Muere Humberto Ortega, el antiguo estratega militar del sandinismo perseguido por el r¨¦gimen de su hermano Daniel
El exguerrillero que lleg¨® a ser jefe del Ej¨¦rcito Popular Sandinista fue una figura temida y respetada en la Nicaragua de los ochenta. Ca¨ªdo en desgracia y enfrentado a la vicepresidenta Rosario Murillo, falleci¨® a los 77 a?os por complicaciones card¨ªacas bajo el cautiverio de la pareja presidencial
Humberto Ortega Saavedra tuvo s¨®lo dos operaciones guerrilleras de calibre en su vida y ambas salieron muy mal. La primera fue en 1967, cuando un comando sandinista intent¨® atacar la caravana del dictador Anastasio Somoza Debayle en Managua. Todo fall¨® y cay¨® preso. La segunda fue en 1969 en Alajuela, Costa Rica, cuando ide¨® y dirigi¨® un complot para intentar liberar de una prisi¨®n a Carlos Fonseca Amador, figura hagiogr¨¢fica del sandinismo. De nuevo, todo fall¨® y no s¨®lo cay¨® preso, sino que fue herido de gravedad por dos balas calibre 38 y 45: una le atraves¨® el pecho, rozando su coraz¨®n, y la otra, la m¨¢s grande, impact¨® en su hombro derecho. Lo paraliz¨® y comenz¨® a desangrarse. Lo salvaron en el Hospital San Juan de Dios de San Jos¨¦, pero perdi¨® la movilidad de sus manos y dedos. La secuela result¨® fatal para sus andanzas guerrilleras. Qued¨® no apto para combatir, algo que fue determinante para su vida pol¨ªtica y militar: se volvi¨® un ¡°estratega¡± insurreccional y b¨¦lico que lo llev¨® a ser el jefe del Ej¨¦rcito Popular Sandinista (EPS), despu¨¦s que derrocaron a la dinast¨ªa somocista en 1979. Figura insoslayable ¨Cal igual que temida¨C de los sandinistas en la d¨¦cada siguiente, y primer jefe militar en democracia que fue clave para la profesionalizaci¨®n de las fuerzas armadas en los a?os noventa.
Ortega, una persona con muchas credenciales ¨C¡±m¨¢s sombras que luces¡±, dicen sus detractores¨C, ha fallecido la madrugada de este 30 de septiembre en Managua a los 77 a?os de edad bajo el cautiverio de su hermano mayor y su cu?ada, Daniel Ortega y Rosario Murillo. Un d¨ªa antes de su fallecimiento, el Ej¨¦rcito de Nicaragua emiti¨® un comunicado en el que informaron que el militar ¡°present¨® un deterioro brusco de su condici¨®n con choque cardiog¨¦nico¡±.
¡°El d¨ªa 11 de junio de 2024 a las 18.50 horas, se recibi¨® al paciente Humberto Ortega Saavedra de 77 a?os de edad, procedente de su domicilio acompa?ado de m¨¦dicos tratantes (Dr. Ariel Arg¨¹ello y Dr. Jesser Rizo)¡±, indica la nota del Hospital Militar. ¡°Se recibi¨® quejumbroso, con tendencia a la hipotensi¨®n, con ruidos pulmonares sugerentes de falla cardiaca agudizada y con datos de infecci¨®n de tejidos blandos en miembro inferior izquierdo, concluyendo que el paciente cursaba con datos de sepsis y falla cardiaca¡±, refiere el centro m¨¦dico.
El General en retiro Humberto Ortega Saavedra ha muerto por complicaciones card¨ªacas, agravadas y aceleradas por la casa por c¨¢rcel de facto que la pareja presidencial le impuso desde el 19 de mayo de 2024. El militar fue cercado por un contingente policial horas despu¨¦s de conceder una entrevista al periodista Fabi¨¢n Medina publicada en Infobae, y en la que emiti¨® unas cr¨ªticas que agriaron a la pareja presidencial. Dijo que su hermano mayor, como l¨ªder del r¨¦gimen autoritario, no tiene sucesores. Una cr¨ªtica que, como dardo certero, dio en la diana del plan de sucesi¨®n familiar que empuja, sobre todo, su cu?ada.
