Al principio fue la mentira
Los nuevos libros de Miguel Catal¨¢n, Juan Jacinto Mu?oz Rengel y Jacques Bouveresse indagan desde el pensamiento en las categor¨ªas de verdad y mentira
El octavo mandamiento proh¨ªbe mentir. Tajantemente. Kant tambi¨¦n anatemiz¨® la mentira, ya que lo contrario har¨ªa imposible la convivencia. Incluso en la tesitura de mentir para salvar una vida inocente, sosten¨ªa que era preferible decir la verdad. Sin embargo, el hombre miente. La naturaleza miente. Una vez y otra. Con diversos tipos de mentiras. Algunas, como el arte, son muy elogiadas, pese a Plat¨®n, que rechazaba tanto a poetas como a mentirosos. Dedic¨® a lo falso el Hipias Menor. Coinciden de pronto en las librer¨ªas hasta cuatro t¨ªtulos sobre la mentira y uno sobre la verdad. Tres p...
Reg¨ªstrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PA?S, puedes utilizarla para identificarte
El octavo mandamiento proh¨ªbe mentir. Tajantemente. Kant tambi¨¦n anatemiz¨® la mentira, ya que lo contrario har¨ªa imposible la convivencia. Incluso en la tesitura de mentir para salvar una vida inocente, sosten¨ªa que era preferible decir la verdad. Sin embargo, el hombre miente. La naturaleza miente. Una vez y otra. Con diversos tipos de mentiras. Algunas, como el arte, son muy elogiadas, pese a Plat¨®n, que rechazaba tanto a poetas como a mentirosos. Dedic¨® a lo falso el Hipias Menor. Coinciden de pronto en las librer¨ªas hasta cuatro t¨ªtulos sobre la mentira y uno sobre la verdad. Tres pertenecen al fil¨®sofo Miguel Catal¨¢n (1958-2019), el cuarto es obra de Juan Jacinto Mu?oz Rengel (1974) y el quinto lo firma el franc¨¦s Jacques Bouveresse (1940), que analiza la lectura de Nietzsche por Foucault, centrado en la noci¨®n de verdad.
Los tres vol¨²menes p¨®stumos de Catal¨¢n cierran una obra considerable titulada gen¨¦ricamente Seudolog¨ªa. Son 13 vol¨²menes, aunque el autor ten¨ªa proyectados m¨¢s. La mentira ben¨¦fica es el ¨²ltimo, como ¨¦l mismo hab¨ªa previsto; faltar¨¢n algunos vol¨²menes intermedios. Tras analizar la funci¨®n social de la mentira, en el presente y a lo largo de la historia, Catal¨¢n abord¨® su papel en la ¨¦tica, la pol¨ªtica, la creaci¨®n y la religi¨®n, entre otros aspectos. En sus planes, truncados por la muerte, figuraban al menos los dedicados al an¨¢lisis de la mentira en la publicidad y en los medios de comunicaci¨®n.
Los ahora publicados estudian ¡°la mentira moral m¨¢s sibilina¡±: la hipocres¨ªa, el fraude, la calumnia, la estafa, el eufemismo (La mentira nociva, Seudolog¨ªa XI); La traici¨®n (t¨ªtulo del volumen XII), que ¨¦l defini¨® como ¡°el enga?o m¨¢s vil y al tiempo fascinante de la esfera moral¡±, y La mentira ben¨¦fica (XIII): las mentiras ¡°altruistas, afectuosas, por amor, piadosas¡±, sostiene, todas ¡°admisibles y moralmente obligatorias¡± porque, esa es la tesis final, cuanto m¨¢s queremos a una persona, ¡°m¨¢s tendemos a mentirle porque m¨¢s queremos protegerla¡±. La traici¨®n puede ser a un individuo o a un colectivo. Eso s¨ª: no hay traici¨®n en los negocios ni en la pol¨ªtica porque ¡°donde prima la relaci¨®n de inter¨¦s econ¨®mico o pol¨ªtico quedan excluidos por derecho los pactos ¨ªntimos de la amistad¡±. Entre los colectivos posibles destaca la patria, ante la que cabe la deserci¨®n, el espionaje, la sedici¨®n. La traici¨®n no tiene por qu¨¦ ser despreciable. Cabe traicionar por motivos nobles, porque la causa justa sea la del otro.
Analiza Catal¨¢n varias traiciones. Sobresalen una universal (Judas) y otra local (Umbral a Cela). Se produce en la biograf¨ªa del premio Nobel hilvanada a base, sobre todo, de aspectos negativos por parte de Cela. ¡°Esta venganza p¨®stuma re¨²ne todos los rasgos de la traici¨®n genuina¡±, escribe Catal¨¢n, y se produce ¡°en el momento de la indefensi¨®n del traicionado¡±.
