Anatom¨ªa del asesinato de Marielle Franco: el plan, la ejecuci¨®n, pistas falsas y una investigaci¨®n saboteada
El arresto de dos pol¨ªticos turbios de R¨ªo de Janeiro y un comisario corrupto como autores intelectuales del crimen perpetrado en 2018 es crucial para aclarar la muerte a tiros de la concejala izquierdista
El domingo pasado Brasil amaneci¨® con la noticia de que dos veteranos pol¨ªticos bien conocidos en las instituciones y los bajos fondos de R¨ªo de Janeiro y un antiguo jefe de la Polic¨ªa Civil de la ciudad maravillosa hab¨ªan sido detenidos como autores intelectuales del asesinato de la concejala Marielle Franco, en 2018. El arresto del d¨²o sorprendi¨® poco; el del comisario fue un shock. La polic¨ªa cree que estos arrestos son la pieza clave que faltaba para resolver el rompecabezas del asesinato pol¨ªtico m¨¢s sonado de los ¨²ltimos a?os. El sumario policial, basado en la confesi¨®n del tipo que apret¨® el gatillo, un polic¨ªa militar llamado Ronnie Lessa, permite reconstruir c¨®mo se plane¨® el asesinato, c¨®mo se ejecut¨® y las maniobras para obstaculizar las pesquisas y garantizar la impunidad de los implicados.
El motivo
Es un c¨®ctel carioca bien agitado de intereses inmobiliarios y delictivos de mafias locales, conflicto pol¨ªtico y corrupci¨®n policial. Marielle Franco, de 38 a?os, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), entr¨® en la mira de los hermanos Braz?o, el diputado federal Jo?o Francisco, apodado Chiquinho, de 62 a?os, y Domingos, de 59, consejero del Tribunal de Cuentas de Rio, cuando la percibieron como una amenaza para sus intereses corruptos y criminales. Son caciques pol¨ªticos de una barriada llamada Jacarepagu¨¢.
Chiquinho, entonces un veterano concejal, se enrabieta en 2018 cuando Franco vota contra un proyecto de ley para regularizar unas construcciones ilegales.
Los veteranos pol¨ªticos deciden pasar a la acci¨®n.
El plan
Los hermanos Braz?o contratan a Lessa, un policia militar de 53 a?os que era uno de los mejores tiradores del cuerpo y ahora trabaja de sicario. Los pol¨ªticos fichan tambi¨¦n al entonces jefe de homicidios de la Polic¨ªa Civil, Rival Barbosa, de 54 a?os, con el encargo de que les ayude a planificar el crimen y les garantice la posterior inmunidad.
Domingos Braz?o es uno de los muchos nombres de sospechosos que surgen al inicio de la investigaci¨®n.
El autor confeso del asesinato se decide a revelar la trama tras cinco a?os encarcelado. Cuenta que los Braz?o le exigen que no la mate entrando ni saliendo de la C¨¢mara municipal para evitar que el asesinato sea considerado un crimen con connotaci¨®n pol¨ªtica y pase a manos de la Polic¨ªa Federal. A todos los implicados les interesa que siga en el ¨¢mbito local, en la divisi¨®n de homicidios del comisario Barbosa.
Lessa, que perdi¨® una pierna en un ajuste de cuentas, prueba en un barranco la submetralladora con la que eliminar¨¢ a la concejala. Como pago, al sicario le ofrecen unos terrenos recalificados.
Los Braz?o y Barnosa, detenidos el domingo, proclaman su inocencia.
No es ninguna sorpresa que pol¨ªticos y polic¨ªas de R¨ªo de Janeiro se mezclen con actividades il¨ªcitas de todo tipo. Ya el primer samba que qued¨® grabado para la historia, Pelo telefone (por tel¨¦fono), retrataba en 1916 esas corruptelas. Est¨¢ guardado en la Biblioteca Nacional.
El infiltrado
Los Braz?o reclutan a un miliciano para que se infiltre en el PSOL y vigile de cerca a la concejala mientras elaboran el plan. En Brasil un miliciano es un paramilitar, un agente de los cuerpos de seguridad que se pasa al otro lado. Algunos cuelgan antes el uniforme, otros simultanean. El Estado les paga para proteger a la ciudadan¨ªa mientras extorsionan o matan para el crimen organizado.
