Juan Grabois: ¡°Estamos para transformar la realidad, no para contenerla¡±
Uno de los principales referentes de los movimientos sociales argentinos promueve una econom¨ªa popular donde ¡°haya tierra, techo y trabajo¡± para todos
Juan Grabois (Buenos Aires, 39 a?os) es uno de los dirigentes sociales m¨¢s influyentes de Argentina. Cercano al papa Francisco, apoya a la expresidenta Cristina Kirchner, pero con matices. Abogado, criado en una familia acomodada, renunci¨® a todo para ponerse al frente del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) y de la Confederaci¨®n de Trabajadores de la Econom¨ªa Popular (CTEP). Grabois est¨¢ de regreso de una gira por Europa, donde compar¨® experiencias comunitarias. En esta entrevista con EL PA?S, realizada en su oficina en Buenos Aires, habla de la relaci¨®n del peronismo con los movimientos piqueteros, de la necesidad de una econom¨ªa popular en un pa¨ªs con 36% de pobres y del peligro de que las organizaciones sociales sean solo una vacuna contra un eventual estallido social.
Pregunta: ?En qu¨¦ consiste la econom¨ªa popular?
Respuesta: Planteamos una econom¨ªa trinitaria. Primero, un sector p¨²blico eficiente que se encargue de las cuestiones estrat¨¦gicas, como salud y educaci¨®n de calidad. Segundo, un sector privado que sea eficiente y competitivo y no la lumpen burgues¨ªa que se queja del Estado pero al mismo tiempo est¨¢ totalmente protegida y subsidiada. La tercera pata es el sector comunitario, una diversidad que es todo un ecosistema. Hoy, la econom¨ªa popular est¨¢ dispersa, trabaja por cuenta propia en actividades de subsistencia: la venta ambulante, el cartonero, el que tiene un comercio en el barrio. Esa econom¨ªa popular necesita insertarse en el sistema. Hay que pasar de esa econom¨ªa informal de subsistencia a una econom¨ªa popular comunitaria organizada.
P. ?Es posible eso?
R. No es solo una expresi¨®n de deseo. Existe un sector comunitario donde, y lo digo desde mi experiencia, la gente es m¨¢s feliz, aunque gane menos. Tiene que ver con que los dos primeros sectores no absorben a la totalidad de la poblaci¨®n, eso pasa ac¨¢ y pasa en Alemania tambi¨¦n. Entonces, construir esta econom¨ªa de tres tercios es un desaf¨ªo para el futuro. Es posible una econom¨ªa donde haya tierra, techo y trabajo. Es una utop¨ªa reformista y moderada. No estamos pidiendo ninguna cosa radical, no hablamos de la socializaci¨®n de los medios de producci¨®n, que era el ideal de la revoluci¨®n socialista. Si hablamos de una reforma agraria, lo hacemos desde una perspectiva ambiental que no destruya los humedales o los bosques, por ejemplo.
P. Argentina est¨¢ a menos de un a?o de elecciones presidenciales. ?C¨®mo se van a posicionar los movimientos sociales?
R. En Argentina hay dos campos pol¨ªticos gruesos. Un sector reivindica las pol¨ªticas neoliberales de manera expl¨ªcita y tiene cierto desprecio por las clases populares. La otra parte no comulga con las pol¨ªticas neoliberales y plantea una mayor intervenci¨®n p¨²blica en t¨¦rminos redistributivos y de acceso a los derechos. Dentro de esos dos grandes campos hay matices muy grandes y hay tr¨¢nsfugas, gente que dice estar en un campo pero est¨¢ en el otro. Lo que no vamos a tolerar es otra candidatura de centro moderado que quiera quedar bien con todo el mundo.
P. ?Habla del presidente Fern¨¢ndez, al que apoyaban?
R. Cuando nosotros ganamos las elecciones en 2019, nuestro presidente dec¨ªa que hab¨ªa que empezar por los ¨²ltimos para llegar a todos, y los ¨²ltimos est¨¢n peor. Hab¨ªa una mesa contra el hambre y se disolvi¨® la semana pasada. ?No hay m¨¢s hambre en Argentina? Dijeron que ¨ªbamos a resolver los dos problemas que dej¨® el macrismo, la pobreza y la deuda, y no se hizo.
P. ?Eso fue lo que fractur¨® la relaci¨®n entre Fern¨¢ndez y su vicepresidenta, Cristina Kirchner, en el Frente de Todos?
