Un edificio firme y lleno de resonancias
Rebecca West pone distancia en la segunda entrega de la trilog¨ªa de los Aubrey con su propia historia familiar mediante la fuerza y la verdad del lenguaje
Rebecca West es una escritora inglesa cuya obra literaria ocupa un lugar de primer orden en la mejor literatura del siglo XX. Periodista, ensayista y novelista, public¨® varios libros excepcionales: Cordero negro, halc¨®n gris (Ediciones B), un m¨ªtico libro de viajes sobre la desmembraci¨®n de Yugoslavia; Un reguero de p¨®lvora, acerca de los juicios de N¨²remberg, y El significado de la traici¨®n, de las implicaciones ¨¦ticas y morales de la traici¨®n, soberbio ensayo centrado en los fascistas ingleses y los esp¨ªas ingleses de la Guerra Fr¨ªa (ambos en Reino de Redonda). Su gran aportaci¨®n a la literatura universal es la trilog¨ªa La familia Aubrey (Seix Barral) y la novela El regreso del soldado (Seix Barral, de pr¨®xima aparici¨®n). Estas novelas pueden medirse sin duda con la obra de una Iris Murdoch e incluso de la misma Virginia Woolf o la de algunos de sus coet¨¢neos como E. M. Forster. Feminista admirable, de ideas socialistas y alejada de toda intransigencia fan¨¢tica, era una mujer de considerable cultura y, por supuesto, inteligencia. La noche interrumpida es el segundo volumen de la trilog¨ªa de Aubrey y narra el paso de la infancia (tratado en el primer volumen) a la edad adulta en los cuatro j¨®venes protagonistas.
La familia Aubrey se compone de un padre, Piers, hombre culto, extravagante e inconstante, siempre apurado econ¨®micamente debido a su mala cabeza; Clare, la madre, una excelente pianista apreciada por ?Brahms y ya retirada; sus hijos Cordelia, Mary y Rose (la narradora) y el peque?o Richard Quin, y Kate, la criada constante. Adem¨¢s, un grupo de secundarios entre los que destacan el bondadoso se?or Morpugo, la se?orita Beevor, la prima de la madre, Constance, y su hija Rosamund y el t¨ªo Len con su esposa y su hija Nancy. Todos ellos personajes trazados con un vigor y una penetraci¨®n admirables.
A primera vista puede parecer una ¡°novela de formaci¨®n¡±, modelo alumbrado por el Romanticismo, pero se separa inmediatamente de esa convenci¨®n. En primer lugar, porque es una obra del ¡°crecimiento¡±, pues no se limita presentar a sus personajes desde sus hechos y actitudes, sino que se introduce en el mismo ser de su crecimiento y lo construye de adentro hacia afuera. Es mucho m¨¢s que un bildungsroman, debido a las profundas y entreveradas complicaciones psicol¨®gicas, propias de la modernidad, que van conformando la esencia de ese ¡°crecimiento¡± juvenil, complicaciones que aportan una s¨®lida base de pensamiento a la novela (y aqu¨ª debo aclarar que, si bien creo que toda novela de fuste ha de tener pensamiento, tambi¨¦n considero condici¨®n indispensable ¡°que no se le deba notar¡±). Eso es justamente lo que consigue la propia narratividad del texto, pues tampoco es una ¡°novela de ideas¡±. El poderoso an¨¢lisis y desarrollo del ¡°crecimiento¡± queda imbricado en la propia narratividad de la novela. El paso del bloque familiar a la individualidad de los hijos es el sustento de ese crecimiento, que va mucho m¨¢s all¨¢ de la an¨¦cdota: contiene en s¨ª el pensamiento de la autora, lo integra en la propia expresi¨®n literaria, interact¨²a a la perfecci¨®n con el mundo en torno y lo sit¨²a en una dimensi¨®n creativa del m¨¢s alto nivel.
El libro tiene una construcci¨®n ordenada, no complicada, y lo que destaca de inmediato es la riqueza expresiva tan impresionante sostenida por un lenguaje no menos rico no s¨®lo en palabras y expresiones, sino en las descripciones y las im¨¢genes literarias tan acabadas y precisas. Como ejemplo citar¨¦ la descripci¨®n del vuelo de una bandada de estorninos en la p¨¢gina 381, de un virtuosismo prodigioso. En otros muchos casos las descripciones est¨¢n cargadas de un sentido que va m¨¢s all¨¢ de la propia belleza de la descripci¨®n. Y no me resistir¨¦ a ejemplificar el poder de sus expresiones con un ejemplo: al referirse a un admirado profesor de m¨²sica, al que, aunque algo le disgustase en los ejercicios de sus alumnos, ni siquiera entonces dejaba de apreciar sus habilidades musicales, dice: ¡°Su o¨ªdo era de una honestidad tal que ni su mente era capaz de doblegarla¡±. Y este es el momento de ponderar el esfuerzo de los traductores por trasladar a nuestra lengua la formidable carga expresiva del texto; es una escritura que tiene como exigencia referente a Henry James, a quien la autora ha le¨ªdo con extrema exigencia.
Es una novela dividida en ocho partes, cada una de las cuales responde a una situaci¨®n, lo que la convierte en una novela contenida. Ah¨ª reside su encanto y su precisi¨®n. La novela est¨¢, como se suele decir en el argot literario, soberbiamente ¡°amueblada¡±. La elecci¨®n de narrador, siempre un punto fuerte en Rebecca West, es un acierto. Todo el juego de sentimientos que se entretejen en la novela la sostienen sobre una potente escritura de palabras que levantan la historia a semejanza de un edificio complejo y firme, pero lleno de resonancias que van quedando en la sensibilidad del lector con una convincente emoci¨®n y veracidad. Rebecca West pone entre ella y la parte de su propia realidad familiar en la que se apoya una firme distancia que la aleja de cualquier riesgo de caer en el relato de s¨ª misma, una distancia a la que no es ajena su dominio de la palabra, pues con ella, y no con otro medio, es con lo que consigue establecerla: todo un acto de fe en la fuerza y la verdad del lenguaje.
LA NOCHE INTERRUMPIDA
Autora: Rebecca West.
Traducci¨®n: Andr¨¦s Barba y Carmen M. C¨¢ceres.
Editorial: Seix Barral, 2020.
Formato: tapa blanda (448 p¨¢ginas, 21 euros) y e-book (8,99 euros).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.