La guerra en Oriente Medio proyecta su sombra sobre Latinoam¨¦rica
Las reacciones al conflicto han dejado en evidencia la falta de coordinaci¨®n regional y la tendencia cada vez m¨¢s ideol¨®gica de la diplomacia
El conflicto b¨¦lico de Oriente Medio, agravado por los ataques entre Israel e Ir¨¢n, comenz¨® a generar entredichos en Am¨¦rica Latina. Si bien esas tensiones tienen su centro m¨¢s visible en la relaci¨®n entre la Argentina y algunos de sus vecinos, los actores que protagonizan aquella guerra proyectan su sombra sobre toda la regi¨®n. Ser¨ªa una superficialidad interpretar que este juego se circunscribe a las relaciones internacionales. Es tambi¨¦n una derivaci¨®n de los alineamientos dom¨¦sticos.
En los ¨²ltimos ti...
El conflicto b¨¦lico de Oriente Medio, agravado por los ataques entre Israel e Ir¨¢n, comenz¨® a generar entredichos en Am¨¦rica Latina. Si bien esas tensiones tienen su centro m¨¢s visible en la relaci¨®n entre la Argentina y algunos de sus vecinos, los actores que protagonizan aquella guerra proyectan su sombra sobre toda la regi¨®n. Ser¨ªa una superficialidad interpretar que este juego se circunscribe a las relaciones internacionales. Es tambi¨¦n una derivaci¨®n de los alineamientos dom¨¦sticos.
En los ¨²ltimos tiempos el panorama del Cono Sur incorpor¨® dos novedades que se relacionan con el drama medio-oriental. Una es que el presidente brasile?o, Luiz In¨¢cio Lula da Silva, muy inspirado por su asesor internacional Celso Amorim, ha acentuado el tono ¡°antiimperialista¡± de su visi¨®n del mundo. Esa orientaci¨®n supone una posici¨®n cr¨ªtica respecto de los Estados Unidos, pero tambi¨¦n de Israel. Su manifestaci¨®n m¨¢s estridente ocurri¨® en febrero, cuando el presidente de Brasil compar¨® la acci¨®n de las fuerzas israel¨ªes en Gaza con el Holocausto perpetrado por Hitler contra los jud¨ªos durante la Segunda Guerra Mundial. El gobierno israel¨ª declar¨® a Lula persona non grata.
Hay otro factor, de menor intensidad, que ti?e el paisaje: desde el 1 de enero Brasil convive con Ir¨¢n en el seno de los BRICS. Aunque no hizo falta esa asociaci¨®n para que el trato entre los dos pa¨ªses fuera amigable. En febrero del a?o pasado, por ejemplo, en Brasil se desat¨® una pol¨¦mica a ra¨ªz de que el gobierno de Lula autoriz¨® que dos buques de guerra iran¨ªes atracaran en el puerto de R¨ªo de Janeiro.
La otra novedad est¨¢ relacionada con la llegada de Javier Milei al gobierno argentino. Milei adopt¨® una pol¨ªtica exterior de alineamiento expl¨ªcito y autom¨¢tico con los Estados Unidos e Israel. En varias oportunidades se comprometi¨®, imitando un gesto de Donald Trump y una promesa incumplida de Jair Bolsonaro, a mudar la embajada argentina de Tel Aviv a Jerusal¨¦n. Aunque, como en otros frentes, la canciller Diana Mondino se encarg¨® de moderar esos anuncios. Milei design¨® como embajador en Israel al rabino Alex Wahnish, que es su director espiritual en el proceso de conversi¨®n al juda¨ªsmo.
Milei y Lula difieren en casi todo, para mortificaci¨®n de las burocracias diplom¨¢ticas de sus dos pa¨ªses. Pero la divergencia sobre el conflicto de Israel con Ir¨¢n y con Ham¨¢s tiene un significado especial. En el l¨ªmite entre Brasil, la Argentina y Paraguay, la denominada Triple Frontera, existe desde hace d¨¦cadas una comunidad libanesa que emigr¨® a la ciudad de Foz de Iguaz¨² despu¨¦s de la guerra del L¨ªbano de 1982. Su principal actividad es el comercio, que practican sobre todo en la paraguaya Ciudad del Este. Sus movimientos siempre estuvieron bajo sospecha por la posibilidad de que contribuyan con financiamiento a agrupaciones como Hezbol¨¢. Esta organizaci¨®n, a la que se imputan en la Argentina los atentados contra la embajada de Israel (1992) y contra la mutual jud¨ªa AMIA (1994), no es reconocida como una organizaci¨®n terrorista por Brasil.
La cuesti¨®n del financiamiento es crucial y est¨¢ sometida a una discreta vigilancia por el aparato de seguridad internacional. Sin ir m¨¢s lejos, cuando al expresidente del Paraguay, Horacio Cartes, se le prohibi¨®, con gran estruendo, volver a visitar los Estados Unidos, uno de los argumentos esgrimidos fue, adem¨¢s del contrabando de cigarrillos, la proximidad con estas c¨¦lulas libanesas. Con el recrudecimiento del conflicto entre Israel e Ir¨¢n esas preocupaciones reaparecen.
