Una historia como las de Ch¨¦jov
¡®Les tres germanes¡¯, de Ch¨¦jov, en versi¨®n de Marc Artigau, Cristina Genebat y Julio Manrique, que tambi¨¦n dirige, es una nueva y original adaptaci¨®n con un reparto poderoso en el Lliure barcelon¨¦s
¡°Una historia como las de Ch¨¦jov¡±, dice uno de los personajes, y el tono est¨¢ cerca, entre ir¨®nico y emocionado. Es un viejo m¨¦dico al que llaman el T¨ªo (Llu¨ªs Soler), pero se podr¨ªa llamar Chebutikin, como en Las tres hermanas. Todo es pero no es, o viceversa. De acuerdo, la obra lleva el t¨ªtulo de Les tres germanes y la firma del se?or Ch¨¦jov, pero la adaptaci¨®n catalana corre a cargo de Marc Artigau, Cristina Genebat y Julio Manrique (que tambi¨¦n dirige y adapta). Una versi¨®n muy libre, muy inteligente y muy valiente, casi una reinvenci¨®n. Puede suceder ahora mismo. Un poco forzado, pero funciona. La familia Prozorov (donde nacieron las tres hermanas y el hermano) tiene nostalgia de los a?os noventa. El apasionado y l¨²cido Ivan (Ivan Benet), enamorado de Maixa (Mar¨ªa Rodr¨ªguez), dice, l¨²cido: ¡°Ahora el panorama es bastante diferente. Los estudiantes de hoy ya han aprendido qu¨¦ es el capitalismo, han conocido en su piel la desigualdad y la penuria. Y la insolencia de la riqueza¡±.
Cuesta un poco seguir esta neoversi¨®n: es un caleidoscopio con muchas historias, pero lo importante es el ritmo (y el rito) como un cable bien tensado. El equipo juega con el p¨²blico cuando menos se lo espera. En la primera escena, el T¨ªo sube a lo alto de la mesa para celebrar, ante familia y amigos, los 18 a?os de Irina (Elena Tarrats), a la que Olga describe como ¡°llena de luz¡±, y no se equivoca. M¨¢s adelante sabremos que Irina pas¨® de adolescente con anhelo revolucionario a conformismo como posible camino de salvaci¨®n.
Lluc Castells ha dise?ado unas paredes de vidrio que hacen pensar en una pecera descomunal a lo Fahrenheit 451, tras la que el T¨ªo recita maravillosamente un mon¨®logo con humor y poes¨ªa. ?De qu¨¦ me suena este fragmento poderoso? ?De d¨®nde viene?: ¡°Pido perd¨®n al azar por llamarlo necesidad / pido perd¨®n a la necesidad si, pese a ello, me equivoco / Que no se enfurezca la felicidad si la tom¨¦ por m¨ªa /. Que los muertos no se tomen a mal que pierda su recuerdo¡±. Me suena mucho a Wislawa Szymborska, con un toque shakesperiano: Bajo una peque?a estrella. S¨ª: estupenda pecera futurista, que te evoca e instala en el mundo de Ostermeier, con fragmentos de dif¨ªcil sonoridad. Se dir¨ªa microfonada con un cierto exceso, y cuesta un poco seguir algunos cruces de di¨¢logos, l¨¢stima. El equipo comandado por Manrique y Genebat han hecho, a mi juicio, un trabajo de muchos bemoles, con fuerza, con iron¨ªa. Y el segundo en este a?o: le precedi¨® en Temporada Alta, en octubre, el original¨ªsimo Bouvetoya, de nuevo levantada por los citados y Sergi Pompermayer, en dos sesiones, en el Teatre Municipal de Girona.
El maestro Ch¨¦jov asoma por muchas ventanas, como el gatazo de Cheshire. La banda Manrique & Genebat corre en varias ocasiones el riesgo de pasear la listura, pero siempre acaban bordando el toque. Est¨¢s con los ojos fijos en el Bar¨®n, que se llama Alex (Joan Amarg¨®s), y de repente te encuentras ante un cruce Tusenbach-Treplev, que tiene aires de payaso triste, un poco a lo Jacques Dutronc en L¡¯important c¡¯est d¡¯aimer. Son mixturas a ratos casi m¨¢gicas y otras rozan el chirrido, pero acaban por ganar el toque maestro. As¨ª, en la casa de los Prozorov ya no tenemos militares sino ge¨®logos, profesores, lectores: hay ecos del Astrov de T¨ªo Vania en su pasi¨®n por los bosques de Ivan, y en su amor contenido por la peligrosa Maixa (Maria Rodr¨ªguez). Y tambi¨¦n aprieto los pu?os cuando me parece sentir la ansiedad que produce la espera del invisible Tusenbach: es una figura ret¨®rica, pero latente.
Repasemos los grandes ¨¦xitos para no dejarme a nadie fuera del tren. Olga, quiz¨¢s el personaje m¨¢s noble, es Cristina Genebat; Maixa (ego¨ªsta, vulgar) es muy dif¨ªcil de defender, y Mar¨ªa Rodriguez lo consigue. Otros trabajos logrados son el perfil del frustrado Andrei Prozorov (Marc Rius), primo hermano, como quien dice, de V¨ªctor (Jordi Rico), un profesor un tanto alelado, pareja de Natalia (Mireia Aixal¨¤). No hay que olvidar un brindis a la salud de Carme Fortuny: la Tata, vieja criada, la siempre ajustada y veteran¨ªsima Carme Fortuny. Veo la vivacidad de j¨®venes y maduros, bebiendo, hablando de todo, desde los terrenos cimentados hasta el coraz¨®n furioso de Dostoievski y el renacimiento del culto a Stalin. Todos se parecen a personajes so?ados, reimaginados, pero verdaderos. A resaltar, pautada con metr¨®nomo, la atm¨®sfera de las postrimer¨ªas emocionales del incendio, en el tercer acto. Y una selecci¨®n de cinco piezas de la banda sonora, sabiamente repartidas por Damien Bazin: Untitled 3, Olsen Olsen, y Festival (Sigur Ros), Life of Mars (Aurora, versi¨®n del original de David Bowie), y Everybody Hurts (REM). Y veo el vigor y el riesgo de esos diez int¨¦rpretes que van a por todas durante m¨¢s de dos horas y a quienes hay que aplaudir puestos en pie. ?Bravo!
Les tres germanes. Texto: Ant¨®n Ch¨¦jov. Direcci¨®n: Julio Manrique. Teatre Lliure. Barcelona Hasta el 17 de enero de 2021.
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