Noboa arrebata el control de las c¨¢rceles al crimen organizado
Las c¨¢rceles de Ecuador, ahora bajo control militar tras meses sin masacres, contrastan con un conflicto en las calles que persiste
El per¨ªmetro de la c¨¢rcel de Guayaquil tiene menos militares custodiando el exterior. Lo que ocurre adentro est¨¢ todav¨ªa bajo el blindaje de las Fuerzas Armadas que instalaron campamentos desde el 9 de enero en las prisiones m¨¢s peligrosas de Ecuador, tras el decreto presidencial de conflicto armado interno, que autoriz¨® su ingreso a las celdas de los reos, que por norma est¨¢n impedidos a custodiar las prisiones. La violenta coyuntura de los primeros d¨ªas del a?o, en los que siete c¨¢rceles fueron secuestradas por los presos, empuj¨® a la medida extrema. Desde entonces los presos pasan sus d¨ªas bajo r¨¦gimen militar. Se levantan temprano. Limpian los diminutos cuartos donde viven hacinados. Salen al patio por grupos a ejercitarse bajo la orden de un oficial. Y vuelven a la celda donde pasan la mayor parte del tiempo, finalmente, incomunicados. El control tambi¨¦n se ha establecido mediante la tortura. Bajo estos c¨®digos, las c¨¢rceles de Ecuador cumplen siete meses sin masacres, el mayor periodo de tiempo en los ¨²ltimos tres a?os, despu¨¦s de que se registraran m¨¢s de una docena de eventos violentos entre las bandas criminales que se alojan en las prisiones, y asesinaran cruelmente a cerca de 500 personas.
Bajo el control del Gobierno, las c¨¢rceles han sido despojadas del dominio del crimen organizado, logrando eliminar disturbios y masacres, as¨ª como cortar la comunicaci¨®n externa. Estos recintos albergaban a l¨ªderes delictivos que desde lujosas celdas con acceso a internet satelital y recursos financieros dirig¨ªan actividades il¨ªcitas como el tr¨¢fico de drogas, los asesinatos por encargo y las extorsiones. A pesar de los esfuerzos de los ¨²ltimos tres presidentes por denunciar que las c¨¢rceles operaban como centros de comando para mafias, justificando as¨ª la violencia dentro y fuera de las prisiones, el Gobierno ha logrado someter a los reclusos mediante la intervenci¨®n de las fuerzas p¨²blicas. No obstante, la violencia en las calles contin¨²a en aumento, a pesar de que el Gobierno reporta una disminuci¨®n del 18% en los ¨ªndices de violencia en febrero, durante el per¨ªodo de m¨¢xima restricci¨®n militar bajo estado de excepci¨®n. En contraste, junio registr¨® 600 homicidios en un solo mes, evidenciando la persistencia del conflicto.
Si las c¨¢rceles eran el centro de operaciones de los criminales ?por qu¨¦ la violencia se recrudece?. Para el investigador en seguridad, Luis Carlos Cord¨®va, uno de los problemas de los Gobiernos es que no tienen una lectura clara de la situaci¨®n, basada en datos de sus centros de inteligencia sobre c¨®mo se dinamiza el crimen organizado. No entienden c¨®mo funcionan las organizaciones delictivas. ¡°Guillermo Lasso levant¨® la bandera de que la violencia nac¨ªa en las c¨¢rceles y ese discurso se sobredimension¨®, creyeron que al tener el control todo lo dem¨¢s se detendr¨ªa. Pero no ocurri¨® as¨ª¡±, explica C¨®rdova.
