El ajuste fiscal de Milei acorrala a la clase media argentina
Por primera vez en dos d¨¦cadas, la poblaci¨®n pobre supera la mitad de la poblaci¨®n. La clase media que sigue a flote se ha visto obligada a cambiar h¨¢bitos de consumo, reducir salidas y gastar ahorros para llegar a fin de mes
El 53% de la poblaci¨®n de Argentina es pobre. Es la primera vez en dos d¨¦cadas, desde la crisis del corralito de 2001-2002, que la clase media se ve superada en n¨²mero por quienes no pueden pagar los gastos de vivienda, transporte, salud y educaci¨®n m¨¢s b¨¢sicos despu¨¦s de llenar el carrito de la compra. La ¨²ltima agon¨ªa econ¨®mica de la clase media comenz¨® hace al menos una d¨¦cada, pero desde la llegada del ultra Javier Milei a la presidencia, el deterioro se aceler¨®: en los primeros seis meses del a?o, 5,5 millones de personas pasaron a ser pobres y en total son ya 25 millones. Los que se mantienen a flote lo hacen cada vez m¨¢s acorralados: o gastan ahorros o se aprietan un cintur¨®n al que ya le han tenido que hacer varios agujeros.
En el vasto extrarradio de Buenos Aires, seis de cada diez habitantes son pobres. S¨®lo en La Matanza, la localidad m¨¢s poblada de ese conurbano, hay m¨¢s de un centenar de asentamientos precarios, tambi¨¦n conocidos como villas miseria. Ramos Mej¨ªa es all¨ª una isla de clase media, aunque los aumentos en el precio de los medicamentos, la luz, el gas, el transporte, cuotas escolares y gastos m¨¦dicos han hecho estragos en cuesti¨®n de meses.
¡°?ramos clase media, pero ya no sabemos qu¨¦ somos¡±, dice Alicia Ram¨ªrez, jubilada de 71 a?os. ¡°Pudimos comprar un departamento, les dimos una buena educaci¨®n a nuestras hijas, pero ahora con la pensi¨®n casi no me alcanza para pagar las expensas [los gastos de mantenimiento del edificio] y los remedios [medicamentos]¡±, lamenta esta vecina de Ramos Mej¨ªa. Argentina cerr¨® 2023 con una inflaci¨®n del 211%, pero los productos farmac¨¦uticos subieron, en promedio, un 286%. La tendencia se agrav¨® en los primeros meses de este a?o y se volvi¨® cr¨ªtica para los enfermos cr¨®nicos.
Como cualquier argentina de su generaci¨®n, Ram¨ªrez ha atravesado muchas crisis, pero cree que esta se diferencia de las anteriores por ¡°ser a c¨¢mara lenta¡±. A su juicio, el pa¨ªs sigue hacia abajo y no ve las se?ales de la recuperaci¨®n que anuncia Milei. Despu¨¦s de toda una vida de trabajo como costurera, se retir¨® del oficio a?os atr¨¢s, pero tuvo que volver a aceptar encargos en 2023 porque el dinero que recib¨ªa de la pensi¨®n cada vez le duraba menos. Sus hijas, universitarias de primera generaci¨®n, se ofrecen a ayudarla con los gastos. Como se niega, cuando vienen a verla le llenan la despensa.
Seg¨²n las estad¨ªsticas oficiales, las personas mayores de 65 a?os son la franja et¨¢ria con menos pobreza en Argentina, el 30% del total, pero la cifra se ha disparado 18 puntos en un a?o, muy por arriba del promedio. El principal motivo es que las jubilaciones han perdido la batalla contra la inflaci¨®n: la m¨ªnima est¨¢ hoy por debajo de los 300 d¨®lares y Milei ha vetado la ley que la sub¨ªa pese a las protestas en las calles.
En el otro extremo est¨¢n los ni?os: dos de cada tres son pobres. Los gastos asociados a su crianza se han disparado y padres y madres suman varios trabajos para que los n¨²meros cierren. ¡°Vi que este a?o iba a ser dur¨ªsimo y tom¨¦ todas las horas que pude. Tengo 18 horas en siete escuelas y doy clases particulares¡±, cuenta Oscar, profesor de m¨²sica, frente a la puerta de una de las escuelas primarias donde da clases. A su lado est¨¢ una colega, con una carga lectiva similar repartida en seis centros educativos. No son casos excepcionales sino comunes en la ense?anza argentina, lo que se conoce como ¡°docentes taxi¡± por su continuo ir y venir de una escuela a la otra. El a?o pasado, esos desplazamientos supon¨ªan una parte peque?a de su presupuesto mensual, pero el precio del transporte p¨²blico ha aumentado un 600% desde que asumi¨® Milei por la retirada parcial de los subsidios que los manten¨ªan por debajo del precio de mercado.
