Lilian, la ¨²ltima liberada en El Salvador por una muerte neonatal: ¡°Ya estamos todas afuera¡±
Tras siete a?os encarcelada por una emergencia obst¨¦trica, la jueza anula la sentencia por la vulneraci¨®n de garant¨ªas procesales. Desde 2014, 73 mujeres fueron puestas en libertad, pero 11 procesos penales siguen abiertos por aborto
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Cuando Lilian* qued¨® embarazada por segunda vez, ten¨ªa una hija de casi dos a?os, una familia que la arropaba y un trabajo como profesional de cosm¨¦tica a domicilio. El 19 de diciembre de 2015, entr¨® a la sala de partos del Hospital Nacional San Juan de Dios, en Santa Ana, en la zona oriental de El Salvador, y tuvieron que sedarla tras un desgarro de ¨²tero; una complicaci¨®n durante el parto que ocasion¨® la muerte de su beb¨¦. Tres d¨ªas despu¨¦s del incidente, aturdida a¨²n por los sedantes, fue informada por la polic¨ªa -que la esperaba dentro del hospital- de que estaba siendo acusada de abandono y desamparo de sus hijas. D¨ªas despu¨¦s, recalificaron el delito: la se?alaban por un homicidio agravado y ped¨ªan 30 a?os de c¨¢rcel, de los cuales cumpli¨® siete. Este mi¨¦rcoles habla por primera vez con la prensa desde que hace tres meses una jueza anulara su sentencia por ¡°la vulneraci¨®n de las garant¨ªas procesales¡± en su caso. ¡°Estoy disfrutando de volver a criar a mi hija¡±, dice con una sonrisa t¨ªmida. ¡°Est¨¢ siendo m¨¢s f¨¢cil de lo que imaginaba¡±.
Pero la libertad es agridulce. Nadie puede reparar esos siete a?os que le arrebataron y que pas¨® en la c¨¢rcel de mujeres de Ilopango, en el centro del pa¨ªs. ¡°Me sent¨ª muy sola, vi a mi hija solo dos veces: una cuando ten¨ªa tres y la siguiente cuando ten¨ªa cinco a?os. No quer¨ªa que me viera ah¨ª. En la c¨¢rcel pas¨¦ unos a?os horribles, tediosos y dif¨ªciles¡±, cuenta a¨²n sin entender por qu¨¦ la privaron de la libertad. Su hija, de hoy 11 a?os, le ha dicho que sabe que ¡°cuando sea grande¡± le contar¨¢ ¡°por qu¨¦ la dej¨® tanto tiempo sola con sus abuelos¡±. La libertad de esta salvadore?a es el final de un largo proceso de litigio iniciado en 2014 por la Agrupaci¨®n Ciudadana por la Despenalizaci¨®n del Aborto. Y un paso m¨¢s hacia la despenalizaci¨®n del aborto en el pa¨ªs m¨¢s restrictivo del continente en materia de derechos sexuales y reproductivos.
El colectivo, que conoci¨® el primer caso de criminalizaci¨®n de mujeres v¨ªctimas de emergencias obst¨¦tricas en 2006, lanz¨® una campa?a conocida como ¡°libertad para las 17¡å, con el fin de excarcelar a las mujeres a las que el Estado y la sociedad tildaba de ¡°matani?os¡±. Poco despu¨¦s, esta cifra se qued¨® peque?a y la campa?a pas¨® a llamarse ¡°las 17 y m¨¢s¡±. Aunque las historias de cada una son muy diferentes, el perfil de estas mujeres era pr¨¢cticamente id¨¦ntico: j¨®venes de recursos limitados, bajos estudios y con una defensa de oficio que no hizo lo suficiente. ¡°Ellas son v¨ªctimas de los graves sesgos de g¨¦nero en el pa¨ªs y del ensa?amiento de las fiscal¨ªas¡±, dice Ang¨¦lica Rivas, abogada del colectivo. ¡°Entraron a la c¨¢rcel porque nuestro sistema judicial es injusto y perverso contra las mujeres¡±. Lilian es la ¨²ltima de las 17 y m¨¢s en ser liberada.
Rivas se pregunta durante la rueda de prensa qu¨¦ hubiera pasado si nadie hubiera revisado sus casos. Lilian habr¨ªa pasado otros 13 a?os en la c¨¢rcel. Rosita, otros 37. Y Teodora V¨¢squez habr¨ªa salido en 2028. Pero en la ¨²ltima d¨¦cada, 73 mujeres privadas de libertad y con sentencias de entre 25 y 50 a?os de c¨¢rcel han sido liberadas. A la fecha, ya no hay mujeres encarceladas por emergencias obst¨¦tricas, pero existen 11 casos que est¨¢n siendo procesados como delito de aborto. ¡°Ya estamos todas afuera, solo esperamos que las leyes puedan cambiar en El Salvador, para que no vayan m¨¢s mujeres a la c¨¢rcel por delitos que no cometieron¡±, cuenta por tel¨¦fono V¨¢squez, quien lidera la organizaci¨®n Mujeres Libres y que ayuda a la reintegraci¨®n en la sociedad de estas v¨ªctimas del sistema. ¡°Lamentablemente no solo vivimos la condena de un juez, sino la social que nos queda de por vida. Es una condena perpetua y tenemos que ser parte del cambio¡±, zanja. Para Morena Herrera, presidenta de la Agrupaci¨®n Ciudadana por la Despenalizaci¨®n del Aborto, es importante que se hable del doble estigma de las mujeres encarceladas: ¡°Este es un pa¨ªs extremadamente punitivista en el que estas mujeres que salen de la c¨¢rcel sufren el estigma de haber estado privadas de libertad y el de haber sido ¡®madres asesinas¡¯, como las llaman. Con ello enfrentan la reconstrucci¨®n de su proyecto de vida. Por eso es importante el reconocimiento del Estado de que su criminalizaci¨®n fue un error¡±.
