Morena Herrera: ¡°La familia de Manuela necesita que El Salvador le pida perd¨®n¡±
Manuela siempre fue inocente, pero El Salvador sigue castigando a las mujeres por abortar
Morena Herrera es un referente en la lucha por el derecho al aborto en Centroam¨¦rica, una de las regiones del mundo m¨¢s restrictivas para ejercer este derecho. Originaria de El Salvador, el pasado mes de junio particip¨® en el encuentro del Consorcio Latinoamericano contra el aborto inseguro (CLACAI) que se celebr¨® en Panam¨¢. A la cita acudieron colegas y expertas de toda la regi¨®n. Una aut¨¦ntica marea verde que ti?¨® durante unos d¨ªas Ciudad de Panam¨¢. All¨ª le concedi¨® esta entrevista a Americanas.
Una semana despu¨¦s de aquella conversaci¨®n, a cientos de kil¨®metros en El Salvador, un grupo de organizaciones rend¨ªan homenaje a Manuela, una mujer que en 2008 fue condenada a 30 a?os de prisi¨®n acusada de abortar cuando en realidad lo que tuvo fue una emergencia obst¨¦trica. En 2010 Manuela muri¨® por un c¨¢ncer linf¨¢tico mal tratado, pero su lucha y su caso perduraron en la memoria colectiva de las mujeres de Am¨¦rica Latina y la convirtieron en un s¨ªmbolo por la dignidad y el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos.
Lo mismo sucedi¨® con el caso de Beatriz, en 2013. Otra mujer a la que el Estado viol¨® su derecho a la salud y le neg¨® un aborto terap¨¦utico. Aunque el embarazo fue eventualmente interrumpido, la criminalizaci¨®n del aborto en el pa¨ªs provoc¨® una dilaci¨®n de las autoridades que impact¨® en la salud de Beatriz. Las secuelas f¨ªsicas y mentales le pasaron factura y afectaron gravemente su situaci¨®n. Beatriz falleci¨® cuatro a?os despu¨¦s tras ser hospitalizada por un leve accidente de moto. En ambos casos, la Corte Interamericana de Derechos Humanos conden¨® en 2021 y 2023 al Estado salvadore?o a pedir perd¨®n y cumplir medidas de reparaci¨®n y no repetici¨®n con la familia y los hijos de estas mujeres. ¡°La sentencia de Manuela y la de Beatriz creo que tienen una importancia crucial¡±, dice Morena Herrera. ¡°Es la esperanza para el Salvador en este momento, pero para otros pa¨ªses de Am¨¦rica Latina tambi¨¦n¡±.
El Salvador es uno de los cinco pa¨ªses en Am¨¦rica Latina que todav¨ªa proh¨ªbe en su legislaci¨®n el aborto sin excepciones y, por lo tanto, existe el riesgo de ir a prisi¨®n. Las penas por practicar el aborto pueden ir desde los dos a los ocho a?os de prisi¨®n, pero hay casos en los que el delito puede cambiar a homicidio agravado y la condena puede llegar hasta los 30 a?os, como ocurri¨® en el caso Manuela. Por eso es tan importante que la CIDH reconociera que el Estado viol¨® el derecho a la salud de estas mujeres.
Herrera reconoce que despu¨¦s de las sentencias y gracias al esfuerzo de abogadas, activistas y grupos de apoyo, El Salvador ¡°ha hecho esfuerzos por avanzar en la reparaci¨®n de la familia, pero todav¨ªa es necesario que exista una disculpa p¨²blica que ayude a la familia de Manuela a limpiar su nombre. ¡°Lo que no han hecho es el reconocimiento de que se le violaron los derechos humanos, el pedir perd¨®n, lo que representa la reparaci¨®n simb¨®lica (¡) los pap¨¢s de Manuela est¨¢n muy viejitos y necesitan esa reparaci¨®n emocional. Necesitan que el Estado les pida perd¨®n¡±, dice la activista.
El Estado, personificado en el Gobierno del actual presidente Nayib Bukele, a¨²n no reconoce que viol¨® los derechos humanos de Manuela, no ha pedido disculpas p¨²blicas a la familia y tampoco ha divulgado en sus sitios oficiales ni en peri¨®dicos de mayor tirada nacional el contenido de la sentencia de la CIDH. ¡°El avance en unos pa¨ªses tiene significados importantes en otros, pero hay que reconocer que no tendremos la tarea completa hasta que no logremos mejores condiciones para todas las mujeres en todos los pa¨ªses¡±, dice Herrera.
Manuela siempre fue inocente y su familia necesita escucharlo. Por eso, varios grupos de la sociedad civil y activistas feministas le han rendido un especial homenaje en su comunidad, a la espera de que el Estado cumpla con su deber. ¡°Este acto fue una forma de decirle a la sociedad salvadore?a y a la comunidad donde vive la familia de Manuela que ella era inocente y que sus derechos humanos fueron vulnerados¡±, dice Catalina Mart¨ªnez Coral, directora para Am¨¦rica Latina del Centro de Derechos Reproductivos.
En la sentencia, el tribunal reconoc¨ªa que el Estado viol¨® los derechos de la mujer y exig¨ªa un perd¨®n p¨²blico con su familia y la atenci¨®n integral, acceso a la salud y educaci¨®n de sus hijos. Adem¨¢s, se urgi¨® a que El Salvador creara un protocolo para la atenci¨®n de emergencias obst¨¦tricas, garant¨ªa de guardar el secreto profesional sobre la salud de las pacientes y el desarrollo de la educaci¨®n sexual en las escuelas.