El Gobierno ha retirado tambi¨¦n buena parte de las subvenciones al gas, la luz y el agua y los recibos se han multiplicado hasta por diez en los hogares bonaerenses de clase media. Para quienes se desplazan en coche, el incremento de la gasolina desde diciembre ha sido del 150%. Ning¨²n sueldo ha aumentado a esa velocidad y menos a¨²n los de los empleados p¨²blicos, afectados por la motosierra de Milei.
Ignacio, quien prefiere no dar su apellido, tiene 37 a?os, vive en pareja con dos hijos y se considera de clase media. Integran esa categor¨ªa los hogares con ingresos equivalentes entre 1.500 y 4.500 d¨®lares. ¡°Entre los dos salarios llegamos justo, pero esos datos son sin alquiler. Los que alquilamos estamos en el horno [en grandes problemas]¡±, indica. Su mujer, adem¨¢s, ayuda a su madre, jubilada, a pagar el seguro m¨¦dico de salud, que supera los 400 d¨®lares mensuales. ¡°La intentamos convencer de que se pasara a PAMI [la cobertura m¨¦dica estatal para los jubilados], pero no quiere saber nada, prefiere no comer por la noche¡±.
El economista Leopoldo Tornarolli sostiene que hay ciertos hogares que en este momento carecen de ingresos de clase media pero lo siguen siendo ¡°por estilo de vida, costumbres, consumos culturales y de otro tipo¡±. La pregunta es, plantea, ¡°?por cu¨¢nto tiempo lo pueden sostener?¡± Cu¨¢nto m¨¢s se prolonga el bache, m¨¢s riesgo hay de que la familia necesite vender alg¨²n bien para salir de ¨¦l y m¨¢s efectos a largo plazo tendr¨¢ para sus integrantes.
¡°Viv¨ªamos en una mentira¡±
En la inmobiliaria Liliana Nieto, situada a un par de cuadras de la avenida central de Ramos Mej¨ªa, no hay ning¨²n cliente. Es martes al mediod¨ªa y su due?a atiende con la puerta cerrada con llave por miedo a ser v¨ªctima de un robo. S¨®lo despu¨¦s de un tiempo de cavilaci¨®n accede a abrirla y arranca la charla por la inseguridad, una de las grandes preocupaciones del conurbano bonaerense. Nieto forma parte de esa amplia mayor¨ªa de vecinos que apoya las pol¨ªticas de mano dura de la ministra de Seguridad de Milei, Patricia Bullrich. Las ventanas de las casas de alrededor est¨¢n enrejadas y sobre los muros proliferan alambres de p¨²as, cristales rotos y cercos el¨¦ctricos.
¡°Los argentinos estamos acostumbrados a las crisis, lo que queremos es que terminen con la inseguridad¡±, dice antes de explicar las dificultades de las nuevas generaciones para acceder a una vivienda propia. ¡°Nuestros padres compraban un terreno, constru¨ªan y despu¨¦s quedaba como herencia. Pero hoy, aun con un buen empleo no ten¨¦s capacidad de ahorro. No digo una casa, ni para un auto pod¨¦s ahorrar ahora. La gente est¨¢ gastando ahorros¡±, dice Nieto, de 56 a?os. Gastar ahorros, en Argentina, suele significar desprenderse de d¨®lares que se compraron en ¨¦pocas de bonanza. En el pa¨ªs con la mayor inflaci¨®n del mundo, hasta los ni?os saben que es mala idea guardar pesos en una hucha.
Nieto cree que Milei ha sacado la venda de los ojos a millones de personas que se cre¨ªan de clase media pero que no lo eran. ¡°Nos estamos dando cuenta de que viv¨ªamos en una mentira. Que el combustible es caro, que los servicios [de luz, gas y agua] son caros y que para pagar menos tenemos que dejar de derrochar y no dejar la calefacci¨®n puesta todo el d¨ªa para llegar a casa y que est¨¦ bien calentita. Se sinceraron los precios de todo y nos dimos cuenta que ¨¦ramos una clase media trucha [falsa]¡±, asegura. ¡°Todos nos tuvimos que ajustar¡±, admite. En su caso, ella y su martido redujeron las salidas a restaurantes y acortaron las vacaciones.
