La oscura era de PDVSA: cuatro directores acusados de corrupci¨®n y miles de millones desaparecidos
La quiebra y decadencia de la empresa estatal de petr¨®leo de Venezuela ha corrido paralela a la del pa¨ªs
La decadencia de Petr¨®leos de Venezuela SA (PDVSA), la empresa estatal de crudo, ha corrido en paralelo a la del pa¨ªs en los ¨²ltimos a?os. La historia de Tareck El Aissami ¡ªministro del Petr¨®leo y hombre de confianza de Nicol¨¢s Maduro, que acaba de ser detenido por la Fiscal¨ªa por el desv¨ªo de miles de millones de d¨®lares¡ª no es una excepci¨®n, m¨¢s bien es una regla. Cuatro directores de la compa?¨ªa durante el chavismo han sido acusados de corrupci¨®n. Dos de ellos han sido sentenciados, uno se encuentra en el exilio y otro m¨¢s muri¨® en prisi¨®n. La principal fuente de financiaci¨®n venezolana deriv¨® en una trama de codicia y deshonestidad.
Rafael Ram¨ªrez, presidente de PDVSA desde 2004 hasta 2013, el zar energ¨¦tico de Hugo Ch¨¢vez en su mejor momento pol¨ªtico y uno de los referentes tradicionales en las estructuras de poder revolucionario, est¨¢ ahora en el exilio, enfrentado a acusaciones por corrupci¨®n formuladas por sus antiguos compa?eros. A Ram¨ªrez y su entorno se les ha responsabilizado de malversar, junto a sus allegados, varios millones de d¨®lares en gigantescas operaciones irregulares, desv¨ªos de capitales, cuentas secretas, sobornos y lavado de dinero ¡ª¨¦l lo niega¡ª. Antes, en 2016, los diputados de la oposici¨®n le hab¨ªan hecho se?alamientos muy similares.
Ram¨ªrez fue sustituido en 2014 por Eulogio del Pino. El 4 de septiembre de 2017, organismos de seguridad del Estado le tocaron la puerta de su casa en la madrugada y se lo llevaron preso, acusado de peculado doloso (malversaci¨®n de fondos p¨²blicos), agavillamiento (acaparamiento) y sobreprecio en operaciones millonarias en d¨®lares en perjuicio del inter¨¦s nacional. Los antichavistas siempre sospecharon de Ram¨ªrez y denunciaron su corruptela, hasta que el oficialismo actu¨® en su contra.
A Del Pino lo relev¨® Nelson Mart¨ªnez, detenido por corrupci¨®n al a?o siguiente, el tiempo en el cual las calles del pa¨ªs crepitaban de ira ante la hiperinflaci¨®n y la escasez de medicinas y comida. Mart¨ªnez muri¨® en la c¨¢rcel ese mismo a?o, a causa de padecimientos card¨ªacos cr¨®nicos agravados por su situaci¨®n personal. Sus familiares denunciaron que llevaba un a?o detenido sin juicio.
Pasaron las administraciones de Manuel Quevedo y Asdr¨²bal Ch¨¢vez, sin esc¨¢ndalos a la vista, pero gestionaron una compa?¨ªa sancionada internacionalmente, necesitada de mantenimiento, con su personal cualificado emigrando y descapitalizada a una enorme velocidad gracias al anclaje cambiario que el Gobierno de Nicol¨¢s Maduro se negaba a derogar. La producci¨®n petrolera nacional llegaba a una ca¨ªda libre de 400.000 barriles diarios, cuando hace diez a?os produc¨ªa 2,5 millones. El ¨²ltimo eslab¨®n de esta historia lo escribe el propio El Aissami, la cabeza m¨¢s importante de una nueva purga anticorrupci¨®n, en un caso, PDVSA-Crypto, que comprendi¨® una sangr¨ªa de dinero calculada en 21.000 millones de d¨®lares. Tras unos meses de alivio a las sanciones petroleras, Washington volver¨¢ a imponer restricciones a la venta internacional este mismo jueves si Maduro no se aviene a celebrar elecciones con garant¨ªas el pr¨®ximo 28 de julio.
El parteaguas hist¨®rico entre la nueva PDVSA, de los tiempos del chavismo, y la antigua Petr¨®leos de Venezuela, fundada en la democracia, se concret¨® hace 22 a?os, el 11 de abril de 2002. Entonces, Hugo Ch¨¢vez enfrent¨® una conjura para deponerlo a partir de un multitudinario movimiento ciudadano que sali¨® a las calles a pedirle la renuncia luego de un tormentoso periodo de estridencias y decisiones de Estado unilaterales.