La ministra de Seguridad de la Argentina, Patricia Bullrich, hizo que la presi¨®n se elevara un poco m¨¢s con algunas declaraciones temerarias. La semana pasada se?al¨® que ¡°tenemos alerta m¨¢xima de seguridad¡± y lo atribuy¨® a que existe un terrorismo potencial focalizado en la Triple Frontera, en el l¨ªmite con Bolivia y en Chile, donde se registra actividad de Hezbol¨¢. ¡°El continente latinoamericano no est¨¢ fuera de la zona de problemas que puede tener la realidad de Medio Oriente¡±, asegur¨®. Bullrich se refiri¨® tambi¨¦n a Brasil. Dijo que ¡°Hezbol¨¢ tiene c¨¦lulas que se descubrieron el a?o pasado, pero que dos (integrantes) se escaparon en S?o Paulo. Son sat¨¦lites de Ir¨¢n. En Argentina, actuaron bajo las ¨®rdenes de Ir¨¢n¡±. Se refer¨ªa a aquellos dos atentados.
Con sus declaraciones, Bullrich enoj¨® al Gobierno de Chile, que pidi¨® explicaciones al embajador argentino, Jorge Faurie. La ministra del Interior de ese pa¨ªs, Carolina Toh¨¢, se?al¨® que los chilenos pueden estar tranquilos porque los sistemas policiales y de inteligencia siempre est¨¢n observando cualquier movimiento alarmante. Y advirti¨® que cualquier alerta se debe transmitir a trav¨¦s de la cooperaci¨®n institucional entre los pa¨ªses y no por medio de la prensa. Bullrich y Toh¨¢ deben encontrarse el jueves pr¨®ximo en Santiago de Chile, para una entrevista agendada antes de su cruce de palabras.
El subsecretario de Interior de Chile, Manuel Monsalve, fue m¨¢s all¨¢. Expuso la sospecha de que puede haber una conspiraci¨®n internacional para da?ar a la administraci¨®n de Gabriel Boric. Monsalve conect¨® los dichos de Bullrich con unas declaraciones del senador estadounidense Marco Rubio, quien hab¨ªa afirmado que ¡°Hezbol¨¢ amasa dinero en Latinoam¨¦rica para enviarlo a sus bases terroristas a trav¨¦s de pa¨ªses como Chile¡±. Rubio reproch¨® que Chile no haya calificado a Hezbol¨¢ como organizaci¨®n terrorista.
Las presunciones de Rubio y Bullrich se sostienen en algunas informaciones ya conocidas. Algunos libaneses de Foz de Iguaz¨² se mudaron hace tiempo a Iquique, en el norte chileno. Pero no se detectaron actividades terroristas. Es cierto que, por otra parte, Chile cuenta con una antigua y pac¨ªfica comunidad palestina desde hace m¨¢s de un siglo, como lo demuestra la existencia del Club Deportivo Palestino, de f¨²tbol, fundado en 1920.
Si hubiera que buscar un v¨ªnculo intenso entre Ir¨¢n y Am¨¦rica Latina habr¨ªa que volver la vista hacia Bolivia. Ambos pa¨ªses sellaron un acuerdo de cooperaci¨®n militar, que incluye la entrega de drones y lanchas fluviales que los bolivianos destinan al control de las fronteras. Este v¨ªnculo con Bolivia reproduce el que Ir¨¢n mantiene con Venezuela. En ambos casos, como en Nicaragua, entrenadores iran¨ªes participan de los cursos militares antiimperialistas dedicados a suministrar argumentos ideol¨®gicos en contra de los Estados Unidos al personal militar.
Los bolivianos, igual que los chilenos, reaccionaron frente a Bullrich, diciendo que es falso que exista, como ella advirti¨®, presencia de terroristas en el sur de Bolivia, amenazando la frontera con la Argentina.
El alineamiento del r¨¦gimen venezolano con los iran¨ªes es ya antiguo. Y tuvo su ¨²ltima manifestaci¨®n la semana pasada, cuando Nicol¨¢s Maduro calific¨® como ¡°arrastrado¡± al argentino Milei por pronunciarse a favor de Israel en su enfrentamiento con Ir¨¢n.
El recrudecimiento del conflicto en Medio Oriente ha sido hasta ahora un papel de tornasol para que queden en evidencia dos fen¨®menos. Uno es que la coordinaci¨®n regional en materia de Seguridad e Inteligencia muestra fisuras inquietantes. De otro modo no se producir¨ªan pol¨¦micas como las que desat¨® la ministra argentina Bullrich la semana pasada.
La otra realidad que queda al desnudo es recurrente: las relaciones diplom¨¢ticas est¨¢n cada vez m¨¢s contaminadas por las inclinaciones ideol¨®gicas de los gobiernos y, sobre todo, por la tendencia irrefrenable a utilizar el v¨ªnculo con otros pa¨ªses como insumo para la agitaci¨®n conflictiva de la opini¨®n p¨²blica dom¨¦stica. Es una tendencia que se ha profundizado mucho en Am¨¦rica Latina. Muchos presidentes ya no miran al mundo, ni siquiera a los vecinos, como jefes de Estado sino como jefes de facci¨®n.
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