Un siglo con Ida Vitale: ¡°Yo hubiera querido ser cantante¡±
La poeta, premio Cervantes 2018, recibe a EL PA?S en una casa frente al r¨ªo a poco de haber cumplido 100 a?os
El conejo hab¨ªa llegado a la casa montevideana de los Vitale con el peor de los destinos a cuestas: acabar guisado en la olla familiar. Pero el azar se interpuso y el afortunado fue a dar a los brazos de Ida, la m¨¢s peque?a de la prole. ¡°?Qui¨¦n mata un conejo?¡±, se pregunta la poeta Ida Vitale (Montevideo, 1923), sentada frente al r¨ªo ¡ªcasi mar¡ª del balneario Las Flores, en el sur de Uruguay. Cuenta que su amigo el conejo, sin nombre y algo maloliente, la acompa?¨® en ...
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El conejo hab¨ªa llegado a la casa montevideana de los Vitale con el peor de los destinos a cuestas: acabar guisado en la olla familiar. Pero el azar se interpuso y el afortunado fue a dar a los brazos de Ida, la m¨¢s peque?a de la prole. ¡°?Qui¨¦n mata un conejo?¡±, se pregunta la poeta Ida Vitale (Montevideo, 1923), sentada frente al r¨ªo ¡ªcasi mar¡ª del balneario Las Flores, en el sur de Uruguay. Cuenta que su amigo el conejo, sin nombre y algo maloliente, la acompa?¨® en un tramo de su infancia, hasta que el azar, el mismo que un d¨ªa se lo regal¨®, tambi¨¦n se lo quit¨®. ¡°Al final se escap¨®, se fue por alg¨²n lado y se lo comieron¡±. El susodicho abandon¨® la casa, pero no la memoria de su antigua due?a. M¨¢s adelante, reaparecer¨ªa entre sus versos: ¡°Te dieron un conejo / Te dejaron amarlo / sin haber explicado / que es in¨²til amar / lo que te ignora¡±.
Vitale, que en noviembre cumpli¨® 100 a?os, recuerda al malogrado conejo cuando la entrevista ¡ªcharla, para ser justos¡ª que concedi¨® a EL PA?S en Las Flores llegaba a su t¨¦rmino. La intempestiva aparici¨®n de un gato negro se rob¨® su atenci¨®n y abandon¨® la sala deprisa para atraparlo. ¡°Me hubiese gustado un gato o un perro, pero toc¨® conejo¡±, dir¨ªa despu¨¦s. En su ligero andar se detuvo con asombro ante una flor solitaria, en las formas irregulares de las nubes y en la marea baja. ¡°Hacia all¨¢ ten¨¦s todo un mundo¡±, comenta. Desde diciembre est¨¢ aqu¨ª, casi ilocalizable en una casa que mira a la playa, descansando junto a su hija Amparo Rama. Estos a?os han sido ajetreados: recibi¨® el premio Cervantes y el de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara en 2018, el Federico Garc¨ªa Lorca en 2016, el Reina Sof¨ªa en 2015, entre otros. Particip¨® en ferias literarias de Europa y Am¨¦rica, en homenajes y conferencias, present¨® recientemente el documental Ida Vitale.
Lo que sigue es un fragmento de la entrevista con esta poeta, traductora, ensayista, profesora, que comenz¨® con el canto desquiciado de las chicharras y termin¨® al caer la tarde con las desventuras del ingrato conejo. Su palabra depurada y su humor infatigable, podr¨¢ comprobarlo el lector, gozan de impecable salud a su ¡°edad exagerada¡±, como ella suele decir.
Pregunta. ?La han incordiado mucho por esto de cumplir 100 a?os?
Respuesta. No he estado muy accesible [r¨ªe]. Me siento perfecta, solo un poco acalorada.