Por primera vez una corte internacional se?al¨® directamente los obst¨¢culos que enfrentan las mujeres para acceder a servicios de salud reproductiva en El Salvador. Esta sentencia sent¨® un precedente que despu¨¦s se reafirmar¨ªa con el caso de Beatriz.
Morena Herrera dice que las autoridades de Salud han dise?ado un protocolo que todav¨ªa tiene ¡°ventanas de discrecionalidad en la aplicaci¨®n¡± que siguen afectando a las mujeres y que no garantizan del todo la no criminalizaci¨®n de las emergencias obst¨¦tricas. ¡°Muchos profesionales m¨¦dicos se saltan el protocolo, no lo respetan¡±, se?ala y agrega un dato m¨¢s: ¡°Todav¨ªa los lineamientos de muchos hospitales y centros de salud en El Salvador se puede seguir rompiendo el secreto profesional por razones legales y que se siga denunciando a las mujeres¡±.
¡°Ninguna otra mujer debe ser criminalizada tras sufrir una emergencia obst¨¦trica y los estados deben crear garant¨ªas para que las mujeres accedan a servicios de salud integrales, incluidos servicios de salud reproductiva, sin miedo de ser denunciadas por personal m¨¦dico y sin miedo de ser violentadas o tener esta amenaza de ir a la c¨¢rcel¡±, se?ala Catalina Mart¨ªnez.
Herrera reflexiona sobre la importancia de programas de educaci¨®n integral en sexualidad en todo el sistema educativo y cuenta que han retrocedido en los ¨²ltimos a?os por las presiones de grupos que niegan los derechos. ¡°Una cosa es lo que dicen las autoridades y otra cosa es lo que pasa en los centros educativos. Y ah¨ª es donde yo digo que no todo transita por las leyes y las pol¨ªticas p¨²blicas, sino que la gente va haciendo¡±, afirma la activista.
Herrera ha comprobado la deriva hacia la derecha que vive su pa¨ªs y la complicaci¨®n que eso representa para los derechos de las mujeres, sin embargo, la activista no se rinde y encuentra en el feminismo la fuerza para seguir adelante. ¡°Estamos en escenarios dif¨ªciles en varios pa¨ªses, sin embargo, de conjunto veo una fuerza que camina, que va avanzando, que generamos informaci¨®n, evidencia cient¨ªfica y confirmaci¨®n de que trabajar, de que luchar por la justicia reproductiva es la mejor posibilidad del bienestar para todas las personas¡±, se?ala.
¡°El aborto en Am¨¦rica Latina va a ser reconocido como un derecho de las mujeres m¨¢s tarde o m¨¢s temprano¡±, dice para cerrar la entrevista.
Una pel¨ªcula, ¡®Blanquita¡¯
Por Erika Rosete
Hace una d¨¦cada el empresario chileno Claudio Jaime Spiniak Vilensky fue detenido en la capital del pa¨ªs debido a una fiscalizaci¨®n en la que encontraron en su auto drogas y cantidades grandes de dinero. El caso pudo haber quedado ah¨ª, pero las autoridades chilenas ordenaron registrar, adem¨¢s, la casa del millonario en una de las comunas con m¨¢s poder adquisitivo en la ciudad: Vitacura. Dentro, la polic¨ªa hall¨® m¨¢s de 70 videos pornogr¨¢ficos con contenido infantil, joyas, drogas, armas, silenciadores, y la prueba fehaciente de que en esa residencia se realizaban fiestas en las que el empresario y miembros de la clase pol¨ªtica chilena satisfac¨ªan sus m¨¢s enfermos y bajos deseos con ni?os, ni?as y adolescentes que reclutaban a trav¨¦s de otras personas a quienes pagaban por el trabajo, en la c¨¦ntrica Plaza de Armas de Santiago, donde sol¨ªan congregarse personas en estado de indigencia y en condiciones de alta vulnerabilidad.
La pel¨ªcula del director Fernando Guzzoni, Blanquita, es un recordatorio de lo sucedido, una mirada cruda de lo que sucedi¨® hace m¨¢s de diez a?os y que sacudi¨® al pa¨ªs entero, pasando por su clase pol¨ªtica, empresarial, jueces y magistrados, pero tambi¨¦n que signific¨® un escarnio absoluto en los medios de comunicaci¨®n y una lecci¨®n que muchos de los periodistas han continuado analizando hasta nuestros d¨ªas.
Blanquita es la ficci¨®n de Gema Bueno, ¡°Gemita¡±, como infantilizadamente los medios llamaron a la mujer considerada como una testigo clave del caso. Blanquita es una mujer que ha sido desde peque?a sometida a violencia sexual y que llega a declarar antes medios de comunicaci¨®n, y apoyada por un sacerdote, que fue v¨ªctima y testigo de lo que suced¨ªa en la residencia de un empresario millonario que acompa?ado por otros hombres ricos y poderosos, violan y torturan a ni?as y ni?os como ella. En sus declaraciones, la mujer logra describir el cuerpo y las se?as f¨ªsicas de un pol¨ªtico al que jam¨¢s nombra, y enumera las distintas violencias que ten¨ªan lugar en aquel lugar. El testimonio se va desdibujando poco a poco y hace que el p¨²blico se pregunte en reiteradas ocasiones si lo que hace Blanquita es o no una v¨ªa v¨¢lida para desenmascarar las atrocidades que suceden horrorosamente bajo el cobijo del poder y del dinero.
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