Maduro se perpet¨²a en el poder
El autoproclamado presidente consuma su deriva dictatorial y su intenci¨®n de gobernar Venezuela hasta la muerte
Hugo Ch¨¢vez era conquistador y no le dec¨ªa que no a una buena tertulia. Pero era abstemio. Dorm¨ªa poco y si ten¨ªa que levantarse en dos horas lo hac¨ªa y se sub¨ªa a un helic¨®ptero. No desatend¨ªa un evento. Varios de sus ministros cayeron en desgracia por sus vidas desordenadas. En sus programas de televisi¨®n era el ¨²ltimo en almorzar, no levantaba el tenedor hasta que todo el p¨²blico hab¨ªa comido. La actual c¨²pula chavista ha heredado esa disciplina. No aceptan un whisky, no bromean en las reuniones con gente de fuera, practican la puntualidad. Les incomod¨® que Gustavo Petro enviase a Caracas un embajador parrandero. No tienen amantes, el primero Nicol¨¢s Maduro, que no hay d¨ªa que no muestre amor a su esposa en p¨²blico. El poder es su vicio conocido. Maduro acaba de consumar su deriva dictatorial y asegura que solo abandonar¨¢ muerto el Palacio de Miraflores. Devenido en cad¨¢ver.
La plana mayor chavista se ha enrocado. Controla el Estado de arriba a abajo. El viernes, Maduro se autoproclam¨® presidente por otro periodo de seis a?os. En el chavismo saben de sobra que el 28 de julio no ganaron, de acuerdo a conversaciones con su entorno. Son los ¨²nicos que han visto las actas y no las muestran porque las matem¨¢ticas no mienten. Terence Tao, ganador de la medalla Fields a los 31 a?os, las ha estudiado y ha concluido que la probabilidad de autenticidad de los n¨²meros que presentaron el oficialismo es de 1 entre 100 millones. Edmundo Gonz¨¢lez gan¨® las elecciones presidenciales por un amplio margen y ha presentado las pruebas a los observadores del Centro Carter y a la Organizaci¨®n de los Estados Americanos (OEA), que han confirmado su autenticidad. La oposici¨®n las ha guardado como si fuera oro en la b¨®veda del Banco Nacional de Panam¨¢.
Maduro ha renovado su permanencia en el poder militarizando el pa¨ªs. Cerraron las fronteras, el espacio a¨¦reo. Desplegaron antimisiles terrestres. Aviones artillados sobrevolaban el territorio, dispuestos a derribar a cualquier nave no identificada que apareciera en el horizonte. Seg¨²n opositores consultados, Edmundo Gonz¨¢lez medit¨® aterrizar en Caracas el mismo d¨ªa de la posesi¨®n y pedir a las fuerzas armadas bolivarianas que le fueran leales. Los militares venezolanos tienen un historial de respeto la Constituci¨®n. Por ahora, no ha surtido efecto.
Maduro ha vivido una semana de tormento. Ha pasado horas y horas en televisi¨®n. Ha cargado contra enemigos reales e imaginarios. Se le ha visto irritado. Pensaba que con el exilio de Edmundo Gonz¨¢lez a Espa?a hab¨ªa despejado el camino para su juramentaci¨®n. No contaba con el arre¨®n final opositor. Mar¨ªa Corina Machado, sobre la que descansa todo el poder del movimiento, ha hecho campa?a desde dentro. Edmundo desde fuera, con una determinaci¨®n que no se le conoc¨ªa. Ha pasado de escribir un libro sobre un historiador, que no apuntaba a best seller, a ser un pol¨ªtico de acci¨®n. Ha sufrido una transformaci¨®n en el ¨ªnterin entre los 74 y los 75 a?os. Voy, voy, voy, ha repetido una y otra vez. Esa gota malaya ha calado entre los chavistas. Esa forma de dibujar una realidad paralela con las palabras era una t¨¢ctica de Ch¨¢vez y ahora de Maduro y los suyos, que se les ha vuelto en contra. La oposici¨®n ha aprendido a utilizarla como un bumer¨¢n despu¨¦s de haberla sufrido durante a?os.
