¡°?Qu¨¦ les pasa!¡±: el grito de las ni?as amaz¨®nicas al Estado ecuatoriano
Desde hace cuatro a?os, nueve ni?as de la Amazonia exigen reparaciones a sus comunidades afectadas por la extracci¨®n petrolera. Un fallo judicial atendi¨® sus demandas, pero las autoridades no cumplen. Mientras, ellas denuncian persecuci¨®n
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¡°?Qu¨¦ les pasa!¡±, se escuch¨® en la Asamblea Nacional ecuatoriana, el pasado 21 de febrero. El grito, dirigido a la actual ministra de Energ¨ªa y Minas de Ecuador, Andrea Arrobo, era m¨¢s que un reclamo. Era la expresi¨®n de la frustraci¨®n de quien se siente burlada. Jamileth Jurado tom¨® el micr¨®fono e interrumpi¨®. No pidi¨® permiso. ¡°La se?ora de Energ¨ªa y Minas habl¨® pavadas, no sabe de lo que est¨¢ hablando¡±, dijo la adolescente de 16 a?os ante la mirada at¨®nita de las autoridades. Ese d¨ªa, la Comisi¨®n de Biodiversidad del Legislativo hab¨ªa convocado a ministras, l¨ªderes comunitarios y organizaciones de pueblos y nacionalidades para conocer el avance en el cumplimiento de la sentencia del ¡®Caso Mecheros¡¯, sobre la demanda de nueve ni?as afectadas por la quema de gas natural en la Amazonia.
¡°Que quede en su conciencia la muerte de tanta gente¡±, dijo Jamileth antes de abandonar el palacio legislativo, apuntando con el dedo a la mesa central de la asamblea. En julio de 2021, la justicia fall¨® a favor de nueve menores de 15 a?os que demandaron al Estado ecuatoriano. Jamileth es una de ellas. La sentencia obliga a las empresas petroleras a apagar los 447 tubos met¨¢licos distribuidos en la Amazon¨ªa que queman gas natural, como parte de la extracci¨®n de crudo, y cuya contaminaci¨®n tiene un impacto nocivo en la salud. Pero se ha hecho poco. La Uni¨®n de Afectados y Afectadas por las Operaciones Petroleras de Texaco (Udapt), que patrocina a las j¨®venes activistas, denuncia que actualmente operan 486 mecheros.
Lo que hasta hace un tiempo se sent¨ªa como una victoria fue el inicio de un proceso donde Jamileth y sus ocho compa?eras se han convertido en una de las piezas m¨¢s inc¨®modas del tablero pol¨ªtico, cuando de justicia clim¨¢tica se trata. Esto las ha convertido en un blanco de persecuci¨®n e, incluso, violencia, seg¨²n han denunciado.
Extractivismo t¨®xico
Jamileth naci¨® en Shushufindi, en la provincia amaz¨®nica de Sucumb¨ªos y hogar de los pueblos Kichwa, Shuar y Siekopai. Ah¨ª se encuentra la Reserva Biol¨®gica Limoncocha, considerada uno de los territorios m¨¢s biodiversos del mundo que en 1998 fue declarada sitio Ramsar, lo que significa que sus fuentes de agua pueden ser determinantes para el funcionamiento de los ecosistemas. Tambi¨¦n es una zona donde a diario se procesan miles de barriles de petr¨®leo y operan m¨¢s de 200 mecheros, seg¨²n la Udapt.
Como ya se ha explicado en Am¨¦rica Futura, estas ¡®antorchas¡¯ met¨¢licas fueron instaladas en la selva inicialmente por la multinacional Chevron-Texaco en los 60 y, desde entonces, se han multiplicado, principalmente en la zona de Sucumb¨ªos y Orellana, a 275 kil¨®metros al noreste de Quito. La llama que expulsan vomita gases como di¨®xido y mon¨®xido de carbono, ¨®xidos de azufre y nitr¨®geno, metano, propano, butano y benceno. Jamileth vive a unos 200 metros de un mechero que funciona las 24 horas, todos los d¨ªas. ¡°Es nauseabundo porque los olores son demasiado fuertes y con el sonido que hace no se puede ni dormir¡±, describe.
La combusti¨®n de gas emite millones de toneladas de CO2 a la atm¨®sfera y es uno de los mayores contribuyentes del cambio clim¨¢tico. Adem¨¢s, los efectos en la salud son devastadores, principalmente para las mujeres. Un estudio de la Udapt y la Cl¨ªnica Ambiental indica que la incidencia del c¨¢ncer es 2,6 veces m¨¢s frecuente en ellas que en ellos. La madre de Jamileth es sobreviviente de esta enfermedad.
Jamileth (16), Leonela Moncayo (13), Rosa Valladolid (13), Skarlett Naranjo (11), Kerly Herrera (11), Denisse N¨²?ez (16), Dannya Bravo (11), Mishell Mora (19) y Jeyner Tejena (17) se conocieron hace a?os a trav¨¦s de la Cl¨ªnica Ambiental, una ONG que promueve el derecho a la salud y a la vida de las comunidades. ¡°Ah¨ª luchan por el bienestar del ambiente y tambi¨¦n por nuestra salud. Vienen m¨¦dicos y atienden a personas con enfermedades oncol¨®gicas¡±, explica Jamileth. En la Amazonia no existe un hospital especializado, a pesar del nivel de exposici¨®n a los efectos de la extracci¨®n petrolera. Y ese es otro de sus reclamos.