P. ¡°No es casual lo que ocurre por azar¡±, dice su poema El dorso del mundo. ?Cu¨¢nto hubo de azar en su vida?
R. Ya nacer es un azar. Pude haber ca¨ªdo en una casa de pesados, pero a m¨ª nadie me obligaba a leer nada. Bueno, al azar hay que ayudarlo.
P. Usted lo ayud¨®, fue una ni?a curiosa.
R. Todos los ni?os son curiosos. Imaginate un mundo de ni?os que ya vienen aburridos. Si no te despierta la curiosidad un mundo que es todo nuevo y distinto¡ A veces te aburres de la gente, eso s¨ª. Porque en las familias hay de todo. Est¨¢n los que te entretienen y los que te aburren.
P. El aburrimiento es fuente de sabidur¨ªa e invenciones, dice otro de sus poemas. En este tiempo el aburrimiento parece tener poca cabida, entre tanto ruido y est¨ªmulo. ?No cree?
R. Bueno, lo que para unos puede ser est¨ªmulo, para otros puede ser aburrimiento. El est¨ªmulo parejo no funciona.
P. ?Qu¨¦ significado tiene para usted el aburrimiento?
R. Significa trabajo para salir de ¨¦l. No hay otra.
P. Usted fue hija ¨²nica en una familia numerosa, creci¨® rodeada de mayores. ?Se aburri¨®?
R. Tuve muchos t¨ªos, de todas las especies. Tuve una t¨ªa, D¨¦bora, que era directora de un colegio, que puede ser una cosa muy negativa, pero no. Era una mujer inquieta. Me crie al lado de ella y no estuvo mal.
De peque?a, Vitale cuid¨® las plantas de la casa familiar, que su abuela Galinda nombraba en lat¨ªn como lo hac¨ªa su t¨ªa Ida, bot¨¢nica, que muri¨® siendo joven. De ella hered¨® su nombre, habitaci¨®n y biblioteca. Fue a la escuela con su otra t¨ªa, D¨¦bora, maestra pionera. Protegi¨® a su t¨ªo Pericles, el bueno, y detest¨® a Rosalino, el t¨ªo m¨¦dico sobrador. ¡°Yo por eso trataba de tener buena salud¡±, cuenta entre risas. M¨¢s adelante, en la Facultad de Humanidades de Montevideo, estudi¨® Literatura con el espa?ol Jos¨¦ Bergam¨ªn, su venerado profesor. Conoci¨® y ley¨® con devoci¨®n a Juan Carlos Onetti, admir¨® a Jorge Luis Borges, fue amiga del cuentista Felisberto Hern¨¢ndez. A su perro lo llam¨® Macedonio, por Macedonio Fern¨¢ndez, el c¨¦lebre escritor argentino.
En 1949, Vitale public¨® su primer poemario: La luz de esta memoria. El segundo, Palabra dada, vio la luz en 1953 y fue elogiado por Juan Ram¨®n Jim¨¦nez, referente ineludible. Se cas¨® con el cr¨ªtico ?ngel Rama y con ¨¦l tuvo dos hijos: Claudio y Amparo. Durante la dictadura uruguaya (1973-1985) se exiliar¨ªa en M¨¦xico junto al poeta Enrique Fierro, su gran compa?ero de ruta. Regresaron a Uruguay y volvieron a marcharse, esta vez a Estados Unidos, donde vivieron hasta 2016. ¡°Est¨¢n aqu¨ª y all¨¢: de paso / en ning¨²n lado¡±, se lee en su poema Exilios.
P. ?Recuerda cu¨¢ndo descubri¨® el gusto por la lectura?
R. En mi casa hab¨ªa libros y me le¨ªan. Hab¨ªa una biblioteca, que era para ni?os, con novelas y cuentos. Era una maravilla. No hab¨ªa mucha poes¨ªa. Despu¨¦s ya pas¨¦ a [Le¨®n] Tolstoi porque tambi¨¦n hab¨ªa una biblioteca de autores rusos. Fui muy lectora de prosa. La novela me parece admirable, si es buena.