Marielle destaca por su perfil. Una concejala negra criada en una de las grandes favelas, Mar¨¦, madre de una adolescente, bisexual, fiscalizadora de abusos policiales y defensora de los derechos LGTBI es una revoluci¨®n en el Ayuntamiento, dominado por hombres blancos. Entre los ediles, Chiquinho Braz?o y Carlos Bolsonaro, hijo del ultraderechista y expresidente Jair Bolsonaro.
La ejecuci¨®n
La noche del 14 de marzo de 2018. La concejala, que acaba de participar en un debate, circula por el centro de R¨ªo en un autom¨®vil. Al volante, el ch¨®fer Anderson Torres (los allegados siempre se han esmerado para que ¨¦l no fuera olvidado). Detr¨¢s, con Franco, su jefa de prensa.
Lessa est¨¢ al acecho. Va en otro coche que conduce un colega de la polic¨ªa militar, ?lcio Queiroz. Cuando enfilan una curva, se colocan al lado. El sicario abre fuego. Sentado en el asiento de atr¨¢s, dispara 13 balas. Cuatro alcanzan a Franco, que muere al instante, como su conductor. Milagrosamente, la periodista sobrevive.
Desde el primer instante queda claro que no es un asesinato m¨¢s, sino una ejecuci¨®n obra de profesionales. En esas primeras horas, valios¨ªsimas, el sabotaje est¨¢ en marcha. Las c¨¢maras de seguridad, que infestan las calles de Brasil, no funcionan.
La v¨ªspera del crimen el comisario Barbosa, a sueldo de los Braz?o, fue ascendido. Deja homicidios para asumir la jefatura de la Polic¨ªa Civil de R¨ªo.
El d¨ªa despu¨¦s
Desconocida fuera de R¨ªo, la v¨ªctima es una pol¨ªtica de izquierdas electa. Y, en un ambiente en el que la extrema derecha avanza y las bandas de polic¨ªas corruptos extienden su dominio en R¨ªo, el crimen salta a la prensa nacional. La conmoci¨®n es grande.
Los m¨¢s cercanos a Marielle, sumidos en el shock y un dolor infinito, son recibidos por el comisario Barbosa. ¡°Nos prometi¨® a mi marido y a m¨ª que resolver el asesinato era una cuesti¨®n de honor¡±, cont¨® esta semana la madre de la concejala. El comisario les recibi¨® a ellos, a su otra hija, Anielle Franco, ahora ministra de Igualdad Racial; la viuda, M¨®nica Benicio, una arquitecta electa despu¨¦s concejala, y el padrino pol¨ªtico de la v¨ªctima. Los allegados toman la palabra al polic¨ªa, conf¨ªan.
La noticia de su detenci¨®n, el domingo, cay¨® como una bomba nuclear entre los allegados. ¡°Nadie merece morir como ella fue asesinada. ?l tiene la frialdad de planificarlo, dar el visto bueno al plan y sentarse con mi madre a tomarse un caf¨¦ y decirle que va a resolver el caso. ?En qu¨¦ mundo vivimos?¡±, clam¨® la ministra.
La foto del comisario el d¨ªa despu¨¦s, sentado en un sof¨¢ con los padres de la v¨ªctima, es una de las m¨¢s reproducidas desde el arresto.
Pistas falsas
El comisario proclam¨® solemne. ¡°La Polic¨ªa Civil del Estado de R¨ªo de Janeiro tiene competencia y credibilidad para dar la necesaria respuesta a este crimen¡±. Las dudas eran l¨®gicas. Es el cuarto jefe del cuerpo en R¨ªo que entra en la c¨¢rcel en los ¨²ltimos a?os. Es uno de los Estados con el peor ¨ªndice de resoluci¨®n de delitos. Al principio, Barbosa tambi¨¦n levant¨® sospechas que un investigador puso por escrito en un informe confidencial. Ah¨ª qued¨® la cosa.
Un mes despu¨¦s del asesinato, el comisario corrupto planta un falso testigo, otro polic¨ªa militar. En su testimonio, apunta a un concejal y a un miliciano. Algunos medios publican la historia, que se revela falsa gracias a una investigaci¨®n de asuntos internos. El testigo confiesa que minti¨® por venganza. Desaparecen im¨¢genes del caso, tel¨¦fonos m¨®viles de sospechosos¡
El R¨ªo que ven los turistas que pasean por la playas de Copacabana o disfrutan el carnaval tiene una cara B putrefacta donde confluyen familias mafiosas de toda la vida, una popular loter¨ªa ilegal llamada jogo do bicho, las disputas entre bandas de narcotraficantes y bandas de polic¨ªas corruptos¡ La violencia derivada de esos conflictos por los lucrativos negocios il¨ªcitos y el territorio es cotidiana.