¡°Sin Daniel no hay nadie, porque, con todo y todo, Daniel es el ¨²nico l¨ªder, hist¨®rico, que a¨²n conserva los cr¨¦ditos de esa lucha. Sin Daniel veo muy dif¨ªcil que haya unos dos o tres que se junten. Mucho menos uno en particular, y m¨¢s dif¨ªcil en la familia. Hijos que no han tenido el acumulado de una lucha pol¨ªtica¡±, sostuvo Ortega Saavedra en referencia a su sobrino, Laureano Ortega Murillo, el hijo que la pareja presidencial a¨²pa como delf¨ªn para la sucesi¨®n din¨¢stica.
La respuesta de su hermano y su cu?ada no s¨®lo fue cercarlo policialmente, sino que todos los trabajadores de servicios y escoltas de Ortega Saavedra fueron arrestados. Al militar le quitaron sus celulares y computadoras. Lo aislaron y d¨ªas despu¨¦s la Polic¨ªa Nacional reconoci¨® la medida de casa de c¨¢rcel de facto en un inusual comunicado: la instituci¨®n inform¨® que el Ministerio de Salud instal¨® en las afueras de la casa del exjefe del Ej¨¦rcito una unidad de m¨¦dicos para monitorear su salud, delicada desde meses atr¨¢s, a tal punto que fue sometido a una intervenci¨®n quir¨²rgica.
La familia de Ortega Saavedra advirti¨® de que ¨¦l necesitaba atenci¨®n m¨¦dica especializada debido a los problemas coronarios y unas llagas en sus piernas. Sin embargo, la pareja presidencial desoy¨® y un m¨¦dico del Minsa ingresaba a la vivienda a tomarle ¨²nicamente la presi¨®n al militar en retiro. Tres semanas despu¨¦s de iniciado su cautiverio, el enfermo fue trasladado de urgencia por los polic¨ªas al Hospital Militar con s¨ªntomas de haber sufrido un infarto. El 28 de mayo de 2024, en cadena nacional, Ortega llam¨® ¡°traidor¡± a su hermano.
Ortega Saavedra no es el primer l¨ªder hist¨®rico sandinista que muere bajo cautiverio de los Ortega-Murillo, es decir en manos del Estado. Antes fue el comandante Hugo Torres Jim¨¦nez, general en retiro, quien colaps¨® en la c¨¢rcel de El Chipote por falta de atenci¨®n m¨¦dica adecuada para una persona de 73 a?os con padecimientos cr¨®nicos. Torres Jim¨¦nez fue trasladado a un hospital, pero ya era muy tarde para recuperar su salud.
Una relaci¨®n complicada con su cu?ada
Varios exguerrilleros sandinistas y analistas pol¨ªticos coinciden que el hecho que Ortega Saavedra haya descartado de la sucesi¨®n din¨¢stica a Rosario Murillo y Laureano Ortega fue percibido como una afrenta imperdonable para su cu?ada. Ella trabaja desde antes de 2018 en un plan para suceder a su esposo. Si bien la ¡°copresidenta¡± Murillo ocupa la primera l¨ªnea de la sucesi¨®n constitucional, ha trabajado arduamente por perfilar a su hijo Laureano, actual asesor presidencial para inversiones, canciller de facto, y ahora encargado de las relaciones del r¨¦gimen de sus padres con Rusia y China primordialmente.
Fuentes ligadas a la familia Ortega Saavedra relataron a EL PA?S que Murillo y su cu?ado siempre han tenido una relaci¨®n atropellada, incluso desde antes que triunfara la revoluci¨®n sandinista en 1979. La entonces primera dama en la etapa revolucionaria no se llevaba bien con la esposa de su cu?ado, una costarricense que se llama Ligia Trejos. Esta era m¨¢s dedicada a los hijos, y ten¨ªa menos proyecci¨®n p¨²blica que Murillo.
