es la que produce los frutos, al caer por los suelos perd¨ªa su capacidad de recuperaci¨®n. Se produc¨ªa una fuerte erosi¨®n gen¨¦tica, que fue medida en el 2012 por el investigador Luis Freitas.
En su trabajo Impacto del aprovechamiento en la estructura, producci¨®n y valor de uso del aguaje en la Amazon¨ªa peruana, explica que, si la forma de aprovechar este fruto se hace tumbando las palmeras, en cinco a?os el n¨²mero de estas se reducen de 66 a 29 por cada hect¨¢rea. La consecuencia infeliz era ¡ªy todav¨ªa es en algunas zonas¡ª que, en vez de producirse 132 sacos de 50 kilos de frutos en esa misma porci¨®n de terreno, se produc¨ªan solamente 61.
Al cambiar el hachazo por el escalamiento, gracias a la asesor¨ªa de los t¨¦cnicos de Profonanpe, un organismo privado que provee fondos ambientales, se ha logrado neutralizar en parte esa deriva. La ruta es sencilla y sostenible: al trepar, Segundo y otros nativos kichwas a los aguajes, no cosechan todos los racimos. S¨®lo toman un 80% de ellos, en tanto que el 20% se deja para que la misma planta hembra sea polinizada, se regenere naturalmente y siga produciendo.
Las comunidades de Recreo y Chapis forman parte del proyecto Construyendo resiliencia en los humedales de la provincia del D¨¢tem del Mara?¨®n, un territorio poblado por las etnias kichwa y awaj¨²n. Con esta pr¨¢ctica m¨¢s responsable, toman distancia de la implacable deriva que, al tumbar a cientos de palmeras, provoca que al a?o se pierdan, esta provincia del departamento de Loreto, 1.400 hect¨¢reas de aguajales.
Los beneficios del aguaje
?Por qu¨¦ es tan importante conservar el aguaje si hay tantas plantas selv¨¢ticas beneficiosas? Por un lado, porque tiene numerosas propiedades que son descubiertas o puestas en valor. Y porque su consumo es alto en los pa¨ªses amaz¨®nicos, lo que est¨¢ alentando su extracci¨®n de una manera veloz y descontrolada.
El fruto del aguaje, de acuerdo con un documento del Instituto de Investigaciones de la Amazonia Peruana (IIAP), tiene sustancias qu¨ªmicas de donde se extraen vitaminas, l¨ªpidos y minerales que pueden ser destinados a las industrias alimentaria, cosm¨¦tica y farmac¨¦utica. Por eso, en las ciudades amaz¨®nicas es frecuente encontrar mermeladas, bebidas o refrescos hechos de la pulpa del aguaje. Tambi¨¦n helados, muy apreciados por su delicioso sabor.
Al consumir 100 gramos de esa pulpa, entran al cuerpo 30 miligramos de Vitamina A (betacarotenos), una cantidad que equivale a 20 veces lo que ofrece la apreciada zanahoria. M¨¢s incluso que la espinaca, con los consecuentes beneficios para la piel, las mucosas, la visi¨®n, los dientes, los tejidos blandos y ¨®seos, y la salud en general. Se valora especialmente su efecto para las mujeres debido a su alto contenido de fitoestr¨®genos.
Asimismo, el aceite que se extrae de la pulpa se usa para hacer jabones y cosm¨¦ticos. De all¨ª que, en la comunidad de Chapis, perteneciente a la etnia awaj¨²n, haya una planta procesadora de pulpa de aguaje que produce al a?o unos 800 kilos de este aceite por cada campa?a de 5 a 6 meses. Ese aceite tiene, seg¨²n el documento del IIAP, m¨¢s ¨¢cido oleico que el mism¨ªsimo aceite de oliva. Y por consiguiente, ayuda a reducir la tensi¨®n arterial y a acabar con el colesterol malo. La Asociaci¨®n de Productores de Ungurahui y Aguaje de los Pueblos Ind¨ªgenas del Sector Mara?¨®n (Apuapisem), que maneja la planta de Chapis, ya ha llegado a poner los frascos de aceite de aguaje en el mercado nacional e internacional como un producto org¨¢nico notable.
Por si no bastara, en los aguajales andan o moran diversas especies de fauna silvestre. Por ejemplo, en sus troncos ya ca¨ªdos por causas naturales vive el cole¨®ptero llamado ¡®suri¡¯ (Rynchophorus palmarum), que es muy apreciado en el arte culinario amaz¨®nico. All¨ª mismo anidan los guacamayos azul y amarillo de la especie Ara ararauna. Como son de pico duro, se comen las semillas del aguaje, en tanto que la sachavaca (Tapirus terrestris), el sajino (Pecari tajacu), el majaz (Cuniculus paca), el venado gris (Mazama gouazoubira) y la huangana (Tayassu pecari), todas especies comestibles para el hombre, se alimentan de los frutos del aguaje. ¡°Mantener los aguajales productivos es fundamental para la subsistencia de la fauna circundante¡±, dice Jairo V¨¢squez, consultor ambiental de Profonanpe.
El clima, la tierra y las palmeras
¡°El aguaje es muy sensible al cambio clim¨¢tico¡±, afirma Ignacio Piqueras, experto en bionegocios que ha trabajado en la zona. Seg¨²n cuenta, recientemente ha habido a?os en los cuales las variaciones de la temperatura hicieron imposible la floraci¨®n de esta palmera. Parad¨®jica y providencialmente, los mismos aguajales son gigantescos sumideros de carbono que ayudan a neutralizar el peligroso calentamiento global del ecosistema terrestre.
Dado que el aguaje crece sobre los humedales, est¨¢ enclavado sobre turberas, generosos dep¨®sitos de materia org¨¢nica que almacenan carbono y, por ende, contribuyen a mitigar el calentamiento global. En el mundo, las turberas solo significan el 3% de la superficie mundial, pero almacenan cerca de un tercio del carbono de los suelos de todo el mundo, seg¨²n la FAO. En Per¨², se estima que los aguajales ubicados en la cuenca de los r¨ªos Pastaza y Mara?¨®n almacenan 2,3 millones de toneladas de carbono.
Pero, si se siguen talando, botar¨ªan a la atm¨®sfera parte esa millonada, con lo que, en vez de mitigar el fen¨®meno, alimentar¨ªan el cambio clim¨¢tico. De all¨ª que la tarea de los ind¨ªgenas awaj¨²n y kichwa en este rinc¨®n sumergido en medio de una floresta interminable consiste en aprovechar inteligentemente el aguaje, cuidar a la fauna que vive gracias esta palmera, y finalmente contribuir a que la especie humana no siga hundi¨¦ndose en una cat¨¢strofe ambiental que ya est¨¢ en curso. Desde lo alto de un aguaje, Chanchari mira el horizonte y parece entenderlo.
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