Para escapar entre los matorrales

Vuelve a mirarnos Pedro el Rojo, el gran simio de la Costa de Oro, al que conocimos una tarde de s¨¢bado en el lejan¨ªsimo pero no olvidado teatro Capsa de Barcelona, a finales de los sesenta, encarnado en Jos¨¦ Luis G¨®mez: all¨ª, como si acabara de entrar en un saloon, aprend¨ª que Informe para una academia pod¨ªa actuarse, convertirse en otra forma. En aquellos a?os hab¨ªa descubierto al gran y sabio simio en La condena (Alianza/Emec¨¦), un poemario realmente alucinado, y supe que ten¨ªa un hermano, Jack Crabb (Dustin Hoffman), en Peque?o Gran Hombre, la historia del indio que pas¨® a ser rostro p¨¢lido, e imagin¨¦ que Pedro y Jack pod¨ªan haber trabajado juntos en el circo de Buffalo Bill (donde se dice que contaba tambi¨¦n su vida el viejo Sitting Bull), y aquel circo estuvo algunas veces en Barcelona y muchos murieron all¨ª por la peste. Yo tambi¨¦n quer¨ªa encontrar hermanos, y en la primavera de 2014 me lo encontr¨¦ otra vez interpretado por Ivan Benet en las noches del Espai Lliure.

Pedro el Rojo quiso ser un simio siempre alerta, ¡°cabalgando a trav¨¦s del viento, constantemente sacudido sobre la tierra estremecida¡±. Y luego, nos cuenta su t¨ªo Kafka en la voz de Ivan Benet, tom¨® decisiones que no fueron f¨¢ciles: la principal, escapar entre los matorrales para retorcerle el cuello a los recuerdos de juventud. ¡°No hubiera sido posible¡±, sigue bajo las luces rojiverdes, ¡°si yo me hubiera querido aferrar a aquellos recuerdos con toda obstinaci¨®n¡±. El simio se humaniza (y eso es lento, y doloroso) como ¨²nica forma de alcanzar la libertad, o al menos eso le dijeron. Justo al dar el salto, entre ecos de un mundo selv¨¢tico.

Han pasado cinco a?os desde que el exsimio (o sea, eximio) atraves¨® al galope un agujero que no podr¨ªa volver a dejar atr¨¢s, y ahora ha vuelto m¨¢s mayor pero m¨¢s sabio, y con la sonrisa m¨¢s amplia, en formato digital con la actuaci¨®n en directo de Benet por Zoom, dentro de la programaci¨®n a distancia del festival Temporada Alta de Girona. Pedro ha regresado para contarnos su historia, y he vuelto a sentir c¨®mo parec¨ªa haber aprendido su lenguaje palabra a palabra. Ivan no fuerza ni un ¨¢pice el ¡°acento simiesco¡±, que resultaba ser lo ¨²nico forzado y quiz¨¢s excesivo en el impresionante trabajo que le descubrimos a Jos¨¦ Luis G¨®mez aquella tarde de s¨¢bado en el Capsa.

Ahora se mezclan la voz, la mirada, los gestos de Ivan Pedro. Voz y mirada que vienen de muy lejos. Gestualidad que Ivan Benet parece esculpir detalle a detalle. Hay algo de Bruno Ganz en esa cara: destellos de melancol¨ªa, brotes de risa infantil, furia de perro lobo. Ac¨¦rcate m¨¢s bajo las luces rojiverdes y ver¨¢s ahora la sonrisa ampli¨¢ndose como una cuchillada extra?amente feliz, y los ojos encendidos igual que canicas negras. Vuelven los gemidos de miedo, de cuando prisionero en la bodega de los cazadores. Angustia por no tener salida, que le ense?¨® la diferencia entre libertad y serenidad. Y velocidad o claridad.

Logr¨® escapar poco a poco. Luego ?zool¨®gico o variet¨¦s? No dud¨® en elegir lo segundo: lo primero era una multiplicaci¨®n de rejas. Los ojos, m¨¢s fijos. Ojos hipnotizados e hipn¨®ticos, de ver praderas. Ojos de mirar y deslumbrarse ante indias pawnees de trenza brillantes, cantando con ¨¦l en las noches de antiguas canciones r¨ªo arriba, a veces juntos, ¡°and I was so drunk, so happy, so sad¡±. Noches de variet¨¦s. Canta como un crooner de lujo, con acentos de Sinatra. Noche de luna con reflejo de luz de acetileno. Hay que imaginarle de vuelta a casa. Y despu¨¦s jugando con monitos de peluche blanco. O como les llamamos en Catalu?a, Copitos de Nieve. Imaginarle habitando uno de los pisos baratos y lejanos donde viven los simios humanizados. Un piso de renta limitada, con botellas de vino color sangre, y a cada trago asomaba de nuevo uno de los gestos del antiguo simio. Luego, m¨¢s brutal, boca abajo, el aguardiente. Ecos de un mundo selv¨¢tico que parece brotar de un sue?o lejano.

Ivan Benet ha actuado en m¨¢s de 40 obras. Quiz¨¢s Informe para una academia sea la m¨¢s memorable. Por el espect¨¢culo de 2014 le dieron, le dimos, el Premio de la Cr¨ªtica. La versi¨®n catalana fue escrita, protagonizada y dirigida por Ivan Benet. Su amigo Xavier Ricart colabor¨® con ¨¦l en la escritura y direcci¨®n. Las canciones son de S¨ªlvia P¨¦rez Cruz. Ivan Benet puntualiza: ¡°La iluminaci¨®n es la de mi casa, y mi comedor es la misma escenograf¨ªa. El vestuario es de Maria Armengol. La traducci¨®n es m¨ªa, que codirijo con Xavier Ricart. La banda sonora es de S¨ªlvia P¨¦rez Cruz. El sonido, de Damien Bazin y Ramon Ci¨¦rcoles. Cuando hice el espect¨¢culo en teatros, la escenograf¨ªa era de Jordi Queralt, y la iluminaci¨®n, de Jaume Ventura, aunque para presentarlo en el espacio Zoom de Temporada Alta (Girona) no he contado con ellos, pero su universo de alguna manera est¨¢¡±.

Informe per a una acad¨¨mia. Texto: Franz Kafka. Traducci¨®n, direcci¨®n e interpretaci¨®n: Ivan Benet. Programaci¨®n a distancia. Espacio Zoom. Festival Temporada Alta de Girona. Hasta el 29 de noviembre.