Aunque la animadversi¨®n era mutua, las fuentes cercanas a la familia Ortega Saavedra recuerdan que la actual ¡°copresidenta¡± desde?aba a Trejos y a Humberto por su ¡°opulento¡± estilo de vida. ¡°Rosario se dirig¨ªa de manera despectiva a los hijos de Humberto; los criticaba hasta por la ropa que usaban¡±, relata la voz cercana a la familia presidencial. ¡°Ella ocupaba esas cosas para cuestionar pol¨ªticamente a Humberto y debilitar la relaci¨®n que manten¨ªa con Daniel, porque los hermanos s¨ª ten¨ªan un v¨ªnculo pol¨ªtico¡±.
Otra fuente sandinista dijo a EL PA?S que Murillo siempre tuvo ¡°una obsesi¨®n¡± por apartar a Daniel Ortega de influencias externas. Esto lo ha logrado en la actualidad, aunque no fue as¨ª en los ochenta. Aunque es el hermano menor, el exjefe del Ej¨¦rcito, siempre tuvo un rango de incidencia sobre el caudillo sandinista. A pesar de las diferencias, Daniel Ortega sol¨ªa tomar en cuenta las consideraciones de estrategia militar, pol¨ªticas o de diplomacia de su hermano menor. ¡°Como militar, Humberto es bien pragm¨¢tico y siempre ha visto a la Rosario como una loca, impulsiva, violenta y agresiva. Pero no solo es por la posici¨®n emocional de ella, Humberto es realista: sabe de las antipat¨ªas internas que siempre ha generado el liderazgo de ella¡±, se?ala la fuente.
Murillo siempre ha visto en su cu?ado a un competidor del poder de su esposo y, por consiguiente, el suyo. Dora Mar¨ªa T¨¦llez, exguerrillera sandinista y desterrada pol¨ªtica, dijo a EL PA?S que la relaci¨®n entre la ¡°copresidenta¡± y su cu?ado se fue tensando a medida que ella ganaba poder. ¡°Sin embargo, no creo que al final de cuentas tenga tanto que ver con animadversiones personales, sino que es un tema de competencia pol¨ªtica¡±, plantea la excarcelada. ¡°Ortega y Murillo han visto en Humberto a un competidor, alguien molesto, que no se somete a su control, que no est¨¢ sujeto a ellos. ?l puede decir cualquier cosa, como lo ha hecho. Entonces ese asedio hacia Humberto, el mismo hac¨ªa miles de nicarag¨¹enses, es para callarlo. Humberto es una voz fuera del pa¨ªs que se le sali¨® de las manos¡±, a?ade T¨¦llez.
Un ¡°estratega brillante¡±
En una conversaci¨®n con la exguerrillera M¨®nica Baltodano, recogidas en Memorias de Lucha Sandinista, T¨¦llez asegura que Ortega Saavedra era ¡°brillante en an¨¢lisis estrat¨¦gico, pero nunca ha tenido balance en sus consideraciones¡±. ¡°Es bien extremista y eso es lo que siempre deterior¨® su capacidad de an¨¢lisis. Pas¨® de ofrecer postes de luz a la burgues¨ªa, a convertirse en uno de ellos. Es una cosa totalmente contradictoria¡±, valor¨® T¨¦llez, la m¨ªtica Comandante Dos del Asalto al Palacio.
Ortega Saavedra naci¨® en 1947 y en su juventud, siguiendo a su hermano Danie se sum¨® a la lucha antisomocista de manera clandestina. Los hermanos no fueron fundadores del Frente Sandinista de Liberaci¨®n Nacional, pero a?os m¨¢s tarde se convertir¨ªan en dos de las figuras principales de la insurrecci¨®n y la revoluci¨®n. Despu¨¦s de interceptar fallidamente la caravana de Somoza Debayle y salir de prisi¨®n, el joven Ortega Saavedra se va a Cuba a entrenar militarmente.
