La costosa obsesi¨®n por la muerte en el arte
De Gabriel Orozco a Demian Hirst, pasando por el arte medieval o algunas obras de Picasso y Van Gogh, la muerte no deja de ser un motivo de exploraci¨®n recurrente en las artes visuales, causando fascinaci¨®n y sumas exorbitantes de dinero
Retablos intimidantes, esculturas sobrecogedoras, cuadros, bocetos o grabados que invitan a la reflexi¨®n sobre uno de los t¨®picos milenarios de la existencia humana. Si bien la presencia de la finitud de la vida dentro del mundo del arte ha sido una de sus grandes constantes, al tomar m¨²ltiples formas discursivas o representativas, la obsesi¨®n y fascinaci¨®n reflejada en el mercado ha alcanzado sumas exorbitantes, para algunos desproporcionadas. ?Para sus celosos propietarios? Algo totalmente justificado.
La hist¨®rica incertidumbre y deseo de comprender el ciclo completo de la vida mediante im¨¢genes, s¨ªmbolos, expresiones pl¨¢sticas, v¨ªdeos, instalaciones o arte objeto tambi¨¦n ha encontrado su eco y significaci¨®n dentro de las din¨¢micas mercantiles y financieras, en pr¨¢cticamente cualquier ¨¦poca, geograf¨ªa y contexto, ya sea con fines rituales, encomiendas, b¨²squedas personales o simplemente como un testigo de cada per¨ªodo de la historia humana y cultura que ha percibido la muerte como una presencia inevitable.
Desde los vestigios humanos y exhumaciones vistas como piezas de museo, el arte para documentar la muerte durante el auge del cristianismo europeo, pasando por las peculiaridades del arte mortuorio y de caza, as¨ª como la representaci¨®n de los horrores de la guerra o la presencia casi infinita de los esqueletos y calaveras en pr¨¢cticamente cualquier expresi¨®n art¨ªstica. La muerte no ha estado exenta de la galer¨ªa, la sala de museo, la puja millonaria, la adquisici¨®n del mecenas obsesivo y de la inclemente fiebre mercantil.
Uno de los ejemplos m¨¢s emblem¨¢ticos y cotizados es el cuadro Campo de trigo del pintor neerland¨¦s Vincent van Gogh quien plasm¨® de forma un tanto sat¨ªrica las devastaciones causadas por las guerras. Terminado en julio de 1890, este cuadro alcanz¨® un valor estimado de 35 millones de d¨®lares.
Comprado por 8.200 libras esterlinas en 1951, el lienzo de la pintura titulada Cristo de San Juan de la Cruz, autor¨ªa de Salvador Dal¨ª, hoy ha multiplicado con creces su precio original, considerado invaluable, patrimonio de la humanidad y una pieza protegida por el museo de Escocia.
Con la llegada de las primeras vanguardias del Siglo XX, el arte contempor¨¢neo y el nacimiento del arte abstracto, la representaci¨®n de la muerte fue torn¨¢ndose m¨¢s libre, l¨²dica, asociativa y cada vez m¨¢s alejada de su halo religioso, m¨ªstico, oscurantista, incluso m¨¢gico o solemne.
Creada en 1963 y vendida en 2007 por 70.7 millones de d¨®lares, Green Car Crash de Andy Warhol, pintura protagonista de la serie Muerte y Desastres de la figura m¨¢s ic¨®nica del pop art.
Uno de los casos m¨¢s renombrados para el contexto mexicano fue el de Papalotes Negros, un cr¨¢neo humano pintado a mano con grafito durante una temporada de convalecencia de Gabriel Orozco, es una pieza vendida en 27.500 d¨®lares en 2010, integr¨¢ndose a la prestigiosa colecci¨®n del Museo de Arte de Filadelfia. Si bien su precio de compra no es una suma millonaria como las piezas antes mencionadas, la adquisici¨®n fue un hito excepcional a nivel regional y generacional para una obra de su tipo.
En este sentido, la pieza de arte de esta especie m¨¢s costosa es la pol¨¦mica Por el amor de Dios, del artista brit¨¢nico Damien Hirst, siendo una de las obras m¨¢s costosas actualmente, tanto en su confecci¨®n como en su comercializaci¨®n. La pieza muestra una calavera humana en un molde de platino, con 8.601 diamantes puros incrustados. Fue vendida en 2007 por 90 millones, 109.800 d¨®lares. La obra, inspirada en una m¨¢scara azteca de jade que Hirst vio de chico es, en palabras de su autor, la victoria definitiva de la muerte. Aunque tambi¨¦n podr¨ªa decirse que es el triunfo del capital y la obsesi¨®n por la muerte en el arte.