Aquella fue la primera vez que PDVSA entraba en el hurac¨¢n de un apasionado debate p¨²blico: Hugo Ch¨¢vez ¡ªconsciente de que ten¨ªa en contra a la directiva de la compa?¨ªa¡ª llev¨® a cabo una campa?a para colonizar con sus objetivos pol¨ªticos los mandos de la organizaci¨®n. En un momento de ira, muy poco antes del golpe que intent¨® deponerlo, despidi¨® a todos los ejecutivos en la cadena nacional de radio y televisi¨®n, con un casco puesto y un silbato en la boca.
La militancia chavista argumentaba por entonces que, si PDVSA ¡°estaba bien¡±, pues ¡°el pa¨ªs no lo estaba¡±. El Gobierno quer¨ªa usar los ingentes ingresos de la compa?¨ªa para orientarlos a la inversi¨®n social, a lo cual se opon¨ªan tenazmente los gerentes de la estatal. Ch¨¢vez desarroll¨® una estrategia para arrinconar a la alta gerencia de PDVSA (estigmatizada con sorna como ¡°la meritocracia¡±) acus¨¢ndola de encarecer deliberadamente los costos de producci¨®n, de cobrar salarios excesivos, de obrar para los intereses de las empresas trasnacionales y de constituir una ¨¦lite privilegiada en una sociedad llena de necesidades.
Fundada por el socialdem¨®crata Carlos Andr¨¦s P¨¦rez en 1976, luego de haber nacionalizado el petr¨®leo, PDVSA ¡ªuno de los grandes logros organizacionales de la Venezuela democr¨¢tica¡ª fue por d¨¦cadas una empresa estatal superavitaria, ajena a las pasiones del debate pol¨ªtico, limpia en sus procesos y con casos de corrupci¨®n m¨¢s bien aislados. Su m¨²sculo profesional y sus mandos gerenciales eran orgullo nacional. Su primer presidente, Rafael Alfonzo Ravard, es recordado como uno de los modelos de la gerencia p¨²blica en el pa¨ªs.
El prestigio de los gerentes de PDVSA era tan alto que en 2002 muchas personas creyeron que Hugo Ch¨¢vez no resistir¨ªa en el poder un enfrentamiento con la compa?¨ªa que mov¨ªa los hilos de la econom¨ªa nacional, y que lleg¨® a ser, por cuenta propia, uno de los grandes exportadores de crudo, gas y combustibles derivados de todo el mundo.
Durante el famoso Paro Petrolero, orquestado por la sociedad antichavista como un esfuerzo adicional para sacarlo del poder (diciembre de 2002, marzo de 2003), Ch¨¢vez termin¨® ganando el pulso a la alta gerencia de la compa?¨ªa (encabezada entonces por el ingeniero Juan Fern¨¢ndez), conquistando definitivamente sus estructuras, como tambi¨¦n las de las Fuerzas Armadas a partir del a?o 2004. Al derrotar la huelga petrolera en su contra, Ch¨¢vez despidi¨® a varios miles de trabajadores que antes le hab¨ªan desconocido. Emergi¨® entonces la PDVSA ¡°roja, rojita¡±, como la bautiz¨® Rafael Ram¨ªrez, y se consolid¨® la visi¨®n ¡°nacional, popular y revolucionaria¡± de la gesti¨®n energ¨¦tica.
¡°Para m¨ª, el declive de la industria tiene que ver con la ca¨ªda de la producci¨®n de petrolero y gas. El a?o clave es 2005¡±, recuerda Rafael Quir¨®z, economista petrolero y profesor de la Universidad Central de Venezuela. Entonces el pa¨ªs baj¨®, para no recuperar jam¨¢s, del umbral de los tres millones de barriles diarios.
Quir¨®z hace un breve resumen de la operaci¨®n gerencial chavista que destruy¨® el negocio petrolero en el pa¨ªs: ¡°haber fusionado el cargo de presidente de PDVSA con el del Ministerio de Energ¨ªa y Petr¨®leo; adjudicarle a la empresa responsabilidades que no tienen nada que ver con la industria (construir casas, importar comida, distribuir enseres, todas fuentes de corrupci¨®n), y haberla colocado al servicio de un proyecto pol¨ªtico, sea o no revolucionario.¡± La consecuencia de esos tres elementos, agrega Quir¨®z, trajeron un cuarto, consecuencia de los anteriores: la desinversi¨®n. Y, abrazado a todo eso, la corrupci¨®n.
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