La segunda gran operaci¨®n guerrillera fue la liberaci¨®n ¨Ctambi¨¦n fallida¨C de Carlos Fonseca. Ortega Saavedra regres¨® a Cuba donde lo sometieron a varias operaciones que le devolvieron, parcialmente, la movilidad de sus manos. En la isla se hizo muy cercano a Fidel Castro. Coinciden exguerrilleros sandinistas que era el ¡°mimado¡± del dictador cubano. En esa etapa, desde Cuba y Costa Rica donde volvi¨®, el militar desarrolla por completo su faceta de militar.
En 1977, despu¨¦s de los operativos denominado ¡°Octubre Victorioso¡± en contra de cuarteles de la Guardia Nacional, el Frente Sandinista estaba dividido en tres facciones: Los Proletarios, Guerra Popular Prolongada (GPP) y los llamados Terceristas. La facci¨®n de los Terceristas era liderada por los hermanos Ortega Saavedra. En este punto de la historia, las fuentes consultadas por EL PA?S coinciden que Humberto fue clave en formular una estrategia de insurrecci¨®n en las ciudades, contrario a la tendencia GPP que prefer¨ªa guerrear contra Somoza en las monta?as.
La estrategia de los Terceristas tuvieron mucho ¨¦xito, pero sobre todo proyecci¨®n internacional por gestas como el Asalto al Palacio que debilit¨® al r¨¦gimen somocista. ¡°Humberto era percibido como un hombre h¨¢bil, sagaz, con enorme influencia entre los Terceristas. Humberto tambi¨¦n tiene la visi¨®n de abrirse pol¨ªticamente, de alianzas amplias con todos los sectores antisomocistas, incluso formaciones no pro socialistas. Eso fue un acierto. Esa apertura tambi¨¦n les permiti¨® acercarse a gobiernos anti somocistas como el de Panam¨¢, Venezuela y Costa Rica. Esa pol¨ªtica amplia permiti¨® la formaci¨®n del Grupo de los 12¡å, relata a EL PA?S un exguerrillero que trabaj¨® con Ortega Saavedra en los ochenta.
El exguerrillero, que por temor a represalias pide anonimato, asegura que cuando las tendencias sandinistas se unieron y derrocaron a la dictadura en 1979, muchos de los l¨ªderes sandinistas le ten¨ªan miedo a Humberto. Por eso deciden que sea Daniel Ortega el que encabece la Junta de Reconstrucci¨®n Nacional por parte de la Direcci¨®n Nacional Sandinista. En 1984, el hermano mayor de Humberto es electo presidente de Nicaragua, mientras que ¨¦l queda como jefe del Ej¨¦rcito Popular Sandinista (EPS). En ese momento los hermanos se convierten en los dos hombres m¨¢s fuertes de Nicaragua.
Prontamente explota la guerra entre sandinistas y la Contra, la guerrilla anti revolucionaria financiada por Ronald Reagan. A?os cruentos para Nicaragua, de agresiones y graves violaciones a los derechos humanos mutuas entre los bandos. Era la guerra, un conflicto muy fratricida. En ese entonces, Ortega Saavedra era el principal estratega militar junto al general Joaqu¨ªn Cuadra, segundo jefe del EPS.
La principal herida que los nicarag¨¹enses nunca dejaron de reprochar a Ortega Saavedra fue la imposici¨®n del Servicio Militar Patri¨®tico (SMP), mejor conocido como el ¡°servicio militar obligatorio¡± para todo var¨®n entre los 18 y 40 a?os. Miles de j¨®venes fueron asesinados, al mismo tiempo que la Revoluci¨®n Sandinista comet¨ªa atrocidades contra civiles, mujeres y la direcci¨®n viv¨ªa una vida opulenta, muy alejada de la austeridad que le exig¨ªan al ¡°pueblo¡±.
En una entrevista con el diario La Prensa, Ortega Saavedra justific¨® el SMP como una medida cuando el Servicio Militar Voluntario fue ¡°insuficiente para repeler la guerra de agresi¨®n de Estados Unidos¡±.