Un Estado adultocentrista
Cuando era m¨¢s chiquita, Jamileth so?aba con tener ¡°un cuerpo de roble¡±. Por eso, a sus siete a?os, subi¨® por primera vez a un ring de boxeo. Es la menor de los siete hermanos Jurado Silva y la ¨²nica mujer. Hace una d¨¦cada no imaginaba que sus entrenamientos en artes marciales y box tambi¨¦n la preparar¨ªan mentalmente para librar una pelea que durar¨ªa a?os. Que a¨²n no termina.
La cronolog¨ªa arranca el 20 de febrero de 2020, cuando las nueve ni?as presentaron una Acci¨®n de Protecci¨®n contra el Ministerio de Energ¨ªa y Recursos Naturales no Renovables y el Ministerio del Ambiente, Agua y Transici¨®n Ecol¨®gica por la quema de gas asociado en m¨¢s de 447 mecheros de la industria petrolera. En julio de 2021, la justicia declar¨® que ¡°el Estado ecuatoriano vulnera los derechos a vivir en un ambiente sano y ecol¨®gicamente equilibrado, a la salud, al agua y los derechos de la Naturaleza¡±. Los jueces ordenaron la eliminaci¨®n de todos los mecheros que afecten a las poblaciones y los estudios correspondientes para determinar las fuentes de agua contaminadas, y el impacto de los t¨®xicos de hidrocarburos en la salud humana.
Jamileth ten¨ªa 11 a?os cuando empez¨® el proceso y algunas de sus compa?eras apenas si hab¨ªan aprendido a leer y escribir, pero estaban claras en c¨®mo la contaminaci¨®n marc¨® sus vidas. Varias de ellas han visto a su familia enfermar y morir. ¡°Entre todas hicimos una sola fuerza y as¨ª hemos venido guerre¨¢ndola¡±, dice Jamileth. Ahora, la elocuencia de sus mensajes, la fuerza de sus palabras y la claridad de sus objetivos dan cuenta de la preparaci¨®n a la que se han sometido. No improvisan. Hay un equipo que las sostiene. Tienen clases de derecho para entender los alcances de la ley y la viabilidad de sus exigencias. Por eso no se conforman.
Desde que ganaron la demanda, lo que han recibido son disculpas p¨²blicas. Sucedi¨® en abril de 2022, cuando un grupo de voceros del entonces Gobierno de Guillermo Lasso se reuni¨® con ellas. Jamileth recuerda que al encuentro no llegaron ministros ni secretarios, sino funcionarios suplentes.
No solo se ha ignorado la sentencia, sino que hoy ellas denuncian represalias. Cinco d¨ªas despu¨¦s del impasse en la Asamblea, el 26 de febrero pasado estall¨® un artefacto explosivo hecho con ca?a de guadua, papel y un tubo de cart¨®n frente a la casa de Leonela Moncayo, otra de las demandantes. Organizaciones como Amnist¨ªa Internacional se pronunciaron ante lo que calificaron como una ¡°intimidaci¨®n¡± al activismo por justicia clim¨¢tica. Leonela tiene 13 a?os.
Luego, cinco de las nueve chicas fueron retenidas la madrugada del 12 de marzo cuando viajaban de Sucumb¨ªos a Quito para realizar un plant¨®n frente a la Corte Constitucional. ¡°La Polic¨ªa Nacional y los militares no nos permitieron el paso para llegar hasta Quito, donde ¨ªbamos a dar una rueda de prensa, un foro y varias marchas¡±, denunci¨® Leonela en un video. Las Fuerzas Armadas justificaron la retenci¨®n del autob¨²s que las movilizaba alegando que, debido al estado de excepci¨®n vigente en Ecuador, los uniformados deb¨ªan inspeccionar el veh¨ªculo.
Finalmente llegaron hasta los exteriores de la Corte. Ese d¨ªa encabezaron una marcha en la capital a la que se sumaron decenas de manifestantes para exigir que se apaguen los mecheros y se les permita ¡°una vida digna sin contaminaci¨®n¡±. De acuerdo a la Relator¨ªa especial de la ONU sobre la situaci¨®n de los defensores de los derechos humanos, las ni?as, ni?os y j¨®venes activistas reciben con frecuencia ¡°comentarios denigrantes y degradantes, que ponen en duda su experiencia, conocimientos especializados y motivaci¨®n¡±. Esto se agrava por ¡°discursos pol¨ªticos que utilizan la edad de las ni?as y j¨®venes defensores de los derechos humanos para dar a entender que est¨¢n siendo manipulados, reclutados o adoctrinados¡±.
Cuando se le pregunta a Jamileth si tiene miedo, ella no duda en responder. Sus ojos caoba se encienden y sus manos reafirman su respuesta. ¡°Yo voy a alzar mi voz hasta que el ¨²ltimo mechero sea eliminado de la Amazonia¡±.