Le cal¨® a Maduro. En una de sus emisiones en vivo dijo que no podr¨ªan quebrarle psicol¨®gicamente. ?l o su gente ha contestado a todos y cada uno de los ataques. Por una vez, ha jugado a la defensiva. El Gobierno empapel¨® el pa¨ªs con el rostro de Edmundo Gonz¨¢lez ofreciendo una recompensa de 100.000 d¨®lares (unos 97.500 euros) por su captura ¡ªcomenz¨® en 500.000 y la redujeron a la hora, quiz¨¢ por falta de liquidez¡ª. Maduro ha aparecido rodeado de generales, los directos de los servicios de inteligencia, el civil y el militar. Estas ¨²ltimas provocan terror entre la gente. Aparecen de noche toc¨¢ndote la puerta o te secuestran por la calle. Estos d¨ªas se ha detenido a decenas de opositores, a un yerno de Edmundo por el mero hecho de ser su familiar, a activistas y hasta a un candidato en las elecciones pasadas, Enrique M¨¢rquez, un pol¨ªtico que manten¨ªa un di¨¢logo fluido con el chavismo, a diferencia de Machado. M¨¢rquez, exvicepresidente del CNE ¡ªel encargado de organizar las elecciones¡ª, se neg¨® a aceptar los resultados. Por encima de su cad¨¢ver. Supo que fue un fraude el proceso. Sab¨ªa que se expon¨ªa a pagar las consecuencias, pero no se ech¨® atr¨¢s. Lo paga.
Fidel Castro viv¨ªa con el fantasma de que lo quer¨ªan matar. Hugo Ch¨¢vez ve¨ªa viable su asesinato. Maduro teme sufrir un atentado. Sobre todo desde un hecho confuso en 2018. En un v¨ªdeo parece que fue atacado por drones mientras hablaba en una tarima enfundado en la banda presidencial. Muchos pensaron que fue un autoatentado. Durante un buen tiempo apenas sal¨ªa del Palacio de Miraflores, la sede del Gobierno que algunas noches utiliza de residencia por comodidad y evitar riesgos. Hasta que le toc¨® hacer campa?a. Encara un tercer mandato. De cumplirse, sumar¨¢ 17 a?os, tres m¨¢s que Ch¨¢vez, que tiene condici¨®n de santo en el chavismo. Maduro lo conoci¨® en prisi¨®n, cuando el comandante fue condenado por liderar un intento de golpe de Estado, a principios de los noventa. En esas visitas conoci¨® a Cilia Flores, la primera dama ahora. ?l ten¨ªa un hijo, ella tres. Cilita, como le dice ¨¦l, le saca seis a?os. A adorar a Ch¨¢vez tambi¨¦n iba con sus libros de poemas un joven Tarek William Saab, ahora fiscal general de la Rep¨²blica. Un duro entre los duros. Tarek asegura que a Ch¨¢vez le gustaban honestamente sus versos, no por quedar bien. Una vez lo catalog¨® como ¡°poeta de la revoluci¨®n¡±.