R. Se parti¨® porque el acuerdo con el FMI [firmado en enero para refinanciar una deuda de 44.000 millones de d¨®lares contra¨ªda en 2018] sostuvo las mismas cl¨¢usulas que hab¨ªa cerrado [el presidente Mauricio] Macri. Eso dej¨® a la coalici¨®n como un cristal rajado. Los que constituimos el sector mayoritario del Frente de Todos votamos en contra del acuerdo con el Fondo. Y el sector minoritario, que respond¨ªa al presidente, decidi¨® hacer una alianza con el macrismo para votar a favor.
P. ?Las divisiones en el movimiento popular no entorpecen el proyecto com¨²n?
R. No estamos en el mejor momento, porque la pol¨ªtica nos divide mucho. Hay cosas que est¨¢n muy mal y hay que revisar, pero los movimientos populares son la mejor creaci¨®n de las clases sociales subalternas de los ¨²ltimos 20 a?os. Somos la ¨²ltima barrera contra disoluci¨®n social, pero tambi¨¦n tenemos nuestros problemas, como la informalidad organizativa. Cuando no hay reglas claras, hay arbitrariedad y cuando hay arbitrariedad, hay abuso de poder.
P. ?C¨®mo maneja la tensi¨®n pol¨ªtica, producto de estar de los dos lados, fuera del Gobierno y en contacto con ¨¦l?
R. Es una tensi¨®n que tiene una l¨®gica. Frente a los problemas sociales tenemos una actitud cr¨ªtica, porque la situaci¨®n es cr¨ªtica. Despu¨¦s est¨¢ la negociaci¨®n pol¨ªtica. Nos ubicamos en un cuadrante que tiene que ver con muchas de las cosas que plantea Cristina [Kirchner] y de lo que hizo en pol¨ªticas sociales. Ahora se busca una renovaci¨®n generacional, una s¨ªntesis superadora que descarte lo malo que hubo en sus procesos pol¨ªticos.
P. ?C¨®mo se entrecruza el peronismo, que se atribuye la representaci¨®n de los m¨¢s pobres, con los movimientos sociales?
R. Todav¨ªa no se cre¨® ninguna representaci¨®n superadora del peronismo. Pero el problema es que los peronistas de m¨¢s de 60 a?os no entienden al descamisado [el obrero urbano ¡°sin camisa¡±] del presente, que ya no es el asalariado sindicalizado sino el producto de nuevas formas organizativas que est¨¢n en un estado embrionario. La columna vertebral del peronismo son los trabajadores y trabajadoras populares, pero los peronistas no se dieron cuenta todav¨ªa.
P. ?El peronismo kirchnerista lo entendi¨® mejor?
R. M¨¢s o menos. Cristina [Kirchner] es muy cr¨ªtica con los movimientos. Tenemos con ella una contradicci¨®n keynesiana, porque cree que la intervenci¨®n del Estado en la econom¨ªa va a permitir que las empresas privadas absorban a los trabajadores. En eso es muy conservadora. Nosotros decimos que eso puede ser excelente, pero que no va a pasar.
P. ?C¨®mo ve el futuro de Argentina en el corto plazo?
R. Muy mal.
P. ?Hay posibilidades de un estallido social?
R. Un estallido social no es lo que m¨¢s me preocupa. Es mucho m¨¢s grave la muerte por implosi¨®n social. Eso degrada mucho m¨¢s a la sociedad que una semana de protestas en la calle. La explosi¨®n es cat¨¢rtica, lo otro es de ¡°pasiones tristes¡±, como dice [el fil¨®sofo Baruch] Spinoza, que van degradando la vida y las perspectivas humanas.
P. ?Pero por qu¨¦ con un 50% de pobres y casi un 100% de inflaci¨®n los argentinos no salen a la calle?
R. Por el desarrollo de las organizaciones populares. Y eso es un problema, porque si las organizaciones son solo una v¨¢lvula de escape son elementos conservadores. Nosotros estamos para transformar la realidad, no para contenerla. Cualquier argentino honesto entiende que nuestro rol es abrazar a los que ni el brazo del mercado ni el brazo del Estado abrazan.
P. Su ¨²ltimo libro se llama Los peores: vagos, chorros, ocupas y violentos. ?Por qu¨¦ ese t¨ªtulo tan provocador?
R. Cuando volv¨ª de Europa fue increpado en el aeropuerto por gente que no nos conoce, muy influida por formadores de opini¨®n que repiten cualquier barbaridad desde la m¨¢s m¨¢s absoluta ignorancia. En este caso, contra los dirigentes populares. La idea de fondo es que se mantiene a los vagos, se les saca la plata para d¨¢rsela a otros y seguro que el dirigente, adem¨¢s, se queda con algo. De eso se trata el libro: no somos vagos, no somos chorro [ladrones], que no somos violentos, no somos ocupas.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S Am¨¦rica y reciba todas las claves informativas de la actualidad de la regi¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.