De Evo Morales a Luis Arce: las conspiraciones de los militares bolivianos contra el Movimiento al Socialismo
El mando de las Fuerzas Armadas dio pie al derrocamiento del expresidente en 2019 y volvi¨® a aprovechar la debilidad del Gobierno para orquestar un golpe de Estado
El presidente de Bolivia, Luis Arce, intent¨® llamar a los jefes de las tres Fuerzas Armadas para preguntar qu¨¦ significaban los movimientos irregulares de tropas que anunciaban el intento de golpe de Estado del 26 de junio, pero ninguno le contest¨® las llamadas. En noviembre de 2019, los comandantes militares tambi¨¦n dejaron de responderle al tel¨¦fono al entonces presidente, Evo Morales. Poco despu¨¦s, aparecieron en televisi¨®n pidiendo su renuncia, lo que dio pie a su derrocamiento.
En cinco a?os, el mando militar boliviano se ha insubordinado dos veces ante presidentes del Movimiento al Socialismo (MAS). ¡°La explicaci¨®n estructural es que los militares son conservadores y rechazan cualquier modificaci¨®n del orden liberal, en especial la inclusi¨®n ind¨ªgena¡±, cree Reymi Ferreira, exministro de Defensa de Morales y profesor universitario. ¡°Los textos militares, su formaci¨®n, su convicci¨®n, los hace verse como agentes conservadores del orden existente¡±, a?ade.
Para Ferreira, no es extra?o que en estas dos rebeliones ¡°quienes actuaron, Williams Kalim¨¢n, en 2019, y Juan Jos¨¦ Z¨²?iga, ahora, fueron militares amigos del Gobierno; ellos adoptaron una ret¨®rica radical, que les serv¨ªa pol¨ªticamente, pero en el momento del conflicto volvieron a lo que realmente pensaban¡±.
Los gobiernos de Evo Morales (2006-2019) tomaron varias medidas, mayormente simb¨®licas, para cambiar la mentalidad militar, pero su efecto fue ef¨ªmero o contraproducente. En 2009, las Fuerzas Armadas adoptaron la wiphala, la bandera ind¨ªgena, y la incorporaron a sus uniformes. En 2010, cambiaron su tradicional lema de ¡°Subordinaci¨®n y constancia. ?Viva Bolivia!¡± por el castrista ¡°Patria o muerte. ?Venceremos!¡±. En 2016, por los acuerdos del Gobierno con la Alianza Bolivariana de las Am¨¦ricas (ALBA), crearon una escuela ¡°antiimperialista¡± que todos los militares del pa¨ªs deb¨ªan cursar obligatoriamente para ascender al grado de capit¨¢n. Morales se consideraba el ¡°primer presidente soldado raso¡±, se reun¨ªa todos los lunes con el mando militar y subi¨® su presupuesto, que era de 114 millones de d¨®lares en 2001, a 483 millones en 2018, cuatro veces m¨¢s. Fue el ¨²nico del periodo democr¨¢tico que pudo comprar cantidades importantes de armamento y equipo para las Fuerzas Armadas.
Al mismo tiempo, se gan¨® rechazos castrenses al mandar a retiro a los comandantes ¡°neoliberales¡± y al hacer procesar a los jefes que en 2005 entregaron a Estados Unidos 28 misiles que Bolivia hab¨ªa recibido de China. Tambi¨¦n logr¨® encarcelar a los oficiales que condujeron la represi¨®n de octubre de 2003 en El Alto, durante la que murieron 67 manifestantes. Arce, por su parte, procedi¨® a la detenci¨®n y procesamiento de gran parte de la jerarqu¨ªa militar que hab¨ªa trabajado con su predecesora, Jeanine A?ez, acusada de las masacres de Sacaba y Senkata, en las que murieron 31 personas. Z¨²?iga fij¨® la liberaci¨®n de estos militares y de pol¨ªticos civiles como el objetivo de su levantamiento.
¡°Existe un esp¨ªritu de cuerpo en las Fuerzas Armadas, como en otras corporaciones, religiosas o de otro tipo; los militares sienten que el poder civil les ordena actuar y luego los procesa¡±, explica Ferreira. ¡°Si Z¨²?iga habl¨® de ello para lograr apoyo a su movimiento es porque est¨¢ ah¨ª, en el sentimiento militar¡±, afirma.
La reciente detenci¨®n de m¨¢s de veinte militares acusados de participar en el intento de golpe del 26 de junio, entre ellos cinco comandantes, dos de fuerza y tres de regimiento, se suma ahora a la lista de decisiones pol¨ªticas que los militares consideran agravios. Seg¨²n el exministro Ferreira, ¡°el Gobierno de Arce est¨¢ entre la espada y la pared. Si no exige que la justicia aplique la ley, sienta un precedente terrible: las consecuencias de actos grav¨ªsimos son m¨ªnimas; pero si aplica rigurosamente la ley, como est¨¢ haciendo, van a generarse bastante anticuerpos en las Fuerzas Armadas, donde hay facciones pero tambi¨¦n esp¨ªritu de cuerpo¡±. Agrava la ofensa el que los oficiales arrestados sean presentados a la prensa por la Polic¨ªa, con la que los militares tienen una rivalidad hist¨®rica, que alguna vez ha llegado al enfrentamiento armado.
El analista Armando Ortu?o resume as¨ª el impacto castrense de los gobiernos del MAS: ¡°Las Fuerzas Armadas sufrieron varias purgas y se ha recurrido a mandos con cada vez menor capacidad y formaci¨®n. El Ej¨¦rcito se involucr¨® en actividades econ¨®micas como el control del contrabando y la miner¨ªa del oro en el norte del pa¨ªs, lo que gener¨® a un Z¨²?iga, que ten¨ªa un grupo de inteligencia propio y se volvi¨® muy poderoso¡±. Su ret¨®rica amigable le daba ese poder. Esto cambi¨® cuando apareci¨® en televisi¨®n y amenaz¨® al expresidente Morales, que inicialmente hab¨ªa sido su aliado, pero se torn¨® su adversario cuando se inclin¨® por Arce. Pese a ello, este lo destituy¨®. Ortu?o sugiere que el deseo de no perder el poder econ¨®mico acumulado pudo haber sido el m¨®vil de la asonada.
Ferreira descarta que, en este tiempo, las Fuerzas Armadas como tales pretendan cerrar el ciclo democr¨¢tico. M¨¢s bien, los comandos aprovechan los momentos de debilidad de los Gobiernos del MAS para tratar de sustituirlos por otros partidos civiles y obtener alguna ventaja pol¨ªtica. En el caso de Morales, este momento fue la inestabilidad que causaron las protestas contra un supuesto fraude electoral. En el caso de Arce, la crisis econ¨®mica que sufre el pa¨ªs. ¡°Si el presidente es fuerte, no hay sublevaci¨®n¡±, subraya. Ferreira no cree que lo sucedido pueda considerarse un ¡°autogolpe¡±, como plantea la mayor parte de la oposici¨®n boliviana. ¡°Con esto no ha ganado Arce. M¨¢s bien, el frente militar del Gobierno se ha resquebrajado, lo que aumentar¨¢ su vulnerabilidad ante los movimientos y conflictos sociales que vendr¨¢n¡±, razona. Ni han ganado Z¨²?iga y los dem¨¢s generales involucrados, que hoy enfrentan cargos de terrorismo y levantamiento armado, con la posibilidad de cumplir 20 a?os de prisi¨®n.
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