El recorte de gastos de la clase media ha sido generalizado, como muestra el desplome del consumo masivo. Las ventas han ca¨ªdo un 10% interanual y en algunos sectores, como los electrodom¨¦sticos, superan el 30%. El freno se siente tambi¨¦n en la industria local, que acumula un descenso del 14% en la producci¨®n de los primeros siete meses del a?o respecto al mismo per¨ªodo de un a?o atr¨¢s. Seg¨²n las estimaciones del Fondo Monetario Internacional, el PIB de Argentina caer¨¢ un 3,5% este 2024, la ¨²nica gran econom¨ªa de Latinoam¨¦rica en n¨²meros rojos.
El rol central de la educaci¨®n
El historiador Ezequiel Adamovsky sostiene que en Argentina la clase media es una identidad que va m¨¢s all¨¢ del nivel de ingresos. ¡°Involucra un m¨ªnimo nivel econ¨®mico, no ser una persona muy pobre, pero la identidad de clase media estuvo tanto o m¨¢s asociada a la educaci¨®n ¡ªcon ser una persona que tiene o cree tener educaci¨®n¡ª y a valores ideol¨®gicos y morales como h¨¢bitos de trabajo, esfuerzo y pulcritud¡±. Cree que esa identidad hunde sus ra¨ªces en la idea de Argentina como ¡°un pa¨ªs blanco¡± forjado por emigrantes europeos.
Para Adamovsky, autor de Historia de la clase media argentina, el rasgo distintivo de Argentina no es tanto que exista o no una clase media sino que ¡°es un pa¨ªs m¨¢s igualitario y menos polarizado entre una minor¨ªa de ricos y una gran poblaci¨®n pobre que otros pa¨ªses latinoamericanos¡±.
El rol central otorgado a la educaci¨®n ayuda a entender la defensa de la universidad p¨²blica gratuita en la que coinciden clases medias y populares en Argentina. La apertura de universidades en todo el conurbano en las ¨²ltimas d¨¦cadas permiti¨® que muchos estudiantes nacidos en hogares pobres obtuviesen un t¨ªtulo con el que acceder a trabajos formales. ¡°Alrededor del 50% de nuestros estudiantes proviene de familias cuyos padres no completaron el nivel secundario, lo que supone un salto de dos niveles educativos. Expresa una movilidad social educativa muy grande, un efecto democratizador clave¡±, afirma Gabriela Diker, exrectora de la Universidad Nacional General Sarmiento, situada en el segundo cord¨®n del conurbano bonaerense. El ascensor social universitario arrastra a?os de deterioro, pero el recorte presupuestario dictado por Milei amenaza con dejarlo fuera de servicio.
En Am¨¦rica Latina, la regi¨®n m¨¢s desigual del mundo, Argentina destaca, junto a Uruguay y Costa Rica, como uno de los pa¨ªses con la distribuci¨®n de ingresos m¨¢s pareja. A¨²n as¨ª, esa realidad tambi¨¦n est¨¢ en crisis. La medici¨®n oficial del coeficiente de Gini, que mide la desigualdad, muestra un salto en los ¨²ltimos meses hasta valores cercanos a los de la salida de la crisis del corralito de 2001-2002. Si se tiene en cuenta la subdeclaraci¨®n de ingresos, m¨¢s frecuente en las clases altas y medias-altas, la desigualdad real se agudiza, seg¨²n advierte el Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (Cedlas) de la Universidad Nacional de La Plata en un informe reciente.
Tornarolli, uno de los autores del estudio, cree que entre los factores de esa desigualdad creciente est¨¢ la precarizaci¨®n del mercado laboral. ¡°En Argentina, en particular los empleados no calificados cada vez m¨¢s est¨¢n recibiendo salarios m¨¢s bajos y no tienen posibilidades de acceder a empleos de calidad. Hay, en ese sentido, una especie de latinoamericanizaci¨®n del mercado laboral de Argentina¡±, dice este investigador del Cedlas.
En 2001, cuando Argentina se vio sacudida por su ¨²ltima gran crisis econ¨®mica y social, la clase media empobrecida argentina se uni¨® a los sectores populares para rebelarse contra el poder al grito de ¡°que se vayan todos¡±. Dos d¨¦cadas despu¨¦s, una nueva crisis vuelve a asfixiarla.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S Am¨¦rica y reciba todas las claves informativas de la actualidad de la regi¨®n.