Impuls¨® la profesionalizaci¨®n del Ej¨¦rcito
En 1990, cuando la revoluci¨®n sandinista perdi¨® el poder en las urnas frente a la expresidenta Violeta Barrios de Chamorro, Humberto Ortega Saavedra mantuvo su cargo como jefe del Ej¨¦rcito. Antonio Lacayo, ministro de la presidencia de Barrios de Chamorro, aconsej¨® a la mandataria mantener al jefe militar para poder efectuar una transici¨®n pol¨ªtica, que al final termin¨® siendo muy atropellado.
Fuentes militares consultadas para este art¨ªculo tambi¨¦n coincidieron que Ortega Saavedra era un general ¡°obsesionado con la profesionalizaci¨®n¡± del Ej¨¦rcito. De modo que fue clave para reducir el n¨²mero de militares, quitarle el apellido sandinista a las fuerzas armadas, y convertirlas en un cuerpo apegado a la Constituci¨®n Pol¨ªtica. ¡°Fue un interlocutor importante durante la transici¨®n¡±, dice una fuente castrense.
En 1994, la expresidenta Barrios de Chamorro envi¨® a retiro a Ortega Saavedra, quien se dedic¨® a escribir libros de memorias y apreciaciones pol¨ªticas, mientras desarroll¨® una faceta de empresario de la que siempre reneg¨®. El origen de su fortuna siempre ha sido cuestionada y muchos apuntan que la amas¨® con la venta ilegal de armas en los ochenta, o con la Pi?ata del noventa, es decir la repartici¨®n de bienes p¨²blicos que los sandinistas hicieron al perder el poder en 1990.
Ortega Saavedra, aparte de sus gustos exquisitos, fue un hombre que se consideraba ¡°un intelectual¡±. Vivi¨® apartado de la vida p¨²blica desde el a?o 1994 hasta su muerte, entre Nicaragua y Costa Rica, a excepci¨®n que cuando daba entrevistas. Vert¨ªa su punto de vista pol¨ªtico de manera un tanto enrevesada, aunque tras el retorno al poder de su hermano fue endureciendo la cr¨ªtica ante la deriva autoritaria del caudillo sandinista y su esposa. En 2021, en una entrevista con Andr¨¦s Oppenheimer en la cadena CNN, el general en retiro abog¨® por los presos pol¨ªticos y dijo que no eran ¡°terroristas¡±, como aseguraba el gobierno de su hermano.
Las cr¨ªticas subieron de intensidad en sucesivas entrevistas. En marzo de 2023, Ortega Saavedra dio una entrevista a EL PA?S y ya ninguneaba el papel de su cu?ada, la vicepresidenta Murillo. ¡°Ah¨ª (gobierno) el fundamental es Daniel Ortega, por eso yo nunca menciono a nadie m¨¢s que a ¨¦l, porque sin Daniel Ortega no hay nadie que pueda sostener esta situaci¨®n en Nicaragua. Yo siempre hablo de Daniel Ortega, sin tratar de irrespetarla a ella, porque ¨¦l es responsable de lo que pasa en Nicaragua. Yo no puedo estar viendo el lente a trav¨¦s de ella¡±, dijo.
Fuentes cercanas al general en retiro ¨Cque mantuvo comunicaci¨®n con EL PA?S hasta el d¨ªa antes de su arresto domiciliario¨C afirmaron que ¨¦l ya se sent¨ªa muy enfermo, cerca de la muerte, y que por eso dio esa ¨²ltima entrevista al periodista Fabi¨¢n Medina criticando la sucesi¨®n din¨¢stica, a sabiendas que pod¨ªa sufrir represalias. ¡°Creo que ¨¦l decidi¨® inmolarse cerca de la muerte. A m¨ª me parece que Humberto lo percibe como una ¨²ltima gran contribuci¨®n suya para buscarle una salida a Nicaragua¡±, dijo la fuente.
La feminista y ex revolucionaria sandinsta Mar¨ªa Teresa Bland¨®n, tiene otra visi¨®n tras la muerte de Ortega Saavedra. Dijo a EL PA?S en el exilio, en Costa Rica: ¡°Con la muerte de Humberto se va la figura m¨¢s importante de la guerra de los ochenta y todo lo que supuso esa herida, la herida m¨¢s grande de Nicaragua. ?l era el se?or de la guerra¡±.