La traici¨®n de Judas parte del evangelio atribuido a este ap¨®stol, con una interpretaci¨®n diferente a la de los cuatro evangelios can¨®nicos. Judas es, en esta versi¨®n, el disc¨ªpulo predilecto de Jes¨²s y se confabula con ¨¦l (a espaldas del resto, ocult¨¢ndolo) para denunciarle y evitar que fuerzas oscuras impidan su pasi¨®n y muerte y con ello la salvaci¨®n de la humanidad. Tras la resurrecci¨®n de Cristo, este recoge a Judas y ambos ascienden a los cielos.
Quiso terminar Catal¨¢n con la mentira ben¨¦fica que suaviza las relaciones personales y colectivas. Lo que no quita que a veces se utilicen eufemismos ¡°para ocultar bajo la alfombra una realidad social abyecta a fin de evitar su reforma¡±. Entre las verdades a obviar cita el r¨®tulo que hubo hasta mediados del pasado siglo en un centro sanitario de Madrid: ¡°Hospital de incurables¡±. Por si no quedara clara la condena que supon¨ªa ingresar all¨ª, hab¨ªa un segundo cartel: ¡°Asilo de Nuestra Se?ora del Carmen para ni?as lisiadas, escrofulosas y raqu¨ªticas pobres¡±.
La mentira hecha cuento
El libro de Mu?oz Rengel es muy distinto. Repasa la historia de la mentira: la pol¨ªtica, la religiosa, la est¨¦tica y la personal, incluido el autoenga?o. Tiene en com¨²n con la obra de Catal¨¢n dos cosas nada menores: voluntad de claridad y una redacci¨®n amena, en la que alternan los hechos narrados con la reflexi¨®n sobre los mismos. Pero el punto de partida es diferente: para Mu?oz Rengel ¡°la historia del hombre no es otra cosa que la historia de la ficci¨®n¡±. ¡°Mentir, enga?ar, simular nos ha hecho posible perpetuarnos por encima de cualquier otra cosa. Poetizar, narrar, fabular, conjeturar, falsificar, son fases primordiales en el proceso de conocimiento. El error, la estrategia, la manipulaci¨®n, la suposici¨®n, la especulaci¨®n, la met¨¢fora, la hip¨®tesis, son otras de las muchas caras de nuestro modo de estar en el mundo¡±, escribe en su libro.
Una de las funciones de la mentira hecha cuento, leyenda o, tal vez, historia, es fomentar la cohesi¨®n del grupo: ¡°Los cuentos y las leyendas compartidos estrechan los v¨ªnculos entre los miembros de una tribu, facilitan una misma explicaci¨®n del mundo, una visi¨®n com¨²n¡±. La primera mentira fue el grito ambiguo de un hom¨ªnido, quiz¨¢s para ahuyentar a los dem¨¢s y apropiarse de la comida que ve¨ªa. Hoy presenta nuevas formas: ¡°Vivimos en la era de la opini¨®n, de las opiniones sin fundamento, de las opiniones sin investigaci¨®n ni an¨¢lisis, de las opiniones sin cualificaci¨®n, de las opiniones contra los hechos, de las opiniones por el gusto de opinar y desde el convencimiento de que todas valen lo mismo. A trav¨¦s de ellas, el relativismo ha penetrado en nuestra nueva hiperrealidad virtual, en mayor medida y de una forma mucho m¨¢s mediocre de lo que los posmodernistas podr¨ªan haber imaginado¡±. Un relativismo, apunta, al que no es ajeno el pensamiento posmoderno.
Buena parte de la formaci¨®n de opini¨®n se produce a trav¨¦s de los medios de comunicaci¨®n. ¡°La invenci¨®n de la linotipia y el desarrollo de la prensa escrita permitieron renunciar a la oralidad como principal fuente de difamaci¨®n, y la mentira se extendi¨® con una rapidez y una efectividad nunca antes vistas¡±, escribe Mu?oz Rengel. Y muchos vieron en ello grandes posibilidades, empezando por los gobernantes: ¡°Los gobiernos, que son los ¨²nicos con derecho legal para acu?ar las mentiras oficiales, mantuvieron siempre un especial control sobre los peri¨®dicos¡±. O al menos lo intentaron. Dedica Mu?oz Rengel algunas p¨¢ginas a las mentiras que cada uno se dice a s¨ª mismo, partiendo de que ¡°para que toleremos estar junto a los otros necesitamos hacer uso de la mentira en, al menos, dos de sus sentidos: la ocultaci¨®n del secreto y el autoenga?o¡±.