La magistrada que anul¨® la sentencia de Lilian reconoci¨® la vulneraci¨®n de garant¨ªa procesal y debido proceso en el caso de Lilian que, seg¨²n las abogadas que llevaron su caso, estuvo plagado de estereotipos de g¨¦nero. La absolvieron porque tanto ella como su hija reci¨¦n nacida (y que falleci¨® a las 72 horas) se encontraban en un recinto hospitalario cuando sucedieron los hechos. El fallecimiento fue fruto de una negligencia m¨¦dica y no de un aborto. Mucho menos un homicidio. Tras a?os de litigio, Lilian sali¨® de la c¨¢rcel el 1 de noviembre de 2023. ¡°Agradezco que nunca me dejaran sola¡±, dice ahora frente a otras mujeres que fueron tambi¨¦n privadas de libertad y que hoy sujetan girasoles enroscados en pa?uelos verdes.
La decisi¨®n del tribunal sucede un a?o crucial en materia de derechos sexuales y reproductivos en el pa¨ªs centroamericano. Si bien el aborto est¨¢ prohibido en cinco pa¨ªses de la regi¨®n, Nicaragua, Honduras, Rep¨²blica Dominicana, Hait¨ª y El Salvador, este ¨²ltimo es en el que las tasas de criminalizaci¨®n y persecuci¨®n son las m¨¢s altas del continente. En El Salvador, cada vez m¨¢s mujeres son acosadas por querer tomar decisiones sobre su cuerpo. Abortar, voluntaria o involuntariamente, est¨¢ tipificado con hasta 12 a?os de c¨¢rcel. Y las condenas llegan hasta los 50 cuando las criminalizan por homicidios agravados, como sucedi¨® con Lilian.
Sin embargo, cada vez son m¨¢s las sentencias del sistema interamericano de justicia que est¨¢n ech¨¢ndole el pulso a la penalizaci¨®n absoluta del aborto. En 2023, se llev¨® a cabo una audiencia hist¨®rica en esta materia: el caso de Beatriz vs El Salvador. Es la historia de una mujer con lupus a la que el Estado no dej¨® abortar a pesar de que el feto era anencef¨¢lico, una enfermedad incompatible con la vida, y que pon¨ªa en riesgo la vida de la mujer. Las organizaciones feministas esperan una sentencia a finales de 2024 a favor de esta joven que falleci¨® en 2017 con apenas 25 a?os. Un fallo favorable podr¨ªa podr¨ªa agrietar la penalizaci¨®n absoluta y abrir la mano a tres causales: cuando la vida de la madre corre peligro, cuando el embarazo es fruto de una violaci¨®n o incesto o cuando el feto desarrolla una enfermedad incompatible con la vida. Tambi¨¦n podr¨ªa ser la oportunidad del Estado para reparar a la familia de Beatriz, que lleva a?os esperando.
La pronunciaci¨®n de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) ser¨¢ la primera en materia directa de la penalizaci¨®n absoluta y sentar¨ªa unas claras bases en un continente que no tiene garantizado los derechos de las mujeres. Seg¨²n Herrera, ¡°tienen mucha esperanza en el fallo, para la reparaci¨®n y la no repetici¨®n de estas violaciones a sus derechos¡±. Aunque augura que El Salvador retrasar¨¢ o no aceptar¨¢ las medidas, recuerda que lo que dicte la Corte IDH es de obligado cumplimiento. ¡°No podr¨¢n evadir su responsabilidad, la sentencia nos acercar¨¢ al derecho a decidir sobre nuestros cuerpos¡±.
Un embarazo presenta complicaciones en el 20% de los casos. Para la ginec¨®loga salvadore?a Sandra Carolina Mena, obligar a las mujeres a llevar a fetos inviables a t¨¦rmino es forzarlos a que ¡°nazcan con angustia¡± y mueran. Sin embargo, en un pa¨ªs que constitucionalmente otorga vida (y derechos) a los fetos desde la concepci¨®n, pelear por salud sexual y reproductiva es una gesta tit¨¢nica. Mientras contin¨²a el pulso, Lilian dormir¨¢ hoy con su hija. ¡°A¨²n no me he puesto a buscar trabajo, estoy en un momento de pausa, asimil¨¢ndolo todo y cri¨¢ndola¡±, cuenta emocionada. ¡°Pero quiero volver a estudiar y volver a trabajar, quiero una vida como la de antes¡±.