Fantasmas, brujas, psic¨®patas: el miedo tambi¨¦n suena
He aqu¨ª un pu?ado de canciones que escuchar la noche de Halloween o siempre que quiera recordarse que el M¨¢s All¨¢ ha inspirado y sigue inspirando a m¨²sicos de todas partes, y de las m¨¢s variadas maneras
En la fabulosa Extra Ordinary, comedia de fantasmas irish emparentada, en muchos sentidos, con la divertid¨ªsima Derry Girls, una estrella del pop sintetizado en plena ca¨ªda libre ¡ªun tipo que ha sido incapaz de reeditar su ¨²nico hit¡ª, alquila una mansi¨®n y se dispone a sacrificar ¡ªde la m¨¢s absurda de las maneras¡ª a una virgen que resulta ser nada menos que una especie de psicoanalista de fantasmas. La idea es que, a cambio de su sangre, el Diablo le conceda otro s¨²per ¨¦...
En la fabulosa Extra Ordinary, comedia de fantasmas irish emparentada, en muchos sentidos, con la divertid¨ªsima Derry Girls, una estrella del pop sintetizado en plena ca¨ªda libre ¡ªun tipo que ha sido incapaz de reeditar su ¨²nico hit¡ª, alquila una mansi¨®n y se dispone a sacrificar ¡ªde la m¨¢s absurda de las maneras¡ª a una virgen que resulta ser nada menos que una especie de psicoanalista de fantasmas. La idea es que, a cambio de su sangre, el Diablo le conceda otro s¨²per ¨¦xito. Y no suena descabellado, porque ?acaso no ha estado ligado el pop y todo lo que el pop contiene ¡ªel rock, el blues, el ryhthm & blues, y todas las variables de lo popular y no can¨®nico¡ª desde el principio a la idea de que una fuerza superior (y malvada) ha concedido deseos a los m¨²sicos, y estos le han devuelto el favor desestabilizando, de alguna forma, el mundo?
Pensemos en Robert Johnson, la primera v¨ªctima de la maldici¨®n del club de los 27, el bluesman que era un p¨¦simo guitarrista hasta que un d¨ªa se top¨® con alguien en un cruce de caminos que, dec¨ªan, era nada menos que el Diablo. Cuenta la leyenda que el m¨²sico le entreg¨® su alma a cambio de convertirse en un virtuoso. Y luego, claro, le dedic¨® alguna que otra canci¨®n, como el famoso Crossroad Blues, que nada de terror¨ªfica tiene a menos que se piense en ella como una especie de ofrenda maldita. La ofrenda maldita que, como el Helter Skelter de los Beatles ¡ªsin ¨¦l, es probable que la Familia Manson no hubiese existido¡ª o el Sympathy for the Devil de los Rolling Stones, figura en casi todo listado de canciones relacionadas con lo macabro que se precie. Pero no en este. Este se abre con la encantadora Spooks, de Louis Armstrong.
Se dice de Spooks, un himno a la idea del fantasma cl¨¢sico, el de s¨¢banas con agujeros y casi calabaza colgando de alg¨²n tipo de mano invisible, que se compuso despu¨¦s de que el jazzman se topara con un espectro, al que confundi¨® con un rat¨®n, al bajar las escaleras de su casa. Al menos, eso es lo que dice. Pero lejos de parecer asustado, Armstrong parece divertido con la idea. Y aqu¨ª encajan a la perfecci¨®n otros cl¨¢sicos del fantasma como ente m¨¢s o menos curioso o divertido como Friendly Ghost, de Eels, evidentemente los Ghostbusters, de Ray Parker Jr, e incluso el escurridizo Little Ghost de The White Stripes. En versi¨®n espa?ola, el encantadoramente cl¨¢sico No es serio este cementerio, de Mecano, tampoco desentonar¨ªa en absoluto, ?o no era tranquilizadora la idea de seguir saliendo los viernes por la noche pese a estar muerto?
Stevie Nicks, ex Fleetwood Mac, es casi la compositora que m¨¢s canciones al M¨¢s All¨¢ ha dedicado, y a quien de forma m¨¢s insistente se ha relacionado. La culpa la tuvo Rhiannon, la primera (y exitos¨ªsima) canci¨®n que Nicks dedic¨® a una bruja. Luego llegar¨ªan un mont¨®n m¨¢s. Como la ic¨®nica Seven Wonders, tema en el que se basa el culto a la propia Nicks que Ryan Murphy, el prol¨ªfico creador de American Horror Story, cre¨® para la ocasi¨®n en una de sus temporadas. Nadie lleg¨® tan lejos como ella, pero otras grandes de la ¨¦poca, como Marianne Faithfull, compuso un Witches' song que a la vez interpelaba y se inclu¨ªa en una hermandad que abrazaba sin miedo el Lado Oscuro porque no pod¨ªa no hacerlo si quer¨ªa volar alto. Lo suyo era, en cualquier caso, la creaci¨®n de una atm¨®sfera en la que todo era posible.
Pero ?qu¨¦ hay del miedo? Miedo dan, y much¨ªsimo, temas como Down By The Water, de PJ Harvey, que a todas luces parece una posesi¨®n ¡ªo la ca¨ªda a alg¨²n tipo de abismo, acompa?ada de una ni?a con la que se top¨® bajo un puente¡ª, o el Subway Song de The Cure, inspirada en un regreso a casa de noche en absoluto seguro. De un psic¨®pata y la ni?a a la que secuestr¨®, y de algunas de las cosas que le hizo, trata la no terror¨ªfica pero s¨ª ag¨®nica Polly, de Nirvana. Aunque en el apartado psic¨®patas, nada supera, por su poder evocadoramente macabro, a la canci¨®n instrumental que el mism¨ªsimo John Carpenter compuso para Halloween, la pel¨ªcula en la que conocimos a Michael Myers, y a su hermana, la para siempre scream queen Jamie Lee Curtis. Don¡¯t Fear the Reaper, de Blue ?yster Cult, es tambi¨¦n un peque?o hit, en este caso, preochentero, del slasher, como el Whisper to a Scream de Bobby O. No en vano ambas acabaron en la banda sonora de la primera entrega de Scream.
Un ¨²ltimo psic¨®pata, la chica que decide disparar desde su ventana al colegio que tiene al lado de casa en I Don¡¯t Like Mondays, de The Boomtown Rats, pero en la versi¨®n que hizo para su Strange Little Girls (2001) Tori Amos. Y luego, incluso los agentes especiales Fox Mulder y Dana Scully, que siempre trabajaban m¨¢s de la cuenta la noche de Halloween, tienen un tema, el excelente y muy noventas Mulder & Scully de los desaparecidos Catatonia. De los noventa, por cierto, es tambi¨¦n la versi¨®n que Marilyn Manson hizo del Sweet Dreams de Eurythmics, que, como casi todo lo que toca ese enviado del Mal que para los medios siempre ha sido el propio Marilyn Manson, resulta terror¨ªfica. Y dos zombis para cerrar. Uno que se lo toma muy en serio, el de la no del todo conocida Wake Up Dead Man de U2, y otro que en absoluto, otro que se llevar¨ªa bien con el fantasma que pasaba por rat¨®n a Louis Armstrong, el novio zombi de Alaska.