Primer aniversario
Marielle se erige en s¨ªmbolo unificador de una izquierda que ha perdido las elecciones frente a un diputado de extrema derecha que construy¨® su carrera en R¨ªo de Janeiro, Jair Bolsonaro, militar retirado.
Dos d¨ªas antes del aniversario, primeras detenciones, los supuestos autores materiales. Lessa, acusado de disparar; y su conductor. La pista para llegar hasta ellos llega a trav¨¦s de una denuncia an¨®nima.
Aunque la atenci¨®n no decae, el caso sufre infinitos vaivenes. Entre los muchos polic¨ªas y fiscales que entran y salen en estos seis a?os, destacan las dos fiscalas que encarcelan a los autores materiales. En 2021 ambas dimiten despu¨¦s de denunciar que sufren interferencias externas.
El caso es asunto extremadamente sensible.
Peces peque?os
Durante estos seis a?os, la polic¨ªa ha detenido a otros sospechosos de participar en el asesinato. Un sargento de bomberos est¨¢ encarcelado por prestar el coche utilizado, esconder las armas y ayudarles a deshacerse de ellas. Las echaron al mar. Tambi¨¦n est¨¢ en prisi¨®n el due?o del taller donde el coche del crimen fue desguazado.
Cambio de Gobierno en Brasilia
Luiz In¨¢cio Lula da Silva derrota a Bolsonaro, asume la presidencia e incluye en su gabinete a la hermana de la concejala. El ministro de Justicia, un antiguo juez, anuncia nada m¨¢s tomar posesi¨®n que va a intensificar la actuaci¨®n de la Polic¨ªa Federal en el caso. El Gobierno promete resultados para el sexto aniversario. Llega el d¨ªa y no hay novedades. Llegan diez d¨ªas despu¨¦s.
Peces gordos
Con la confesi¨®n del autor material, la Policia Federal sabe por fin qui¨¦n orden¨® matarla. Temerosa de las filtraciones, toma todo tipo de cautelas. Decide arrestar al tr¨ªo un domingo por la ma?ana. Poco despu¨¦s del amanecer, los dos pol¨ªticos con largas y turbias carreras y el comisario que se gan¨® la confianza de los allegados son detenidos en sus casas.
Todos los que durante 2.002 d¨ªas se han preguntado incansablemente ?qui¨¦n mat¨® a Marielle?, ?qui¨¦n orden¨® matarla?, y ?por qu¨¦?, sienten un cierto alivio.
Caciques poderosos
Y para la letra peque?a del asesinato, esos detalles que reflejan el inmenso poder de los caciques pol¨ªticos en Brasil por muy sucio que sea su curr¨ªculum. Domingos Braz?o lleva seis a?os suspendido de empleo en su cargo vitalicio en el Tribunal de Cuentas de R¨ªo por un caso de corrupci¨®n. Pero cobra puntualmente un salario mensual de 39.000 reales (m¨¢s de 7.000 euros) y acaba de ganar un pleito a cuenta de los 420 d¨ªas de vacaciones que, obviamente, no ha podido disfrutar. Le han abonado 107.000 euros m¨¢s.
Mientras, en Brasilia, el Congreso debate qu¨¦ hacer con el esca?o de su hermano Chiquinho, ahora que los Braz?o han sido enviados a prisiones de m¨¢xima seguridad. Dice el presidente de la C¨¢mara de Diputados que ¡°es un caso dif¨ªcil, sensible para todos¡± ellos. A sus se?or¨ªas les aterra que siente un precedente. Cada parlamentario ha recibido copia de las 479 p¨¢ginas del informe policial.
Esta semana el parlamentario Braz?o, expulsado de su partido, entr¨® por videollamada en la sesi¨®n en la que sus colegas debat¨ªan el futuro de su esca?o. Desde prisi¨®n, les dijo que ten¨ªa buena relaci¨®n con Marielle cuando coincidieron en el Ayuntamiento y que solo tuvieron un desencuentro sin importancia. Les pidi¨® que le mantengan el acta.
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