Las c¨¢rceles han servido siempre de trincheras de las bandas delincuenciales, y es un problema que atraviesa a todas las prisiones de Latinoam¨¦rica, pero no son ah¨ª donde se articula todo el negocio. En el caso ecuatoriano, el Gobierno no entiende al enemigo y por lo tanto no sabe c¨®mo reaccionar frente a ¨¦l. Con eso coincide el analista Mario Pazmi?o. ¡°El crimen organizado tiene estructuras jerarquizadas, los cabecillas pueden estar en las c¨¢rceles, pero afuera tienen otros l¨ªderes para dirigir las operaciones¡±. Una evidencia es que el negocio del tr¨¢fico de droga no se ha detenido nunca. La Polic¨ªa incauta al mismo ritmo que el a?o pasado cuando las c¨¢rceles estaban al servicio de los criminales. En lo que va del a?o, se han incautado m¨¢s de 100 toneladas en sustancias il¨ªcitas, que iban a ser enviadas al exterior.
¡°El crimen organizado ha demostrado que tiene la capacidad de reorganizarse con rapidez y tiene m¨¢s recursos que el Estado¡±, afirma Pazmi?o, quien tambi¨¦n fue coronel del Ej¨¦rcito. Hasta ahora, ni las estrategias ni los operativos son eficaces y est¨¢n al vaiv¨¦n de la pol¨ªtica del pa¨ªs y de la campa?a anticipada. Un ejemplo de ello ocurri¨® el 17 de julio, cuando el presidente Daniel Noboa transmiti¨® en vivo por YouTube c¨®mo llegaba rodeado de un convoy de militares a Dur¨¢n, la ciudad m¨¢s violenta del pa¨ªs. ¡°Tomaremos Dur¨¢n por nuestras propias manos. No se sorprendan si lo que viene es dr¨¢stico, solo prep¨¢rense que las mafias tienen las horas contadas¡±, dijo el mandatario con chaleco antibalas y casco, en una cancha de tierra, rodeado de sus ministros de seguridad, el ej¨¦rcito y polic¨ªas. Su espectacular aparici¨®n se dio unos d¨ªas despu¨¦s de que el alcalde de la ciudad, Luis Chonillo, quien ha sufrido dos atentados y gobierna desde la clandestinidad para resguardar su vida, llevara a cabo una campa?a en redes sociales y medios de comunicaci¨®n para exigir una intervenci¨®n integral al Gobierno, que es responsable de la pol¨ªtica de seguridad.
Cuando el show termin¨®, el presidente sali¨® por las calles con una caravana de seguridad de 15 carros que levantaban polvo por las estrechas v¨ªas del barrio la Delia, mientras tres camiones con militares dieron una vuelta al sector y abandonaron Dur¨¢n. ¡°En una estrategia de seguridad, jam¨¢s se anticipa lo que se va a hacer. El Presidente fue a Dur¨¢n a anticipar el plan a los criminales¡±, dice Pazmi?o.
Para C¨®rdova, la militarizaci¨®n de la v¨ªa p¨²blica est¨¢ provocando que las bandas criminales tambi¨¦n lo hagan. ¡°Se llama militarizaci¨®n de doble v¨ªa. Las bandas comienzan a actuar de forma t¨¢ctica. Hacen sicariatos donde corresponden. Hacen masacres donde necesitan¡±. La violencia es m¨¢s sofisticada, como la ¨²ltima masacre en un bus que hac¨ªa la ruta de Guayaquil hacia Tulc¨¢n, en la frontera con Colombia. Los criminales abrieron una balacera contra el bus para detener la marcha del veh¨ªculo. Cuando se subieron, vieron la cara de cada pasajero y dispararon contra cinco personas, que son miembros de una misma familia, que eran el objetivo de los gatilleros.
¡°El escenario que vive Ecuador es la antesala del paramilitarismo, est¨¢n demostrando una destreza t¨¢ctica y de capacidad estrat¨¦gica, no son asesinatos a lo tonto¡±, a?ade C¨®rdova.
El crimen organizado contraataca, ya no desde las prisiones que se mantienen bajo el control militar, sino que se refuerza en las calles, donde los d¨®lares del narcotr¨¢fico se lavan en la econom¨ªa local, y los negocios formales absorben el capital criminal para sostenerse sin fiscalizaci¨®n ni consecuencias.
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