Los jubilados protestan en la calle contra el veto de Milei: ¡°A nosotros nos sacan cada vez m¨¢s plata y a los ricos les perdonan impuestos¡±
Miles de personas se concentran frente al Congreso argentino para exigir un aumento de la pensi¨®n m¨ªnima, de 300 d¨®lares, en una marcha que termina con incidentes y un detenido.
¡°Que se vayan todos, que no quede ni uno solo¡±, cantaban manifestantes frente al Congreso argentino en medio de la sesi¨®n parlamentaria convocada por la oposici¨®n a Javier Milei. A¨²n no se hab¨ªa votado la ley de subida de las pensiones vetada por Milei, pero los ¨²ltimos movimientos pol¨ªticos ya anticipaban que los opositores no reunir¨ªan los dos tercios de los votos necesarios para revocar el veto. El enojo era visible en las calles, en especial en especial entre los votantes de la centenaria Uni¨®n C¨ªvica Radical, que se sienten traicionados por un partido que estuvo entre los impulsores de la ley pero este mi¨¦rcoles vot¨® dividido. Los jubilados ocuparon la primera l¨ªnea de la manifestaci¨®n y detr¨¢s los secundaron miles de integrantes de sindicatos, organizaciones sociales y agrupaciones kirchneristas y de izquierda. Protestaron en medio de un despliegue policial que se acrecent¨® con el correr de las horas, en especial tras una votaci¨®n favorable al Gobierno: necesitaba 83 votos negativos para mantener el veto y obtuvo 87.
Los jubilados denuncian que est¨¢n entre los m¨¢s perjudicados por la motosierra aplicada por Milei al gasto p¨²blico desde que lleg¨® al poder, hace nueve meses. La pensi¨®n m¨ªnima en Argentina es de 234.000 pesos (239 d¨®lares a la cotizaci¨®n oficial), a la que se le suma el equivalente a 70 d¨®lares como compensaci¨®n para equipararla a la canasta b¨¢sica. Ese ingreso est¨¢ muy por debajo del gasto promedio de una persona mayor, ya que no tiene en cuenta los gastos m¨¦dicos ni en medicamentos ni otros relacionados con la edad.
Cada vez hay m¨¢s septuagenarios e incluso octogenarios argentinos que no pueden dejar de trabajar aunque quieran. Es el caso de V¨ªctor Amarilla, quien a sus 72 a?os trabaja medio d¨ªa como portero de un edificio despu¨¦s de haberse jubilado como conductor de trenes. ¡°Estoy re podrido de laburar pero no tengo alternativa¡±, lamenta. Amarilla cree que los 18.000 pesos extra que contemplaba la ley vetada por Milei no solucionaba la mala situaci¨®n econ¨®mica de muchos jubilados argentinos, pero supon¨ªa un alivio m¨ªnimo para los m¨¢s vulnerables, en especial para los que se van a la cama sin cenar porque no les alcanza para comprar alimentos.
¡°A nosotros nos sacan cada vez m¨¢s plata en vez de sac¨¢rsela a los que m¨¢s tienen. A los ricos les perdonan impuestos y a los evasores les llaman h¨¦roes¡±, critica Amarilla sobre el blanqueo de capitales aprobado por el Congreso. ¡°Nosotros nos movilizamos el mi¨¦rcoles pasado, estamos ac¨¢ hoy y volveremos el mi¨¦rcoles que viene. No vamos a salir de las calles porque venimos a luchar para poder estar mejor y a la vez luchamos por nuestros hijos y por nuestros nietos¡±, agrega.
Argentina tiene una larga tradici¨®n de manifestaciones callejeras y las personas de mayor edad tuvieron ya un gran protagonismo en ellas durante los a?os noventa, cuando sus pensiones se mantuvieron congeladas durante a?os. Una de las caras m¨¢s conocidas de aquellas marchas, Norma Pla, aparece hoy homenajeada en pancartas en las que se exige una jubilaci¨®n digna y se advierte que ¡°Todos somos jubilados, es una cuesti¨®n de tiempo¡±.
¡°Los radicales nos traicionaron¡±, se desespera Teresa Olmos, de 84 a?os. ?C¨®mo van a votar en contra de los jubilados y en contra de los docentes?¡±, contin¨²a esta mujer de pelo canoso que se mantiene a una distancia prudente del cord¨®n policial por miedo a que los antidisturbios comiencen a reprimir a los manifestantes, como en la protesta de la semana pasada y de la anterior.
Los medicamentos, por las nubes
Olmos resume la p¨¦rdida de poder adquisitivo de los jubilados en Argentina con una an¨¦cdota: ¡°Mi abuelo era pescador en Mar del Plata. Cuando se jubil¨®, se hizo una fiesta en el barrio. Cuando yo me jubil¨¦, porque fui secretaria toda mi vida, llor¨¦¡±. Ha dejado de comprar uno de los medicamentos que tomaba porque su precio se multiplic¨® por cinco en s¨®lo un a?o y otro se divide la pastilla a la mitad para que le dure el doble. ¡°Milei se llena la boca con la palabra libertad y lo que quiere es un pa¨ªs libre de viejos¡±, critica.
Los ancianos y los enfermos cr¨®nicos est¨¢n entre aquellos que m¨¢s sufren el ajuste de Milei y la liberalizaci¨®n del precio de los medicamentos y de los seguros m¨¦dicos de salud. Pero la reducci¨®n de ingresos y el cambio forzoso de h¨¢bitos es generalizado. ¡°Antes me reun¨ªa con mis amigos a tomar caf¨¦ o comer un asado. Dejamos de hacerlo. La parrilla que me regalaron mis chicos est¨¢ oxidada de no usarla¡±, dice Carlos Daulovski, de 75 a?os. Este excartero del Correo argentino ha visto como dos de sus cuatro hijos dejaban Argentina para buscar una vida mejor en el extranjero y no quiere que los nietos que le quedan aqu¨ª sigan sus pasos. ¡°Estoy ac¨¢ por su futuro. Y mir¨¢, si reprimen voy a estar porque ya me dieron muchos palos antes¡±, advierte Daulovski.
El n¨²mero de manifestantes de este mi¨¦rcoles fue muy superior al de las convocatorias previas, lo que posterg¨® tambi¨¦n la intervenci¨®n policial hasta el fin de la sesi¨®n. En ese momento, pasadas las cuatro de la tarde, los antidisturbios arrojaron gas pimienta y lacrim¨®geno contra los manifestantes que se resist¨ªan a abandonar la plaza y bloqueaban el paso. La polic¨ªa inform¨® de un detenido.
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