Tiro al blanco, AK-47 y emboscadas: el r¨¦gimen de Ortega obliga a empleados p¨²blicos a recibir entrenamiento militar
EL PA?S documenta casos de maestros y vigilantes desplazados a la fuerza a campamentos paramilitares para prepararse ante ¡°cualquier intentona golpista¡±
El secretario pol¨ªtico del Frente Sandinista de Liberaci¨®n Nacional de su instituci¨®n le dijo a Leonardo, un guarda de seguridad del Ministerio de Salud (Minsa), que esa orden era de estricto cumplimiento. Que no admit¨ªa negaci¨®n alguna: ten¨ªa que irse por una semana a un lugar no determinado a un campamento para recibir entrenamiento militar. Aprender t¨¦cnicas de guerra para ¡°estar listos para defender la revoluci¨®n¡± que encabezan los sandinistas Daniel Ortega y Rosario Murillo. Le dijeron que tampoco llevase su celular y no hiciera muchas preguntas.
Leonardo no se llama Leonardo. Es un seud¨®nimo con el que protegemos su identidad para evitar represalias por contarle a EL PA?S que desde mediados del a?o 2023 el r¨¦gimen de Ortega y Murillo ha iniciado en Nicaragua jornadas de entrenamiento militar de civiles en diversas locaciones del pa¨ªs, las cuales son manejadas con estricto secretismo. Los ¡°reclutas¡± son en su mayor¨ªa empleados p¨²blicos que trabajan como vigilantes (guardas de seguridad) en instituciones como el Ministerio de Educaci¨®n (Mined), en hospitales estatales y en diversas alcald¨ªas, gobernadas todas por el oficialismo.
¡°Me vinieron a traer a mi puesto de trabajo y me advirtieron que no llevara celular. Estaba totalmente prohibido el celular, comunicarnos con nadie, ni siquiera nuestra familia mientras durara el curso de entrenamiento¡±, relata Leonardo. No sabe a ciencia cierta d¨®nde lo internaron durante una semana, pero cree, por su sentido de la ubicaci¨®n, que el campamento estaba en la zona de El Chaparral, en el departamento de Le¨®n, al occidente de Nicaragua. ¡°Las primeras jornadas fueron arme y desarme de armas. Me ense?aron a montar y desmontar una AK-47. Luego formas de emboscar, desplazamiento en terreno, tiro al blanco y por ¨²ltimo bastantes ejercicios, como cavar trincheras¡±.
EL PA?S logr¨® documentar m¨¢s de ocho casos de empleados p¨²blicos que fueron llevados a estos campamentos paramilitares que operan al margen de la ley. Un trabajador de la alcald¨ªa de Rivas, ciudad situada al sur de Nicaragua, dijo que a ¨¦l lo llevaron a entrenar a un distrito policial en Managua. Los ejercicios inician a las ocho de la ma?ana y concluyen a las cinco de la tarde. Antes de iniciar la jornada, ya sea el secretario pol¨ªtico encargado de ellos o el jefe de la estaci¨®n policial, se dirigen a los ¡°reclutas¡±. Les dicen que ¡°ellos quedan en reserva¡± a partir de ahora para ser convocados en caso de ¡°cualquier intentona golpista¡±.
Lo de ¡°intentona golpista¡± se refiere al argumento oficial que la pareja presidencial usa desde 2018, el a?o que las masivas protestas sociales cimbraron al r¨¦gimen. Para repeler el levantamiento c¨ªvico, el Gobierno us¨® la violencia letal ejercida primero por polic¨ªas y luego por paramilitares sandinistas.
Entre abril y mayo de 2018, las masivas protestas sociales rebasaron a la Polic¨ªa Nacional, a pesar de que ya hab¨ªa iniciado la primera parte de la matanza que dej¨® 355 ciudadanos asesinados de manera extrajudicial, seg¨²n la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y un grupo de Expertos de Naciones Unidas. A partir de junio de ese a?o, el r¨¦gimen inici¨® la denominada Operaci¨®n Limpieza a cargo de paramilitares sandinistas que causaron los d¨ªas m¨¢s sangrientos de la represi¨®n: mataron con disparos letales a casi 200 de las 355 v¨ªctimas mortales.