En marzo de 2013 muere Ch¨¢vez entre fuertes dolores ¡ªse aferr¨® a la vida hasta el ¨²ltimo instante¡ª y Maduro asume el cargo vacante desde la vicepresidencia. Llegaba hasta ah¨ª despu¨¦s de un largo viaje. Fue conductor de metrob¨²s, lo que ha sido motivos de burlas. Proviene de familia de clase que viv¨ªa en un edificio de apartamentos. Un padre economista de izquierdas, fundador del Movimiento Electoral del Pueblo y militante de la Liga Socialista, y una madre ama de casa de la que poco se sabe. Toc¨® en una banda de rock. Fue, sobre todas las cosas, un sindicalista. Estudi¨® en La Habana en una escuela de formaci¨®n de cuadros pol¨ªticos de izquierdas. A la vuelta se uni¨® al movimiento c¨ªvico-militar de Ch¨¢vez. Comenz¨® el despegue de un muchacho poco le¨ªdo, pero astuto y leal. Un tiempo se le vio como un moderado al lado de Ch¨¢vez, un tipo de consensos y entendiendo. Era simp¨¢tico y bromista. Aquello ha quedado sepultado por la ira y el odio. Otros l¨ªderes regionales lo repudian. ¡°Desde la izquierda les digo que el Gobierno de Maduro es una dictadura¡±, ha dicho Gabriel Boric, presidente de Chile.
En abril de 2013 fueron sus primeras elecciones como presidente interino. Venci¨® por un punto a Henrique Capriles, 50 a 49. Se agrav¨® la crisis cambiaria. Avanz¨® la escasez, se estanc¨® la econom¨ªa, a pesar de que el barril de petr¨®leo costaba 90 d¨®lares. La inflaci¨®n se sali¨® de control. Los venezolanos comenzaron a irse del pa¨ªs ¡ªahora se calcula que han emigrado 7,7 millones¡ª. Escasean los d¨®lares. El presidente llama a los empresarios ¡°la burgues¨ªa parasitaria¡±. De finales de 2013 a comienzos del 2014, el pa¨ªs entr¨® en un abismo negro de recesi¨®n y ca¨®tico que dur¨® ocho a?os. En esos a?os la deriva autoritaria cae por una pendiente, a toda velocidad. Control de todos los poderes. Inhabilitaci¨®n de Capriles y Leopoldo L¨®pez, los candidatos que pod¨ªan ganarle en las urnas a Maduro. Esa misma t¨¢ctica la usar¨¢n contra Mar¨ªa Corina Machado. Gana ante un candidato d¨¦bil y Estados Unidos y parte de la comunidad internacional da por hecho que no se puede considerar una elecci¨®n. Empiezan las sanciones internacionales al petr¨®leo, la principal fuente de financiaci¨®n.
El r¨¦gimen se ha endurecido todav¨ªa m¨¢s ahora y no hay duda de su car¨¢cter dictatorial. El fraude electoral ha sido anunciado por observadores y todo tipo de organismos internacionales, adem¨¢s de otras naciones en coro. Maduro no parece dispuesto a entregar el poder. Estados Unidos negoci¨® con el chavismo la celebraci¨®n de estas elecciones en unas conversaciones que arrancaron en secreto en Doha, en 2023, y fueron reveladas por EL PA?S. Mediadores que confiaban en Maduro cre¨ªan que a trav¨¦s del di¨¢logo con la oposici¨®n y la Casa Blanca se pod¨ªa encauzar al chavismo hacia la democracia, que se celebrasen unas elecciones libres. Esas voces han quedado ahora acalladas.
La plana mayor chavista la integran cuatro personas. Maduro, por razones obvias. Los hermanos Jorge y Delcy Rodr¨ªguez, sus operadores pol¨ªticos. Jorge es adem¨¢s presidente de la Asamblea, que dirige como un show de televisi¨®n, con micr¨®fono en mano, largos discursos, arengas y toma de decisiones que no le corresponden por cargo. Y Diosdado Cabello, seguramente el m¨¢s radical de todos, el n¨²mero dos, ministro de Interior, que maneja polic¨ªa, militares y trabajadores p¨²blicos. El autoproclamado presidente sabe que todos le son leales y se muestran dispuestos a resistir hasta el final, sin que les frene un futuro ante un tribunal internacional. Saben vivir en el conflicto, la escasez, la marginalidad. ¡°Dudar es traici¨®n¡±, dice Maduro, que se ha encerrado a cal y canto en Miraflores. Un tiempo a¨²n m¨¢s oscuro ha comenzado.
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