Argentina, Uruguay, Brasil, Per¨² o Ecuador: los ¡°topos¡± rusos proliferan en Am¨¦rica Latina
La misi¨®n del ¡°topo¡± consiste en construir un recorrido insospechado, incluso aburrido, que puede incluir la formaci¨®n de una pareja y tener hijos, estudiar, trabajar y residir en uno o m¨¢s pa¨ªses antes de llegar a un destino que pueda interesar a Mosc¨²
La historia es de pel¨ªcula. O de serie de televisi¨®n. El gobierno de Vladimir Putin despleg¨® ¡°topos¡± por toda Am¨¦rica del Sur. Rusos ocultos detr¨¢s de pasaportes argentinos, brasile?os, peruanos, ecuatorianos, uruguayos y qui¨¦n sabe qu¨¦ otra nacionalidad m¨¢s. Agentes de ¡°c¨¦lulas durmientes¡± que pueden hibernar durante a?os, incluso d¨¦cadas, a la espera de una oportunidad para servir al Kremlin. De Rusia, con amor.
Los ¡°topos¡± no son esp¨ªas tradicionales, si algo as¨ª existe. No son rusos que admiten ser rusos, con nombre ruso, que pueden trabajar como diplom¨¢ticos en una embajada rusa y que son expulsados si los agarran en offside, como ocurri¨® con Aleksandr Belousov y Aleksandr Paristov, en Colombia, en diciembre de 2020. Los ¡°topos¡± esconden su verdadera identidad y hasta lugar de nacimiento, y tejen otra vida, envueltos en una telara?a de mentiras.
No. La misi¨®n del ¡°topo¡± es muy distinta. Consiste en construir un recorrido insospechado, incluso aburrido, que puede incluir la formaci¨®n de una pareja y tener hijos, estudiar, trabajar y residir en uno o m¨¢s pa¨ªses antes de llegar a un destino que pueda interesar a Mosc¨². Entonces s¨ª, el ¡°topo¡± dejar¨¢ de hibernar y pasar¨¢ a su fase activa.
La ¨²ltima saga de ¡°topos¡± rusos comenz¨® a descularse meses atr¨¢s. Dif¨ªcil precisar cu¨¢ndo. Pero podemos al menos saber el momento en que salt¨® un punto que permiti¨® tirar del hilo. Ocurri¨® el 5 de diciembre pasado, cuando tropas de ¨¦lite de la Polic¨ªa eslovena irrumpieron en unas oficinas y una vivienda familiar en Ljubljana, la capital del pa¨ªs. Detuvieron a un matrimonio que se mov¨ªa con pasaporte argentino, acusado de trabajar para Mosc¨².
?l dijo llamarse Ludwig Gisch y haber nacido en Namibia, aunque luego se radic¨® en la Argentina y obtuvo la ciudadan¨ªa; ella dijo llamarse Mar¨ªa Rosa Mayer Mu?os y ser oriunda de Grecia, aunque tambi¨¦n aclar¨® ser argentina por opci¨®n. Tuvieron dos hijos ¨Cuno de 7, la otra de 9- y poco antes de la pandemia decidieron emigrar a Europa. Afirmaron que estaban hartos de la inseguridad de las calles de Buenos Aires y se radicaron en Eslovenia. ?l mont¨® una peque?a empresa de inform¨¢tica; ella, una galer¨ªa de arte. Y comenzaron a viajar, juntos o por separado, por Europa y a la Argentina. Una fachada, sospechan los eslovenos, para llevar mensajes y dinero a otros topos en hibernaci¨®n.
Gisch y Mayer Mu?os permanecen detenidos e incomunicados desde entonces. Eslovenia los quiere juzgar por espionaje y falsificaci¨®n de documentos, y podr¨ªa caerles una condena a ocho a?os de prisi¨®n. Pero corren las versiones de que eso podr¨ªa quedar en nada. Rusia habr¨ªa iniciado las negociaciones para un intercambio de esp¨ªas, seg¨²n el diario The Guardian. ?Acaso por Evan Gershkovich, el periodista de The Wall Street Journal al que Mosc¨² detuvo tras los arrestos en Ljubljana y, oh casualidad, acus¨® de espionaje?
Rusia calla en p¨²blico, pero las piezas del domin¨® comenzaron a caer. La primera se registr¨® en Grecia, donde una mujer desapareci¨® poco despu¨¦s de los arrestos de Gisch y Mayer Mu?os en Eslovenia. Dec¨ªa ser Mar¨ªa Tsallas y ser fot¨®grafa, pero result¨® que el nombre se lo apropi¨® de una criatura fallecida en 2001¡ y su verdadero nombre ser¨ªa Irina Alexandrovna Smireva. Los griegos creen que huy¨® a Mosc¨².
La siguiente pieza del domin¨® cay¨® casi de inmediato. El esposo de Tsallas, la supuesta griega, dec¨ªa ser brasile?o y llamarse Gerhard Daniel Campos Wittich. Se esfum¨® en el aire, en enero, mientras paseaba por Malasia como mochilero, para angustia de su novia brasile?a, que desconoc¨ªa su verdadera identidad o, para m¨¢s datos, que ten¨ªa una esposa en Atenas¡ Las autoridades sospechan que tambi¨¦n se encuentra en Mosc¨².