P. Lectora de prosa que eligi¨® escribir poes¨ªa.
R. Por elecci¨®n o porque supongo que consider¨¦ que la poes¨ªa era m¨¢s f¨¢cil [r¨ªe]. Cuando te acostumbr¨¢s a admirar lo que es bueno, te das cuenta de lo dif¨ªcil que es la prosa.
P. En L¨¦xico de afinidades, dice: ¡°Las palabras son n¨®madas; la mala poes¨ªa las vuelve sedentarias¡±. Si un ni?o le preguntara qu¨¦ es la poes¨ªa, ?qu¨¦ le dir¨ªa?
R. Primero le preguntar¨ªa: ?t¨² no sabes algo de eso para ayudarme? ?Qu¨¦ es la poes¨ªa? Es dif¨ªcil definir.
P. Algunas rese?as la describen como poeta ¡°esencialista¡±. ?Le encaja esa definici¨®n?
R. ?No s¨¦ qu¨¦ quieren decir con eso! Lo repiten por todos lados. Debo ser la representante. Puede escribir que lo abomino.
Su gran amigo ?lvaro Mutis, poeta colombiano, dijo sentir envidia del lector que est¨¢ por descubrir las obras de Vitale, porque le espera un placer que no sospecha. Adem¨¢s de los ya mencionados, la poeta public¨® Cada uno en su noche, en 1960, donde se puede leer: ¡°Solo acepto este mundo iluminado, cierto, inconstante, m¨ªo. / Solo exalto su eterno laberinto y su segura luz, aunque se esconda¡±. Tambi¨¦n Oidor andante (1972), Jard¨ªn de s¨ªlice (1980), Parvo reino (1984), Procura de lo imposible (1998), Plantas y animales (2003) y El ABC de Byobu (2004).
P. Cuando le otorgaron el premio Cervantes, en 2018, el jurado destac¨® que su lenguaje es al mismo tiempo intelectual y popular. ?C¨®mo se lo tom¨®?
R. Habr¨¦ pensado: ?popular? [r¨ªe]. Pero no dije nada. Siempre he pensado que los chilenos, por ejemplo, manejan muy bien todo lo que es popular. Para que no sea torpe o resulte descaminado a lo popular hay que saber codificarlo. A m¨ª me encanta lo popular en la m¨²sica.
P. La m¨²sica ha sido para usted fuente de felicidad, est¨¢ muy presente en su vida, en sus textos.
R. La m¨²sica, claro. En casa se o¨ªa m¨²sica. Tambi¨¦n hab¨ªa t¨ªos que o¨ªan tango, todo el tiempo. No descarto que en la escuela me orientaran. A m¨ª siempre me gust¨® mucho e intent¨¦ ser cantante. Hab¨ªa una profesora que viv¨ªa muy cerca de casa, [la soprano] Olga Linne, de familia alemana, que era una maravilla. Daba clases y de cuando en cuando daba un concierto. Y era impecable. Un d¨ªa dije: ¡°Yo tengo que aprender con esta mujer¡±.
P. ?Pudo hacerlo?
R. Estudi¨¦ cuatro o cinco a?os, siendo joven. No iba al cine, no compraba chocolates, para poder pagarle. Me fascinaba. Cobraba poqu¨ªsimo y sospecho que a m¨ª me cobraba menos.
P. Pero tom¨® el camino de la escritura y le fue muy bien.
R. [R¨ªe] Yo hubiera querido ser cantante, como ella.
P. Bueno, algo de eso hay. En el documental por sus 100 a?os de TV Ciudad (canal p¨²blico montevideano) la editora Valerie Miles sostiene que usted es una rockstar de las letras.
R. ?Rockstar? ?Qu¨¦ locura! No aspiro. Bueno, habr¨ªa que traducirlo como ¡°estrella de piedra¡± [r¨ªe y r¨ªe]. De piedra, lo acepto.
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