Mentir sin saberlo
Jacques Bouveresse ha sido catedr¨¢tico en la Sorbonne y es un conocido especialista en la filosof¨ªa anal¨ªtica y Wittgenstein, adem¨¢s de atento lector de Nietzsche. Nietzsche contra Foucault. Sobre la verdad, el conocimiento y el poder naci¨® como una conferencia y fue creciendo hasta formar el volumen actual. Bouveresse sostiene que Foucault hizo una lectura sesgada de Nietzsche, al evitar analizar las diferencias entre verdad y lo verdadero. Foucault quiere mostrar el sometimiento de la verdad al poder, pero Nietzsche no sent¨ªa en modo alguno que su denuncia del uso de la verdad lo colocara al lado de los d¨¦biles. Al contrario. Adem¨¢s, el poder tiene inter¨¦s, si acaso, ¡°en intentar convencer a las personas sobre las que ejerce la dominaci¨®n de que act¨²a en nombre de verdades de un determinado tipo que ellas deben reconocer¡± de lo que no se concluye que necesite ¡°la verdad en s¨ª¡±. En realidad s¨®lo necesita la creencia¡±, al margen de su veracidad o falsedad, concluye Bouveresse.
La idea de mentira se contrapone a la de verdad, pero cabe que alguien mienta sin saberlo, sin voluntad de enga?ar. Puede ocurrir que se defienda una postura desde el convencimiento de que es correcta. Un caso as¨ª, en el que dos pensadores discrepan y se enfrentan, arrastrando en su disputa a una cantidad considerable de fil¨®sofos y cient¨ªficos de su ¨¦poca, es el que relata Jimena Canales en El f¨ªsico y el fil¨®sofo. Un libro apasionante y muy documentado, construido en torno al debate mantenido el 6 de abril de 1922 en Par¨ªs por Henri Bergson y Albert Einstein, en el que discreparon radicalmente sobre lo que es el tiempo.
El volumen describe el encuentro, los antecedentes y las consecuencias, sobre todo despu¨¦s de que Einstein quisiera zanjar la cuesti¨®n: ¡°El tiempo de los fil¨®sofos no existe¡±. Uno y otro siguieron luego la discusi¨®n, a veces en intervenciones propias, aunque distantes, y otras mediante autores afines. Russell no s¨®lo se aline¨® con Einstein, sino que se distanci¨® de Whitehead (con quien hab¨ªa tenido gran amistad y hab¨ªa escrito los Principia Mathematica), debido entre otros motivos al apoyo que ¨¦ste dio a Bergson. Tambi¨¦n se alinearon con el f¨ªsico Rudolpf Carnap y Hans Reichenbach, mientras que Alexander Koyr¨¦ y Merleau-Ponty se pusieron del lado del fil¨®sofo. De hecho, a¨²n hoy se produce alg¨²n escarceo en revistas especializadas con el debate sobre el car¨¢cter continuo o discontinuo del tiempo como eje.
Quiz¨¢s en estos debates podr¨ªa reflexionarse sobre una de las afirmaciones de Bouveresse en su libro sobre Nietzsche y Foucault: ¡°No se le puede exigir al conocimiento que sea verdadero con absoluta seguridad; pero al menos debe, por lo que parece, estar justificado de una manera en que la mera creencia no lo est¨¢¡±. porque ¡°la necesidad de veracidad, la necesidad que tenemos de no enga?ar y, por tanto, de empezar por no dejarnos enga?ar, una necesidad de naturaleza moral, es la que ha generado la inclinaci¨®n a la verdad. Pero es tambi¨¦n esa necesidad la que puede hacer aparecer la verdad como intr¨ªnsecamente fuera de nuestro alcance y por tanto como algo que quiz¨¢s sea, en definitiva, in¨²til buscar¡±.
Novedades
La traici¨®n. Seudolog¨ªa XII. Miguel Catal¨¢n. Verbum, 2020. 148 p¨¢ginas. 21,952 euros.
La mentira ben¨¦fica. Seudolog¨ªa XIII. Miguel Catal¨¢n. Verbum, 2020. 152 p¨¢ginas. 21,95 euros.
Una historia de la mentira. Juan Jacinto Mu?oz Rengel. Alianza, 2020. 248 p¨¢ginas. 17 euros.
Nietzsche contra Foucault. Sobre la verdad, el conocimiento y el poder. Jacques Bouveresse. Traducci¨®n de Adan Kovacsics. Ediciones del Subsuelo, 2020. 160 p¨¢ginas. 19 euros.
El f¨ªsico y el fil¨®sofo: Einstein, Bergson y el debate que cambi¨® nuestra comprensi¨®n del tiempo. Jimena Canales. Arpa, 2020. 512 p¨¢ginas. 22,90 euros.