Las fichas comenzaron a encajar, como en un rompecabezas. En octubre, el Gobierno noruego detuvo a otro supuesto brasile?o que trabajaba como acad¨¦mico en la Universidad de Troms?, Jos¨¦ Assis Giammaria, aunque su identidad real ser¨ªa Mikhail Mikushin y tendr¨ªa el rango de coronel. Y las autoridades de los Pa¨ªses Bajos arrestaron en La Haya a otro presunto brasile?o, Viktor Muller Ferreira, quien intentaba infiltrarse como pasante en la Corte Penal Internacional (CPI). Es decir, el tribunal que investiga los cr¨ªmenes de guerra cometidos por Rusia en Ucrania. ?Su verdadero nombre? Ser¨ªa Sergej Vladimirovich Cherkasov.
Muller Ferreira ¨Co Cherkasov- ser¨ªa el ¡°topo¡± de esta redada que m¨¢s cerca estuvo de llegar a un sitio sensible y de inter¨¦s extremo para Mosc¨². Nada mal para alguien que habr¨ªa nacido en Kaliningrado y pas¨® por Sao Paulo y Baltimore, antes de llegar a un destino valioso. Pero qued¨® a un paso, como una mujer que a?os atr¨¢s dec¨ªa llamarse Mar¨ªa Adela Kuhfeldt Rivera, haber nacido en Per¨² de padre alem¨¢n y ser dise?adora de joyas. Radicada en N¨¢poles, trataba en la pr¨¢ctica de extraer informaci¨®n de quienes trabajan en la base militar que la OTAN opera all¨ª. Su verdadero nombre ser¨ªa Olga Kolobova.
Mar¨ªa Adela ¨Co Kolobova- result¨® toda una trotamundos, hasta que el amor la flech¨®. O acaso el Kremlin la pas¨® del equipo de solteras al de casadas. En julio de 2012 se cas¨® con alguien a quien present¨® entre sus amigos como italiano, aunque el novio ten¨ªa ciudadan¨ªa ecuatoriana y rusa. De hecho, ¨¦l hab¨ªa obtenido un pasaporte ruso en la Embajada de Rusia en Quito, tres meses antes. En cualquier caso, el hombre muri¨® un a?o despu¨¦s del casorio. Pero ella no se molest¨® en ir a su funeral. O se llevaban muy mal o el matrimonio era de cart¨®n. En cualquier caso, ella tambi¨¦n est¨¢ ahora en Mosc¨².
Pero si las aventuras de cada uno de estos ¡°topos¡± da para una temporada de The Americans, la del uruguayo Juan L¨¢zaro se lleva todos los premios. Tras radicarse en Per¨², se nacionaliz¨® y se cas¨® con la periodista local Vicky Pel¨¢ez, para despu¨¦s mudarse juntos a Estados Unidos, donde terminaron tras las rejas. En 2010 confes¨® que ni era uruguayo, ni ese era su nombre. Cont¨® tambi¨¦n que su esposa sol¨ªa viajar a Am¨¦rica del Sur para entregarle informaci¨®n de inteligencia a sus superiores y recoger dinero para financiar sus operaciones encubiertas. Tambi¨¦n dej¨® una frase para el recuerdo. ¡°Aunque amo a mi hijo, no romper¨ªa mi lealtad hacia el Servicio [Secreto] ni siquiera por ¨¦l¡±. Eso es lealtad. Mosc¨² antes que la sangre.
El 9 de julio de ese mismo a?o, el hombre que hab¨ªa dejado de ser L¨¢zaro y admitido que se llamaba Mikhail Vasenkov volvi¨® a la vida subterr¨¢nea de los ¡°topos¡±. Fue en un aeropuerto de Viena, donde aterrizaron dos aviones. Ambos llenos de esp¨ªas. El intercambio fue el m¨¢s portentoso desde el final de la Guerra Fr¨ªa. Se cree que L¨¢zaro ¨Co Vasenkov- sigue en Mosc¨².
Casi trece a?os despu¨¦s de aquel trueque vien¨¦s de esp¨ªas, las alarmas se siguen encendiendo en toda la regi¨®n. Brasil investiga si Rusia usa su territorio de manera sistem¨¢tica para construir identidades tapadera. En Uruguay, arrestaron al jefe del equipo de seguridad del presidente Luis Lacalle Pou en septiembre de 2022, acusado de integrar una banda que emit¨ªa certificados rusos de nacimiento ap¨®crifos en los que constaba que los padres eran uruguayos. ?Para qu¨¦? Facilitar la obtenci¨®n de pasaportes y documentos de identidad uruguayos a ciudadanos rusos y, acaso, generar nuevos topos. Y enArgentina, llama la atenci¨®n que m¨¢s de 10.500 rusas viajaron a Buenos Aires a parir durante el ¨²ltimo a?o. ?Explicaci¨®n? Toda persona nacida en la Argentina es, por ley, ciudadano argentino y eso, a su vez, facilita los tr¨¢mites posteriores de la progenitora para acceder a la ciudadan¨ªa. ?M¨¢s topos, tambi¨¦n?
De Rusia, con amor.
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