Bloqueo de X y apag¨®n de datos en Brasil: la opacidad fomenta entornos digitales t¨®xicos
Con excepci¨®n de YouTube, ninguna plataforma que opera en el pa¨ªs latinoamericano ofrece acceso abierto y gratuito a sus datos. La falta de transparencia afecta el monitoreo a la violencia en l¨ªnea contra mujeres
En el escenario digital brasile?o, las plataformas de redes sociales son arenas de discusiones acaloradas y tambi¨¦n de intensa toxicidad, especialmente para las mujeres. Aquellas que se destacan en ¨¢reas como pol¨ªtica, ciencia y cultura a menudo enfrentan acoso, ataques y una avalancha de comentarios negativos en sus perfiles en l¨ªnea que refuerzan estereotipos de g¨¦nero.
Incluso los insultos considerados ¡°menos graves¡±, cuando se repiten hasta el cansancio, crean un ambiente hostil que puede desencadenar un ciclo de silenciamiento, en el que voces importantes se sienten desalentadas a participar en el debate pol¨ªtico o a compartir opiniones. Si nada cambia, la pol¨ªtica institucional seguir¨¢ perdiendo grandes talentos femeninos.
Monitoreando la violencia pol¨ªtica de g¨¦nero
En 2020, cuando el Instituto AzMina, InternetLab y N¨²cleo Jornalismo lanzaron MonitorA, un observatorio de violencia pol¨ªtica de g¨¦nero digital, era posible acceder a los datos de las principales plataformas que operaban en el pa¨ªs: el antiguo Twitter (actual X), las redes sociales de Meta (Instagram y Facebook) y YouTube. Tambi¨¦n hab¨ªa un canal de comunicaci¨®n con representantes legales de estas grandes tecnol¨®gicas, que aceptaban sugerencias y se abr¨ªan a conversaciones fruct¨ªferas sobre c¨®mo crear un entorno en l¨ªnea seguro para todas las comunidades, especialmente aquellas subrepresentadas en espacios de poder.
En las dos primeras ediciones, los datos y an¨¢lisis del observatorio ayudaron a las candidatas v¨ªctimas a comprender la din¨¢mica de la violencia pol¨ªtica en l¨ªnea y a defenderse en debates p¨²blicos e incluso en procesos judiciales. El material tambi¨¦n se transform¨® en reportajes, contenido para redes sociales e informes t¨¦cnicos para incidencia pol¨ªtica.
A puertas cerradas
Cuatro a?os despu¨¦s, en las elecciones municipales de 2024 en Brasil, el escenario que encuentra nuestro equipo de investigaci¨®n es otro: fuimos testigos de la compra de X por el multimillonario Elon Musk; del cierre de CrowdTangle, la herramienta que permit¨ªa el monitoreo abierto y gratuito de las redes de Meta; y tambi¨¦n del cierre de la oficina de X en Brasil, seguido de una decisi¨®n del Tribunal Superior Federal (STF) que bloque¨® el uso de la plataforma en todo el pa¨ªs.
M¨¢s all¨¢ de las discusiones jur¨ªdicas sobre soberan¨ªa digital, es un hecho que la falta de una sede o un representante legal dificulta el cumplimiento de decisiones judiciales sobre moderaci¨®n de contenido, la comunicaci¨®n con la prensa, el gobierno y los propios usuarios.
En las elecciones generales de 2022, analizamos manualmente m¨¢s de 10 mil tuits recopilados en una semana de campa?a. De estos, m¨¢s de 3 mil eran ataques y/o insultos dirigidos a solo 97 candidatas. Dos a?os despu¨¦s, la experiencia cotidiana nos muestra que esta violencia contin¨²a, pero t¨¦cnicamente, somos incapaces de analizar sus din¨¢micas sin infringir la ley.
En 2024, con acceso solo a los datos de YouTube, podemos evaluar la conversaci¨®n entre los electores, pero no los insultos dirigidos a las candidatas. Hasta ahora, ya hemos evaluado m¨¢s de 8 mil comentarios realizados en transmisiones de debates, y m¨¢s de la mitad contiene alg¨²n tipo de ofensa a las candidatas.
Escenario de opacidad
La transparencia y los mecanismos de rendici¨®n de cuentas son herramientas poderosas para enfrentar la toxicidad de los entornos digitales. Pero en este momento, con la excepci¨®n de YouTube, ninguna plataforma que opera en Brasil - con o sin representaci¨®n en el pa¨ªs - ofrece acceso abierto y gratuito a sus datos.
Nuestra conversaci¨®n pol¨ªtica ocurre all¨ª, alimentando la poderosa econom¨ªa de la atenci¨®n para la venta de anuncios, pero no es posible monitorearla. La falta de acceso compromete la creaci¨®n e implementaci¨®n de pol¨ªticas eficaces para combatir la violencia digital, perpetuando un ambiente inseguro y silenciando voces femeninas y muchas otras, como las de personas racializadas o con discapacidades.
La regulaci¨®n es urgente
Mientras persiste el ¡°apag¨®n de datos¡±, es crucial que la sociedad civil, las organizaciones y el gobierno se unan para enfrentar la toxicidad en l¨ªnea, y que las propias plataformas se despierten ante el problema. La transformaci¨®n de este escenario comienza con la educaci¨®n medi¨¢tica en todos los niveles - desde campa?as para los usuarios est¨¢ndar hasta formaciones para ejecutivos de la industria de las comunicaciones y pol¨ªticos -, con el fin de comprometerse con un espacio digital que promueva la igualdad y el respeto.
Adem¨¢s de esto, creemos en la urgencia de pol¨ªticas p¨²blicas s¨®lidas de gobernanza en el campo de las comunicaciones y la tecnolog¨ªa, en un debate amplio que involucre al poder p¨²blico y a los altos mandos de las grandes tecnol¨®gicas. Solo as¨ª podremos avanzar hacia un entorno donde todos, independientemente de su g¨¦nero, puedan expresarse libremente y con seguridad.
*B¨¢rbara Lib¨®rio es directora de contenidos y Ana Carolina Ara¨²jo es jefa de proyectos de periodismo y datos de la revista feminista AzMina.
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