Dina Boluarte cumple 500 d¨ªas en el poder con el rechazo del 88% de la ciudadan¨ªa tras el ¡®Rolexgate¡¯
La gesti¨®n de la presidenta de Per¨² solo cuenta con un 7% de aprobaci¨®n, los peores datos en 20 a?os para un mandatario, pero ha conseguido blindarse en el cargo gracias al apoyo de las fuerzas ultraconservadoras en el Congreso
En Per¨², un pa¨ªs que en los ¨²ltimos 24 a?os ha tenido 11 jefes de Estado, quienes se cruzan la banda presidencial, dif¨ªcilmente gozan de popularidad en las encuestas. Dina Boluarte, la primera presidenta del pa¨ªs andino, no es una excepci¨®n: la aprobaci¨®n de la presidenta est¨¢ en el punto m¨¢s bajo de su mandato. La abogada cumpli¨® el s¨¢bado 500 d¨ªas en el poder, tras reemplazar, en diciembre de 2022 y por sucesi¨®n presidencial, a Pedro Castillo. Y los sondeos m¨¢s recientes, de este mes, no son un obsequio para Boluarte: apenas el 7% de peruanos aprueba su gesti¨®n, seg¨²n Datum Internacional. No solo es la peor cifra para la mandataria, rechazada por casi nueve de cada diez ciudadanos (88%), sino que representa la ca¨ªda m¨¢s profunda en dos d¨¦cadas para un mandatario en el Per¨². Ninguno hab¨ªa sido tan impopular desde la presidencia de Alejandro Toledo (2001-2006). En su momento, Toledo encabez¨® la lucha contra la dictadura de los noventa y encarn¨® la reivindicaci¨®n del mundo andino, lo que capitaliz¨® con una aprobaci¨®n cercana al 60% que posteriormente se derrumb¨® debido a las promesas incumplidas y a varios esc¨¢ndalos de corrupci¨®n.
Por su parte, Boluarte nunca ha representado ninguna esperanza de cambio. Lleg¨® al Palacio de Gobierno repentinamente, sin elecciones, tras el autogolpe fallido de Castillo. Se pens¨® que el suyo ser¨ªa un Ejecutivo de transici¨®n, pero no ha sido as¨ª. Y la resistencia de Boluarte a convocar elecciones ha desatado una crisis social que se ha prolongado durante meses. El m¨¢ximo de apoyo ciudadano que ha conseguido ha sido del 20%, durante el primer trimestre de 2023. Desde entonces, ha ido en ca¨ªda libre. Adem¨¢s, desde hace poco m¨¢s de un mes, la presidenta es cuestionada tambi¨¦n por una colecci¨®n de relojes de alta gama y joyas que posee y sobre los que ha dado distintas versiones. Su falta de claridad solo ha incrementado las sospechas ante un presunto enriquecimiento il¨ªcito por el que es investigada por la Fiscal¨ªa. Ni con tres mensajes a la naci¨®n dedicados al asunto, la apurime?a ha podido sacudirse del embrollo.
Bas¨¢ndose en su impopularidad, el analista pol¨ªtico Gianfranco Vigo establece una comparaci¨®n entre Boluarte y Toledo: ¡°Ambos exhiben un gran problema de credibilidad. En m¨¢s de una oportunidad, al expresidente Toledo se lo calific¨® como un mit¨®mano por no reconocer a su hija [la polit¨®loga Zara¨ª Toledo], negar a sus sobrinos [vinculados a actos de corrupci¨®n] e inventar historias estramb¨®ticas [denunci¨® haber sido secuestrado y drogado para ser llevado a una org¨ªa]. La presidenta Boluarte tambi¨¦n est¨¢ quedando ante la opini¨®n p¨²blica como una mentirosa, en tanto las respuestas que ha dado al esc¨¢ndalo sobre los Rolex son inveros¨ªmiles¡±. Bajo la perspectiva de Vigo, otro aspecto que ha erosionado su mandato ha sido su escasa capacidad para impulsar pol¨ªticas p¨²blicas eficientes. ¡°La poblaci¨®n ve que este Gobierno es incompetente y que va en piloto autom¨¢tico¡±, agrega.