El oficialismo defendi¨® la matanza paramilitar alegando que los encapuchados que sembraron el horror en las calles de Nicaragua en 2018 ¡°eran polic¨ªas voluntarios¡± que ¡°defend¨ªan la paz y la revoluci¨®n¡±. Sin embargo, la voluntariedad de los paramilitares fue refutada por los informes de la CIDH y Naciones Unidas en los que se documenta la coordinaci¨®n de estas fuerzas represivas con la polic¨ªa nacional, instituciones p¨²blicas y el Ejecutivo sandinista.
A partir de la desarticulaci¨®n de las protestas ¡ªa lo que sigui¨® una criminalizaci¨®n masiva de opositores, exilio, arrestos que no cesan y un estado policial de facto hasta la actualidad¡ª, la ¡°copresidenta¡± Rosario Murillo se mantiene amenazante contra todo aquel considerado cr¨ªtico. De manera recurrente, en sus alocuciones y discursos televisados advierte ¡°que con la paz no se juega¡±.
Otro vigilante de un colegio p¨²blico de Managua relat¨® a EL PA?S que su ¡°entrenamiento¡± le toc¨® en un pol¨ªgono de tiro y lo volvieron a convocar a una segunda ronda, ya que se trata ¡°de formaci¨®n continua¡±. ¡°Despu¨¦s que te advierten que estamos en aislamiento en los entrenamientos y no podemos contar nada, te dicen que tenemos que defender la paz y el buen proyecto del comandante Daniel y la compa?era Rosario¡±, narra.
Reclutamiento se extiende a maestros
El diario La Prensa (cuya redacci¨®n fue confiscada por el r¨¦gimen) ya report¨® en marzo pasado que los entrenamientos militares alcanzaban tambi¨¦n a los maestros de educaci¨®n primaria y secundaria del sistema de educaci¨®n p¨²blica. Los profesores no pueden negarse a participar ni mucho menos relatar lo que sucede en el curso militar, porque los instructores constantemente les recuerdan ¡°el delito de traici¨®n a la patria¡±, el mismo que el r¨¦gimen ha usado contra decenas de cr¨ªticos y opositores, y que incluye c¨¢rcel, p¨¦rdida de la nacionalidad y confiscaci¨®n de bienes.
¡°Solo te saben decir que la Ley de Traici¨®n a la Patria se aplica a quienes anden hablando con quienes no deben; que lo que se hace en el curso se queda en el curso, porque quien nos paga es Daniel Ortega, que es el Estado¡ y el que no apoye no debe trabajar en el Estado¡±, dijo un docente al diario La Prensa. De acuerdo con la misma publicaci¨®n, en el caso de los docentes al curso no le llaman entrenamiento, sino que usan el eufemismo de ¡°curso de polic¨ªa voluntaria¡±.
El Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua M¨¢s ha documentado m¨¢s campamentos de entrenamiento militar en la zona norte del pa¨ªs, espec¨ªficamente en los departamentos de Matagalpa, Jinotega y Estel¨ª.
¡°Hemos conocido varios casos, a trav¨¦s de familiares, que sus seres queridos est¨¢n siendo obligados a entrenarse militarmente, sobre todo en el interior del pa¨ªs¡±, se?ala a EL PA?S el abogado y defensor de derechos humanos, Braulio Abarca. ¡°Probablemente, el objetivo de estos entrenamientos es nutrir las fuerzas paraestatales de la dictadura. Esto genera un compromiso a los empleados p¨²blicos para ejercer actos de violencia, tal como pas¨® en 2018. Es una situaci¨®n grave, porque es un entrenamiento militar obligatorio a funcionarios p¨²blicos. En esto hay participaci¨®n de la polic¨ªa y el Ej¨¦rcito de Nicaragua. Y esto recuerda al Servicio Militar Obligatorio que tanto dolor caus¨® a los nicarag¨¹enses en los a?os ochenta¡±.
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