?Qu¨¦ sostiene entonces a una presidenta rechazada por la ciudadan¨ªa? Boluarte ya ha superado los 497 d¨ªas que Castillo permaneci¨® en Palacio. De acuerdo con un an¨¢lisis del diario El Comercio, la abogada no lo ha hecho mucho mejor que el maestro sindical: solo ha impulsado 45 proyectos de ley relevantes en comparaci¨®n con los 91 de su predecesor. Desde su toma de posesi¨®n hasta la fecha, suma 52 ministros para 18 ministerios, una cantidad de cambios desmesurada que genera una sensaci¨®n de inestabilidad.
El Congreso, sin embargo, no se ha comportado de la misma manera con ambos mandatarios. A Castillo le censuraron a cuatro ministros; a Boluarte, solo a uno. Adem¨¢s, la C¨¢mara ha rechazado la iniciativa para el adelanto de elecciones en tres ocasiones. Hace unas semanas, tambi¨¦n ha revocado dos mociones de vacancia en contra de Boluarte, promovidas por las consecuencias del llamado Rolexgate y la opacidad de su patrimonio.
¡°Boluarte es el rostro de una coalici¨®n autoritaria compuesta por partidos pol¨ªticos de diversas tendencias ¨Dque buscan que se realicen todos los cambios legislativos posibles que les permitan garantizarse el triunfo electoral en el futuro¨D y grupos de poder econ¨®mico, interesados en sacar todo el provecho posible del Ejecutivo¡±, explica la polit¨®loga Paula T¨¢vara el origen del blindaje a la presidenta. ¡°No se trata, pues, de inter¨¦s en sostener al Gobierno como tal, sino de aprovechar la oportunidad de cooptar el Estado. El ¨²nico apoyo que le interesa a Boluarte es el de los grupos pol¨ªticos que la sostienen y le garantizan impunidad, no el de la ciudadan¨ªa¡±, agrega. De las palabras de T¨¢vara se puede inferir que se trata de un pacto entre el Ejecutivo y el Legislativo para sobrevivir hasta 2026.
A pesar de no contar con una bancada ¨Dla presidenta fue elegida bajo las siglas del partido de izquierda Per¨² Libre¨D; Boluarte cuenta con el aval de las agrupaciones pol¨ªticas con m¨¢s representantes en el Parlamento: la fujimorista y ultraconservadora Fuerza Popular y Renovaci¨®n Popular (de extrema derecha). De hecho, el apoyo de Fuerza Popular, liderado por Keiko Fujimori, hija del dictador, es clave para el Ejecutivo. De ah¨ª que se entienda la defensa del ministro de Justicia, Eduardo Arana, a la excarcelaci¨®n del dictador Alberto Fujimori en diciembre. Esta semana, Arana ha respondido, en nombre del Gobierno, a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que hab¨ªa mostrado su oposici¨®n a la liberaci¨®n del aut¨®crata. As¨ª, sostuvo que desde el Ejecutivo se ¡°apegaron a los principios de legalidad y justicia¡± al respetar la decisi¨®n del Tribunal Constitucional de Per¨², que defend¨ªa la liberaci¨®n, a pesar de que esta contraven¨ªa a la Corte IDH. ¡°Desde el Gobierno promovemos el respeto rec¨ªproco entre la soberan¨ªa y la jurisdicci¨®n de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, instando a la consideraci¨®n respetuosa de las decisiones judiciales internas y soberanas del Estado peruano¡±, invoc¨® Arana.
En uno de sus actos p¨²blicos m¨¢s recientes, en un hospital de Lima, Dina Boluarte recibi¨® uno de sus abucheos m¨¢s sonoros. Su respuesta no fue conciliadora: ¡°Esos gritos contra la patria no nos van a detener. Ac¨¢ no hay espacio para odios, ac¨¢ no hay espacio para mediocridades¡±. Tras la salida de Alberto Ot¨¢rola, ex primer ministro y principal pararrayos de la presidenta, esta no encuentra un nuevo alfil de alto calibre y, mucho menos, que pueda tender puentes. Adem¨¢s, los colectivos que representa a los familiares de los asesinados y v¨ªctimas de la violencia policial de los primeros meses de su mandato han anunciado una movilizaci¨®n nacional para el 1 de mayo en Lima. Parece que se avecinan nuevas tensiones para Boluarte.
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